Esta historia es participante del concurso: !La navidad es un mito! del foro Ranmaniáticos, una historia simple para no desaprovechar la fecha, ojala la disfruten y les agrade un saludo!
Una típica Navidad.
23 de Diciembre.
Los gélidos aires y la nieve hacía ya unas semanas que se había comenzado a hacer presente, tan blanca y pura como todos los años, a pesar del frio que dominaba el ambiente, toda Nerima se encontraba tan cálida e iluminada que el invierno no hacia mella alguna en el ánimo de sus habitantes y uno que otro árbol de navidad ya se erguía orgulloso con esferas y mil colores.
Los coloridos adornos y el vapor de las chimeneas de las casas se elevaban por toda la prefectura, el sol comenzaba a caer y el reflejo de los haces de luz que rebotaban en la nieve deslumbraban, pero daban un paisaje a la distancia del destello y el naranja del cielo, causado por los rayos del sol y como ambos se unían a la distancia dando un efecto de no saber dónde empezaba uno y terminaba el otro, capaz de embriagar a cualquiera.
A pasos lentos una joven deambulaba por entre los puestecillos que se organizaron improvisadamente para aprovechar la época y vender sus mercancías, había terminado las compras para la cena y gran festejo en casa de los Tendo y se había desviado para poder examinar cada uno como si de un inspector se tratase, paro repentinamente.
-! Este es!- Se sobre salto.
A lo lejos era espiada por un chico que a pasos de ninja se movía con enorme cautela, esperando el momento adecuado.
La muchacha alzo el objeto, era un diminuto oso de peluche blanco, con un pequeñísimo sombrerillo navideño rojo con una esfera blanca en la punta y llevaba un corazón en las manos.
-! Ah! !Que lindo es!-
-Excelente elección señorita.- El viejo del puesto, hacia lo posible para cerrar la venta.
-! Me lo llevo!- dijo sin basilar la muchacha.
La joven caminaba alegremente dando saltillos cada 3 pasos, la fecha le encantaba, le alegraba las luces de colores, los villancicos, si fuese unos años más joven, aprovecharía para jugar y lanzarle bolas de nieve a los más grandes, mientras hacía ángeles en el suelo, pero lo que más amaba era el banquete que se daría la noche de navidad, "la excusa perfecta" pensaba ella.
-!Akane!,...por favor espera.-
-Uh.- La chica interrumpió sus pensamientos.
Una sonrisa le salió del estómago. -! Ryoga!-
-Akane... yo... bueno... pasaba por aquí... y... bueno...- El muchacho balbuceaba.
La joven de cabello corto sin quitar la sonrisa puso una cara de incógnita, mientras el joven de la vandana extendía sus brazos y en ellos sostenía una caja amarilla envuelta con un moño rojo.
-! Ah!, !¿es para mí?!-
El muchacho totalmente rojo y paralizado, movió robóticamente la cabeza.
A la joven de cabello corto le inundo la sorpresa atizada con curiosidad. -No te debiste molestar jejeje.- mientras alcanzaba el presente.
Y a unos centímetros de que tomara la pequeña caja.
-! Hola!,! Cerdito!-
Ranma con destreza milimétrica aterrizo justo en la cabeza de Hibiki.
-!Ranma!, !¿qué diablos te ocurre?!-
-R...A...N...M...A...- El chico del colmillo salto tratando de alcanzar a su eterno rival
Este rio. -¿Los interrumpo par de enamorados?- Akane enfureció y Ryoga se sonrojo.
-Deja de molestar al pobre de Ryo...-
Ahora toco el turno a una bicicleta de aparcar en la nuca del muchacho de amarillo, este solo se limitó a soltar una lágrima y hacer señas con las manos.
-!Airén!, vengo por ti, para que me acompañes a mí y mi abuelita a la cena...-
-! ¿Oye que te pasa?!- grito la chica de cabello corto.
La amazona sin perder tiempo se abalanzo sobre Ranma.
-Dile a esa machorra que vendrás conmigo, amado mío.-
-! Aléjate de mí!- Mientras intentaba zafarse de los brazos de la peli-azul.
La caja ya había caído al suelo y Ryoga hacia lo posible para recuperarla.
-!HAHAHAHAHAHA!-
-Ranma mi amor, te quiero en mi... !Oye tu niña!, !suéltalo ahora mismo!- La rosa negra se sobre salto.
Shampoo le saco la lengua a Kodachi.
-!OOOh!, con que esas nos tenemos.-
-! ¿De dónde salen ustedes?!- espeto el chico de la trenza.
El jaloneo se intensifico, mientras a la pequeña caja la pateaban en el forcejeo, esta se estropeaba mas y mas, el pobre chico del colmillo hacia el esfuerzo por alcanzarla, hasta que el oji-azul termino por pisarla.
-!RANMA!-
Las chicas y el chico de la casaca roja se sobre saltaron, los ojos de Ryoga casi brillaban al rojo vivo.
El joven de la tranza retrocedió.
-!Shampoo!- Un muchacho de larga cabellera pronto se les unió, vio la escena y se encontró con que Kodachi y la amazona estaban casi encima del chico.
-!Saotome!, !¿cómo te atreves?!, !¿que no te basta con una?!, !me las vas a pagar!-
-Eso es todo yo me largo de aqui.- el chico salio disparado y tras el Shampoo, Kodachi, Mousse y Ryoga.
La menor de las Tendo se quedó atrás sumergida en su propio enojo, aun tenía el pequeño oso de peluche entre manos, se disponía a regresar a su casa y al dar el primer paso, algo crujió bajo la planta de su pie, de inmediato se sobre salto, miro al suelo y se sorprendió al ver la caja o lo que quedaba de ella, que el chico de la vandana pretendía darle. Se agacho, la tomo y se levantó con ella, con cuidado la abrió y de su rostro salto una sonrisa involuntaria llena de ternura.
Habiki intentaba regresar a donde acampaba, ya había recorrido varias calles y callejones, el tratar de hacer pagar a su rival le costó perderse en Nerima, al final su venganza no se completó y regresaba maldiciendo entre dientes. Sin prestar atención alguna paso por enfrente del U-cchan justo en el momento que Ukyo lo estaba cerrando.
-¿No me digas Ryoga, que estás perdido?-
El muchacho reacciono -!Ukyo!-
-¿Qué?, ¿no me habías visto?-
El chico seguía maldiciendo.
-¿Hace cuánto que llegaste?-
-Un par de días.-
-¿Y a dónde vas?-
-Al parque, bueno adiós.- Ryoga aún estaba furibundo.
-Oye espera... bueno... cariño estaba pensando... ya que estas aquí por que no pasas, ya sabes es la noche antes de navidad y es una excusa para reunir a toda la familia y... a los amigos.- La chica le guiño el ojo.
Un milagro de navidad se hacía presente, como si el cielo se hubiese abierto y trompetas celestiales anunciaran la entrada en escena de una chica de rostro esculpido por los mismos ángeles haciendo una invitación al mismísimo paraíso.
