Hace poco dije que iba a subir un fic lemon de Nanami y Tomoe. Así que lo prometido es deuda, esto va a ser corto, no creo que halla más de 10 caps pero como dije, lemon fuerte en cada capítulo. Pondré en este fic la maldición del lemon, si eres menor de edad –como yo– o muy sensible tu mamá aparecerá de la nada en la mejor parte y verá lo que lees ;)
Era el primer día de vacaciones, estaba total y completamente aburrida, mirando al techo como si tuviera la fórmula de la inmortalidad, por el momento no había tareas como deidad para hacer, Mizuki había ido al templo Yonomori, para "estar" con su antigua señora un día o dos mirando el ciruelo, Onikiri y Kotetsu,estaban en el mercado de los demonios, comprando madera para los talismanes y de paso jugando y entreteniéndose valla una a saber con qué, ¿quién quedaba? Tomoe... Que estaba limpiando en el patio, genial, el día no podía ser más aburrido. Y para colmo de males el calor era cada vez más sofocante.
Nanami ya harta de tanto calor se deshizo de la camiseta que estaba usando, quedando solo con el sujetador del traje de baño que estaba usando (ya que más temprano había estado en la piscina en casa de Kei) y los shorts, aún acostada en el futón
Tomoe POV
Estaba enloqueciendo, no tenía idea de cuánto más iba a poder resistir, desde que se había emparejado con Nanami que le costaba cada vez más controlarse, cada vez la besaba más frecuentemente, pero eso no bastaba! NO era suficiente, hasta ahora no habían chapado* ni una sola vez! Y cada vez se le hacía más necesario el contacto con ella, para empeorar su situación, esa época del año empezaba hoy lo que significaba que con lo más mínimo podría terminar por lanzarse hacia ella, para hacer aún más difícil su situación su instinto estaba cada vez más posesivo con ella sin mencionar que cada que la veía o pensaba en ella el mismo instinto le exigía tomarla y para cerrar con broche de oro, ¡Ese maldito calor! Nanami seguramente estaría usando poca ropa, kami iba a terminar por violarla si no se controlaba correctamente.
A su mente llegaron visiones de su adorada castaña utilizando poca ropa y de sí mismo lanzándose sobre ella y de ahí en más jeje digamos que sus más deliciosas fantasías se hacían realidad.
Su cara estaba muy sonrojada y parecía salirle vapor mientras agitaba frenéticamente su cola zorruna. Sacudió la cabeza tratando de despejar su mente, no podía resistirlo más, si iba a rendirse a sus instintos al menos lo haría estando consiente bueno casi, subió las escaleras y abrió la puerta de la habitación de Nanami, encontrándose algo que no esperaba. Nanami estaba acostada en el futón mirando al techo –sobra decir que lo hacía como si ahí hubiera algo interesante que ver– bueno eso no era lo que lo sorprendía, lo que lo sorprendía era su falta de ropa, se había esperado una camiseta manga corta y unos shorts pequeños, no esperaba encontrarla con la parte superior de un traje de baño y unos shorts tan pequeños. Tenía que controlarse un poco más o saltaría sobre ella, la asustaría y terminaría arrodillado el porche por los próximos veinte años.
Se acercó con lentitud hacia ella, la llamó y cuando me vio sus mejillas se tiñeron de carmín, se sentó sobre el futón y el se sentó junto a ella, la abrazó por los hombros, acercándola a el y se dirigió a su oído, antes de decir nada se dedicó a lamerlo y morderlo a gusto.
