¡Hola! He vuelto, y con los drabbles de Mika X Krul que había prometido en mi otro fic "4 Meses" al que por cierto los invito a pasar. No al otro "El futuro y sus secretos" que actualmente se encuentra de baja hasta nuevo aviso, lo digo por las dudas. Bueno, acá basicamente iré poniendo todas las mini-historias que se me vayan ocurriendo de esta pareja, así que no puedo decir que vaya a haber un final; el primer capítulo sera en honor al dia de San Valentín que, ya se, fue hace mil años, pero igual quería hacerlo.
Desde ya pido perdón por lo errores ortográficos que a lo mejor cometa, lo que pasa es que me viene la inspiración de golpe y entonces me olvido de todas las reglas ortográficas y comienzo a escribir casa con K o ratón con H intermedia...o a comerme lo acentos.
Y lo que ya todo el mundo sabe pero parece que es ya una tradición ponerlo: esta historia no me pertenece, salvo la fantasía de que esta pareja aparezca más, pero si no, es todo obra de Takaya Kagami.
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ESPECIAL DE SAN VALENTÍN
Había un ambiente distinto desde hace días, según notó Krul en sus cortos y poco frecuentes paseos por Sanguinem. Las niñas por alguna razón que escapaba de sus conocimientos, se encontraban más animadas que de costumbre, cuchicheaban, se sonrojaban y se callaban cada vez que alguien se acercaba a ellas, aunque muchas veces las chicas hacían ese tipo de cosas, esos días parecía haberse acentuado aún más. No es que le importase lo que hiciese el ganado, pero ese cambio en el ambiente le producía curiosidad.
Ese día había decido pasear un rato para despejarse,y a lo mejor con un poco de suerte, se topaba con Mika; aunque podría llamarlo cada vez que quería, encontrarse con él de casualidad era una linda "coincidencia" para ella, si se lo podía llamar así, porque siempre lo buscaba con la mirada cada vez que recorría la ciudad.
En su trayecto encontró justo un grupo de chicas de no más de diez años haciendo algo a lo que ella ya se había acostumbrado pero aún no lograba entender: se reían por lo bajo y se repartían notas. La curiosidad le gritaba desde el interior de su cabeza que interrumpiera la conversación de esas niñas que al parecer no habían reparado en su presencia, y les dijera que era lo que estaba pasando con todas ellas desde hacía dias.
Pero no hizo falta, una de las notas de una de las niñas se escapó de sus manos y fue a parar a los pies de Krul. La chica, espantada, se dispuso a recoger su preciado papel,pero se congeló en cuanto vió que nada menos que la reina de los vampiros lo tomaba del piso y lo comenzaba a leer.
"Felíz San Valentín, Kouta"-leyó mentalmente Krul. ¿San Valentín? Si mal no recordaba, esa era una fecha que los humanos festejaban, pero nunca le había interesado nada que tuviera que ver con esos codiciosos humanos, así que no sabía muy bien que significaba ese día.-"Pensaba regalarte chocolate, pero no pude conseguirlo, así que te hice esta carta. Eres un gran chico y quería decirte que me gustas. Espero que aceptes mis sentimientos por favor"(N/A: No se me da escribir muy bien este tipo de cosas a pesar de toda mi experiencia con animes así que escribí algo bien cliché)-eso era todo lo que decía la nota, era simple y no contaba nada transcendental, sólo era una chica confesándole a un chico ¿era por eso que todas las niñas se comportaban así? ¿Y por qué justo en estos días,acaso era por esa misteriosa fecha de "San Valentín"?
La infante aún se encontraba al lado de ella, temblando y mirando con ojos dudosos a la reina, debía estar debatiendose entre si pedirle que le devolviera la carta o simplemente irse. Krul decidió darle el gusto y devolverle su papel con expresión neutra. La chica rápidamente agradeció y se fue a reunirse nuevamente con sus amigas.
Se alejó de ellas y continuó su paseo, ahora con miles de pensamientos en su mente. Quería, sobre todo, saber que significaba el San Valentín para los humanos, y sabía muy bien a quién preguntarle.
