Los personajes no me pertenecen… pero la historia es toda mía… bueno la mitad

Capítulo 1 El Baile


Los Britter se convirtieron en acaudalados cuando su bisabuelo trabajo como consejero del Rey, fue tan eficiente que el Monarca le entregó una casa magnifica y algunas ganancias. El bisabuelo utilizó sus ingresos para comprar fincas a Aristócratas arruinados. Era un administrador excelente. Su fortuna inició con la compra y venta de tierras.


-"Solo la invité, porque es una mujer importante en la sociedad, su primo es el Conde de Lakewood"- Nos dijo la Sra. Britter en secreto mientras observaba con una mirada extraña a Lady Leagan. Ella venía con un vestido escotado color rojo que hacía juego con su cabellera. Sus ojos eran de color miel y sus movimientos exquisitos, dignos de la realeza. Todos en la sala la observaban. Ella era poseedora de una belleza envidiable y también una riqueza extensa. Las damas eran más discretas pero cuando pasaba frente a ellas, hacían murmuraciones sin dejar de observarla.

Annie me comentó que ella desciende de una familia muy rica, su fortuna se compara con los duques de Inglaterra, poseen la mitad de Irlanda y también grandes porciones de Norteamérica. Elisa tiene poco de regresar a Londres, vivió mucho tiempo en Nueva York y La Sra. Britter la considera una mujer muy liberal, ya que vive sola, sin dama de compañía y sin familiares… Yo creo que simplemente es distinta.

La mamá de Annie caminó rápidamente hasta la entrada para recibir a unos invitados que acababan de llegar, justo cuando Lady Leagan se acercó a saludarnos.

-"Es un placer haber sido invitada a vuestra presentación querida Lady Britter"- saludó con una reverencia y una sonrisa retorcida.

-"Agradezco su presencia Lady Leagan"- contestó amablemente mi amiga Annie.

-"Es también un placer conocerla Lady…"- continuo Lady Leagan con una reverencia y sin dejar de observarme.

-"Oh, es solo mi amiga Candy Cornwell"- interrumpió Annie a la Condesa.

-"Es un placer para mí conocerla Lady Leagan"- mencioné tratando de sonar convincente y haciendo una reverencia, aunque no creo que haya sido tan elegante como ellas.

En ese instante se presentó el Duque de Grandchester en la puerta, acompañado de su esposa e hijos. El Duque era un hombre con más de 50 años, de cabello cano y bigote elegantemente recortado, su andar era refinado y su porte imponente; a leguas se destacaba como un caballero. Su esposa era bellísima; alta y estilizada, su cabello era rubio y su ojos azules como el mar, simplemente afrodita reencarnada.

¿Qué estaba haciendo yo ahí?, me volví a preguntar una vez más. A cualquier lado de la sala que miraba observaba a gente elegantemente vestida y con modales impecables, nada que ver conmigo, ni con mi estilo de vida, mi única razón de estar ahí era la de acompañar a mi gran y única amiga: Annie. El día de hoy era su fiesta de presentación ante la sociedad.

Con un susurro, Annie se despidió de Lady Leagan y se dirigió a la puerta a recibir a sus distinguidos invitados. El Padre de Annie trabajaba para el Duque, se conocían desde que eran muy jóvenes y cuando el Duque tomó su posición en la sociedad, el Sr. Britter formó parte de sus consejeros y amigos… por lo que su destacada presencia no podía faltar.

-"Cornwell… ese apellido no me suena, ¿vienes de Francia o Italia?"- me preguntó pensativa Lady Leagan.

Su pregunta me incomodó un poco, no pertenecía a la sociedad, en realidad solo era la hija de la institutriz de mi amiga.

-"No, Mi Lady, mi familia es de Inglaterra, mucho tiempo vivimos en Kensington, pero cuando mi padre falleció, mi madre, mis hermanos y yo nos mudamos a Londres. Actualmente mi madre trabaja para la familia Britter, ella es la Institutriz de Annie"- Expliqué lo más tranquila posible, jamás negaré mis raíces, no me avergüenza no ser parte de la Sociedad Londinense.

-"Ah, es usted una dama de compañía"- Afirmó la Condesa y en sus palabras pude notar un poco de sarcasmo y desprecio.

-"No, solo soy amiga de Annie"- mencioné con el orgullo herido, hice una reverencia y me despedí de la Condesa.

Mi madre me decía que la sociedad era complicada y cruel, a ellos no les importa humillar a las personas. Creí que mi madre exageraba en su advertencia, ¡uf!, doy tantas gracias a Dios por no ser parte de este circo.

Antes de salir por el balcón logré distinguir a Annie saludando amablemente a los Duques. Se notaba nerviosa, por como movía sus manos y arrugaba parte de su falda. Cuando observé mejor me percaté que miraba de reojo a un joven que estaba a un costado de la Duquesa.

