Luego de bastante tiempo decidí escribir mi propio fic. Sólo la empecé, no tengo planeado qué va a ocurrir -como me pasa con A Thousand Miles- pero con el tiempo y mientras voy escribiendo surgen nuevas ideas :) El primer capítulo es corto.. bastante corto, pero seguramente los próximos capítulos también sean de éste tamaño, sólo para poder actualizar más seguido (si es que puedo xD)
Los personajes son de J.K Rowling.
Me encontraba huyendo del maldito engendro más conocido como Scorpius Malfoy. Los anchos pasillos de Hogwarts, para mi suerte, se hallaban vacíos ya que todos se encontraban en el Gran Salón almorzando, excepto yo. Yo, que estaba empapada de zumo que acababa de lanzarme encima nada más ni nada menos que Scorpius. ¿Qué tiene contra mí ese chico? No lo sé, pero no lo soporto, lo odio. Me hace la vida imposible, siempre encuentra algo para arruinarme el día con sus bromas pesadas y que sólo a él le causa gracia. Lo que más rabia me da es que Albus se encuentre todo el día con él y no me ayude. Se supone que entre primos deben cuidarse entre sí, ¿no? Pues creo que la compañía de Scorpius le estaba atrofiando el cerebro, y, verdaderamente, no lo culpo de las consecuencias que sufre con esa lámpara humana. ¿Por qué lámpara humana? Es simple, sólo tienes que mirarle el cabello a 'Scor' y te puede dejar ciega, te lo aseguro.
Sólo oía los golpes que provocaban mis zapatos mientras daba grandes zancadas hacia la sala común de Gryffindor. No podía creer que mi mejor amiga, Marine, estuviera enamorada de él, ¿qué podría verle? No lo sé, sólo tiene unos lindos ojos verdes, pero el resto.. ¡ni siquiera buen carácter tiene!
Entré al lugar en el que me sentía más segura, a la cálida y acogedora sala completamente vacía. Banderines rojos y dorados con la insignia de nuestra casa colgaban por doquier en la templada habitación. Pisé una de las acolchadas alfombras que había en el lugar y estaba por subir a mi habitación cuando advertí que alguien estaba entrando a la sala.
- ¡Rose, te he estado buscando! ¿Qué rayos ha ocurrido? -exclamó alguien detrás de mí. Giré y me encontré a la castaña de ojos miel. Las llamas de la hoguera hacían que su cabello luciera de un tono rojizo, aún más rojizo que el mío.
- Marine –dije sin sorprenderme y señalé mi capa mojada. – Tu novio –agregué rodando los ojos.
- ¿Mi lindo Scor otra vez? –preguntó con sus manos sobre su pecho y ojos soñadores. La fulminé con la mirada. – Quiero decir, ¿el maldito Scor otra vez? –Se retractó frunciendo el ceño y cruzándose de brazos. Le sonreí y me quité la capa para luego apuntarla con la varita y secarla.
- Si, esa cosa.. –contesté sentándome en el mullido sillón que se encontraba frente a la chimenea que emanaba ondas de calor, matando así al frío que se colaba por los cristales junto a algunos rayos grises del cielo. – Prometo que me vengaré –dije, aunque estaba hablándome más a mi misma que a Marine. Ella sólo me miró con cara de desaprobación. – No será tan grave, prometo eso también –accedí aburrida y le sonreí burlonamente.
- Gracias, creo –dijo confundida y luego rió. Ella desde la primera vez que su mirada se había cruzado con la arrogancia pura en los ojos de Scorpius estaba enamorada de él. Mejor dicho, desde primer año. Ella es también la que siempre arruina mis planes malignos contra el Slytherin que hace de mi vida algo imposible. Procuro no decirle lo que pretendo hacerle a Scorpius.. pero Marine de algún u otro modo logra descubrirme sin que yo abra la boca siquiera. Aún así, aunque siempre echara todo a perder, la adoraba. Era amigable y leal, eso por descontado.