- Nanami - susurró ronco su nombre estremeciendo a la castaña - por qué estás usando... Tan poca ropa - terminó la oración con una pequeña pausa para introducir su lengua caliente en su oído - no sabes lo que me provocas - dijo refiriéndose a su creciente erección, que por distraída –e inocente– la chica no notó
- Ajajaja Tomoe ¿Qué cosas dices? - rió nerviosa,no sabía lo que le estaba pasando a su familiar pero lo que le hacía se sentía bien
- La verdad - acto seguido la levantó como si fuera una pluma, la puso entre sus piernas y la abrazó por la cintura, obligándola a sentir su duro miembro - mira lo que provocas, es tu culpa, tú me haces esto - Nanami tembló, y luego quedó paralizada, esto iba mucho más allá de lo que ella podía soportar, pero en ese momento se sentía... Inmóvil - siéntelo... Na-na-mi - susurró ronco, silabeando su nombre, comenzó a perfilar su cuello con la lengua, apretándola lo más posible contra su entrepierna, gruñendo ligeramente al oírla gemir, dando pequeñas lamidas llegó hasta su mejilla y luego no resistió la tentación de besarla, la tomó del mentón e hizo que volteara la cara para poder besarla.
- Ah! Tomoe - Nanami gimió su nombre, lo había imaginado tantas veces, que oírlo de verdad lo excitó más aún, mordió su labio inferior, y tiró de el con los colmillos, sintiendo plácidamente algunas gotitas de sangre resbalar entre sus colmillos, ¡sabían tan bien! - bas-ta por favor T-Tomoe - Nanami rogó débilmente, más por pudor que otra cosa, pero el la ignoró olímpicamente y se dedicó a explorar con su lengua a gusto y peachere la boca de Nanami, succionando y lamiendo constantemente su lengua, Nanami trató de retroceder pero el la tomó de la nuca impidiéndoselo. Sabía tan dulce!, y era innegablemente placentero enredar su lengua con la de ella.
Pero desgraciadamente el beso tuvo que acabarse por peligro de asfixia, pero eso no quería decir que iba a detenerse, volvió a su cuello, más precisamente a la unión entre su cuello y su hombro. Abrió su boca y dejó salir su lengua, caliente, comenzó a lamer esa zona en específico, deleitándose con los melódicos gemidos de Nanami, la mordió enterrando los colmillos
(N/A: Aparece una versión chibi de la autora con un apuntador y una lámina que muestra la boca abierta de un kitsune, en esta están señalados los colmillos y cada uno termina en una flecha. La de arriba marcada en azul es un líquido que se escurre del incisivo izquierdo que sirve para curar heridas superficiales; el siguiente señalado es un líquido verde que porta la escencia del kitsune, es lo que se le inyecta a la hembra al momento de marcarla; el siguiete líquido lo escurre el canino inferior derecho, es de color violeta y sirve para activar las hormonas femeninas –para excitar a la hembra– también cuando es inyectado no se siente dolor y el último líquido marcado en rojo es el veneno, el verdadero y potente veneno del kitsune)
Lo más extraño de todo era que no dolía en lo más minimo, se sentía demasiado bien! Gimió arqueando la espalda. Tomoe volvió a apretarla con fuerza contra su hombría, haciendo que Nanami gimiera de nuevo, luego inesperadamente la levantó de nuevo desde los muslos y la dio vuelta, ni bien la apoyó la chica se abrazó a el como por instinto y el la abrazó por la espalda, se acercó a su oído y comenzó a susurrarle - lo siento Na-nami pero ya sabes que soy un maleducado y cuando veo algo que quiero me entra hambre y deseo comérmelo - pausa dramática mientras el kitsune le muerde la oreja y se dedica a acariciar su cintura - y cada vez que te veo, o siquiera pienso en ti me dan ganas de comerte entera - Nanami gimió, había vuelto a enterrar su colmillos en su piel y Gosh se sentía demasiado bien que hiciera eso!
No se dio cuenta cuándo comenzó a besarla, ni tampoco que mientras lo hacía estaba quitándole los shorts, lo notó justo en el momento en que sus intoxicantes labios abandonaron los suyos para que un gruñido escapara de la boca masculina - Estas muy húmeda Nanami, dime te gusta lo que te hago? - gruñó lo primero como conteniéndose de hacerle algo, y luego ronroneó con voz ronca y un tono seductor que la hizo sentir de nuevo esa opresión en el vientre.
