¡Buenas a todos! Aquí Shiro subiendo su primer Fanfic D:! Crei que seria el LevixEren que tengo pensado (alguno de todos :C Kuro me vicio joder) pero nop, es el Fonnie no tan Fonnie! A que me refiero con esto? Ahahahahhahahahha pues es de esta pareja, si o si, pero pues más que un fanfic es una historia seria, mis teorías y lo que entiendo de este juego que apenas puedo pasar una noche están en este fic, puestas con cariño. Supongo que antes de que lean debo explicar unas cosillas que no afectan en nada a la sorpresa de leer. Aquí la historia inicia antes de que estén en la pizzería, ubicado en el contexto del segundo juego. Aun no han sido asesinados y obviamente tienen nombres normales (los cuales son un intento de sonar similar)

Bonnie: es Benny, un niño de (casi) once años.

Foxy: es Felix (siempre escribo feliz en vez de Felix, como amo a este niño :DD) un niño de catorce años, ya es un puberto.

Freddy: Frederick, un niño de catorce, pero mayor que Felix por unos meses.

Chica: Cathy, una niñita de diez años.

Fred: Fred :DD (casualmente se llaman igual, es crucial para la historia… nah solo me falto imaginación(¿?) niño de siete años a cumplir en este capitulo

Y sin más, a leer, en serio sé que gustara, estoy satisfecha con el resultado.

Advertencia: este fanfic es serio, posiblemente se sienta como leer un libro.

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Capítulo 1: El cumpleaños

- Vamos~ ponte bien el corbatín mi niño

- Pero mamá

~ Los chicos solo se burlaran de mi ¿Qué no ves que se me ve ridiculísimo?- gruño el niño pelinegro tratando de sacarse por milésima vez el corbatín color rojo que su madre tanto deseaba que usara. Llevaba ya una hora forcejeando con ella tratando de no hacerla enfadar.

- Pero Benny, si te ves igualito a él, mi niñito especial – le dijo con dulzura su madre, acercándole un peluche de felpa.

Era un conejo de grandes ojos rosa, tenía el pelaje morado y una gran sonrisa, en una patita decía Fred Friend's con una nota musical. Era su muñeco favorito de pequeño, su madre decía que aquel lo habían comprado en un antiguo restaurante familiar en su primera cita con su papá, pero que este había cerrado repentinamente hace ya varios años. Aun así hace poco habían abierto un nuevo restaurante temático de la misma empresa, con música, juegos, globos, comida y ellos, la mayor atracción, los animatronicos. Era el paraíso de la diversión para todos los niños y él hoy iba a una fiesta de cumpleaños específicamente en aquel lugar. Uno de sus amigos, Fred cumplía los siete años, y siendo fan de los personajes, le cumplieron el deseo de celebrarlo ahí.

- Mamá… no uso este juguete desde los ocho – dijo algo avergonzado Benny, empujando suavemente la mano de su madre.

- Claro ¿Y eso hace cuánto fue? Ammm ¿Dos años? – se burló la mujer, pellizcando suavemente la nariz del niño.

- ¡Cumpliré once! Ya verás cómo creceré y te pasare en estatura – gruño algo irritado y divertido a la vez mientras le mostraba la lengua, esa era la relación de madre e hijo que desde siempre habían desarrollado, una de amigos y llena de burlas y afecto.

- Si, mi niñito me cuidara hasta que yo sea bien abuelita – rio su madre acariciando suavemente los cabellos azabache del menor – ya se hace tarde, Cathy está afuera esperando de hace media hora.

- Hummm... Dile que se vaya – respondió Benny, ajustando por última vez su corbatín rojo, le daría el gusto a su madre.

- Oh vamos hijo, ella te quiere mucho, hace tanto que son amigos – le reprendió – se bueno con ella.

- Pero mamá, ella es tan… pesada… me sigue hacia todos lados – masculló tratando de no sonar tan rudo.