- Créeme que no te entiendo, Marine.. ¿Qué te gusta de ese chico? –Formulé una vez más esa pregunta. A ella no le gustaba, en realidad, odiaba que siempre le dijera lo mismo pero es que a nadie le puede caber en la cabeza que a una dulce chica le guste un muchacho totalmente opuesto a ella. ¡Scorpius no tenía corazón! Marine, como yo hacía muchas veces con ella, me escrutó con la mirada. – Sus ojos, su cabello y.. ¿su forma de ser? –Repetí la respuesta que ella siempre me daba, aunque con eso sólo me dejaba aún más confundida.
- Yo a ti no te digo nada sobre ya sabes quién.. –contestó con una sonrisa de suficiencia. De acuerdo, Thomas, el chico que me gustaba hace unos cuantos años, no era ninguna joya pero a mí me trataba bien. Su cabello cobre y despeinado.. esos ojos verdes, su sonrisa.. ¡era perfecto! Al menos para mí.
- ¿Vamos a dar una vuelta, si? –pregunté para cambiar de tema incorporándome del sofá. Caminé deprisa hacia la puerta de salida de la sala común y miré hacia atrás pues no oí que Marine se haya levantado. Efectivamente, seguía allí en el sillón cruzada de piernas y brazos, con su cabello lacio cayéndole sobre sus hombros. - ¿No vienes?
- No. Prefiero estar aquí que ver la estúpida cara de Scorpius por allí –dijo haciendo cita a lo que le había contestado yo unos días atrás cuando ella me había invitado a una caminata. Le saqué la lengua arrugando la nariz y salí de la sala.
Al deslizarse el gran muro de piedra que teníamos como puerta, advertí que el almuerzo ya debía de haber terminado pues varios alumnos ya rondaban por allí. Oí un gran murmuro a lo lejos, varias personas riéndose. Decidí ir a ver de qué se trataba, no es que fuera cotilla sólo que estaba aburrida. Caminé lentamente hacia el lugar de donde provenían las carcajadas y me topé con un grupo de alumnos de varias casas que se estaban dispersando, la diversión ya había pasado.
- ¿Qué ocurrió? –pregunté a uno de los chicos que se encontraba allí.
- Malfoy –dijo entre risas, tomándose su estómago. Yo sonreí divertida sin entender de qué hablaba pero el chico no paraba de carcajear. -, alguien le quitó los pantalones y tenía unos bóxers rosas –Lo miré boquiabierta. ¡Me lo había perdido! Pero.. ¿quién le había hecho eso? Lo averiguaría… para agradecérselo, por supuesto.
- Gracias –murmuré cuando divisé a Albus a lo lejos. Corrí hacia él y lo tomé por el hombro.
- Que eres chismosa, ¿eh? –dijo girándose y sonriéndome pero con un dejo de desaprobación. Yo lo miré expectante. – Pues.. no te lo diré –Sonrió con malicia y comenzó a caminar hacia las mazmorras.
- ¡Albus! -exclamé y me colgué de su cuello. – Habla o.. ¡contaré a todo el mundo que duermes con un teletubbie! –murmuré en su oído. – Me refiero a el muñeco.. claro –aclaré y no pude evitar reír por lo mal que había sonado mi amenaza.
- Rose –comenzó con un tono de arrogancia y aburrimiento, caminando aún conmigo colgada de él. – Todo el mundo sabe eso. –dijo como si no le importara. Albus era un poco más alto que yo, y lucía bastante como tío Harry –más por sus ojos- pero a diferencia de su padre muchas veces podía ser un poco soberbio. Era algo flacucho pero sus ojos verdes brillantes y ese corto cabello oscuro despeinado lo hacían lucir guapo (no es que me guste mi primo, sólo que en verdad luce bien).
- ¿Y Marine también sabe que tienes fotos de ella en tu habitación? –pregunté y él paró en seco de caminar, sin contestarme. – Touché –susurré en su oído y me bajé de su cuello. Caminé por su lado y me paré enfrente con los brazos cruzados. – Escupe.
