Renuncia: Todo a Yuki Kodama.
Parejas: Staz/Fuyumi.
Notas: Spoilers muy indirectos (?) del final. Uh, perdón por el escrito sinsentido pero adoro a estos dos.
Cerúleo
Es así:
Staz es una mancha negra en la pared, con humedad en la boca torcida y la sangre ajena seca en sus colmillos amarillentos. Le gusta la ficción, la música desafinada y ama las chicas humanas con los ojitos miedosos.
Es que primero se presenta ella, con la voz temblorosa como brisa tímida en las calles vacías. Él sabe que ella es humana y que su sangre debe ser cálida –como sus manos temblorosas y el aliento que sale de su boca– y no duda que lo que siente es amor amor y nada más que amor cuando ve sus ojos llorosos que le atraviesan el alma de agua sucia y rebelde. Quiere romperle la piel de nieve y vaciarle la belleza helada que tiene. Es hermosa.
(pero entonces
–entonces–
ella no tarda en morir, apagándose, como el invierno derritiéndose torpemente).
Staz es un personaje sacado de una obra de humor absurdo, con su voz de ruido infernal y sus manos resecas que no conocen la sangre. Le gusta el polvo en los rincones, dormir hasta tarde y ama a las chicas-fantasmas que tienen frío entre los dedos.
Es que ella siempre está alejándose, desapareciendo. Staz la mira y piensa que ya no hay amor improvisado enredado en sus costillas cuando la mira, ni tampoco le late el corazón de bala pues ella ya no tiene piel pálida que él pueda mordisquear.
(pero hay algo como
el deseo inexplicable de
–quererla–
devolverle la vida
para que su sangre limpia vuelva a sus venas).
Staz es un gruñido alegre a mitad de la noche, un intento fallido de pesadilla y tiene la piel de óleo negro. Le gusta fingir que es héroe, o un villano temeroso que se esconde en los armarios. (Le gusta cualquier cosa siempre y cuando sea por ella).
No tiene sangre dulce o la piel húmeda, pero Staz encuentra que sus entrañas se revuelven en su vacío cuando le ve los ojos de cerúleo, como si acaso ella sea un azul brillando entre todo su blanco (su palidez, su voz susurrante, sus dedos que lo tocan tímidamente). Es pésimo en el romance pero se le ocurre que le encanta mirarla.
(y de repente ella también se encuentra encantada
–con él, porque él es su héroe-villano que hace que su corazón de fantasma se sonroje y está enamorada de su imagen opaca–
con su sangre, la sangre de Staz es agridulce y fría).
Staz es vampiro de mentiras y tiene los ojos amargamente alegres. Le gustan las humanas, los fantasmas y los ojos azules brillando en la oscuridad.
(porque es Yanagi Fuyumi, que es nieve dulce atorada entre sus dientes. No es humana ni fantasma: es invierno, con su imagen etérea e insípida, y piensa que no le importaría congelarse porque ella es bonita, oh terriblemente bonita, y sus labios sin sabor lo encandilan. Tiene la piel cálida y la sangre fría, como nieve eterna. Pero cuando le susurra las palabras dulzonas que él nunca ha dicho a nadie, Fuyumi se derrite entre sus uñas sucias y le sonríe tímidamente alegre).
Es así:
Fuyumi es un fantasma asustadizo y Staz es un intento de héroe fallido.
(pero ella le roza la clavícula tímidamente y él le besa torpemente los párpados temblorosos; no les importa ser amor indefinido y torpe porque se quieren se quieren se quieren).
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Fuyumi le marca la piel
y Staz se ha perdido en su piel, en su sangre, en sus huesos, en su nieve.
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