JoJo's Bizarre adventure no es mío.
1.-"Don't stop believing".
Desde que tenía memoria, Trish Una siempre quiso ser una cantautora famosa, subir al escenario a interpretar sus propias composiciones y afortunadamente su madre la apoyaba en su sueño, le había enseñado lo poco que sabía con el piano porque por allí podía empezar. Todos los días practicaba para poder dominarlo, llegaba de la escuela y se ponía a tocar, tocaba hasta altas horas de la noche; poco a poco comenzó a ganar habilidad y buscó aprender más por cualquier medio, buscó compositores famosos y empezó a admirar a uno solo, pero dejó de investigar porque de pronto ya solo tocaba para calmar los dolores de su madre cuando una terrible enfermedad vino.
Dividía su tiempo entre cuidarla y practicar pero los ánimos no la mantenían muy interesada en el piano, sólo quería que su madre se recuperara. Para los últimos meses, Donatella se mantenía recostada, reposando mientras le platicaba a Trish acerca de Solido, el padre de la muchacha y el hombre que ella más amaba. La chica de cabellera rosa la escuchaba atentamente e intentaba recordar cada detalle para poder buscarlo.
No era que a ella le interesase mucho realmente, no ansiaba conocer a un sujeto que las había abandonado nada más al enterarse que su madre estaba embarazada pero quería encontrarlo para traerlo ante su madre que tanto lo añoraba. Pese a todo, el amor que ella le tenía seguía intacto.
Cuando Trish quiso comenzar su búsqueda, se dio cuenta de que solamente tenía a su madre. No contaba con familiares cercanos pues todos rechazaron a Donatella al haber decidido traerla al mundo así que se estableció en otra ciudad; no tenían amigos sumamente cercanos, solamente los vecinos de años pero ninguno le inspiraba verdadera confianza; sus pocas amigas de la escuela no eran tan entrañables como para envolverlas en ese asunto. Ella sola tendría que buscarlo.
Sus padres se habían conocido en un pueblo pequeño, no muy lejos de donde su madre era oriunda, supuso que no sería problema siquiera encontrar una pista pequeña así que un sábado en la mañana tomó un autobús que la llevase allí para preguntar por Solido Naso. Se estrelló contra la realidad al ver que nadie sabía algo, un par de personas hasta creyeron que bromeaba pues el nombre que preguntaba realmente era extraño. No tenía mucho tiempo para buscarlo así que decidió regresar de inmediato a casa antes de que su madre se preocupase, regresó a la estación de autobuses desanimada pero un par de sujetos la flanquearon y la arrastraron a un callejón solitario. Trish quiso defenderse, se removió y gritó a todo pulmón pero nadie fue a ayudarla. Creyó que le ocurriría lo peor sin embargo, las dos personas que la arrastraron, no hicieron más que sujetarla fuertemente para que no huyera y entonces una tercera persona apareció frente a ella. Un hombre alto y de complexión atlética se presentó y la muchacha de inmediato supo quién era él, no por el color de su cabello ni el de sus ojos (iguales a los de ella) sino que sintió algo, una especie de conexión que confirmaba que había un parentesco directo. Aquel hombre sintió lo mismo que ella.
- Mi hija...- susurró con su voz grave y ante ello, Trish sintió un escalofrió en toda su espina dorsal ya que él no parecía dudarlo.
- Yo...
- Sáquenla de aquí, que se vaya por donde vino- ordenó al par de sujetos mientras les daba un fajo de billetes y ellos la arrastraron lejos de él.
- ¡Ve a verla... mi mamá, ella te quiere!- gritó ella mientras era llevada e intentaba zafarse para alcanzarlo.
- ¡Vete, nadie debe saber de mí!
- ¡Por favor!
- ¡Lárgate, desearía que no hubieras nacido!- le gritó él de vuelta mientras la golpeaba del estómago y sin más se fue de allí.
Ante esas palabras y la agresión, Trish dejó de luchar y se quedó pasmada porque nunca creyó que tal combinación de palabras saliendo de la boca de una persona que ni siquiera conocía le dolieran tanto más que el golpe, el cual no sintió en su momento. Aquellos sujetos la dejaron en la estación del autobús.
