Hola!, vengo a traer mi segunda historia de Kuroshitsuji... espero y os guste ;)

Pensaba mejor que mi segunda historia fuese en inglés pero... me dio un poco de flojera el tener que hacer un montón de traducciones mentales para saber de que se trataba la historia.

Si les interesa o algo por favor háganmelo saber, lo agradecería mucho.

Sin más les dejo la historia.

Disclaimer: Kuroshitsuji así como sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a Yana Toboso así en general refiriéndome a Sebastian y Ciel, los cuales no pudieron ser un ship canónico por culpa de los editores del manga... malvados.


El sonido del crujir de un casete al insertarse, en conjunción con el rasgado de una pluma contra el pergamino, no se hizo esperar cuando una voz varonil comenzó a hablar:

[Día de la sesión - Viernes 27 de Octubre.]

Paciente: N48AL, Ash Landers.

Fechas:Viernes 27 de Octubre.

Enfermedad: Alucinaciones de incidencia desconocida.

[Día del traspaso - Domingo 29 de Octubre.]

Toma una pausa para descansar la mano con la que escribió y en la cinta se escucha un movimiento, por lo que se puede deducir que se acomodó de otra forma para estar más cómodo.

[Día de la sesión - Viernes 27 de Octubre.]

-¿Cómo se siente?

Ash Landers, que en ese momento se encontraba jugando con sus dedos en lo que el hombre frente a él le introducía en la grabadora le puso atención.

-¿Es necesario que pregunte eso?

Sebastian hizo un sonido con el lapicero en señal de inconformidad por aquel esquive a la sesión.

-Totalmente, de lo contrario no puedo comenzar con la terapia.

Landers hizo un sonido con los dientes, se mordió el labio inferior y sonrió melancólico.

-En ese caso, me siento de la mierda.

Sebastian anotaba cada reacción física por parte del otro en su libreta para conjuntarlo con lo que saliera de la grabación de aquella terapia.

-No se preocupe, todo el mundo dice eso.

Tomó una pausa para observar a través de sus anteojos al de cabellos blancos de manera escéptica.

-Me mencionó que ha tenido alucinaciones al momento de hacer la cita, ¿qué clase de alucinaciones ha tenido?

Sin que Sebastian lo hubiese notado siquiera, Ash había tomado una rosa de las que mantenía acomodadas pulcramente en un florero y la olfateaba con sumisión.

-no son alucinaciones, eso lo tengo muy claro.

Ash tenía la mirada perdida y Sebastian lo había notado, pero no le mencionó nada pues no quería ocasionarle un sentimiento de inseguridad.

-¿Entonces que son?

Landers suspiró, paró su obsesión por oler aquella rosa y la dejó al lado de la buhardilla de la que la había tomado.

-Son visiones.

-Sebastian anotó "visiones" entre paréntesis, y agregó visiones (=alucinaciones lúcidas).

-¿Y qué clase de visiones son?

Ash se volteó hacía Sebastian y le observó con evidente enojo.

-Usted sigue insitiendo en que son alucinaciones, ¿no lo hace?

-La tarea de un psicólogo no es el juzgar lo que es real y no lo es. De hecho, muchos psicólogos usan la hipnosis para trabajar, contándome, ¿prefiere utilizarla para contarme sobre sus visiones en caso de no acordarse o sabe como eran?

Ash se quedó el silencio alrededor de lo que parecieron cinco minutos.

-¿Cuánto tiempo nos queda?

Sebastian observó su reloj de mano.

-Veinticuatro minutos.

Ash suspiró resignado y volvió a jugar con sus dedos.

-Es en sueños, siempre aparecen un par de ojos mora brillantes de entre la oscuridad. Ese par de ojos son de un... demonio.

Sin que Ash se diera cuenta, los ojos de Sebastian brillan de tal forma que parecen completar la descripción que nombraba su paciente.

-¿Demonio?

Ash afirma con la cabeza, cuando voltea para intentar escrutar la credibilidad que había en el rostro de su psicólogo por lo que le dijo, lo único que encuentra es un par de escarlatas que le miran frías en inexpresivas.

-Sí, un demonio. No estoy seguro de quien sea pero, presiento que lo conozco.

