Beneficio emocional
Capítulo 1
"Takashi"
"¿Hai?"
"¿Vos pensás que Kyoya ya se dio cuenta de sus sentimientos por Haruhi?"
"Yo creía que sí... pero a veces parece que no es así ¿verdad?"
"Eso es lo que tengo miedo yo, que a pesar de todo él no se haya dado cuenta o peor aún, no quiera aceptarlo"
"Mm…"
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En la tercer sala de música de la escuela secundaria Ouran las chicas, con sus hermosos vestidos largos, paseaban de acá para allá entre cuchicheos y risitas. Los hosts del club vestían ropa que parecía pertenecer a alguna novela de Sherlock Holmes. El estampado escocés estaba por todos lados y las gorras con doble visera tapaban los flequillos de los gemelos confundiendo a las clientas.
"¿Y?, ¿ya resolviste todos los casos?"
La actividad del día era resolver diversos casos esparcidos por la sala basándose en pistas inconexas y de lo más extrañas. Las chicas aprovechaban la actividad de detectives para estar cerca de sus hosts favoritos. Tamaki, siempre el preferido de todas, sacaba conclusiones a diestra y siniestra embarrando más que ayudando a las chicas que se esmeraban por resolver los problemas.
"Creo que sí"
Haruhi se había tomado un descanso después de darles algunas explicaciones sobre sus deducciones al grupo de chicas que siempre lo prefería. Ellas se habían quedado discutiendo hipótesis y Haruhi había podido reunirse junto a Kyoya sempai en la mesa donde estaba servido el té y las tortas.
"¿Entonces?"
"Bueno, en el primer caso es obvio que el asesino es el mayordomo"
"Es lo mismo que pienso yo, pero como era el primero creo que lo hicieron sencillo a propósito. ¿El segundo?"
"En el segundo creo que el asesino es el hombre en silla de ruedas. Si bien todas las pistas tratan de inculpar a su mujer, ella no tenía un motivo ni tampoco una forma de acercarse"
"Muy buena deducción, a mí desde un primer momento me pareció extraño que todas las pistas apuntaran a la misma persona y eso me hizo dudar de su veracidad"
"Y en el último caso… bueno, me llevó un buen tiempo, pero creo que la asesina es la suegra"
"Ahí tengo que disentir. Estoy más que seguro, que el último caso… se trata de un suicido"
"¿Un… suicidio? Pero por la forma en que murió…"
"La forma en que murió es como las pistas del caso anterior, solamente lleva a deducciones erróneas, además, en los casos de detectives se suelen dar los suicidios más extraños de todos"
"¿Si? No sabía… no he leído muchas historias de detectives."
"Son mis favoritas"
"De todas maneras ¿por qué querría él suicidarse? No tiene lógica"
"Supongo que para quien ideo el caso, sí la tiene".
El último caso del juego presentaba a un hombre muerto en el living de su casa. Tenía clavado en el pecho un enorme cuchillo de cocina. El charco de sangre que su muerte había producido se esparcía por la brillante y - hasta ese momento - impecable alfombra. Las dos sospechosas principales del caso eran dos mujeres: Coraline, la mejor amiga de toda la vida del hombre fallecido y Elizabeth, la mujer con la que el hombre tuvo que casarse. El matrimonio había sido arreglado por los padres de ambos. Los rumores decían que su verdadero amor era Coraline y que, sin importar qué hiciera Elizabeth él no podía olvidarla.
"Bueno, bueno, vamos a reunirnos todos" *La voz de Tamaki sonaba clara y todas las chicas hicieron caso enseguida* "Hani-sempai nos va a dar los resultados de los tres casos, todas aquellas chicas que hayan logrado resolver alguno obtendrán puntos especiales" *Tamaki guiñó su ojo derecho y pasó su mano por el pelo haciendo que varias chicas suspiraran*
"La solución del primer caso es: ¡el mayordomo!" *Se dejaron escuchar muchos grititos de felicidad*
"La solución del segundo caso es: ¡el hombre de la silla de ruedas!" *Los grititos fueron menos, pero hubo un par de grupos de chicas que lo habían resuelto y sonreían felices*
"La solución del tercer caso es: ... que no se trata de un asesinato sino de un suicidio"
Todas las chicas se quedaron mirando entre sí. Ninguna había llegado a la solución correcta. Mientras Tamaki se encargaba de reconfortar a aquellas que se entristecieron por esto, Haruhi se quedó mirando a Kyoya.
"Parece que fuiste el único que logró entenderlo..."