- Es una muchachita enamorada, que esperarías – sonrió con picardía haciendo sonrojar a su hijo

Benny sabía bien que Cathy gustaba de él, siempre lo decía, repitiendo una y otra vez que algún día se casarían y todas esas tonteras de niñas bobas. Él no estaba ni un poco interesado en la rubia, era linda, quizás la más bonita de su clase, pero no podía gustarle, era como su hermana y pensar en cosas como tomar su mano le parecía algo totalmente fuera de discusión, además él ya había decidido cuál sería su vida y la rubia no estaba en aquel plan.

- Mamá, sabes que no me gusta que me molestes con ella – dijo algo serio.

- Perdóneme mi niño – suplico haciendo un puchero exagerado para hacerle reír – se me olvidaba que usted viajaría por el mundo con aquel ammm ¿Corsario? ¿Cómo era?

- ¡Ash mamá! Eso era cuando éramos niños… solo viviremos aventuras con Felix, los piratas ya quedaron en el pasado.

- Qué raro, aun lo veo pasear con un parche a Felixito

Benny se sonrojo un poco avergonzado por la actitud infantil que revelaba su más cercano amigo, aquel chico de cabello rojizo era definitivamente a quien más apreciaba en todo el mundo, le conocía desde que su memoria se lo permitía y era quien lo acompañaría en cada aventura, esa era una promesa irrompible entre ambos niños, uniendo aquella amistad en algo muchos más profundo quizás…

- Ya pequeño pirata, tampoco veras a tu capitán si sigues refunfuñando, vamos – le empujo a la puerta incitándolo a bajar las escaleras en donde vería a su "pretendiente"

Algo irritado bajo con la espalda recta mirando un punto fijo, no quería darle el gusto de verlo afectado por la presencia de la pequeña rubia. Su madre rio viéndolo bajar como robot apenas doblando las rodillas y luego caminar hacia la sala para saludar a Cathy.

Deseo poder acompañarlo aquella tarde al cumpleaños para ver cómo se divertía junto a sus amigos. Siempre fue muy inteligente y no daba ningún problema como otros niños, aun así le preocupaba lo poco sociable que era de más pequeño, sabía que era en parte su culpa… su padre no estuvo a su lado y ella debía cuidarlo y trabajar a la vez, no podía darle esa compañía que deseaba… agradecía el día en que conoció al pequeño pelirrojo, desde ese minuto pudo conocer a sus grandes amigos actuales.

- ¡Benny! –el chillido de Cathy se hizo oír en toda la sala. Abrazó con fuerza el brazo derecho del menor sonriendo como nunca – vine por ti ¿No estas feliz?

- No.

- ¡Ben! ¿Qué son esos modales? – regaño su madre.

- gracias por venir – volteo los ojos fastidiado empujando sutilmente a Cathy para alejarla.

- Bien, ya es hora~ Fred debe estar esperándolos, lamento no poder llevarlos hasta el restaurante – se disculpó la madre ordenando por última vez el cabello de su hijo y dejando una pequeña caricia en la mejilla de la rubia – deben cuidarse mucho ¿Si? Nada de hablar con extraños en el camino y miren bien antes de cruzar la calle.

- Tranquila mamá, estaremos bien – respondió Benny dejando un beso en la mejilla de la mujer y camino con dificultad hacia la salida debido al abrazo de la menor.

- Cathy, toma el brazo de Benny con más cuidado – dijo riendo la madre del niño – si camina de esa forma lo confundirán con un animatronico en el cumpleaños.

La niña algo ruborizada aflojo el agarre permitiéndole a Benny poder caminar con menos dificultad. Los acompaño hasta la puerta y miro como se alejaban por la calle. Un extraño nudo se le hizo en la boca del estómago al verlos girar en la esquina… No era la primera vez que Benny salía solo, debería estar bien… ¿O no?

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- Vamos ¿Por qué te alejas de mí? – lloriqueaba la rubia tironeando el chaleco de Benny.

- Cathy, eres molesta, déjame caminar normal por favor – forcejeaba el pelinegro.

