Este fic fue escrito por Angie Friki Black, me pidió que lo subiera debido a la falta de conexión de internet y las fechas límites que tenía que respetar.

Pelo de zanahoria, por Angie Friki Black.

Disclaimer: El universo de Harry Potter no me pertenece sino a Jk Rowling.

Este fic participa en la Tarea #4: "Familia Friki" del foro Hogwarts a través de los años.


Ginny Weasley se debatía entre fingir tener que ir al baño, y huir a su habitación. O simplemente quedarse dormida, cosa que, ciertamente no le sería para nada difícil.

Expongamos el contexto.

Ron era lo que podríamos definir como fanático –obsesionado, mejor dicho– de Viktor Krum. Tanto así, que cada vez que acontecía un juego, ¡por las barbas de Merlín! su hermano no podía perdérselo por absolutamente nada del mundo.

Y sí, exactamente eso era lo que estaba pasando ahora. No le desagradaba el jugador, para nada; de hecho, opinaba que su desempeño en el campo era digno de elogiar. Pero, ¿de veras resultaba tan necesario acompañar a Ron?

Mantener los párpados abiertos comenzaba a ser una tarea realmente difícil. Soltó un bufido por lo bajo, haciendo que su largo cabello pelirrojo le cubriera los ojos.

–¿Te imaginas poder conocerlo en persona? Tantas cosas que le preguntaría, tantas dudas que quedarían resueltas –los ojos de él, parecían cobrar un brillo especial. Ese brillo que adquieren nuestros ojos cuando hablamos de algo que admiramos o nos apasiona. La pregunta la sacó de onda un poco, en realidad estaba más al pendiente de una polilla que revoloteaba cerca de allí–. Ey, ¿me estás escuchando?

–Sí, Ron, te escucho perfectamente –lamentablemente para ella, por supuesto–. Y la verdad, creo que conozco más de su vida que de la mía –se abrazó a sus rodillas escondiendo su cara–, Deberíamos ir a dormir, mañana comienzan las clases.

–Como quieras, Ginny, yo seguiré un poco más. Descansa.

Se levantó con destino a su cálida cama, no sin antes darle un último vistazo a su hermano y al periódico que leía, en cuyo interior estaba el resumen del partido.

–Cielos, me pregunto si esa cabeza tuya no estará algo hueca –comentó para sí misma.