Hyrule Warriors: As Light and Shadow.

Prólogo: I

Cuentan las leyendas, que desde el inicio de los tiempos en el reino de Hyrule ha habido una guerra entre el bien y el mal.

Según la leyenda, cuando todo era un cáos, las tres diosas de oro, Din, Farore y Nayru, descendieron de una distante nebulosa y comenzaron a crear lo que se convertiría en el mundo. Din "cultivó los campos y creó la tierra roja". Nayru "esparció su sabiduría por la tierra y le dio el espíritu de ley al mundo". Farore "produjo las formas de vida que mantendrían la ley".

Las tres grandes diosas, tras terminar su labor, regresaron a los cielos. Y unos triángulos sagrados quedaron en el lugar donde las diosas dejaron el mundo. Esta reliquia se escondió en el Reino Sagrado a la espera de que alguien la encontrase y trajese prosperidad al mundo o la destrucción infinita.

Una gran fuerza malvada logró posar una de sus manos en la reliquia sagrada de las Diosas, pero al encontrar inestabilidad la reliquia se dividió en tres. La reliquia del "poder" pasó a las manos del malvado puesto que esta representaba sus deseos de obtener el poder absoluto, mientras la de la "sabiduría" pasó a la princesa del reino de Hyrule y la del "valor" a manos del héroe elegido por las Diosas para acabar con el malvado.

Cada vez que el malvado resurgía de entre las tinieblas para hacerse nuevamente con el poder, el héroe y la princesa unían sus fuerzas y juntos lograban detener a la encarnación del mal y proteger el reino que tanto amaban.

Sin embargo, no solo esto unía el destino de la princesa y el héroe.

La princesa del destino y el héroe elegido por las Diosas tenían sus almas unidas.

Y había a cierta persona que eso le molestaba desde lo más profundo de su corazón...


A Link le encantaba la ciudadela de Hyrule.

Las pocas veces que había ido a la ciudadela fue junto su abuelo o su padre pero nunca podía detenerse a mirar cómo era la ciudadela ni su gente.

Le encantaba el ruido de la ciudadela, del mercado de los sábados en la mañana, los niños corriendo por todas las calles, las mujeres comprando en plena mañana, los perros corriendo detrás de los gatos...

Había tantas cosas que le encantaban que no podía pararse a pensar en todas ellas.

Se paró un momento a ver la gran fuente de las tres Diosas de Hyrule en el centro de la ciudadela y sonrió. Cerró los ojos y murmuró una pequeña oración para que las Diosas le diesen suerte ese día.

Aún era temprano como para ir al castillo, todavía podía ir a un bar y desayunar algo.


Entró a una pequeña taberna en una de las calles y lo primero que hizo fue sentarse en la barra.

-¿Se te ofrece algo de comer, guapo?

Link levantó la vista, al otro lado de la barra había una mujer mucho más alta y corpulenta. La mujer era pelirroja y tenía unas pequeñas arrugas en los ojos, pero aún así tenía una cálida sonrisa.

-Solo una botella de leche lon lon, por favor.

La mujer asintió y rápidamente sacó una botella de leche.

Link murmuró un pequeño "gracias" y se bebió casi de un trago la botella de leche mientras la mujer limpiaba con un trapo blanco la barra.

-¿Y qué haces aquí? ¿Vienes a presentarte a las pruebas para aspirante a soldado.-Link asintió y la mujer señaló una mesa con varios hombres.-Ellos también, aunque no creo que duren mucho tiempo.

Link miró de reojo a la mesa del fondo. Desde que él había llegado esos cuatro no habían parado de hablar de lo geniales que eran, sobre todo el que estaba en el centro, y que la capitana de la guardia real no dudaría ni un segundo en aceptarles.

-Suelen decir que la gente que presume mucho al final no acaba donde quiere.-contestó Link con una sonrisa.

La mujer sonrió y le estrechó la mano.

-Llámame Telma. Siempre que necesites algo Telma y los suyos te ayudarán pase lo que pase.

Link sonrió.

-Me llamo Link.

Pasaron segundos hasta que la campana que estaba encima de la puerta principal volvió a sonar y tanto Link como los demás presentes en la tasca se voltearon para ver quién era.