- Si me sueltas el brazo te acusare con tu mamá al volver – lo amenazó, pegándole suavemente en el hombro con el pequeño puño.

Había aguantado la mitad del camino en paz siendo tomado del brazo por su amiga, pero ya las miradas de la gente sobre la inocente "pareja" le habían empezado a incomodar, empezó a sentir que la gente hablaba, a imaginar que decían ¿Se burlaban? ¿Y si los veía alguien conocido? Estas ideas habían pasado una por una en la avergonzada mente del menor y de apoco empezó a sentirse perseguido por cada par de ojos con el que se cruzaban en el camino "¡Yo no tengo porque pasar por esto! Todo es culpa de mi mamá. No es mi problema de que esta pesada no tuviera con quien irse a la fiesta, no es mi culpa que sea menor" pensaba con rabia, de alguna forma buscaba desquitarse mentalmente con lo demás y dejar así su orgullo intacto. El golpe había sido lo que rebalsaba el pequeño vaso de paciencia que tenía el menor.

- Hey déjame, tonta – dijo levantando la voz alejándose bruscamente de la rubia – me tienes cansado, eres una pesada y habladora, cacareando a cada minuto como una fea gallina.

La cara de la rubia pasó de un pálido a un rojo potente, sus orejas también se tiñeron de carmesí y los ojos se fueron llenando de lágrimas. Pego un fuerte pisotón y frunció el ceño casi ocultando sus azules ojos.

- ¡Y tú eres un maldito amargado! Pero ¿sabes? ¡Te seguiré siempre! Ya veras, aunque muera siempre estaré detrás de ti – y diciendo esto se abalanzo sobre el pelinegro empezando una extraña lucha de tira y empuja.

Benny vio en una fracción de segundos como la pequeña se acercaba para tirarle el cabello, no quería contra atacar porque los niños no deben pegarle a las niñas, menos si son menores, pero tampoco deseaba ser rasguñado de la forma en que Cathy había empezado a hacerlo.

Justo cuando veía venir una mordida de parte de su "amiga – actual enemiga" vio pasar corriendo entre ambos una mancha roja. Ambos cayeron al piso algo atontados por el repentino empujón que habían recibido. Con una mano Benny se sobo su espalda baja quejándose, pudo escuchar como la rubia sollozaba entre maldiciones impropias de una niña de su edad.

- OTRO BRUTO MÁS, MIRA COMO ME DEJASTE, ESTUPIDO FELIX –grito roja de ira Cathy.

Benny dirigió su mirada hacia quien había detenido la disputa de hace unos segundos. El pelirrojo los miraba con cierta burla rascando su cabello, pareciendo genial ante sus amigos. Vestía una polera manga corta negra y pantalones plomos con zapatillas de un rojo similar al de sus cabellos, al fijarse en la mirada del pelinegro le guiño el ojo con una media sonrisa. Estaba totalmente desinteresado a las consecuencias que podrían haber, debido a su bruta pero eficaz forma de separar al par conflictivo que formaban Cathy y Benny.

- Recién peleabas con uñas y dientes contra Benny, no creo que estés en lugar para alegar en contra de un simple empujón – le respondió con sorna en la voz.

- Cállate, pelo de tomate

- Eso lo decido yo, pecosa – contesto amenazando con la mirada a la menor.

Benny intento pararse pero de inmediato se quejó de dolor, la verdad es que le había dolido más la caída que los tirones y rasguños de Cathy, miro molesto a su mejor amigo recibiendo un gesto arrepentido de Felix. Este se acercó de inmediato a ofrecerle su mano para levantarlo. De un simple tirón se encontró de pie semi abrazado por su amigo, el pelirrojo era muy fuerte y atlético, levantar el cuerpo delgado de Benny no resulto ningún problema. Aprovecho el impulso para abrazarlo en forma de saludo.

- Hola Ben, lamento el haberte botado – le susurro, mostrando ese lado amable que siempre ocultaba tras la arrogancia y astucia de su mirada.

- No fue el método más consiente – dijo molesto separándose del abrazo – pero gracias.