Sebastian se retiró los anteojos y observó a los ojos a su paciente.

-A pesar de utilizar la hipnosis, entre otras cosas más que conocen los psicólogos, hay pocos de estos y psicoanalistas que se aventuran a creer en todos esos panfletos de demonios y ángeles. Pero yo no cuento entre ellos.

-No veo demasiadas diferencias entre creer en la hipnosis y el creer en ángeles y demonios.

Sebastian dobló las patillas de sus lentes y se los guardó en el dobladillo del saco que siempre vestía, color negro.

-Por supuesto que no. Usted no ha estudiado el arte de la psicología como yo, usted no ha pasado la mayor parte de su vida estudiando a las personas...

-¿Qué edad tiene?

-No sé que tiene que ver pero, cumpliré 22 el próximo abril si eso contesta su pregunta.

Claro que le hubiese gustado agregar 22, milenios. Pero esa respuesta hubiera traumado a su paciente, el cual tenía que curar.

-Pero si apenas entra en la veintena, ¿por qué dice que ha pasado gran parte de su vida...?

-Mi edad no debe tener nada de relevante con la terapia.

Observa su reloj.

-Quedan cinco minutos de la sesión, ¿desea seguir discutiendo o agregar algún comentario?

Ash pareció pensarlo un poco.

-Usted no parece un simple humano.

-Me lo dicen a menudo.

[Día del traspaso -Domingo 27 de Octubre]

La grabación se detuvo, a tiempo para cuando el rasgueo de pergamino y pluma cesó.

Sebastian se masajeó las sienes con ambas manos, todavía debía pasar su sesión con el paciente 49, 50 y 51. Curiosamente estos tres coincidían con el paciente número 48, al menos en el sentido de los ojos mora y todos coincidían que era un demonio.

Suspiró fastidiado.

-Hay Blanc, creo que a tí y a los tuyos no les gusta el pacto que les propuse.

Hizo una mueca.

-Eso quiere decir que la batalla comenzará.

Sonrió burlón, no era porque le apetecía una batalla, ni por las almas que era probable, esa pelea soltaría. Sino porque su paz había terminado, de igual manera, tanta tranquilidad no podía durar.

[Lunes 30 de Octubre]

El día anterior había recibido una llamada de un tal Vincent Phantomhive, que quería que su hijo tuviese una sesión con él.

En ese momento, se encontraba afrente al niño, el tal Ciel Phantomhive. Un joven de catorce años mudo, y una estatua, pues no se había moido en lo que llevaba de la sesión.

Sebastian encendió su grabadora y comenzó con el protocolo que ya había mantenido con los otros pacientes.

Paciente: N52CP, Ciel Phantomhive.

Fecha: Lunes, 30 de octubre.

"Enfermedad": Desconocida.

Tomó una pequeña pausa y dijo.

-¿Qué es lo que te trae aquí Ciel?

El joven Phantomhive murmuró algo parecido a "la paranoia de mi padre", cosa que divirtió de sobremanera al psicólogo, más no lo demostró.

-¿Qué cosa?

Ciel se mordió el labio para no soltar algo impropio de él, por lo que igual también responde:

-Nada. Mi padre también dice que me he visto diferente estos días pero, no encuentro diferencias en mí.

-¿Alguna otra cosa?, Usualmente vienen a mi personas que no tengan "enfermedades normales" como yo les digo, pero es raro que vengan a mi niños con problemas de cambios hormonales y...

-De acuerdo - le interrumpió Ciel - no es solo eso.

Sebastian sonrió.

-En ese caso, ¿qué es?

-Son alucinaciones. - Admitió.

Sebastian enarcó una ceja confundido. Era extraño que sus pacientes admitieran que lo que veían eran alucinaciones y no insistiesen en que fueran visiones.

-¿Qué tipo de alucinaciones tienes?

Ciel pareció dudar un poco antes de responder con demasiadas pausas.

-Nunca las recuerdo cuando quiero hcerlo, y no puedo olvidarlas cuando no las deseo cerca. Pero recuerdo un vago color Mora y una sensación de peligro...

-Faustus - murmuró Sebastian.