Era una joven, de casi la misma edad que Link, con cabello castaño cortado un poco desigual por los lados pero recogido por una trenza en cada lado. Llevaba puesta una túnica morada con una capucha, unos pantalones cortos y botas marrones un poco por debajo de la rodilla.

La joven se sentó a la derecha de Link y se recostó en la barra.

-Vaya vaya, mira a quién tenemos por aquí.

-Ponme una cerveza, Telma.-murmuró la joven.

Telma suspiró y se cruzó de brazos. Sacó una botella de leche lon lon y se la dio a la joven.

-Es muy temprano todavía, Altaír. Tienes todavía todo un ría por delante.-La chica suspiró y con pocas fuerzas tomó la botella.-Invita la casa, querida. Tienes que estar fuerte si vas a ser la primera mujer en presentarse a las pruebas para ser soldado en el castillo de Hyrule.

Altaír sonrió, pero no pasó ni medio segundo para que los hombres que estaban en las mesas de atrás estallasen a carcajadas.

-¿¡Una mujer que quiere presentarse a las pruebas?!-gritó el más bajo de ellos.

-¡Es el mejor chiste que he escuchado en mucho tiempo!-añadió el más alto de los tres.

Link miraba la escena de reojo. Miraba como esos tres hombres se burlaban de la pobre chica y notó que esta estaba un poco cabizbaja.

-¿Vas a presentarte a las pruebas en el castillo?

La chica miró a su derecha para encontrarse a un chico más o menos de su misma edad. Tenía el cabello de un color rubio cenizo y los ojos de un color azul oscuro que parecían los ojos de una bestia. A pesar de eso, el chico mostraba una pequeña y cálida sonrisa que hizo que ella se sintiese un poco más cómoda, y aunque no lo quisiese admitir también se sentía como si se fuese a derretir.

-Sí.-respondió la chica con una pequeña sonrisa.-Me llamo Altaír, soy del pueblo Hateno.

-Link.-dijo el hyliano.-Soy del pueblo de Ordón, en la gran meseta.

-Me alegro de que no solo hayan idiotas arrogantes que se presentan a las pruebas.-dijo Altaír con una sonrisa.-Llevo toda mi vida preparándome para este momento, y ahora que este año admiten mujeres, siento que puedo demostrar lo que valgo.

-Creo que te entiendo.-murmuró Link.-Hasta donde sé, mi padre era soldado de Hyrule y quiero demostrar que puedo ser mejor que él. Además, siempre he querido servir y proteger al reino junto con sus soberanos. Creo que no hay honor más grande que ese.

Altaír se sorprendió al escuchar las razones por las que Link quería ser soldado de Hyrule. Desde siempre, cuando ella escuchaba a hombres decir sus razones para ser soldado escuchaba las mismas palabras: porque pagaban muy bien, porque a las mujeres les gustaban los soldados y porque así podían estar más cerca de la princesa de Hyrule. Ella sentía que era grandioso que todavía hubiesen aspirantes a soldado que pensasen con Link lo hacía.

-¡Já!

Ambos, Link y Altaír, voltearon a ver de dónde venía esa burla y se fijaron en los tres hombres de antes. Esta vez, fue el más grande y alto de los tres quien se burló de ellos.

Se levantó de su silla y caminó hacia donde estaban Link y Altaír. Tenía los ojos amarillos, que se parecían a los de un gerudo y llevaba su pelo pelirrojo recogido en una estúpida cresta. Llevaba puestos unos pantalones color beige con una camisa azul marino con tonalidades verdes en los hombros y cuello. Se podría decir desde kilómetros que ese hyliano era de buena familia.

-Quédate callado, Malton, sabes que aún puedo echarte de mi taberna.-dijo Telma cruzándose de brazos.

Malton resopló y se acercó a la barra. Tomó una silla y la puso entre Link y Altaír, se sentó y posó sus brazos en los hombros de estos dos.

-Pero mirad que tenemos aquí, una mujer y un enclenque que quieren ser soldados de Hyrule.-rió haciendo que tanto el rubio como la morena se enfadasen con solo su presencia.-Por gente como vosotros es que mancillan el nombre de los soldados y caballeros de Hyrule, debería daros vergüenza.

Link rápidamente se quitó el brazo del pelirrojo de encima y no pasó muchos segundos para que la hyliana hiciese lo mismo y le empujase de su silla haciendo que este se cayese al suelo.