- Nunca más busques a Solido Naso o tendremos que eliminarte- le advirtió uno de ellos mientras le daba en la mano el rollo de billetes que ella sostuvo solo por inercia.
Al verse sola, la muchacha se dejó caer al suelo mientras lloraba incontrolablemente. Se abrazó a sí misma sollozando porque no podía creer que su madre todavía amase a semejante persona. Y tenía que reconocerlo, muy en el fondo quería conocer al hombre del que su madre tanto predicaba pero oírlo desear su inexistencia fue como si la apuñalasen, lloró un largo rato hasta que se sintió mejor para caminar pues el estómago le dolió bastante, en cuanto pudo se dirigió a su hogar. Compró su pasaje de regreso y durante el camino intento serenarse, pensó en que aquello era mejor que le ocurriese a ella y no a su madre, quien seguramente no soportaría tal desprecio así que cuando ella se pusiera bien, truncaría todo intento de la mujer para buscarlo, ya tenía esa advertencia y sabía que aquellas personas hablaban en serio.
Notó el dinero en su mano así e iba a tirarlo pero aunque le doliera, lo necesitaba para su madre y si lo único bueno que ese tal Solido Naso podía hacer por ellas era aportar esa nada despreciable cantidad de dinero, lo usaría en su madre.
Trish intentaba pensar en que todo eso no le afectaba y en que lo superaría pronto pero una herida hecha por palabras, le dejaba una cicatriz grande y dolorosa que tardaría años en cerrar, y aquello era cuestionable, siempre podía volver a abrirse.
Su excusa para salir de casa toda la mañana fue que iría al cine con sus amigas así que cuando Donatella preguntó por sus ojos llorosos dijo que habían elegido una película muy triste, Trish hizo como que la recordaba así que corrió a abrazarla y lloró de nuevo en su pecho hasta cansarse, hasta secar todas las lágrimas que derramaría por su padre.
Luego de un par de meses después de ese incidente, Donatella empeoró y tuvo que ser hospitalizada. Trish temía lo peor en cada momento, en cada llamada, en cada visita del médico al cuarto de su madre. No quería perderla, era lo único que tenía en el mundo pero en el fondo, ambas sabían que tendrían que separarse tarde o temprano.
- ¿Has practicado últimamente?- le preguntó la mujer a la chica en una de esas tardes donde no se sentía tan mal.
- No mucho.
- Debes practicar, Trish, cuando yo me vaya...
- Por favor, no me digas eso- dijo la muchacha acercándose al borde de la cama mientras comenzaba a llorar amargamente.
- Escúchame, sé que nunca tuvimos mucho pero quiero ayudarte a cumplir tu sueño, mi niña tienes talento y yo sé que lo vas a lograr. Siempre voy a tener fe en ti y te voy a cuidar. Cuando yo me vaya, terminarás la escuela aquí pero para la preparatoria, te inscribí en el internado "Golden wind".
- ¿El anexo al conservatorio de la ciudad?- preguntó Trish sumamente sorprendida.
- Sí. No puedo legarte nada importante pero todo lo que tenía lo usé para poderte inscribir allí, arreglé para que vayas, te aceptaron al ver tus calificaciones y estarán muy contentos de recibirte.
- Pero mamá...
- Temo que nunca podré verte en un escenario pero yo quiero ayudarte a llegar. Siempre pelea por lo que quieres, disfruta y quiere, ama, diviértete, todo mientras vives, vive por mí Trish, sé siempre buena y no te rindas ¿me lo prometes?- le preguntó Donatella extendiéndole una mano la cual la muchacha tomó y besó.
- Sí, te lo prometo. Nunca me voy a rendir y no voy a parar hasta pisar un escenario- le prometió ella mientras sonreía.
Esa era la promesa más valiosa de su vida y haría todo por mantenerla.
Donatella se fue un martes en la mañana mientras Trish estaba en la escuela. La llamaron de inmediato y para cuando la joven de cabellos rosados se dio cuenta, su madre yacía bajo tierra y sobre ella una cruz con su nombre.