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-¿San...Valentín?-preguntó el rubio,sentado en su habitual silla frente al trono en el que se sentaba ella, como si no hubiese escuchado bien la pregunta. Como era usual, había sido convocado por la reina; y había pensado que lo había llamado para una misión o lo que era más habitual todavía, llamarlo solamente para verlo. Pero esa pregunta lo tomó desprevenido.
-Así es Mika. Desde hace días que notó un ambiente raro en las niñas, y hoy, justamente, una nota de las que ellas se repartían para leerlas entre sí ha caidó a mis pies, y el título de esta decía "Felíz San Valentín" ¿Qué es esa fecha para los humanos?
-Bueno...en Japón, esa fecha es cuando las chicas reparten chocolates para demostrar su cariño a personas cercanas a ellas.
-¿Personas? En la carta que yo leí sólo estaba el nombre de un chico al que ella se le confesaba...-respondió confundida la reina.-Ademas...¿Chocolates? ¿Para qué? ¿Qué simbolizan?
-Es una costumbre regalar chocolates en San Valentín, pero hay distintos tipos, algunos son de la amistad, otros para la familia, incluso para compañeros, pero también se regala uno especial generalmente hecho por la chica para demostrar su amor a un chico en particular.
-Mmm...parece que San Valentín es más complejo de lo que imaginé-meditó Krul mientras cruzaba las piernas-Y bien ¿Qué día es San Valentín?
-En una semana.
-¡¿Q-qué?!-preguntó Krul sin poder disimular su sopresa-si falta tanto ¿entonces para qué hacen esas cartas ahora?
-Quién sabe. A lo mejor aún tienen la esperanza de encontrar un poco de chocolate.
Volviendose a sentar mejor, ella le preguntó:
-¿Y son sólo las chicas las que hacen eso, los chicos no regalan nada?
-En Japón por lo menos, son las chicas las que sólo regalan chocolates en San Valentín. Pero un mes más tarde se festeja en "White Day", donde los chicos tienen que regalarles algo a la chica que les dió el chocolate.
Krul desvió su la mirada de la Mika y sin siquiera pensarlo le preguntó:
-¿Te gusta el chocolate?
Mikaela se sobresaltó.
-¿Q-qué?-preguntó confundido.
-Porque a mí si-continuó ella serena-de hecho, me encanta, diría que es lo único bueno que han hecho los humanos-volvió la mirada a él y le dedicó una sonrisa tímida y algo juguetona -pero no le digas a nadie.
-No lo diré. A mi...también me gusta, a veces comía a escondidas de los demás porque si no los muy glotones me pedían y me quedaba sin nada, pero si uno me descubría le compartía.-sonrió brevemente Mika, para a los pocos segundos bajar la cabeza y volver a su expresión parca.
Krul hubiese deseado que esa sonrisa durara un poco más, pero la atesoró. Siempre que hablaban, conversaban sobre temas que tuviera que ver con las misiones que ella le mandaba a hacer, hasta habían hablado de su odio hacia Ferid, e incluso, poco después de que él se conviertiera en vampiro, Krul le había contado sobre los vampiros para apaciguar la curiosidad del niño. Todas las veces que estaban juntos eran momentos valiosos para ella, pero le gustaba más cuando los temas de conversación eran cosas así, triviales, porque había momentos, pequeños pero que aún así valían, en los que Mika le mostraba algo de su antigua personalidad y le contaba cosas que;ella muy bien sabía; no les diría a otro vampiro. De alguna manera, la hacía sentir especial.
Pero también sabía que hablar de su familia, ahora muerta, con Mika no era muy bueno. Él a veces sonreía, pero ella bien sabía que recordarlos le producía dolor , aunque este se esforzara por mantener un rostro libre de emociones.
-Ya veo...Es todo por ahora, te llamaré si necesito algo. Puedes irte, gracias por la información.
-Entendido-contestó Mikaela, y sin más palabras abandonó la sala.
Al fin sola, Krul se dedicó a buscar por todos lados libros que hablaran sobre los chocolates, no había muchos claro y sólo hacían una corta mención en los de ciencia ficción, ya que sus gustos en libros no eran precisamente los gastronómicos. Pero lo poco que encontró le bastó para saber mínimamente como se preparaba. Pero eso no le bastaba. Nunca había tocado un sólo utensilio de cocina ¿cómo se suponía que iba a preparar chocolate así? Ademas la información dada no era muy de fiar, iba a necesitar de alguien que le consiguiera un libro de cocina y algunos utensilios, podía ser que en la cocina en la que los sirvientes preparaban la "comida" para el ganado hubiese algunos pero no confiaba demasiado, el menú del ganado no era precisamente un lujo y los vampiros no se exprimían la cabeza para prepararles de comer. Aún así, tenía que intentar.
