"¿Y ahora?".
Van tres años, cuatro meses, quince días, y está cansada. El sol pega fuerte y su reflejo en la hoja la ciega por un segundo o dos, lo que le tome a Tanda servir el agua de cebada, y entregarsela
Uno esperaría que la gente cambiara en tres años.
Se encoge de hombros, bebe, suspira. Tiene una expresión similar a la que suele tener cuando atiende sus heridas, cuanda cambia sus vendajes, cuando prepara las comidas, y no está segura de saber qué hacer con eso, pero sabe que no le desagrada.
Y es un comienzo.
Uno esperaría que la gente cambie en el transcurso de los años. Sabe que ella ha cambiado.
... Espera haber cambiado.
Su expresión se abre y le está sonriendo, lento y calmo y sereno y Balsa se encuentra pensando en días de verano junto al campo, bajo el sol, en el que fue él a los quince, en la que fue ella, en los que fueron entonces, continúan siendo.
Tanda sonríe.
"Quién sabe". Balsa sonríe.
(El cambio es una cosa ciclica en él, en ella, en ambos).
