Heaven knows.
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Los ojos de color caramelo nunca pudieron olvidar el color azul, nunca lo hizo. Recordaba cada tonalidad de ese color.
El azul eléctrico, que siempre estaba presente cuando veía algo que le emocionaba, como el día en que se presento en su casa el día de su cumpleaños con una pequeña tarta y un regalo. Ahora sabía que la verdadera razón de ese brillo, era por su mera presencia.
Otro tono de azul que se hacía presente cuando la luz del sol le daba, se percató de eso el día que ambos caminaron por la playa, hablando de cualquier cosa. Sus ojos azulados en ningún momento dejaron de ver a los de tonalidad caramelo.
Como se obscurecía el azul cuando provocaba algún roce que carecía por completo de la inocencia que le otorgaban sus ojos. Como aquella vez que el marrón se sintió completamente azorado por el escrutinio del dueño de los orbes azules y que se sintió desfallecer cuando las manos del joven recorrieron su propia piel.
Esos zafiros que tenía por ojos que expresaban siempre sus emociones en estados de excitación, pues sus pupilas ocupaban casi toda la extensión azul, como las sobras que poseía dicha piedra.
Pero también eran preciosas aguamarinas, un azul más limpio, suave y claro. Como la personalidad del dueño de esos ojos tan preciosos. Porque él nunca fue con malicia, a pesar de todo.
Una tonalidad más acuosa se hizo presente aquella vez que rechazo sus sentimientos, como sus ojos decían todo lo que la sonrisa en su rostro ocultaba. El color caramelo también lo hicieron al ver la reacción del mayor.
Pero había una tonalidad de azul que siempre perseguiría al dueño de los ojos castaños. Una tonalidad opaca, sin el brillo al que el menor se había acostumbrado. Una tonalidad de azul sin vida.
Se que es prologo raro, muy raro y corto. Pero tiene una razón de ser, espero que a la gente le guste. Y también se que debería continuar con las otras historias, pero esto me vino a la cabeza y tenía que hacerlo si o si.
Hasta pronto~
Vitya
