Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen. Bueno ^^ los países tampoco le pertenecen al Autor ni a mí…

Antes sabia que escribir al inicio de un fic, ahora estoy nerviosa, quizá por que mis amigas leerán esto y me da pena escribir tanta tontería. Como sea…

El fic esta basando en la independencia de los países bálticos y más. La desintegración de la URSS. Pensé en crear personajes OC, basándome en los otros países que pertenecieron a la Unión Soviética, pero era muuucho para mí. Así que lo dejo simple y sólo pongo los que se conocen en el Fandom.

Cualquier duda, un libro de historia, una rew o mp. Si ando mal me corrigen, no es una adaptación ni nada, esta basado, sólo eso.

Nota: Do Svidaniya= es Adiós en Ruso..

_____________________________________________________

Do Svidaniya

Natasha evitó tirar la charola con el té en la esquina del estudio de su hermano. Toris la había tomado del brazo de una manera poco cortes. Se sobresalto. Lo retó con su mirada fría y un gesto de desprecio que siempre le dedicaba.

—Hoy no te tengo miedo— fue la respuesta del lituano ante la expresión de la hermosa joven— no hoy, ni mañana…

Confundida, le dio un golpe en el rostro al momento que con la mano libre buscaba bajo su falda uno de los chuchillos que solía usar. Esta vez, Toris la tomó de las muñecas y la azotó en la pared. Desconocía esa violencia.

— ¿Qué te pasa? Le diré a mi hermano sino me sueltas… Me lastimas Toris— se quejó al sentir la verdadera fuerza de aquella nación. La hizo doblarse de dolor. Sus ojos se humedecieron, era la primera vez que se sentía vulnerable.

— ¿Que le dirás…? — dijo con un tono extraño de seguridad— llámalo, sabes que no vendrá a salvarte. Te desprecia como a todos…

La bielorrusa, intimidada por aquellos ojos fijos y ese valor desconocido, dejo de luchar y se resignó. Toris siempre trataba de ayudar a los demás, a veces la consolaba cuando Ivan la despreciaba y en ocasiones sentía que el lituano la amaba. Siempre tenía razón en sus palabras. Aunque ahora parecía desconocido, aún más de lo poco que sabía de él. Sin mucha más violencia, tomó las dos manos de la joven y la condujo a la sala de juntas. Era extraño que no hubiera guardias, solados, algún empleado en los pasillos. Sólo ellos. Empezó a sentir miedo y trató de liberarse con un tirón de sus muñecas. Forcejearon un rato. Toris respondió tomándola del cabello y volviéndola a someter contra la pared, pegando el rostro de ella contra la pintura.

— ¡Basta ya!— gritó— esto es serio Natasha deja de compórtate como una salvaje…

— ¿Estás enojado…? Esta noche mi hermano no te cogió como querías— aquellas palabras provocaron en el lituano una cólera que había guardado durante tantos años. Ella lo sabía y sabía demás. Dobló sus brazos a la esplada, trataba de controlarse.

— No estoy de humor para tus comentarios hirientes. Estás celosa por que tu hermano jamás te ha tocado ni por error— la volvió a tirar de los cabellos hasta llegar a la puerta— camina…

Enseguida la puerta se abrió. Edward los esperaba con un brazo lleno de carpetas. Al entrar ambos, la cerró. Raivis observaba todo desde un rincón, temblaba más de lo normal y tenía entrelazadas las manos como en una oración.

— ¿Todo va bien?— preguntó el estonio al ver el rostro de ira de Natasha.

— Sí— contestó el castaño. No quitaba su mirada de ella. Es sentimiento que creyó sentir por ella desaparecía gracias a la idea de independizarse.

— ¿Qué están tramando?— Natasha seguía a merced de las manos de Toris.

— Te conviene estar con nosotros…—puntualizó Toris— en verdad te conviene.

— Suéltame— exigió la joven agitándose al contacto de la piel del muchacho con sus muñecas— ¡Que haces! Eres un pervertido… ¡No!— gritó asustada al sentir una de las manos de Toris bajo su vestido. Quería deshacerse de cualquier arma peligrosa en las manos de aquella loca.

Sin querer rozó su piel cuando sacó el primer cuchillo. Natasha siguió quejándose, hasta que la última navaja quedó lejos.

Esta vez Toris no se disculpó, soltó a la joven que en seguida se le fue encima con una serie de golpes que esquivo hábilmente.

— Con eso no me detienes— dijo y corrió a la puerta. Toris la detuvo por el antebrazo. Edward se mantenía lejos de ella. Pesé a que compartía las mismas ideas que su hermano, seguía temiéndole.

— Grita, rompe… eso es lo que quiero, que Ivan te escuche y venga a saber que pasa.

— Ivan esta dos pisos abajo. Quizá tiene que gritar más— sugirió Edward no muy convencido de lo que había dicho.

Toris sin mucho ánimo se acercó a Natasha, se aflojó la corbata. Acorraló a la joven con sus dos brazos cerrándole el paso.

— ¿Quieres traer a mi hermano? Ve por él. No voy a gritar…

— D-Date prisa Toris… p-pronto será la hora— recordó el letón sin dejar de temblar en su rincón.

El lituano cerró los ojos resignado y con un temblor de sus manos, tocó los pechos de la muchacha y desató el moño del vestido. Natasha estaba helada ante la acción.

—¿Qué pretendes?

— Llama a Ivan… por que te aseguro que no me detendré— sin esperar la respuesta se le fue encima. Levantó su vestido intentando quitar las pantaletas. La joven sintió los dedos de Toris en medio de sus piernas y tuvo que gritar, más por miedo que por querer que su hermano la rescatara. Trató de separarlo golpeándolo en le espalda. Miraba a Edward que se concentraba en el escritorio revisando papeles, indiferente a lo que estaba sucediendo. Raivis miraba hacía otro lado ante la acción y por la mirada de ella.