- Pase por tu casa y tu mamá me advirtió de que iban juntos de seguro peleando – aclaro poniendo ambos brazos tras su nuca, nuevamente intentando parecer genial.

- Y tú de metido viniste – mascullo Cathy aun en el suelo – ¿Podría alguien ayudarme?

La rubia esperaba la mano de Benny para ayudarle, pero este ni siquiera se dignó a mirarla. Molesto se giró dándole totalmente la espalda. Felix volteo los ojos y se acercó a la menor, sonriendo de lado extendió su mano para levantarla al igual que a Benny. A espaldas del pelirrojo se encontraba el pelinegro mirando por el rabillo del ojo con molestia como SU mejor amigo se comportaba amable con Cathy. La rubia sintió el amargo gusto de ser objeto de celos, así que arrogantemente empujo la mano de Felix y le mostro la lengua.

- No necesito tu ayuda – miro nuevamente a Benny y noto como este relajaba la mirada.

- Como tú digas, apúrate que se hace tarde – contesto despreocupadamente Felix sin enterarse de nada.

El pelirrojo se colocó al lado de Benny esperando que la menor se levantara. Los tres juntos reanudaron el trayecto hacia el cumpleaños de Fred. Ambos amigos hablaban animadamente mientras la menor miraba el suelo con su "orgullo femenino" hecho trizas.

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Siempre tan impuntuales, llevaba media hora esperando en la puerta del restaurante sin un pedazo de pizza que le satisficiera la brutal hambre. El cumpleaños de su primo había comenzado hace media hora y ni rastro de Benny, Felix y Cathy. Fred no paraba de preguntar sobre el trio dinámico y le había rogado entre pucheros que vigilara la entrada a que llegaran. Pero Frederick ya no aguantaba estar de pie inmóvil, escuchando la música y sintiendo el aroma de pizza recién horneada…. Queso, jamón, una pisca de orégano, peperoni , salsa de tomate a elección, de seguro la animatronico con forma de pollo andaba caminando por todo el local ofreciendo trozos ilimitados de pizza… Ash ¡Tenía tanta hambre!

El castaño incomodo por estar tanto parado se balanceaba de un pie a otro gruñendo por la lentitud de sus amigos. Lo imaginaba de Felix o Cathy pero Benny siempre había sido responsable, el primero en llegar a cualquier salida. Miro a su alrededor aburrido de tanta espera. Entonces vio entrar a un empleado con esos feos uniformes de color morado, pero este tenía un aspecto totalmente demacrado, como si llevara noches sin dormir. En la entrada se encontraba una especie de niño animatronico entregando globos, el hombre con cierto temor paso lo más lejos de este y Frederick podría jurar que vio a la maquina seguirlo con la mirada.

- ¡HEEEEYYYY, FREDERICK! – la voz de Felix lo distrajo de aquella curiosa escena, y aliviado vio como sus amigos se acercaban.

- Son unos irresponsables ¿Saben cuánto llevo aquí? – se quejó el castaño.

- Obviamente no, pero ya estamos aquí ¿no, Sabelotodo? – contesto riendo el pelirrojo.

- ¡Vamos a comer! – grito animada la rubia.

- y a desearle un feliz cumpleaños a Fred – recordó Benny mirando con seriedad a sus amigos.

La rubia uso la excusa de poder perderse entre tanta gente para entrar del brazo con Benny al local. El pelinegro había notado el desánimo de la menor, y aunque no siempre le caía bien sabía que no podía ser cruel, o al menos no más de lo que ya había sido. Miro por una fracción de segundos a Felix y este le sonrió para que solo fuera con la rubia, asegurándole de que pronto se verían y pasarían un rato juntos.

- Cathy aun insiste con Benny ¿Eh? – comentó al aire Frederick mirando como el pelinegro era arrastrado por la rubia.

- Cosas de niñas, se le pasara – dijo Felix con cierto tono de confianza en la voz – más me lamento por Benny, el pobre tendrá que aguantar por un tiempo más.

