Hola, este es un long fic para "la actividad de Crossovers del foro Proyecto 1-8". Espero que les guste.

Aclaraciones: Digimon y Delirium no me pertenecen, para mi desgracia. Recomiendo leer Delirium la primera saga para entender mejor el contexto pero no es obligatorio, cualquier duda me pueden preguntar. Este capítulo es antes de la línea de tiempo del primer libro y los personajes principales serán nuestros queridos niños elegidos.


Esta historia comienza con una tarde cualquiera, se encuentra un par de chicos navegando en la web. El castaño tiene 17 años y su amigo pelirrojo 16 años, los dos son de clases sociales diferentes, a pesar de todo son buenos amigos. En la red encontraron una página web diferente a lo normal, anunciaba una fiesta en la cual podían ir personas de ambos géneros y no importaba si se operaron o no, en simples palabras una fiesta ilegal.

—Taichi, no deberíamos ir a esa fiesta. Aun somos menores de edad, sabes que no podemos salir por el toque de queda. ¿Qué pasaría si algún oficial nos atrapa? —dijo el pelirrojo nervioso.

—Koushiro, vamos solo se vive una vez y después de la cura no seremos los mismos. Además veo que lo estás pensando, un punto a mi favor. De seguro tienes mucha curiosidad de como hicieron para hackear el sistema —hablo con confianza Taichi.

—Bueno si, pero es muy riesgoso.

—Iré contigo o sin ti —así dando a entender a su amigo que no se retractaría de su decisión.

—De acuerdo, iré.

—Nos encontramos en el parque, de allí seguiremos camino a la granja abandonada donde harán la fiesta.

Aquella página web también fue vista por dos chicas al otro lado de la ciudad. Una de ellas emocionada y la otra intentando que su amiga entre en razón y no acuda a un evento tan peligroso.

—¡Sora, hay una fiesta! ¡Tenemos que ir!

—Mimi, no quiero arriesgarme. Y si al ir a esa fiesta te contagias de la deliria.

—Pero Sora, dentro de un año será tu operación y ya no serás la misma... —insistió con tristeza y con la cara más adorable que pudo hacer —. Por favor ven conmigo.

—Deja de poner esa cara de perrito. Vale iré contigo —se rindió por caer ante la adorable cara que puso su amiga.

La fiesta comenzaría al anochecer, los chicos y las chicas iban sigilosamente, evitando que alguien descubriera que estaban violando el toque de queda. Cada grupo por su lado llego a la fiesta.

Al llegar a aquella granja abandonada se veía a la gente bailando al ritmo de la música, dándose aquel privilegio que le ha quitado la sociedad. Cada canción que seguía tocando la banda su ritmo se volvía más fuerte.

Taichi y Koushiro estaban sorprendidos, aunque el primero estaba más emocionado que el segundo que estaba temblando apunto de escapar. Sin embargo, algo los dejo con la boca abierta, el vocalista de la banda que estaba tocando era el hijo de uno de los principales líderes de su sociedad.

—Taichi, el rubio de ahí no es …

—Es Yamato Ishida, no me lo esperaba. Parece que el niño rico se volvió rebelde.

—Pero tiene que tener cuidado, si alguien se enterara de esto.

—No te preocupes, aquí nadie lo acusara

Los chicos intentaron caminar entre la multitud hasta que algo llamo la atención del castaño, una linda pelirroja que a metros de distancia de distancia se veía nerviosa con una castaña que parecía estar disfrutando la fiesta. A pesar de que Koushiro intentaba persuadirlo a no acercarse a chicas que no han sido curadas, él solo jalo a Koushiro e ignoro todo lo que le decía.

—Hola chicas parecen que son nuevas por aquí —hablo Taichi con una voz confiada.

—Quizás, ¿y ustedes no? —dijo coquetamente Mimi.

—Mi nombre es Taichi y el chico que se quiere escapar es mi amigo Koushiro —dijo mientras agarraba de la camisa al pelirrojo para que no huyera.

—Yo soy Mimi y mi amiga es Sora —pronuncio alegremente la castaña, pero de repente esa sonrisa se volvió algo maliciosa —. Taichi, tengo una idea: yo convenceré a tu amigo de disfrutar la fiesta si tú convences a la mía. ¿Trato?

—Trato —acepto antes de que Sora o Koushiro se opusieron ante la idea.

Sora estaba nerviosa, era la primera vez que estaría con un chico de su edad que no sea de su familia o este curado. Taichi al ver su nerviosismo intento calmarla, prometiéndole que nada malo pasaría y le dedico una sonrisa sincera que hizo que el corazón de Sora diera un salto. Poco a poco se dieron cuenta de los temas en común que tenían, ya no era un ambiente tenso sino uno agradable.

—Sora, ¿crees que nos podemos volver a ver?

En la mente de la pelirroja gritaba que dijera que no, en una sola noche había roto muchas reglas, que debería agarrar a Mimi y salir corriendo de allí. Pero sin darse cuenta la respuesta que ella menos esperaba salió de sus labios.

— Sí.