-¿Ah?

-Nada - observó su reloj - nos quedan tres minutos de la sesión, me gustaría hablar con tu padre sobre un par de cosas.

-¿Cree que estoy loco igual que mi padre?

-Lo dudo mucho. He tenido a varios pacientes con esta "enfermedad" o alucinación, como yo lo veo, en el cual todos afirman que es un demonio pero tu eres... diferente. A pesar de tener la misma alucinación, la tuya ses confusa, y solo es guiada por una parte de tu instinto. eso se puede deber a que estás en una etapa de crecimiento y por eso tu mente es fácil de engañar.

Sebastian se levantó para abrirle la puerta del consultorio y poder hablar con el padre.

Ciel se levantó de su asiento, con sus puños cerrados pues un escalofrío le recorrió. Cuando observó los ojos del mayor estos no tenían el color escarlata que solían tener, sino que parecían poseer rasgos felinos y mantenían un color fucsia fosforescente.

Soltó un gemido, en menos de un segundo Sebastian parpadeó, y sus ojos volvían a ser rojos pero su rostro se mostraba contrariado.

-¿Ocurre algo? - preguntó.

Parpadeó varias veces sorprendido, al tiempo que intentaba convencerse de que lo que había visto era solo una alucinación. Suspiró.

-En absoluto.

-Bueno, en ese caso me gustaría que vinieses.

Ciel se acercó a él, más para convencerse de que no había visto nada que porque el otro se lo haya pedido.

Cuando estuvo a una distancia prudente, Sebastian se arrodilló para quedar a su altura y le puso una mano en el hombro.

-Necesito tener otra sesión contigo. Tal vez y con tu ayuda, pueda romper aquel esquema.

Ciel enarcó una ceja, pero asintió de forma mansa.

-Gracias. Has pasar a tu padre, necesito hablar con él.

El menor no dijo nada. Solo caminó hacía la puerta, la atravesó y buscó a su padre.

Cuando Vincent Phantomhive apareció en el umbral de la puera, a Sebastian no le sorprendió encontrar en la mirada del adulto, preocupación.

-Señor Phantomhive. Me enorgullece decirle que he avanzado mucho en la primera sesión de terapia con su hijo. Lo que le ocurre es un patrón de comportamiento social muy ocurrido en esta región, por lo que no hay de que preocuparse. Pero todavía no hemos llegado a la raíz que le causó semejante problema. Por lo que necesito tener otra sesión con él, si es que me lo permite. Claro.

Vincent Phantomhive asintió con la cabeza.

-¿Cuál es el problema que sufre mi hijo? - preguntó, aliviado internamente de que su hijo no estuviera enfermo mentalmente. A pesar de eso sentía los nervios a flor de piel.

-Lamento decirle que eso es algo que necesito mantener entre él y yo. A pesar de eso, ya le he dicho que es un patrón de comportamiento social. Lo máximo que puede hacer es investigar a ciegas el origen, si es que tiene la suficiente valentía para arriesgarse. Pues alguien con los ojos cerrados es alguien inútil, e intentar buscarlo sin nada de datos sería como buscar una aguja en un pajar.

Vincent Phantomhive realizó una mueca, él realizaría hasta lo imposible para saber que era el problema del cual sufría su hijo, sin embargo como aquel sujeto no le quería decir mucho no realizaría ningún movimiento.

-De acuerdo, gracias.

Vincent se fue con su hijo, dejándo a Sebastian solo. Cuando este se hubo cerciorado de que no había nadie en las cercanías, se lamentó.

-Parece que tendré que hacer una visita a Faustus - se lo pensó un par de minutos. Y mencionó un dato que se estaba pasando por alto - pero en tal caso tendría que pedirle permiso a Blanc de pasar a su territorio.

Resopló fastidiado, ya le comenzaba a aburrir que a cada rato viniesen humanos a quejarse de la misma tontería. Si bien en un principio le pareció divertido el ver a los humanos quejarse por cosas de las que no tenían control, aunque ahora le parecía molesto y fastidioso que siempre fuera la misma rutina. Pero el niño Phantomhive...

-Él es diferente - pensó en voz alta.