- Yo me lo lamento por ti – rio el mayor – obviamente deseas pasar tiempo con Benny, yo igual lo extraño – su mirada cambio a más molestia con lo último.

- De mi parte, sabré esperar a que se le pase el enamoramiento a Cathy.

- ¿Esperar? ¿Acaso una amistad debe esperar por una niña? Además Cathy también es nuestra amiga – dijo algo extrañado Frederick.

Felix lo miro con astucia en sus ojos, parecía que había dicho algo fuera de lugar. Avanzó hacia el salón en donde ya había más niños jugando con varios animatronicos. En una esquina juntos desarmaban y armaban a una especie de zorro blanco, y en un escenario un conejo exageradamente maquillado tacaba una guitarra y un oso manipulaba un micrófono. Miro al castaño que lo seguía mientras ambos observaban curiosos el lugar.

- Aunque seas el mayor eres bastante inocente Frederick – golpeo con suavidad el hombro amistosamente – este local es bastante curioso, es como si esas cosas nos vieran solo a nosotros.

- Están hechos para tratar con niños, es su "naturaleza" – recalco la última palabra haciendo comillas con los dedos.

Felix recorrió nuevamente el local buscando al pelinegro, no parecía estar cerca de ellos. De repente su mirada se encontró con otra por una fracción de segundos, un hombre con rostro cansado vigilaba a todos desde lejos, como ocultándose del mundo, otro hombre más avejentado y con un aura oscura se acercó y pareció preguntarle algo. Sin razón alguna este último se giró y le miro con malicia, un extraño escalofrió le recorrió la espina y su cejo se frunció sin razón.

- ¿Quiénes son los que visten de morado? – preguntó sin apartar la vista.

- Son los guardias del local – respondió Frederick mirando alrededor despreocupadamente, siempre sabia de todo.

- Mmm son raros.

- Sus trajes son feos… ¡Oh! – Frederick jalo la manga de Felix con cierta ansiedad invitándolo a girarse.

Algo indeciso en si debía o no dejar de mirar a aquel hombre, se giró vencido por la curiosidad topándose con dos ojos dorados. La animatronico zorro de color blanco se les había acercado y le entregaba algo con la mano de metal que conservaba. Parecía de alguna forma sonreírle, y siguió insistiendo en que tomara lo que traía. Era un garfio.

- ¿Un garfio? No parece ser de ella – comento con suspicacia el castaño.

- Habrá más animatronicos que usen algo así, parece que se encaja en algo – observo el pelirrojo tomando el objeto y girándolo en su mano.

- Bueno, si lo encontramos se lo devolvemos, y si no pues… entregamos la pieza a alguien del local

- Me parece, gracias ammm – busco con la mirada algún indicio de nombre en la máquina.

Un niño apareció corriendo y encajo otra cabeza en el cuello de la animatronico. Rio con cierta ternura perturbadora y se abrazó a una pata.

- Mangle – grito con su aguda voz.

- Oh Mangle, gracias

La animatronico lo miro fijamente para luego desviar la mirada hacia los guardias que estaban tras Felix. La intuición del pelirrojo lo hizo voltear para ver nuevamente a la extraña presencia del hombre de risa maliciosa. Su ceño se frunció y mantuvo la vista por uno o dos segundos, los suficientes para ignorar el brillo rojo en la mirada de Mangle.

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¿Qué tal estuvo? Espero sea de vuestro agrado ;-; le pongo mucha dedicación! Me encanta escribir (Quiero ser escritora) y tomo este hobby como una practica! Ya llevo 3 capitulos escritos y les aviso que se pone muy triste :C subiré pronto el segundo, quiero ver que tal les parece. Este capitulo no es tan "Fonnie" pero un romance no surge de la noche a la mañana, pero ya en el otro se nota más el inocente sentimiento entre estos niños C: más que nada por su edad soy consiente al escribir.

Sin más que decir (creo) me despido! Un review? Un saludito? Mucho gusto y nos leemos pronto!