-Más vergüenza me daría ser un hombre como tú.-susurró Altaír.

-Las mujeres como tú lo único para lo que sirven es cuidar de los niños, hacer la comida, cuidar de la casa y cómo no-Malton miró de reojo a sus compañeros, que estaban riendo, y este soltó una carcajada.-satisfacer sexualmente a su marido.

Altaír y Telma se sintieron ofendidas con lo que acababan de escuchar salir de la boca del pelirrojo. Estuvieron a punto de reclamar algo pero un sonido las dejo boquiabiertas.

Link había sacado su espada de su funda y tenía la punta de esta en el cuello del pelirrojo. Malton, ofendido y furioso por tal acción, intentó levantarse del suelo pero Link acercó todavía más su espada al cuello de este.

-Creo que ellas merecen una disculpa.-reclamó Link, tranquilamente.

Malton se alejó lo suficientemente para que se pudiese levantar sin que la espada le cortase la carótida. Se apoyó en una de las mesas y miró a Link a los ojos.

-¿Te crees fuerte chaval?-Malton se acercó a Link quedando solo centímetros de distancia entre ellos. Le miró a los ojos furioso y Link cambió su semblante a uno más serio.-¿Te crees que puedes desenvainar tu espada y ponerla en mi cuello como si pudieses derrotarme?-Empujó fuertemente a Link haciendo que el rubio se chocase con la barra, al lado de donde estaban Altaír y Telma.-¡En cuanto sea soldado me convertiré en alguien tan importante que no tardarán en nombrarme caballero! ¡Y cuando eso pase me aseguraré de ser un héroe para este reino y que todos me conozcan! ¡Conocerán la leyenda de Malton!

Malton se pasó su mano por su cresta, mientras sus amigos aplaudían a su jefe diciendo lo asombroso que era y que él ganaría.

-Muy bien.-dijo Link poniéndose de pie y guardando su espada.-¿Qué te parece si hacemos un duelo?

-¿Un duelo?-preguntó Malton, confundido y furioso.

-Sí.-respondió el rubio.-Tú contra mí.-Envainó su espada y se acercó a Malton.-Si yo gano, le pedirás perdón tanto a Telma como a Altaír.

Malton bufó, no quería aceptar el duelo pero sabía que si no lo hacía parecería un debilucho. ¡No podía permitir eso! ¡Él era el increíble Malton!

-¿Y qué harás si yo gano?-volvió a preguntar Malton cruzado de brazos.

Link lo meditó durante unos segundos, al encontrar la respuesta esbozó una pequeña sonrisa llena de confianza en si mismo que juraría que puso a todos los presentes con los pelos de punta.

-Si tu ganas, no participaré en las pruebas para ser soldado de Hyrule.

Tanto Altaír, como Telma y como Malton se sorprendieron con la respuesta de Link.

-Bien, trato hecho.-Malton miró a sus compañeros y se acercó a la puerta.-Te esperaré fuera, te quiero en diez minutos frente la fuente de las Diosas en el centro de la ciudadela.

Malton salió por la puerta seguido de sus dos compañeros, dejando solos en la taberna a Link, Altaír y Telma.

Link estaba a punto de irse cuando sintió que alguien tiraba de la manga de su camisa. Volteó la cabeza para ver quien era y miró que era Altaír, que parecía tener un semblante entre confundida y enfadada.

-¿¡Pero tú eres tonto?!-Altaír se cruzó de brazos y Link la miró confundido.-¡No tienes por qué hacerle casos a esos idiotas!

-Oye, será divertido.-Link soltó una pequeña risa y Altaír suspiró.-¿Por qué no venís las dos a verlo?

Telma abrió la pequeña puerta de la barra para poder salir y acercarse a Link y Altaír. Al estar frente a estos dos se cruzó de brazos y miró seriamente al hyliano.

-¿Qué harás si Malton gana el duelo?

Link sonrió de manera despreocupada y colocó su mano en el pomo de la puerta para abrir esta.

-Bueno, soy un hombre de palabra.

Salió por la puerta dejando tanto a Telma como a Altaír preocupadas.


En el centro de la ciudadela de Hyrule, en la plaza mayor, se llevaba a cabo un duelo entre dos hombres.

El mayor de ellos llevaba como arma un mandoble que había pertenecido desde hace dos generaciones a su familia, mientras que el menor llevaba una espada y un escudo que él mismo había fabricado junto con su abuelo en la fragua de este último.