-¿Quién? - preguntó una voz a su espalda. Oh vaya...

-Hablando del rey de los demonios - replicó volteando en su eje -. En este preciso momento tú eras la persona que inundaba mis pensamientos, Faustus. Tengo permitido preguntar, ¿A qué se debe tu visita? Según conozco no puedes salir del territorio de Angela de forma fácil y dudo mucho que vengas simplemente a saludar.

Claude se acercó lo suficiente para invadir su espacio personal, o al menos el que consideraba Sebastian, y sonrió.

-Nada más que un mensaje, amigo - respondió, recalcando la última palabra, haciéndola denotar como cosa del pasado -. Como has de saber, han ocurrido varios homicidios en nuestra zona y Angela ha querido saber si ustedes tienen algo que ver.

-Ve y dile a tu jefa que yo no he tenido nada que ver - acotó Sebastian a la defensiva. Él como el jefe de la zona tenía que proteger a las criaturas bajo su mando - oh, y me preguntaba si tú tenías algo que ver con mis pacientes.

Claude le observó confundido, Sebastian al ver dicha emoción en sus ojos quizo aclara sus ideas.

-He tenido varios pacientes que ha dicho haber visto a un "Demonio" y como sé que tu eres el único aparte de mi en una radio de diez kilómentros, fuiste el primer sospechoso que se me vino a la mente.

-Lamento decepcionarte pero yo no tengo nada que ver en esto - se defendió Faustus.

Sebastian meditó un par de minutos lo que antes el otro le haya dicho.

-En ese caso nada tienes que hacer en este lugar, vete o si no te juro que no tendré piedad contigo. Bien sabes que este es mi territorio y aquí no está Angela para protegerte.

Claude gruñó. Pero no replicó nada y desapareció. Dejando a Sebastian solo con sus pensamientos.

-Si él no ha sido... no puede haber nadie a menos que...


[Lunes 30 de Octubre - Medianoche. Inmediaciones del puente Londres]

Una sombra cruzó con rapidez el tramo de hierro que era toda la extensión del puente. Apenas un par de papeles abandonados fueron removidos por la fricción de la velocidad que tenía el sujeto en movimiento. Así como la sombra apareció sobre el puente se perdió en uno de los pilares y dejó de moverse, en el punto de reunión que había acordado.

-¿Se puede saber para qué me querías ver aquí? - preguntó en un tono calmo contrario a la agitación que debería tener al haber tenido semejante velocidad y probable recorrido -, a estas horas ya me debería encontrar en mi trabajo.

-¿Y qué trabajo es tan importante como para no querer encontrarte conmigo, eh? - replicó una seductora y femenina voz. El sujeto solo se dejó llevar por lo que deberían de ser los encantos femeninos de la mujer e indudablemente, en un par de minutos se encontraba bajo el poder de la dama.

-Uno que envuelve a "Las flores puras" - respondió dubitativo el hombre, la chica abrió los ojos con sorpresa y se separó del hombre para mirarlo perpleja.

-Eso es una mentira - aseguró, para intentar convencerse a sí misma de que él no podría tener semejante honor - todavía no es su tiempo para florecer... n-no es temporada para eso... no... estás mintiendo. Tú no puedes encontrarlas sin mi ayuda.

-Pues un humano se ha jactado del logro en encontrarlas - replicó el otro -, Angela. Y yo mismo he verificado que sea cierto. No hay otra cosa que hacer.

Angela suspiró rendida.

-Bien, no importa. ¿Le has enviado el mensaje a Michaelis?

-Tuve un par de contratiempos con él pero lo he hecho. Él cree que tenemos algo que ver con su aburrida vida como psicólogo y sus estúpidos pacientes humanos.

-Al menos algo has hecho bien mi lindo Claude - dijo la mujer ignorando el segundo punto que el otro le había nombrado sobre el hombre -... Y dime, ¿Él sabe algo de los asesinatos?

-En absoluto. No ha dejado su aburrida y rutinaria vida como "humano."

-En ese caso no se le puede hacer nada - se lamentó - solo esperar.


Es todo lo que tengo preparado para el primer capítulo [espero que os haya gustado]

Hugs;

Gemini in tauro.