- Ah sí
Por un momento Nanami distanció su pensamiento de la creciente opresión en su vientre y los dirigió a lo primero que vio, dos montículos triangulares de color plateado que sobresalían en la cabeza del zorro, con los ojos dilatados levantó la cabeza y poniéndole el pecho casi encima de la cara a Tomoe, y se acercó a una de ellas y le dio una pequeña lamida a esa suave –y erótica– parte del cuerpo del zorro, siguió lamiendo hasta que se encontró a si misma lamiendo y rebuscando con la lengua el interior de la oreja del peliplata, mientras que con una mano acariciaba la otra y con el otro brazo se sostenía de su cuello.
Tomoe quedó momentáneamente paralizado, jamás en toda su larga vida, había dejado a nadie tocar así a sus orejas, era algo inexplicable, simplemente no lo permitía como un autoreflejo. Pero ahora Nanami estaba atendiendo indudablemente bien sus orejas y por Kami! Quería tirarla al piso y penetrarla de una jodida vez! Aunque el par de pechos en su cara se veían tentadores.
Haciendo uso de sus afiladas garras cortó los breteles del traje de baño uno a uno, haciendo que la prenda cayera, con la mirada más pervertida del repertorio comenzó a lamerlos como si fueran dulces, rodeó con la lengua el rosado pezón, la erección comenzaba a doler demasiado, mantuvo una de sus manos en la espalda desnuda de la castaña y la otra bajó hasta las bragas de la chica, las desgarró sin ninguna consideración.
Gruñó, esa chica había dejado de lamer su oreja izquierda y había pasado a la derecha, enseguida comenzó a acariciarla mientras introducía su lengua en su otra oreja. ¡Era delicioso! Sin darse cuenta mordió con fuerza el pezón de la oji-canela, ella pegó un fuerte gritó y se aferró a sus caderas notando alfín que estaba completamente desnuda sobre un totalmente vestido Tomoe.
- Ah no es j-jus-to ah - esas malditas lamidas la hacían tartamudear y la erección bajo de ella la hacía temblar
- Es cierto - habló aún sin despegarse del erecto botón en el pecho de Nanami.
La mano que estaba más abajo comenzó a acariciar la parte más privada de su anatomía
- Nanami estas muy húmeda, quieres que te atienda? - ofreció con una voz ronca y escalofriante, ella simplemente quedó paralizada, para cuando quiso darse cuenta estaba subida a los hombros de Tomoe mientras el tenía ambas manos en sus glúteos, acercándola. Se movió un poco algo incómoda por la posición pero Tomoe simplemente rió, era demasiado inocente! Ni siquiera se había dado cuenta de por qué la tenía así.
Ansioso, por la futura reacción de la castaña comenzó a pasar su filosa lengua por la intimidad de Nanami. Ella sintió algo como un latigazo de placer. El simplemente se dedicó a disfrutar de ese dulce y enloquecedor sabor. No habían pasado dos minutos cuando Nanami se corrió, el obviamente lo tragó todo.
Luego de ese primer orgasmo, Tomoe, se sentó en el futón y se quitó el haori. Volvió a ponerla entre sus piernas y gruño, estaba más que lista –y necesitada– para recibirlo y el necesitaba urgentemente estar dentro. Comenzó a tocarla por todas parte, en los brazos, en los pechos, en los glúteos, en los muslos, sus gemidos aumentaron.
- Nanami - pronunció su nombre ronco - quieres que te atienda? - continuó tocándola, coló una de sus manos entre sus piernas y comenzó a acariciar la cara interna de su muslo, dejando marcas rojas con sus garras - ordénamelo, ordéname que te penetre, pídeme que te complazca - le dijo con esa voz ronca y seductora que estaba llevando a su conciencia a otro planeta muy distante de La Tierra.
- P-Por favor Tomoe! - Nanami gimió, ese maldito zorro tenía los colmillos hundidos –de nuevo– en su cuello, no entendía cómo es que no le dolía, es más ahora estaba incluso más mucho más excitada. Tomoe retiró sus colmillos del cuello de la chica y corrió su lengua caliente por su cuello, aprovechando para saborear la deliciosa sangre de su diosa.
