Disclaimer: Ningún personaje es mío, todo pertenece a JK Rowling y no pretendo (ni podría) ganar dinero con esto.

Nota: Cuando lo escribí fue (y aún es, claro) un regalo para Letta. Es femslash, pero todo muy suave, así que no hace falta poner advertencias. Y ya sabéis, comentarios y críticas son bien recibidos.


Pansy Parkinson sabe amar.

By dark Rachel

Es rubia, pálida, elegante y guapa.

Es todo lo que Pansy quiere ser en el futuro. Con trece años ya tiene sus sueños construidos. Ser como ella, besarla, ser una Malfoy. Porque los Malfoy son… diferentes, son especiales. Bellos, elegantes, poderosos. No como los Parkinson.

Todos los días, durante el verano, cuando se despierta y mira alrededor, recuerda lo que ha soñado por la noche. Recuerda sueños de vestidos blancos, flores de colores pasteles y suaves melodías. Luego levanta la mirada y ve una madre de mirada triste y ojeras, de arrugas y caminar patizambo. Y apreta los puños, se muerde el labio y aparta la mirada.

Porque no es eso lo que ella quiere. Cada día tacha el calendario, esperando que llegue el domingo, porque el domingo va a tomar el té con Draco, el señor Malfoy… y con Narcissa.

Rubia, pálida, elegante y guapa.

Pansy no sabe decir cuándo se dio cuenta exactamente de la diferencia. No sabe cómo notó que la miraba de diferente forma. Ni cuando guardó su foto en su diario para poder observarla por las noches, embobada, soñando.

Le gustaría ser otra persona. Ser más valiente, más fuerte, y poder acercarse a Cissy, decirle 'te quiero', besarla, dejar de lado la edad y el sexo, olvidar que ser lesbiana no está bien visto. ¿Por qué habría de importarme? Por nada, pero le importa.

Le importa porque quiere escapar de todo eso, quiere salir de su casa, dejar de esperar al padre que siempre está trabajando y a la madre que depende de él. Olvidar su habitación de colores rosas, sus peluches y sus muñecas.

Por eso, en poco más de cinco años, Pansy se casará con Draco Malfoy. Tendrán una boda elegante y un matrimonio ejemplar. Serán felices y comerán perdices. Pero todo será una farsa. Dentro de ella siempre latirá el amor por otra persona, siempre la mirará con ojos distintos y nunca sacará la foto de su diario.

Porque aunque el resto del mundo no lo crea, Pansy Parkinson sabe amar.