La plaza estaba llena de gente que querían ver qué estaba pasando y al darse cuenta de que sería un duelo entre dos personas, hicieron un círculo notoriamente grande dejando espacio para que ambos contrincantes luchasen.

-¡Muy bien!-gritó Telma, anunciando que el duelo estaría a punto de comenzar.-Las reglas son sencillas, el primero en dar el primer golpe gana. No quiero trampas o que intentéis acabar con la vida del otro.-Telma dirigió su vista hacia donde estaba Malton y frunció el entrecejo.-Esto lo digo especialmente por ti, Malton.-El mencionado bufó y Telma volvió a hablar.-Bueno, ¡que comience el duelo!

Telma se alejó rápidamente y se fue junto a Altaír que miraba desde un punto cercano el duelo.

Malton fue el primero en intentar atacar, cosa que Link prevenía y por eso dio un salto hacia su izquierda, haciendo que el pelirrojo se enfadase más de lo que ya lo estaba anteriormente. Malton siguió intentando atacar pero lo único que Link hacía era esquivar los ataques saltando hacia los lados o haciendo un salto mortal hacia atrás. Malton, cansándose ya de no darle ni siquiera un mísero golpe al rubio, le hizo una seña a sus compañeros Corvy y Vestro para que distrajesen al rubio.

Link seguía esquivando los ataques de Malton, que eran muy repetitivos, y empezó a intentar darle golpes a Malton. Aunque para su sorpresa, Malton los bloqueaba todos y cada unos con su mandoble. Link tardó poco tiempo en ingeniar un plan para poder derrotar a su contrincante, después de todo no era casi nada fuerte, pero para su sorpresa sintió un golpe en la espalda, como si le hubiesen tirado algo.

Malton sonrió por ese acto, puesto que sabía que así podía derrotar sin problema a Link y empezó otra vez a intentar darle con su mandoble. Pero Link a pesar de eso seguía sin caer al suelo, aunque parecía estar un poco molesto.

Uno de los huevos podridos de cucco que lanzaron Corvy y Vestro le dio a Link en la cabeza, haciendo que este se marease un poco y cayese al suelo. Malton supo que esta sería su única oportunidad, así que con su mandoble intentó darle un golpe al rubio.

Link se giraba hacia los lados para intentar esquivar los golpes de Malton, su escudo y su espada no se encontraban a su alcance y no podía cogerlos si Malton intentaba darle un golpe cada vez que se movía.

Altaír notó que Link estaba en problemas, así que rápidamente tomó su arco y una de sus flechas y la lanzó en dirección donde estaba Malton, pero desviándola un poco para que esta apenas le rozase.

Malton, que estaba a punto de darle el golpe definitivo a su contrincante, volteó hacia atrás cuando sintió la flecha rozarle la cara. Se enfureció, más de lo que ya estaba, y esta distracción permitió que Link pudiese coger sus cosas. El rubio sonrió y murmuró un pequeño "gracias" que la chica entendió perfectamente y no tardó en coger su espada y escudo del suelo.

-Vaya, no sabía que sabías usar el arco.-comentó Telma con una pequeña sonrisa.

Altaír sonrió y miró hacia el frente.

-Cada mujer tiene sus propios secretos.-respondió, a lo que Telma estalló en carcajadas.

Link rápidamente se levantó del suelo y aprovechando que Malton seguía mirando hacia atrás le dio un ligero golpe en los pies, haciendo que este perdiese el equilibrio y cayese al suelo. Antes de poder coger su mandoble ya tenía nuevamente el filo de la espada de Link en su cuello.

-El duelo ya acabó, Malton.-Malton bufó y Link le extendió la mano para ayudarle a levantarse.

-No necesito tu ayuda, enclenque.-Malton rápidamente se puso de pie por si mismo y guardó su mandoble en su vaina.-Hiciste trampa, tu amiguita me distrajo por unos segundos y solo por eso venciste, porque por lo demás yo ya habría ganado.

-¿¡Perdona?!-Altaír se acercó a ellos y miró a Malton a los ojos.-Fuiste tú quien empezó haciendo trampa diciéndole a tus amigos que le tirasen huevos de cucco podrido a Link.

