ODIO, TRISTEZA Y ARREPENTIMIENTO.

Te veo abrazada a él, el que ahora te acompaña, te protege, te hace feliz y también te ama y como veo tu le correspondes.

Todavía me duele ese día y si por mi fuera ya me hubiera arrancado el corazón por el dolor q me produce recordarlo, pero no puedo, porque por la única razón por la que sigo vivo, es por ver que estés bien y que no vuelvas a llorar sino, que a sonreír como siempre tuvo que ser.

Recuerdo el día en que por mi idiotez te perdí, ese día peleamos como nunca lo habíamos hecho, no sabía lo q decía, y según después recordé te dije que no serbias para nada y que mi vida sin ti sería mejor, pero la peor te dije te odio, todas esas palabras eran una vil mentira, y tu las creíste y en ese momento tus ojos reflejaban la más pura tristeza y de tus ojos empezaron a emanar lagrimas de esa misma, saliste corriendo quien sabe a dónde, cuando volví a mirar ya no estabas. Yo como un idiota me quede hay parado como si tú no te alejaras y contigo te llevaras mi vida, mi corazón y las ganas de vivir que hace poco había descubierto que tenia, y no te vi mas, casi por dos semanas sentía el vacio, que dejo mi corazón al irse contigo.

Pero un día mientras volvía del infierno de trabajo que tenia, y cruce la puerta sabia que otro día mas sin ti sería peor que mi trabajo, pero me llego el olor de tu perfume y las esperanzas volvieron a aflorar en mi corazón ya bastante desecho que volvía a mirar una oportunidad de ser feliz de nuevo. Corrí lo mas que pude a la habitación, al cruzar el marco de la puerta te vi, pero la luz de esperanza se esfumo tan rápido como llego.

Hay estabas tú sí, pero al frente tuyo unas maletas con tal vez tus cosas, estabas de espaldas y al momento de voltearte me miraste con tus ojos jades, rojos de llorar y unas profundas ojeras bajo estos, tu piel más pálida que la mía y la mirada más ida que haya visto nunca, pasaste al lado mío sin siquiera mirarme, y como llegaste hay así te fuiste sin dejar indicios de que estabas hay.

Pasaron meses en los que más de una vez pensé en suicidarme pero, ese intento de huir como un cobarde siempre se esfumaba al retractarme siempre y nunca poder hacerlo.

Las mujeres, el alcohol y la soledad anestesiaban el dolor pero solo por un tiempo, pero este siempre volvía, como si de un germen indestructible se tratase, eso duro unos dos años.

Que años más grises los que pase con tu ausencia, pero como todo un tonto, cuando te volví a ver, cuando bajaste de ese enorme camión de mudanzas estacionado, unas cuantas cuadras mas allá de mi casa, la vida, el corazón, el alma todo lo que creía perdido lo volví a sentirlo, y tal como llego se fue, como si nunca lo hubiera vuelto a sentir.

Contigo había alguien más, un hombre que te abrazo por los hombros protectoramente, y cuando lo hiso tú te sonrojaste, como cuando tú estabas con migo, le sonreíste y como si nada entraron a la que sería su nueva casa.

Y siguen pasando los años y el dolor no se apacigua, con el tiempo he aprendido a no desear morir, y me propuse una nueva meta, velar por que seas feliz, velar que el que ahora te acompaña no sea un bastardo inservible como yo lo fui, y prometí que lo vigilaría para que haga lo que yo no hice, y el día que cometa el mismo error que yo, me encargare de que abra los ojos y se dé cuenta de lo que se está perdiendo.

Todavía te amo sakura, no lo olvides, pero me queda la duda

¿Me recordaras?-tal vez

¿Me seguirás amando?-lo dudo

¿Me odiaras?-puedo afirmar que si

Seguiré con mi vida, simplemente con mi odio, por mí mismo, mi tristeza, al haberte dañado y mi arrepentimiento al dejarte ir.

Adiós y no lo olvides todavía te amo.