"Supongo que Hani-sempai esperaba que así fuera. Él fue quien pensó el caso, después de todo"
Haruhi no entendió nada de lo que su sempai le decía, pero Kyoya solía tener esa manera de hablar en forma reservada y cerrada que lograba que las personas a veces no le entendiesen.
"Nice try" *Kyoya apoyó la mano en el hombro de Honey* "Pero, por suerte, no hay ninguna amiga de toda la vida de la que esté secretamente enamorado."
"¿Seguro?"
"Muy seguro. No te preocupes, no vas a perder a un amigo por suicidio."
"Me alegra que así sea. Espero que nunca se de el caso"
"Te aseguro que no"
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Ya en la residencia Ootori, Kyoya se sentó en uno de los sillones grandes de la sala de música. Se había cambiado la ropa y ahora llevaba un pantalón de vestir y una camisa de mangas cortas de color blanco con líneas color crudo. En su cabeza resonaban las palabras de su padre, quien, por primera vez, le había recomendado que fuera menos cortante para con Chisato.
A la chica, al igual que todas las veces anteriores, se le notaba el nerviosismo a la legua. No dejaba de ponerse colorada y continuamente miraba el suelo sin saber qué decir. Él sabía que la presión debía ser mucho más fuerte de su lado ya que la familia Ootori siempre había sido más fuerte que la familia Nakamura. Seguramente sus padres le habían dicho mil y una veces que se llevara bien con él y que hiciera lo imposible para que su futuro matrimonio se lleve a cabo sin ningún contratiempo.
Chisato Nakamura, con sus hermosos bucles negros que le caían sobre los hombros y sus ojos grandes y brillantes, era la prometida de Kyoya Ootori desde hacía más de dos meses. En un principio ella había recibido la noticia con grandes sonrisas y había ido a hablar con él sobre lo feliz que estaba, pero muy pronto toda esa alegría se había esfumado al recibir las respuestas usualmente frías que Kyoya le daba. Ahora se la veía siempre insegura y más bien callada.
Kyoya obedecía a rajatabla lo que sus padres le pedían y decían. Esta vez no iba a ser distinto. Había aceptado el matrimonio desde el momento en que se lo comentaron y había agradecido a sus padres la oportunidad de unir las dos familias para el bien de los futuros negocios. Pero si esta chica iba a ser su futura esposa, tenía que aceptarlo por quién era él. No iba a dejar de ser frío o distante solamente para ella. Él era un Ootori y no tenía que cambiar por nadie.
Hoy era distinto. Su padre le había pedido específicamente que se mostrara amable con ella. Como era usual, siguió las órdenes y, sentándose más casualmente en el amplio sillón le dirigió la palabra.
"Seguramente tus padres te han dicho mil cosas sobre nuestro matrimonio, ¿verdad?"
Después de haber pasado varias reuniones en casi absoluto silencio la chica no estaba segura de cómo responder pero trató de mantener la mejor compostura y dijo
"Sí, para mis padres es muy importante nuestro futuro matrimonio. Ellos siempre me dicen que yo tengo que dar todo lo que pueda para que funcione"
"¿Dar todo lo que puedas? ¿Y a qué se refieren con eso?"
*La chica se puso bastante colorada ante la pregunta* "Bueno, dependiendo del día y de la situación puede referirse a muchas cosas"
"¿Por ejemplo?"
"Bueno, por lo general es mantenerme siempre cerca... por eso es que organizan tantas reuniones para que nosotros dos estemos solos"
"¿Y qué te dicen que hagas en las reuniones?"
"Me dicen que suene interesante, que te demuestre que yo puedo ser... una buena esposa"
"Ah…"
Todas estas cosas le eran completamente familiares. Él solía mantener relaciones basadas en la sola idea de que en un futuro la empresa o familia de la persona podía resultarle útil a la suya. Nada de lo que esta chica le decía era nuevo. La conversación no le llamaba la atención pero su padre se lo había pedido así que trató de seguir hablando.
"Me sorprende que no te exijan más"
"¿Exigirme más?"
"Sí… al fin y al cabo la familia Ootori es probablemente la más prestigiosa cuando se trata de medicina"
"Sí, supongo que lo es. Y es cierto que a veces mis padres me exigen más, pero hay pedidos que a veces no creo que pueda cumplirles"
"¿Pedidos?"
"Sí… hay veces que me piden que haga cosas que ellos saben que pueden acercarme mucho más a vos"
"¿Qué cosas?"