Mientras se dirigía a la cocina y pensaba en quién pedirle que le trajera un libro culinario se detuvo. ¿Por qué hacía todo esto? Si bien era cierto que había sido cautivada por lo que el San Valentín representaba no tenía ninguna obligación de hacer chocolate. Pero sabía lo que quería: ella buscaba ver la expresión de Mika cuando le diera el chocolate, lo que simbolizaba este no importaba, si era de la amistad, compañerismo o lo que fuera no le importaba en lo más mínimo, lo único que sabía es que Mika seguramente se quedaría atónito y eso la divertía. Sonriendo internamente, Krul continúo su camino.
No fue difícil internarse en la cocina, siendo la reina, las prohibiciones no existían para ella en Sanguinem. Sorpredemente, encontró casi todo lo que buscaba. Casi. Faltaba el cacao, elemento primordial en el próposito de su viaje hasta allá. Ella no tenía, el chocolate que conseguía ya estaba hecho y era difícil de encontrar, no quería imaginarse lo que sería buscar las semillas de cacao ahora que los humanos estaban asegurandose otros cultivos más importantes para su supervivencia. Sin embargo, sabía que aún había, en el nuevo ganado que a veces buscaban para "abastecer" la ciudad, habían encontrado envolturas de golosinas y chocolates en los abrigos de los recién llegados.
Pero...¿A quién le iba a pedir que buscase un libro de cocina y cacao para ella? Mika estaba descartado, y sólo de él tenía la certeza de que no contaría nada y no haría preguntas; entonces...¿Quién? Tendría que ir ella,no quedaba más remedio, pero debía ocultarse, no le temía a esos insignificantes humanos, pero no quería tener contratiempos. La razón de su apuro era que no tenía ni idea de como se preparaba un chocolate,así que iba a tener que practicar antes para no envenanarlo (aunque dudaba de que eso lo fuera a matar).
Rebuscó en el armario de su habitación ropa que no luciera tan llamativa, lo que no resultaba tan fácil considerando sus gustos, pero sobre todo tenía que ocultar sus rasgos vampíricos. Podía ponerse anteojos de sol para cubrir sus pupilas de gato (N/A: a mi me parecen más importantes las pupilas que el color rojo de lo ojos), dejarse el cabello suelto y arreglarselo de tal manera que sus orejas tampoco se vieran y con los colmillos...bueno, mientras no abriera mucho la boca nadie los notaría. Esperaría un poco y luego entraría en acción.
El resto del día concluyó normalmente. Y el siguiente.
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El segundo día, Krul decidió actuar. Con un vestido loli hasta las rodillas color salmón y negro (N/A: Dejen volar su imaginación), el cabello suelto y con los anteojos de sol. Había logrado escabullirse sin que nadie lo notara, había llamado a Mika antes de irse para que no se extrañase de no tener su acostumbrado llamado a la sala, en el caso de que estuviese ausente mucho tiempo.
Encontró fácilmente un libro de cocina pero a pesar de que recorrió un montón de tiendas pero no lograba encontrar semillas de cacao por ningún lado, los chocolates en su mayoría ya estaban hechos y tampoco eran muy variados a pesar de que San Valentín ya estaba cerca; seguramente los humanos habían usado sus fuentes de dinero para otras cosas más importantes. Ahora que estaba fuera de Sanguinem, bien podría hacer su propio reporte sobre los humanos y sus actividades; pero no era algo que ahora le importase mucho, además, ya tenía a sus propias vampiros que iban de reconocimiento a las demas ciudades.