El caballero que Annie observaba era castaño, su cabello estaba largo hasta los hombros y vestía de manera refinada. De pronto levantó la vista y me miró. Su rostro estaba cincelado con detalles tan perfectos que pudieran ser comparados con una escultura, su belleza fue donada por su hermosa madre, mientras que su elegancia y porte, por su padre. Tenía una mezcla de ambos, en perfecto equilibrio. Su mirada era simplemente extraordinaria, sus ojos azules como el mar me miraban con escrutinio y mi cuerpo se estremeció. Ahora entendía el nerviosismo de Annie, su presencia era arrebatadora.

De repente, una barrera azul provocó que rompiéramos el contacto visual, era Annie que saludó al joven. Por el nerviosismo de mi amiga me di cuenta que era el joven que conoció en Escocia el verano pasado y cautivó su atención, por supuesto que tenía razón, realmente era encantador, pero a primera vista no dejaba de parecerme frío y tal vez un poco engreído… debe ser complicado convivir con una persona que tan solo con una mirada demuestra su frialdad y dureza…

Salí por el balcón a tomar un poco de aíre. Dentro de la habitación todo era tan asfixiante, el tumulto y el ambiente superficial me incomodaban sobremanera. Hasta Annie estaba atrapada en ese mundo, mi amiga amable y tierna a la que no lograba reconocer en este medio.

-"Candy, Candy… ¡Ya llegó!, ¡Él está aquí!"- llegó de improviso Annie muy emocionada

-"¿Qué…quién?"- pregunté desconcertada.

-"El Conde de Lakewood, el chico que conocí el verano pasado en Escocia"- hablaba rápidamente Annie.

-"Ah sí, el que estabas saludando hace unos momentos… te hallabas muy nerviosa"-

-"Se me notaba mucho"- dijo Annie un poco apenada.

-"Solo un poco"- Le dije mientras reía.

-"Vamos Candy, ya está por empezar el baile… mi Padre y yo iniciaremos la velada."- mencionó Annie arrastrándome a la habitación principal.

El recinto estaba saturado. Todos los presentes, con sus mejores galas. La música empezó y Annie, como me había mencionado, bailó el primer Vals con su padre. Después más jóvenes y no tan jóvenes bailaban alegremente al compás de las melodías. A pesar de que la pista estaba llena, Annie se destacaba por su gracia y belleza, siempre con un acompañante digno de ella, realmente era la Reyna de la fiesta, todos estaban dispuestos a complacerla.

De repente… la música se detuvo… La Sra. Britter hizo un movimiento brusco hacia la puerta, su rostro era una combinación de sorpresa, terror y angustia… En ese instante hubo un gran silencio, todas las miradas se dirigieron hacia la puerta principal, en donde apreció un hombre de tez blanca y cabello negro, su porte y elegancia eran incomparables. Aunque en el baile todos los invitados provenían de familias nobles, él se destacaba por encima de todos. Su mirada era fría y calculadora y su rostro no mostraba emociones, sino un profundo cansancio pero yo creo que más que dureza era el resultado de un largo sufrimiento en silencio. A su lado, estaba un joven rubio con ojos azules y una gran sonrisa, franca y contagiosa, su altura, porte y rasgos eran similares, pero sus semblantes eran como el día y la noche, tan opuestos como el calor y el frío, pero en sus diferencias englobaban la totalidad, definitivamente eran padre e hijo.

Annie y su madre se acercaron cautelosamente a los recién llegados, el silencio en la habitación perduraba y las miradas seguían fijas en ese par de Aristócratas. Algunos murmullos se escucharon en la habitación.

-"¿Cómo se atreve a presentarse?… hace mucho que no lo veía"- mencionó una señora que se encontraba junto a mí.

-"Hace tanto tiempo que no se presentaba a una reunión social, al parecer ya olvidó la sórdida situación de su pasado".- continuó otra dama en susurros.

-"Y al parecer su hijo ya olvidó que por su culpa fue arrancado de los brazos de su madre"- afirmó la primera mujer.

-"¿Cómo pudieron declararlo inocente cuando todos estamos seguros que él tuvo que ver con su muerte?"-

-"Su posición le da cierta ventajas"- terminó la dama con una mueca en su rostro.

-"Mira, los años han pasado y han convertido a ese pobre huérfano en un candidato asediado por las jóvenes debutantes. Aunque es una lástima, porque aquella joven que comparta su vida tendrá que arrastrar el oscuro pasado de su familia".-

-"Qué indigno, su hija estaría en estos momentos de la edad de la Srita Annie"-

-"Lo peor no fue la muerte de la hermosa Paula sino que una inocente también compartió ese destino"- Terminó la Dama con un suspiro mientras se retiraba del salón junto con su compañera de rumores.

Cuando ambas señoras se retiraron, me dejaron con la duda y la incertidumbre sobre el tema que hablaron. Tenía que ver con el señor y el joven recién llegados, de eso no me quedaba duda, pero ¿a qué se referían?

La música comenzó nuevamente y el incómodo ambiente generado con antelación quedó olvidado. La pista se llenó nuevamente y todos estaban disfrutando de la fiesta. Mientras me divertía viendo bailar a los presentes, sentí una mirada sobre mí, eché un vistazo alrededor y unos ojos azules y tiernos me observaban absortos, sin miedo recorrían mi cabello y mi rostro. Era el joven que había ingresado con su padre, provocando el incomodo silencio en su ingreso. Con una sonrisa se acercó lentamente hacia mí. Y con una reverencia se presentó.