La cara de Chisato estaba terriblemente roja y se notaba en sus ojos que no estaba muy segura de lo que iba a hacer. Se levantó del sillón donde estaba sentada y caminó hacia donde se encontraba Kyoya. Después de unos segundos de duda se sentó sobre las piernas del chico, cerca de sus rodillas, dejando caer sus propias piernas hacia un lado. Alejando la cara lo más posible y sin dejar de mirar el suelo trató de explicarse.
"Muchas veces me dicen… que me acerque a vos… físicamente"
Los dos se quedaron en silencio. Kyoya hasta ese momento no se había movido. Tenía la espalda pegada al sillón y los brazos caídos a los lados. Recordó a su padre y la insistencia con la que le había pedido que la tratara bien. Pasó sus manos por alrededor de su cintura, abrazándola y atrayéndola hacia su pecho.
"Gracias, se siente muy bien"
Al escuchar al chico hablarle tan cerca de su oído, Chisato no pudo evitar sentirse terriblemente avergonzada y toda su cara se puso de un tono muy rojo. Ahora tenía la parte superior del cuerpo apoyada en el cuerpo del muchacho por lo que, apoyando la cabeza en su hombro le dijo
"Cualquier cosa que me pidas, yo voy a cumplirla. Espero poder ser a largo plazo una muy buena esposa".
Kyoya supuso que debía sentirse halagado, pero en su interior no sentía realmente nada. Admitía que Chisato era hermosa, sabía que era buena persona y también que era muy dócil y amable. Sabía que la relación entre sus dos familias llevaría a excelentes negocios en el futuro. Pero aún así... nada en su cuerpo le indicaba que él quisiera estar con ella. No sentía realmente ganas de pedirle "cualquier cosa".
"Por ahora, quedate así"
El pedido fue cumplido y la chica se mantuvo sentada sobre sus piernas con el cuerpo apoyado en su pecho y la cabeza en su hombro. Para ella haber logrado esta cercanía era mucho y sabía que sus padres estarían orgullosos de ella. Kyoya, por otra parte, de repente se acordó del caso del detective que había planteado Honey por la tarde.
¿Cambiaría la situación si en lugar de estar sentada sobre sus piernas esta chica, estuviera Haruhi (la única mujer a la que él podía llamar amiga)? No, no lo creía. Haruhi era una persona con una mente brillante que demostraba un interés por cosas similares a las que le interesaban a él. Pero ella no le importaba en lo más mínimo. Su familia era extremadamente pobre y común, ella no tenía modales ni buenas costumbres... No. Kyoya estaba seguro. No habría cambios en la situación.
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A la mañana siguiente, Haruhi fue la última en llegar a la reunión del Host Club. Era - según Honey – una reunión de emergencia por lo que se encontraban en una de las salas más chicas. Había junto al único ventanal de la sala una gran mesa redonda con 6 sillas, ocupadas por todos los chicos. Haruhi se quedó mirando la escena y se dio vuelta, dirigiéndose hacia la puerta.
"Voy por una silla"
"¡Nada de eso! En unos minutos tenemos que volver a clases, hay que empezar la reunión ya mismo"
"Pero…"
Haruhi miró a todos y se preguntó dónde había quedado la caballerosidad que ellos utilizaban cuando estaban actuando como hosts. Caminó hacia el que tenía más cerca y, dejando los libros que venía cargando a un lado de la mesa, se sentó sobre sus piernas, cerca de las rodillas.
Para el bien del Ootori, nadie notó absolutamente nada, por lo que la reunión se llevó a cabo normalmente. Pero cuando, horas después, Kyoya seguía sentado en exactamente el mismo lugar sin poder moverse se dio cuenta que había cosas sobre si mismo que no conocía.
Apenas el cuerpo de Haruhi se había sentado sobre el suyo algo muy parecido a una fuerte corriente eléctrica lo había recorrido de punta a punta. Se había sentido nervioso y acalorado la mayoría de la reunión. No podía moverse tranquilo por miedo a tocar a la chica por lo que no había tomado todos los apuntes que le hubieran gustado. El hecho de pensar en pasar las manos por su cintura y atraerla hacia su cuerpo como había hecho anteriormente con Chisato despertaba cientos de reacciones distintas en su cuerpo que le hacían difícil concentrarse en lo que se decía.
Evidentemente, a pesar de todo lo que él quisiera creer, el hecho de que fuera Haruhi, sí hacía una diferencia.
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Gracias por leer el primer capítulo de este nuevo fanfic, espero que hasta ahora haya sido de su agrado. Lo puse como "rated M" por futuros capítulos, jeje, ya van a ver.
El martes de la semana que viene subo el próximo capítulo. Ojalá puedan dejarme muchos comentarios y reviews; a mi me ponen muy contenta y me ayudan a mejorar.