— Voy a matar a Raivis, te lo juro— amenazó con lágrimas en los ojos. Las manos de Toris seguían bajos el vestido, tocando su piel.

— Rápido Toris… Yakaterina dijo que tenía que ser a esa hora… sino…

— ¿Mi hermana? — preguntó Natasha luchando aun con Toris para que no le quitara el vestido.

— No es tan fácil, dame una mano entonces— se dirigió al estonio, Toris no sabía como manejar la situación al ver la resistencia de la menor de los soviéticos.

No es mi parte— se limitó decir Edward. Continuó con el papeleo.

Desesperado, giró a Natasha dejándola de nuevo contra la pared, tomo sus manos y las amarró con el listón de su cabello a la espalda. La fuerza de Toris era sorprendente, no podía hacer nada. El lituano levantó el vestido. Ella sscuchó como bajaba la cremallera del pantalón.

—¡No, no lo hagas!, voy a llamarlo… por favor no te atrevas…— Toris suspiró aliviado al oírla llamar a su hermano. Realmente no quería hacer aquello.

Pegó la oreja a la puerta, entre los gritos de Natasha, escuchaba pasos en el corredor.

— Listo Edward… creo que ya viene. Sigue gritando Natasha…

Toris se apartó de la puerta. Sacó un arma de su traje y la puso en la cabeza de Natasha. El estonio cortó el cartucho de un rifle esperando que se abriera la puerta. Raivis nervioso, sacó de su saco un revolver que temeroso, apuntaba a la puerta. No quería decepcionar a sus hermanos, quería ser libre con ellos.

Tal como lo planeaban, Ivan cruzó el umbral asombrado por el escándalo. Al ver a Edward apuntando directamente a su cabeza y apreciar el estado de su hermana, delante de un Toris desaliñado, apuntando a la platinada cabeza. Sospechó. Natasha temblaba, trató de contener el llanto y decir algo moviendo sus labios: "Vete, ellos traman algo"

— Ivan…—dijo Toris— en la mesa hay unos papeles que tienes que firmar, sino lo haces, mataremos a tus hermanas.

Ivan seguía con su expresión de sorpresa.

— ¿Qué papeles?—preguntó a Edward ignorando a su hermana con Toris.

— Es…nuestra independencia—dijo el estonio, trató de sonar lo más decidido.

Ivan seguía sonriendo, su expresión despreocupada los aterraba. ¿Tramaba algo?

—Sino lo haces… mataremos a tus hermanas— amenazó Toris presionando más el arma contra la cabeza de Natasha.

— ¿Mis hermanas? Yo sólo veo una. Katyusha esta ocupada— pese a las advertencias, seguía sonriendo, inquebrantable. Se acercó al escritorio por la curiosidad de los papeles. Hecho un vistazo y rió— ¿Fui idea tuya Toris?

Nadie respondió. Raivis seguía apuntando con su arma. Trataba de sostenerla con fuerza para que no temblara con él o peor aún, se le escapara una bala. Deseaba que terminara rápido. Que firmara sin ningún problema, quería estar en casa y sus viejos conejos.

No espero la respuesta y dejo los papeles en el escritorio. Miró a Edward que apuntaba fijamente a su frente. Sus ojos le decían que dispararía si era necesario. Escuchó a Natasha quejarse. Toris paso su brazo por el cuello haciendo más presión.

— Hermano… no firmes nada— logró decirle.

— De verdad, ¿de quien fue la idea?— volvió a preguntar. Vio a la temblorina de Raivis y se acercó a él. Era probable que de él obtuviera respuestas. No era tan fuerte como sus hermanos— Raivis… ¿Toris planeó todo?— su presencia era intimidante, sus sonrisa aterradora.

— ¡No te acerques a él!— grito el estonio aun con el arma. Conocía a Ivan, no permitiría que asustara más al pobre Ravis.

El letón seguía temblando sin bajar el arma que apuntaba al pecho de Ivan. Titiritaba su mandíbula y las lágrimas comenzaron a correr por las mejillas. Afortunadamente Ivan se detuvo. Todo aquello le estaba produciendo un enojo interno y más curiosidad por saber quien fue el autor.

— Prometo no enojarme contigo Raivis, sólo dime quien ideó esto… — los ojos de Ivan se perdían fijamente en el menor. Haciendo sus temblores más continuos. Lo estaba dominando con su sola presencia. Reculó unos pasos hasta quedar contra la pared. El rostro de Ivan lo aterraba.

— Yakaterina— dijo finalmente con la voz cortada, pero no bajo el arma— ella…

— ¡Raivis!— Toris gritó antes que Raivis hablará de más— no hables…

— Vaya… ¿mi propia hermana? ¿Esperas que crea eso Raivis…?

— E-Es… es verdad… pero n-no haga n-nada a mis h-hermanos.

— Baja el arma y hablamos

— ¡NO RAIVIS!— una voz familiar se escuchó en la sala.

Ivan sintió un escalofrío al sentir un filo en la espalda. Yakaterina Braginskaya estaba tras de él. Su propia hermana lo había traicionado. La mayor, con la que tenía más afinidad y un ejemplo materno que siempre le había mostrado. No podía creerlo. La ucraniana lo tenía acorralado.

— Tienes que firmar— pidió Yakaterina con el trinche en las manos apuntando la espalda de Ivan.

_________________________________________________

Gracias por leer y el tiempo y esas cosas, bla bla.

Espero que les guste, como es la primera parte, me dicen si puedo subir la segunda, aun que… aún no la empiezo pero va saliendo. No quiero dejar esto a medias ¬¬ como otro que tengo por hay.