PREFACIO

Entraron dos hombres y una mujer, todos con capas negras. Yo continuaba retrocediendo para atrás hasta que me tope con la fría pared.

- bien, veo que ya estas despierta.- dijo la voz del hombre del centro.

-quienes sois- dije con una voz temblorosa. La mujer soltó una risa.

- aquí las preguntas las hacemos nosotros- dijo la mujer, con una sonrisa en su cara. Era muy bajita, parecía una muñeca. Pero tenía una sonrisa malvada.

- veras joven, podrías venir aquí y darme la mano- dijo el hombre del centro.

- y si no quiero?- no sabía de donde había sacado esa valentía. Mi cuerpo estaba tensado del miedo. Seguí completamente pegada aquella pared.

-serás contestona yo te voy a enseñar a obedecer –dijo la bruja esa con su mirada llena de rabia hacia mí. Apreté mis músculos esperando a que ella me pegara, pero ella solamente me miraba concentrada. La sonrisa que tenía en su cara iba desapareciendo poco a poco. Hasta que ella apretó sus labios. Yo no estaba haciendo nada, no sabía porque se enrabiaba tanto.

-vale Jane, tranquila. Es asombrosa. Tenías razón Elezear, ella es única.- dijo el hombre del centro. Mientras el otro hombre asintió, deduje que ese seria el tal Elezear.