- Voy a vivir y cumplir mi sueño, te lo prometo mamá- dijo mientras se secaba las lágrimas.
Había quedado a cargo del Estado pero Donatella tenía un viejo amigo notario que fungiría como un tutor legal así que no iría a parar a un orfanato. Terminada la secundaria y como ella ya sabía, llevó sus papeles a "Golden wind" en donde fue recibida sin trabas.
Todavía no iniciaban las clases cuando ella llegó al internado pero varios alumnos ya se estaban instalando en los dormitorios. Se sintió triste al dejar el departamento en el que vivía con su madre pero sabía que tenía que dejar algunas cosas atrás para ir adelante.
Ese día llovía débilmente pero como tenía que recorrer una gran distancia desde la entrada hasta su habitación, se mojaría y no quería enfermarse pues en menos de una semana iniciaría el curso. Se paró bajo un árbol cercano a esperar que la lluvia amainara pero al contrario, se intensificó aunque era mojarse parcialmente al correr o empaparse mientras esperaba así que decidió correr.
- Toma, lo necesitas más que yo- le dijo una voz masculina justo antes de que diera un paso, Trish volteó y encontró a un muchacho de cabellera negra, más alto que ella extendiéndole un paraguas mientras se refugiaba en el de la persona que lo acompañaba, que también era otro muchacho pero de cabellera gris y aspecto serio.
- Pero...
- Ya me lo regresarás otro día, tranquila- insistió el muchacho, ella lo tomó tímidamente mientras se sonrojaba un poco pues nunca antes algún chico había sido así de atento con chicos se alejaron y la de cabellos rosa los escuchó hablar un poco.
- No debiste Bucciarati, ya perdiste un paraguas con una completa desconocida- dijo el de cabellera gris con tono molesto.
- Da igual, mientras ella no se enferme- contestó el otro sonriendo y se alejaron.
- Bucciarati- susurró Trish y los miró hasta que se le perdieron de vista. Desde el incidente con su progenitor tenía cierta opinión sobre los hombres pero ahora tal idea se había esfumado al ver la amable sonrisa de ese muchacho y sus cálidos ojos dirigirse a ella.
Ahora ya protegida, se enfiló hacia la entrada del edificio correspondiente a los dormitorios. Al entrar cerró el paraguas y admiró la espaciosa edificación, varios chicos de más o menos su edad andaban de arriba a abajo en los seis pisos instalándose así como lo haría ella. Caminó un poco cuando fue empujada cayó de rodillas y apoyó las manos en el suelo. Afortunadamente su maleta no se abrió y no muchos se dieron cuenta de su accidente.
- Idiota, te dije que tuvieras más cuidado, mira lo que hiciste- recriminó otra voz masculina que se escuchaba molesta.
- ¡Lo siento mucho!- dijo otra pero era un poco más suave.
- ¡Pues ayúdala, no te quedes allí nada más-! dijo el primer chico y prosiguió su camino porque en sus brazos traía una caja muy grande con algunas de sus pertenencias.
- Sí, sí- murmuró el otro y se levantó rápido para luego recoger las cosas de Trish pues ella ya se estaba levantando.- Perdóname, no te vi- le dijo bastante apenado.
- Descuida, no me pasó nada- lo tranquilizó ella mostrándole las palmas para que viera que no había de qué preocuparse.
- ¡Soy Narancia!- se presentó él, la chica lo miró al rostro y se sorprendió de ver unos rasgos tan finos en un chico, habría pensado que era una chica de no ser por la ropa, una sudadera azul petróleo y unos pantalones de mezclilla negro, era solo un poco más alto que ella.
- Me llamo Trish- respondió ella sonriendo. El tal Narancia la miró boquiabierto y se puso un poco rojo.
- Vienes llegando ¿no?- dijo él desviando la mirada.
- Sí.
- Déjame ayudarte entonces, dime cuál es tu habitación y yo te llevo, conozco bien este edificio- se ofreció el muchacho.
Ella lo meditó un poco y decidió aceptar la ayuda pues no tenía muchas ganas de estar preguntando hacia dónde ir.
