Introducción:

Durante muchos siglos, las historias de vampiros y licántropos ha sido pura fantasía de terror, cuentos para no dormir y leyendas de culturas muy supersticiosas. Nadie creía que esas criaturas, denominadas criaturas de la noche, pudieran ser reales, pero eso cambió cuando la tierra se oscureció y comenzó la noche eterna.

Entonces, los vampiros y los licántropos salieron de sus escondites y empezaron una guerra abierta entre las dos razas, llevándose por medio vidas humanas que nada tenían que ver. Así continuaron durante miles de años, llevando a la raza humana a su exterminio total, pero un vampiro y un licántropo pusieron fin a eso. Ambos eran descendientes del clan que gobernaba sus razas, sus nombres eran Carlisle Cullen y Ephraim Black. Los dos decidieron firmar un tratado en el que las dos razas debían coexistir en paz, cada una en su territorio.

De esa forma se crearon dos reinos, el reino de Volterra, dominado por los vampiros, y el reino de Damarck, gobernado por los licántropos.

Entre ambos reinos había una zona neutral, una zona donde los pocos humanos que habían sobrevivido permanecían con miedo a que se los llevaran como alimento, pero eso nunca ocurría, las dos razas respetaban el tratado. Los humanos habían abierto bares para mantener ocupadas a esas dos razas, ambas razas entraban en cualquiera de los bares, pero las dos razas se odiaban y se repelían, en ocasiones se peleaban, pero eran peleas sin importancia, nada que desembocara en una guerra. Por lo general, intentaban no acercarse los unos a los otros.

En el reino de Volterra era un día de celebración, la princesa Bella y el heredero al trono Edward acababan de concebir una preciosa princesita. Carlisle y Esme, reyes de la raza vampírica desde el tratado, observaban a la pequeña vampiresa con admiración y orgullo, pocas eran las parejas de vampiros que eran capaces de reproducirse, ellos lo habían conseguido en tres ocasiones, pero habían tardado siglos en poder conseguirlo. Edward fue el primero en llegar, después lo siguieron Alice y Emmet pero se llevaban siglos de diferencia.

Carlisle y Esme estaban fascinados porque apenas hacía 3 meses de que Edward y Bella se habían unido para toda la eternidad cuando anunciaron que esperaban un hijo. Y ahora, nueve meses después, veían a la niña más hermosa que habían visto en su larga vida.

-¿Cuál es su nombre?- Preguntó el rey a su hijo que tenía a su pequeña en brazos- ¿Cómo se llama nuestra nueva princesita?

-Renesmee.

-¿Renesmee?- Preguntó Esme asombrada- Es la unión de mi nombre y el de la madre humana de Bella.

-Así es, si no hubiera sido por la humana que le dio la vida y la protegió hasta que murió, esta niña nunca hubiera llegado a nosotros, creemos que es el nombre perfecto para ella.

-Estoy de acuerdo- Concordó Carlisle con su hijo- La madre humana de Bella hizo lo posible por salvarla de aquel licántropo, y si no hubiera sido por la rapidez de Edward, habrían muerto las dos allí mismo. Tuvimos suerte de poder convertir a Bella antes de que muriera desangrada como su madre. ¿Como se encuentra ella ahora?

-Está durmiendo, ha sido agotador para ella.

-Es comprensible, ve con ella y cuida de las dos, son nuestras futuras reinas y son dos miembros de esta familia.

Edward entró en la habitación y colocó a su hija junto a su madre, se alegraba de que a él no le hiciera falta dormir, era una suerte para él que los varones no necesitaran nunca descansar. Las mujeres en raras ocasiones, pero alguna vez debían hacerlo, sobretodo ocurría después de traer al mundo a un nuevo vampiro.

Renesmee permaneció dormida el resto de la noche, sin molestar a su madre, Edward las miraba a las dos y sonreía. Desde el momento en el que salvó a Bella de aquel licántropo supo que quería pasar el resto de la eternidad con ella, y Bella correspondió a esos sentimientos, su hija era la prueba viviente de ello.

En Damarck también celebraban el nacimiento del heredero al trono y lloraban la muerte de la reina, Billy Black, rey de los licántropos y nieto directo de Ephraim Black, miraba a su hijo mientras unas lágrimas caían de sus mejillas. Su hijo era el tesoro más preciado que siempre había deseado tener, pero para conseguirlo perdió a lo que más amaba en el mundo, su mujer había muerto al darle a luz.

A pesar de querer a su hijo, porque lo quería, sintió un profundo resentimiento hacia él y se prometió que nunca mostraría signos de afecto hacia él, Jacob tendría que ser un guerrero implacable y un rey justo y benevolente a la vez. Para ello debía ser distante y frío con él.

-Hijo, todo es por tu bien y el del reino- Le acarició la mejilla como última muestra de afecto hasta que le llegara la hora.

Si alguno de los dos padres hubiera pensado lo que él destino les deparaba a ellos y a sus hijos probablemente no hubieran estado tan tranquilos mirándolos dormir.

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No se si os gusta la introducción, espero que si, es una historia dedicada a una amiga que me ha pedido que haga una historia de Renesmee y Jacob.

Dadme vuestra opinión por favor, ¿continuo o no?

Se que es cortita la introducción, pero principalmente quiero saber si os gusta para seguirla o no.

Os lo pido porfavor, dejad reviews diciendome que os parece.