-"William Albert Andley, a sus pies"-

-"Candy Cornwell, es un gusto conocerlo"- regresé la reverencia.

-"Disculpe, ¿conozco a sus padres?"- preguntó serenamente.

-"No lo creo, mi familia no pertenece a la Nobleza"- Le contesté un poco enfadada, ¿Porqué todos preguntan de dónde vengo?

-"Disculpe no quiero contrariarla, pero yo creo que la Nobleza se lleva en el corazón no en el apellido"-

Esa respuesta no la esperaba, me dejó muda, ¿Realmente pensaba así?, con cuidado observé sus facciones tratando de encontrar la mentira en sus palabras… pero simplemente era sincero.

-"No todos piensan eso, Duque"-

-"Si, tristemente hay personas que se preocupan más por la apariencia que por las acciones. Pero aun no ha contestado mi pregunta"-

-"Mi madre es institutriz de la Señorita Annie Britter, mi padre falleció hace más de 8 años y antes vivíamos en Kensignton. Mi familia tenía una granja a las orillas de la ciudad, pero la perdimos con la muerte de nuestro padre. Desde entonces vivimos en Londres y mi madre trabaja."-Explique rápidamente.

El Señor Andley me miró cautelosamente, sus ojos demostraban su mente aguda. Algunas Damas casaderas se acercaron a nosotros y con miradas y comentarios insinuantes solicitaban bailar con el Duque. Luego de un desfile formado por una decena de rogonas, el caballero no tuvo más opción que desistir. Solo me quedé con la sonrisa que me ofreció mientras se dirigía al centro de la pista con una hermosa señorita.

Observé a los invitados, muchos estaban en la pista de baile disfrutando de algún Vals, otros se encontraban platicando con sus coetáneos y algunos otros evidenciaban desde lejos que estaban en el proceso de cortejo con algunas Damas. Salí del salón hacía otra habitación y cuando iba por un pasillo vi de reojo a una pareja. Al parecer hacían más cosas que platicar. Cuando sus rostros quedaron expuestos ante mí, la cara de Lady Leagan me miró con advertencia en sus ojos. El caballero que la acompañaba era también pelirojo, muy galante y de ojos cafés. Traté de ser discreta y seguí mi camino, no me interesaba inmiscuirme en situaciones que no son de mi interés.

Cuando llegué al salón más grande, vi a Annie que estaba bailando con un caballero rubio de ojos azules, su mirada era tierna y dulce, ya habían bailado anteriormente. Se veían muy bien juntos, la belleza de ambos deslumbraba la habitación, ese sí sería un gran partido para ella.

-"Verdad que es muy guapo?... es un Conde, por lo tanto tú no eres digna de él"- me dijo Lady Leagan con desdén.

-"Así que señorita Cornwell es solo un sueño para usted"- y sin mencionar nada más, agitó su abanico y se retiró a otra habitación.

¡Esto es inaudito! pero… ¡¿Cómo se atreve?! whrrrr, estoy furiosa con la Condesa, nunca me entrometo en los asuntos de otras persona, por lo que espero lo mismo de los otros. Con evidente disgusto salí rápidamente al balcón más alejado, necesitaba respirar… ella me acusó como si yo fuese la que estaba haciendo algo mal.

La brisa nocturna y el silencio de la noche me ayudaron a calmarme y me pregunté sobre el motivo por el cual la Condesa se portó tan grosera y mezquina. Mi madre me enseñó a ser sincera, preocuparme por terceros y nunca mencionar alguna ofensa para otros, era parte de la cortesía como Dama y como ser humano. Creo que la condesa distaba mucho de lo que pensaba mi madre. Solo hacía lo que quería y decía lo que sentía.

Escuché un sonido en una parte oscura del balcón que despertó mis sentidos, cuando me puse en posición de defensa un caballero perfectamente vestido salió de las sombras. ¡Era el hijo del Duque!, con paso firme y seguro se acercó a mí… estaba muy nerviosa, cuando estábamos a menos de un metro de distancia, esbozó una sonrisa.

-"Vaya, una chica hermosa sola en el balcón"…-

Su voz era profunda y grave… a esa distancia distinguí su rostro perfecto y su mirada tan penetrante... escondía más emociones de las que expresaba.

Observé el lugar y me percaté que éramos los únicos en la terraza, me sentí nerviosa, un silencio incomodo reino por un momento entre nosotros y sus maravillosos labios comenzaron a moverse.

-"Uf!, ¿ese es tu mejor vestido?… y yo que creía que se arreglaban para eventos como este"- me dijo, mostró una sonrisa y tocó su cabello.

Mis ojos se abrieron con asombro y me pregunté nuevamente ¿Por qué todos estaban dispuestos a ofenderme?


Hola todos, estoy aventurándome a una nueva historia que estoy escribiendo junto a mi amiga, prima y comadre Bren. Espero les haya gustado. También agradezco a mi Ángel que es nuestro Beta (aunque para mí siempre serás mi Alfa).

Por favor quiero saber sus comentarios dejen algún Review.