Suspiró frustrada, ¡¿Dónde demonios había cacao?! ¡LOS HUMANOS NO SERVÍAN PARA NADA! Estuvo tentada de destrozar una pared que había a su lado a causa de la ira que la carcomía por dentro pero se detuvo, no debía llamar la atención de nadie o ahí si que su plan se iría a pique. Tragándose la impotencia, siguió recorriendo un rato más; hasta encontrarse con algo que la dejó boca abierta: ¡Allí había una tienda de chocolates!¡E incluso vendían semillas de cacao! Lentamente, como si de un sueño se tratase, caminó hasta la tienda, entró y compró rápidamente las semillas; compró mucho más de lo que marcaba la receta de su nuevo libro, iba a usar una gran parte para prácticar sus inexistentes "habilidades culinarias". Prácticamente compró una cantidad sorprendente, pero por suerte el vendedor no parecía querer hablar y no hizo preguntas. (N/A: Ya saben, el típico vendedor con cara de c**o que prácticamente te tira lo que compraste para que te vayas lo antes posible).
Ocultó el cacao, los anteojos y el libro en la capa de su vestido mientras lo agarraba con su brazo. Fue algo difícil pero lo consiguió. No consideró necesario ocultarse para que nadie viese su llegada, ya había logrado su cometido y podía salir si quería. En el camino se encontró con Mika y ambos se sobresaltaron, aunque como era lógico, ninguno lo demostró mucho. Pero no duró mucho, ya que Krul lo pasó y continuó su camino hasta su habitación.
-¿Adonde te fuiste vestida así?-preguntó Mika a sus espaldas. Era raro que ella saliera de Sanguinem y sobre todo que no estuviese vestida con su habitual vestido loli gótico.
-A tomar aire-respondió simplemente sin detenerse.
-¿Vestida así?
-Tenía algo que hacer-respondió deteniendose y enfrentándolo.
-¿Qué cosa?
-Ella suspiró divertida.
-¿Ahora te preocupas por mí?-le dijo burlonamente.
Mikaela no encontró nada que decir, por lo que Krul se dió la vuelta y siguió caminando, sintiendo la mirada de él clavada en su espalda.
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Los siguientes días no fueron muy significativos para Mika, solamente se dedicaba a caminar por la ciudad y a ver el comportamiento de las niñas que ahora se había hecho más fuerte y evidente. Las cosas no habían cambiado, todo seguía igual, sus tareas, las burlas que Ferid le hacía y a las que él estaba acostumbrado a ignorar, los vanos intentos de Lacus de hablar con él y las llamadas habituales de Krul. Pero era sobre todo lo último lo que más le inquietaba. Si bien era cierto que no siempre hablaban y sólo se limitaban a mirarse por un tiempo largo, ahora sentía el silencio más pesado. Habían hablado, pero poco, y generalmente Krul lo mandaba a irse en menos de una hora, algo que hasta ahora nunca había pasado; incluso cuando sólo se miraban parecía que ella no estaba realmente con él, como si su mente estuviese perdida en otro lado. Sin saber porque, eso le provocaba una molestia al rubio, le molestaba el hecho de que no le prestase mucha atención cuando estaban juntos y le contestara vagamente. Por culpa de eso, ahora se mostraba aún más huraño con los demás.
Ese día le tocaba hacer de guardia en la habitación de Krul y eso le recordaba aún más su frustación, decidió pensar en otra cosa para distraerse hasta que el ruido de una explosión dentro de la habitación de ella interrumpió su intento.
-¡Krul!-gritó alarmado mientras abría la puerta para adentrarse en la residencia. Vió humo en uno de los cuartos y cuando iba a dirigirse hacía allá el grito de Krul lo detuvo.
-¡No vengas!
Mika se congeló en el acto. Justo cuando iba a ignorar la órden de su reina la voz de ella volvió.
-¡Yo me encargo de esto!¡Tú sigue vigilando!
-¿P-Pero que paso?
-No te preocupes, sólo un pequeño accidente, yo misma me ocupo-contestó Krul desde la cocina de ella, que no tenía mucho, ya que sólo la usaba cuando muy raramente le agarraba el antojo de comer algo de comida humana (obvio que casi nunca "cocinaba"), era pequeña y era casi un cuarto perdido; pero hoy se encontraba allí, y por suerte, Mika no podía verla, de lo contrario vería como estaba manchada casi de los pies a la cabeza de chocolate por haber reventado la cacerola, tal vez por demasiado calor o por algo que ni ella estaba segura de haber hecho. Pero cada día estaba más cerca de comprender como se hacía el manjar del que muchas veces ella había disfrutado.
