Capítulo I: Un pequeño problema
Una joven miko de 19 años caminaba lentamente hacia un claro del bosque, sus pasos eran lentos y decididos, su mirada azulada perdida en sus recuerdos, en su hombro llevaba su arco y flechas, lucia bastante cansada, pero al fin había llegado a su destino.
"El árbol sagrado"—pensó la chica—"ahora solo tengo que esperarlo." La miko junto sus manos en forma de sellos y recito algunas palabras, de sus manos surgió un poder azulado que entro en sus pecho y recorrió todo sus ser para luego volver a entrar a sus manos.-"Esto es cada vez más cansado"—se dijo a si misma sentándose en las raíces del árbol, elevo su vista al cielo azul, las estrellas brillaban como luciérnagas esparcidas por el manto oscuro y la luna, la plateada luna era el centro de atención—hermosa…—susurro la miko. En su preciada revista, baja la vista y contempla la figura de quien estaba esperando abriéndose paso hacia ella, se levantó una vez que él estuvo a un metro de ella, su cabellera plateada era ondeada por el viento, sus ojos ámbar estaban fijos en ella, la chica sonrió.
—Gracias por venir—le regalo una sonrisa.
— ¿Que sucede?—pregunto seriamente, ya que notaba el nerviosismo de la muchacha y también sentía que estaba perturbada.
—Bueno… surgió un… pequeño problema…—dijo ella haciendo mueca con sus dedos pulgar e índice—y necesito de ti.
— ¿Dime cual es?— estaba perdiendo la paciencia, debió decirlo desde que llego.
—Bueno— mmm… se aclaró la garganta—vas a ser… papá— ella soltó el aire contenido en un largo suspiro—sé que no estaba en nuestros planes y mucho menos en los tuyos…
— ¿Porque no pude identificarlo?—preguntó interrumpiendo a la chica.
—Es que yo… al saber la noticia reforcé el sello— él ya sabía a qué sello se refería. Su mirada lucia opaca, pues de verdad no estaba en sus planes ser madre, estaba en segundo año de su carrera y no quería tener más compromisos, suficiente con destruir a naraku y completar la shikon no tama.
—Eso explica muchas cosas—dijo pensativo, empezó a aspirar el aroma en el aire… jazmines, frambuesas rojas y ese aroma a hojas de Melissa que se mezclaba con el de ella, su aroma.
Un suave gruñido se escuchó salir de su pecho; él estaba inhalando el aroma que el viento traía de sus cabellos.
—Si, ya lo sé, por eso debilito el sello cuando estoy contigo— dijo viendo las reacciones del Inu, él vigilaba de ella siempre a pesar de no estar cerca, pero el problema en sí, es si ese youkai arrogante aceptaría al bebe hanyou… tenía que averiguarlo, quitarse la duda.
—Sesshomaru—probó captando su atención—no has dicho nada acerca de la noticia—tenía miedo de la respuesta. El seguía en un silencio sepulcral , dio media vuelta dispuesto a marcharse por donde vino, es más que obvio que no quería un heredero hanyou, a ella la toleraba y protegía porque era su compañera, pero a ese ser, no, él no sabía que responder, él no tenía planeado, emparejarse con una humana y mucho menos una miko, fue un error, pero lo hecho, hecho estaba, ya había pasado un año desde el incidente y aún se pregunta porque la tolera… será porque es su pareja o es algo más. Ella odiaba que la dejara así, sin respuestas, detestaba su ego y su maldito orgullo, tenía tan solo dos míseras semanas de embarazo y ya sentía los efectos, esos cambios de humor tan repentinos, ni ella se explicaba.
—Escúchame bien youkai testarudo, te iras así sin decir nada, por un demonio, ¡ES TU HIJO! QUE VAS A HACER—grito eufórica, sabía que hacia mal, pero ya no lo pudo aguantar. Él se volvió lentamente y la vio con ojos penetrantes y fríos.
—No deberías hablarle así a tu señor, miko. Te recuerdo que por menos de lo que tú has hecho muchos han muerto— a pesar del frio tono y la gélida mirada ella no bajo su mirada azulada, aunque comprendió que tenía que calmarse y contesto.
—Siento gritarle mi señor, pero que haremos ahora con él bebe.
—Es un hanyou—dijo fríamente—y es mi heredero—Aome capto el mensaje, una fugitiva lagrima salió de su mar azul, él vio todas sus reacciones y cuando iba a hablar ella lo hizo por él.
—Te arrepientes no es así… soy tu vergüenza… lo siento por no ser lo que querías o esperabas, pero soy así. Tu y yo, todo fue un maldito error, tu error no el mio—ella en ningún momento bajo la mirada a pesar de todo—y no pienso cambiar… —su voz se quebró. Solo atinó a correr nuevamente hacia la aldea.
Se quedo solo… contemplo el majestuoso árbol sagrado. —No es así Aome— susurro al viento, "no existe nadie más digna que tú para mí", él sonrió de lado, esa miko lo había hechizado en cuerpo y alma, pero su orgullo le decía que no le dijese y no se rebajase al nivel de su compañera, ya suficiente con haberla marcado, tenía mucho ego como para admitir que estaba enamorado… aunque ella podía ser una excepción— yo… yo tampoco quiero que cambies—dio media vuelta y siguió su rumbo.
Enjugo sus lágrimas, no era la primera vez que ese youkai la hacía sentir así. Era más de media noche y necesitaba dormir, reponer fuerzas, se sentía cansada, nadie de su grupo sabía la verdad, y el ocultar su propio aroma le traía beneficios, así podía salir a hurtadillas y su olor no delataba donde estaba. Deshizo el campo de energía alrededor de la casa de la anciana Kaede, entró y se recostó junto a Shipoo en su sleeping rosa, "No importa que tu padre no te ame—acaricio su vientre—yo siempre te amare". Y con una sonrisa cayó en brazos de Morfeo.
"Esa miko no cambia"— soltó un suspiro—ahora que estaba embarazada la situación y los riesgos para ambos empeoraban, el problema era que el aún no la había aceptado, su orgullo aún era su impedimento, pero estaba seguro que tarde o temprano tendría que ir a traerla, porque quiera o no su lugar estaba junto a él. -"Inuyasha"- si ese era el otro problema, ella aun se sentía atraída por el hanyou, y nadie sabia de su estado y su relación, todo era secreto. "Pequeña tonta, cuando aprenderás Aome…"- esos eran los pensamientos del taiyoukai de ojos dorados, que por cosas del destino termino al lado de una miko quejumbrosa y terca—"Naraku, no dejare que nadie se entere, ahora que soy vulnerable por ese… esos lados"-suspiro—"solo ella puede causar tales sentimientos en mí".
Debía buscar una manera de estar con ella, protegerla, no podía dejarla sola y pronto vendría la ocasión.
Un par de ojos amarillos veían los pasos de la miko y un gruñido salió de su garganta, aquel ser vigilaba a la chica desde lejos, el siempre presenciaba esos encuentros.
CONTINUARA
Próximo capitulo: Una verdad inevitable.
Espero que les guste este primer capitulo, es una historia muy interesante, en el transcurso de los capítulos descubrirán como es que ese par termino junto por azares del destino.
