En estos momentos se podía apreciar la figura de una bella dama; cabellos largos de color rubio dorado, unos orbes de color celeste como el cielo en su mayor esplendor, piel blancuzca como la nieve misma. Parecía una muñeca de porcelana fría, de esas que no quieres tocar por el hecho de llegar a romperla. El silencio que reinaba ese lugar, ese momento, se vio interrumpido por el llanto de un bebé. – Mi niño… - Dijo la mujer, tratando de calmar al pequeño que antes dormía plácidamente en sus brazos. – Te extrañaré – Admitió. Comenzó a caminar, apurada, como si su vida dependiera de la próxima acción que iba a hacer, y esto último en parte era verdad. – Adiós, Lenny, no me odies – Depositó al pequeño bebé en una cesta o una cuna, dependiendo del punto de vista de cada uno.

Y es así como inicia nuestra historia…

- ¡Len! ¡Len! – Una voz rompía el silencio de los pasillos. Giró su cabeza, visualizando a la persona que le llamaba. – ¿Qué quieres, Gumiya? – Preguntó de una manera un tanto hostil, algo tan común en Len, pero a la ve diferente, solía hablarle de esa manera a las persona que no conocía. – Ehm, ¿recuerdas que íbamos a hacer esa pequeña salida esta tarde? – Asintió. – Bueno, ni Gumi, ni yo podremos ir. Nuestros padres decidieron unirse, para castigarnos a ambos – Muchos creían que Gumi y Gumiya eran hermanos, pero no era cierto, era todo falso. – Está bien, los problemas pueden pasar, iremos en otro momento, ¿les parece bien? – Len no parecía enfadado o molesto, se sentía… "meh", no se podría definir bien qué es lo que sentía el rubio en esos momentos, siempre será una incógnita su pensamiento. - ¡Claro! Iremos la semana que viene, ¿está bien? – Len simplemente asintió, para después dar media vuelta y desaparecer del campo visual del peliverde. "¿Qué le pasa a ese muchacho?" Pensó Gumiya, viendo como Len se alejaba.

En otra parte de la cuidad

Se podía observar la figura de una mujer rubia, una a adolescente más bien. Suspiró. – ¿Dónde estarás? – Otra alma apareció a su lado, mostrándole una carta. – Es para ti – Observó la carta que le extendió la mujer. – Gracias – Comentó, concentrándose más en la carta. - ¿Esto es…? … Desapareció – Exclamó, al ver que la mujer que le entregó ese pedazo de papel no estaba más. Leyó, curiosa, el contenido de esa carta. – No… no puede ser… - Abrió los ojos como plato. ¿Era verdad lo que decía? No, no era posible.


Holaaa~! ¿Me extrañaron? De seguro no D':

Dejando de lado mis tonterías y dramas, espero que les guste este nuevo fic que estoy haciendo, prometo actualizar rápido, capaz que un capítulo por semana y media. -w- Lo sé, es corto, pero sería como el inicio de la historia, más que anda el principio.

Vocaloid no me pertecene, créditos a sus dueños, en este caso Crypton Future Media & Yamaha.

Si les gustó, me lo pueden hacer saber con un review! No sean malos. ; ^ ;

Ahora sí, me despido, nos vemos~!