Descargo de responsabilidad: Akatsuki no Yona le pertenece a la maravillosa Kusanagi sensei.


EL PROTECTOR

Cuando el polvo de la batalla ya se ha asentado, cuando los heridos han sido atendidos y se han salvado las vidas que se han podido, cuando ya todo está hecho, Yona busca un lugar tranquilo.

Elige un árbol que crece fuerte y que se yergue intacto en medio de este mar de sangre y muerte. Yona solo necesita cerrar los ojos un momento. Solo un momento…

Allí la encuentra Hak, porque él siempre la busca. Es amor, se dice. Pero realmente es algo más grande que simplemente amor. Cuatro letras no bastan para encerrar en ellas todo lo que Yona inspira en Hak. Es amor, sí. Pero hay mucho más… La urgencia, el ansia —una necesidad— de saberla bien, a salvo de todo aquello que pueda dañarla.

Se sienta con suavidad junto a ella, y como si su cuerpo dormido lo sintiera y lo reconociera, Yona deja caer la cabeza contra su hombro.

Hak sonríe. Es feliz.

Y se tiene que morder las ganas de besar su frente dormida.

Pero no importa… Hak está bien con eso. No necesita más. Es libre, porque sus sentimientos por fin son libres, y a la vida no le pide más que seguir a su lado.

—Sueña, Yona-Hime, que yo velaré tu sueño —susurra.

Ao parece estar de acuerdo con él, acomodada en su hakama, y finalmente cierra los ojitos.

Son Hak los protegerá a todos.