-Que por cierto, se huele el olor desde aquí...-murmuró Telma tapándose la nariz con las manos, y al parecer no era la única porque la gente a su alrededor también hizo lo mismo.

-Creo que teníamos un trato, Malton.-dijo Link envainando su espada.

Malton bufó, recogió sus cosas y le se fue del sitio junto con Corvy y Vestro sin decir nada.

-Vaya, no cumplió con su promesa.-comentó Link.

-Te dije que por eso no era buena idea discutir con hombres así.-suspiró Altaír mientras se colocaba a su lado.

La gente cuando vio que Malton se había alejado lo suficiente empezaron a aplaudirle a Link diciendo lo fuerte que era, Link solo se rascaba el cuello nervioso y decía que no era para tanto mientras Altaír le alagaba y Telma le gritaba que se diese un baño.

Link en un intento de alejarse de la multitud, dio un paso hacia atrás chocándose con alguien. Inmediatamente se dio la vuelta para mirar a esa persona y pedirle perdón pero se le congeló el habla al ver con quién se chocó.

Era una joven que parecía ser de su edad. Cuando vio que Link se dio la vuelta la chica se quitó la capucha gris que llevaba encima de su vestido permitiendo que Link pudiese contemplarla mejor. Tenía los ojos de un color azul celeste como el cielo, orejas puntiagudas como él afirmando que la chica era hyliana y su pelo parecía una cascada de oro puro. Llevaba puesto un vestido de cuello azul con toques blancos en las mangas y en el cuello. Abajo de este llevaba un broche con un rubí y en sus orejas llevaba puestos unos pendientes de la Trifuerza.

Ella simplemente se veía hermosa para los ojos de Link.

La joven hyliana también se fijó en Link, puesto que se llevó la mano izquierda a la boca y soltó una pequeña e inocente risa, haciendo que Link se sonrojase durante unos segundos.

-Tienes yema de huevo de cucco en la cabeza y tampoco huele muy bien.-murmuró la joven.

Link rápidamente se llevó las manos a su pelo, al sentirlo asqueroso y pegajoso susurró un "oh, mierda" y miró avergonzado a la chica.

-Ah... Lo siento... Yo...-murmuró nervioso y miró a la joven que sonrió.

-No tienes que disculparte.-dijo.-Vi como te tiraban los huevos de cucco mientras combatías antes.-Link suspiró aliviado y la miró de reojo.-Por cierto, felicidades por haber ganado.

Link soltó un pequeño "gracias" y la chica estuvo a punto de decirle su nombre, pero cuando escuchó unos gritos que no eran los de los ciudadanos gritando el nombre de Link, suspiró y miró a Link.

-Debo irme.-murmuró la joven y Link asintió.-Nos encontraremos de nuevo, joven guerrero.

La chica se fue rápidamente en lo menos que canta un cucco, dejando a Link todavía nervioso y avergonzado.

-¡Link!-gritó Altaír y fue corriendo rápidamente hacia donde estaba él.-¿Con quién hablabas?-preguntó.

-Con una Diosa...-murmuró el rubio sin saber las palabras que salían de su boca y dejando extrañada a la morena.

Ese sería un largo día...


Comentarios Finales: Esto solo es el prólogo, uno bastante largo, de una historia que tengo pensada hacer. Quiero hacerla basándome fielmente en el spinoff de Hyrule Warriors pero añadiendo cosas propias como mis propias batallas, escenas, diálogos e incluso personajes.

Para los que no se dieron cuenta, me basé en el diseño de Altaír en el diseño de Linkle en Hyrule Warriors y no creo tener que decir tampoco quien es la chica misteriosa y de dónde me inspiré en su traje xD

Quiero hacer capítulos medianamente largos con mucho contenido, pero eso me costará un poco y puede que tarde en actualizar. También por los que no se han dado cuenta, me cuesta mucho escribir escenas de acción así que si hay alguien que quiera ayudarme o colaborar conmigo en esta historia me encantaría mucho...

También por si no lo saben, el nombre de "Malton" es como le llaman en España a Vilán/Bado/Groose. Aunque jugué Skyward Sword en "español latino" me gusta más como suena "Malton" que Vilán o Groose. Siento que suena como alguien más fuerte y por eso decidí dejarlo así.

Sin más que añadir, espero que dejen sus reviews y sigan la historia y le den a favorite.

¡Que la Trifuerza les acompañe!