- No puedes amenazarme siempre con lo mismo –espetó con el ceño fruncido y sus mejillas inmediatamente se sonrojaron. Eso era lo malo de ser algo pálido.
- Sí que puedo, ¿acaso hay alguna regla que diga lo contrario? No lo creo, amigo.
- De acuerdo –aceptó rodando los ojos y negando con la cabeza. – Alguien le ha puesto pegamento en el asiento a Scorpius y..
- Esa persona merece un homenaje –interrumpí sonriendo y me tapé la boca por la mirada enojada de Albus.
- Y.. Scorpius tenía unos bóxers que se le habían teñido color rosa.. por error –continuó sonriendo con malicia.
- Y yo me chupo el dedo –dije sarcástica arqueando una ceja.
- No sé lo que haces, Rose –contestó entre risas y yo le pegué un leve puñetazo en su hombro. - ¡Auch! Sólo dije la verdad –Se quejó frotándose donde lo acababa de golpear.
- Gracias –respondí haciendo caso omiso a lo que decía y me puse en puntas de pie para darle un beso en la mejilla y luego volver a mi sala común.
- ¡Ni se te ocurra abrir la boca! –exclamó Albus detrás de mí y me giré para asentir con la cabeza.
Volví mi vista al frente dándome de lleno contra un pecho. Instantáneamente caí hacia atrás sentada y me puse una mano en la cabeza, adolorida por el golpe. Levanté la mirada hacia arriba, ¿cómo rayos hizo para vestirse tan rápido? Sí. Era Scorpius, y a él el golpe no le había afectado en nada pues se mantenía ahí parado con esa sonrisa de malicia –que es la única sonrisa que tiene- y su mirada altanera.
- Lo siento, no te ví –Me burlé levantándome del suelo. ¿No se supone que eso me tendría que decir él?
- Perdonada, Weasley –dijo sonriendo de lado.
- ¿Qué? ¿Hola? ¿Hay algo allí? –pregunté señalando la cabeza del chico. – Existe algo que se llama ironía, ¿sabías?
- Y por desgracia también existes tú –contestó con el ceño fruncido. ¡Agh! ¡Era insoportable! Si no fuera porque uno de los prefectos de su casa estaba rondando por allí –y también nos miraba atentamente- le hubiera estampado una bofetada en sus pálidas mejillas.
- Me agrada la idea de que pienses de mí lo mismo que pienso de ti –Una sonrisa burlona surgió en mis labios.
- Como si me importara.. Adiós, Weasley, piérdete en el bosque prohibido y hazle un favor al mundo –dijo comenzando a caminar para luego chocarme con su hombro. ¿No le bastaba con el golpe que me hizo dar contra el suelo hace tan sólo minutos?
- Adiós.. ¡Ah! Y por cierto.. ten más cuidado en no teñir tus calzones –exclamé en un alto volumen y varios de los que se encontraban allí rieron. Él se paró unos segundos y luego siguió su paso, como si se hubiera contenido a hacer algo.
Volví hacia la sala común de Gryffindor, todavía preguntándome quién podría ser el genio –o la genio- que le había puesto pegamento en el lugar de Scorpius… No es que una persona tuviera que tener bastante inteligencia para jugar una broma así, pero yo, de las veces que había intentado, siempre he fallado. Pensé que podría ser alguien de Ravenclaw, pero ellos son muy educados y nunca se meten en problemas, al igual que los de Hufflepuff que son como muy callados y siempre se mantienen al margen de todo. Las únicas casas de las que esa persona podría pertenecer son Gryffindor y Slytherin. Lo averiguaría, de algún modo conocería a esa persona.
Perdón por lo corto, sólo quería ver qué pensaban.. si les gusta la idea, si quieren que siga escribiendo, si es pésimo, ¡lo que sea!
Reviews son super hiper mega super duper bienvenidos, en serio, más aún en el primer capítulo los necesito :)
Saludos!