- Bueno, muchas gracias- respondió la chica y extendió su mano para tomar su maleta pero Narancia no se lo permitió y comenzó a caminar por lo que ella solo lo siguió.
- Eres de primer año también ¿no?
- Así es.
- Ah, entonces puede que nos toquen las mismas clases, qué emoción.
- Sí.
- ¿Y qué instrumento tocas?
- Piano.
- Ah, qué difícil.
- Solo un poco.
No era que Trish estuviera siendo grosera pero realmente no sabía bien cómo iniciar una conversación con alguien que acababa de conocer.
- Siento mucho si te estoy incomodando.
- Es solo que no estoy acostumbrada, nunca había estado en un internado.
- Ya veo, yo he estado aquí por varios años desde la primaria así que ya me acostumbré a estar lejos de casa- comentó el muchacho; afortunadamente para él ya habían llegado a la habitación de ella pues estaba en el primer piso, abrió con la llave que anteriormente le habían dado.- Woah, te tocó una para ti sola- exclamó cuando ambos atravesaron el umbral y Trish encendió la luz.
- ¿Para mí sola?- preguntó ella sin entenderle bien. En el cuarto había lo básico, una cama, una mesita de noche, un escritorio, un armario y otros pocos muebles. Era casi como la habitación que tenía en casa así que estaría cómoda.
- Sí, generalmente a todos nos toca un compañero porque casi todas las habitaciones son dobles- respondió Narancia dejando la maleta cerca de la puerta.- No te vas a pelear con nadie por el espacio ni porque ordene tus cosas- añadió con tono más grave como la del chico de la caja.
La muchacha rió un poco ante el tono que había empleado el chico ya que era muy parecido.
- Bueno, te dejo para que te acomodes, nos vemos- dijo el muchacho levemente decaído y se dio la vuelta para irse.
- Narancia- llamó Trish y el chico se volvió hacia ella sorprendido por escucharla decir su nombre- Muchas gracias, de no ser por ti me habría perdido.
- N-no es nada... ehm, ¡nos vemos!- se despidió él y salió corriendo antes de que ella pudiera decirle algo más.
- Ah, otro día le preguntaré si conoce a Bucciarati, necesito devolverle su paraguas- se dijo la chica y suspiró. Miró a su alrededor y no puedo evitar que se le hiciera un nudo en la garganta pues recordó que estaba allí gracias a su madre. Desempacó y acomodó sus cosas para iniciar con su nueva vida. De ahora en adelante sólo se tendría a sí misma y así que siempre tendría que creer en sí misma.
Continuará...(?)
"Don't stop believing"- Journey, del año 1981 perteneciente al álbum "Escape".
Notas:
¡Hola! Muchas gracias por entrar a leer, antes que nada, quisiera aclarar algunas cosas.
- Tomé el título de "Uta no prince-sama!" ya que me voy a basar en el esqueleto de su trama pues por cómo estarán las situaciones y los personajes, va muy lejos de lo que trata originalmente. Soy fan a morir de la franquicia así que espero poder dirigirme bien. Empecé esta idea porque al menos dos de los seiyuu que protagonizan VA también son principales en Utapri.
- No tengo talento ni tiempo como para componer canciones para cada capítulo así que tomaré prestadas algunas bastante conocidas y otras no tanto, creo que no soy la primera ni la última en hacerlo para usarlo en un fanfic.
- Sí será tipo hárem inverso pero no voy a involucrar a los seis de la portada, serán simplemente tres y los otros serán un apoyo... a lo mejor, no lo he decidido bien.
- También los títulos de los capítulos serán canciones, para enreferenciarnos más :D
- Solamente escribo como un pasatiempo más así que ojalá comprendan que nada de lo que aquí se escriba debe ser tomado como algo literal. Que yo lo escriba lamentablemente no lo hace real. Así como también espero no ofender a alguien.
- La portada la hice yo misma con Xnalara así que si alguien la quiere, con gusto la comparto.
Espero que les guste, no se olviden en dejar un comentario.
¡Cuídense!