(N/A: Aparece la versión chibi de la autora; recuerden lo que expliqué, uno de los líquidos que segregan los colmillos de los kitsunes sirve para excitar a la hembra pero combinado con el líquido que cura heridas superficiales funciona para para disminuir el dolor)
Sabía que iba a quedar agotada luego pero si no la mordía lo suficiente le iba a doler demasiado cuando la penetrara y no quería que le doliera y estaba seguro de que no podría contenerse, era un hecho, así que mejor prevenir que curar.
Una vez se hubo deleitado con ese delicioso manjar que era la sangre de su diosa, se desató la hamaka y sacó su erecto miembro de su prisión, no pudo evitar el suspiro de placer que significó librarse de esa prisión, antes de que Nanami pudiera hacer, decir o asombrarse siquiera la penetró, de golpe, llevándose consigo la virginidad de Nanami, completamente enloquecido, comenzó con inmensa rapidez ese baile primitivo tan adictivo que estaba seguro repetiría diariamente. No pudo detenerse, se sentía demasiado bien, se concentró en escuchar los gemidos de placer de Nanami, agradecía inmensamente haberla mordido tanto, sino ahora estaría conteniéndose, y estaba seguro de que eso sería muy difícil.
Se corrió dentro de ella, aullando como la bestia que era
No bien se corrió, cambió de posición, esta vez ella estaba acostada en el suelo y el apoyando casi todo su peso sobre la pobre Nanami
En segundos estaba penetrándola violentamente no teniendo el más mínimo control sobre sus movimientos, sentía superficialmente como Nanami le tiraba del cabello mientras se corría una vez más, la besó pasionalmente y siguió entrando y saliendo hasta que volvió a correrse, Nanami cerró los ojos pero el la obligó a levantarse, la tomó del mentón y lo recorrió con la lengua hasta que pudo infiltrarse en su boca una vez más, para cuando la pobre diosa se dio cuenta estaba en cuatro y sentía perfectamente el erecto y duro miembro de su familiar entrar y salir sin cuidado de su cuerpo, se corrió una dos tres veces hasta que al fin luego de lo que pudieron ser horas como pudieron ser minutos Tomoe también se corrió. Nanami cayó agotada al futón.
Una idea cruzó la semi-satisfecha mente del kitsune, con una de sus manos mantuvo prisioneras las de Nanami, se posisionó sobre ella de nuevo y comenzó a introducir su miembro dentro del ano de la pobre diosa.
- Ahh Para! - Nanami casi-despierta le rogó que parara, era como intentar pasar una sandía por el cerrojo de una puerta, no podía caber y causaba mucho dolor, bueno solo uno sufría... Ella. El por su parte se sentía en el paraíso dentro de ese mojada y mega-apretada cavidad, al estar completamente dentro gruñó gaturalmente y comenzó a envestirla como el maldito demonio con supervelocidad que era, la chica poco a poco se acostumbro y volvió a cegarse por el placer, se corrió dentro de ella una vez más, ella lo siguió y justo antes de que ella cayera dormida, la mordió.
Desde atrás el cuello esta vez causándole una quemazón abrazadora completamente desquiciante, la había marcado como suya, le había transmitido su inmortalidad, estaba atada a el por el resto de sus días, no podría dejarlo ni aunque quisiera, la mordida en su cuello le permitiría manejar su deseo –el de Nanami– podría hacerla atenderlo cuando y cuanto quisiera, era suya. No es que fuera a ser un desconsiderado con ella pero era agradable saber que nada podía alejarla de él... Era reconfortante.
Se acostó a su lado y se entregó a los brazos de Morfeo completamente exhausto y satisfecho con una feliz sonrisa bailando en sus labios.
Les gusto? Quieren más tengo más, haganme 10 reviews y habrá otro cap ;) injusto? Si, me conviene? También.