-¡V-Vete!-le gritó, aún temiendo que la encontrara en ese estado. No tenía lugar donde esconderse si su orgullo se derrumbaba.
-...Bien.
Cuando escuchó la puerta cerrarse suspiró aliviada, se había salvado de milagro ¿qué le había pasado a esa cacerola? Ahora tenía que limpiar todo ¡otra vez! En su nerviosismo, ya se le habían caído sus utensilios de cocina y los había tenido que lavar. Pero ahora era mucho peor, había chocolate por todos lados ¡Incluso ella! Limpió todo hasta que no quedaron restos de chocolate por ningún lado y decidió tomar un descanso y bañarse; se había sacado parte de la mugre pero aún quedaba.
Después de bañarse se recostó y se quedó tranquila mirando el techo. En dos dias era San Valentín y tenía que esforzarse para lograr hacer un chocolate que sorprendiese a Mika. Pero ella lo iba a lograr. No tenía dudas. Un simple chocolate no iba a hacer que la gran reina de los vampiros se echara atrás. Con esos pensamientos, se levantó de golpe y fue hacia la cocina dispuesta más que nunca a lograr hacer un chocolate.
Intentó varias,varias veces, con resultados que fueron pasando de lo asqueroso a lo comestible, pero ella buscaba más,quería hacer uno que fuera verdaderamente delicioso. Siguió trabajando un tiempo más hasta que el reloj le avisó que ya había amanecido y era un nuevo día,no le sorprendía estando tan agotada, por lo menos al fin había logrado hacer un chocolate a la altura de sus espectativas. Sin poder evitarlo, se durmió apoyada sobre la mesa en la que se encontraban los chocolates de prueba que ella había hecho, durmió por un tiempo indeterminado hasta que unos golpes en la puerta de su habitación interrumpieron su sueño.
-¿Krul-sama?¿Se encuentra ahí?
Levantándose rápidamente mientras se refregaba la cara fue a abrir la puerta para encontarse cara a cara con uno de los vampiros guardia.
-¿Qué sucede?
-Bueno, lo que pasa es que ya son las seis de la tarde y los encargados de entregarle los últimos informes no la han visto en todo el día y bueno...quieren saber sobre usted...si algo le pasaba...este...-contestó nervioso el vampiro.
-Ah, ya veo. Iré de inmediato a recibirlos. Gracias.
Cerró la puerta y se dispuso a prepararse, seguramente tenía el pelo hecho un desastre y la ropa arrugada. Ya arreglada, recogió los informes y estuvo el resto del dia ocupándose de ellos. Se había retrasado un poco en su trabajo y tenía que ponerse al día.
Mientras tanto Mika se encontraba extrañamente frustrado y le molestaba más no saber muy bien el por que; con el incidente de ayer con Krul y que hoy lo hubiese ignorado todo el día el rubio se encontraba de muy mal humor. Pero en el fondo se sentía algo decepcionado, esos últimos días Krul no parecía ser la misma con él y eso le dejaba una sensación de intraquilidad. Era extraño como se revertían los papeles, ahora era él el que quería verla. Sin embargo, se detuvo, ¿que iba a decirle? probablemente ella estuviese ocupada y él no quería interrumpirla y hacerla enojar por una minucia. No podía decirle simplemente que quería verla...Al pensar eso, la sangre se le acumuló en las mejillas. Decidió dejar pasar un día más a ver como se seguían desarrollando las cosas.
Al día siguiente, mientras estaba sentado en una de las bancas que estaban en los baños escuchó un llamado que casi lo hizo brincar de su asiento.
-"Mikaela Hyakuya-sama, la reina Krul Tepes-sama lo llama. Por favor, diríjase a la Cámara de Audiencia Real."
No se lo tuvieron que repetir, inmediatamente, el rubio salió de la sala en la que se encontraba para ir hacia Krul. Caminaba con paso normal y expresión neutra pero estaba apurado por llegar, albergaba la esperanza de que ese día fuese distinto y Krul mostrase que lo miraba solamente a él y que su mente no viajase a otro lado.
Se plantó frente a la puerta y luego de dar un largo suspiro, entró.
Krul lo esperaba sentada en el trono sonriendole. Al verla, Mika se alegró internamente y el mal humor se esfumó, se dió cuenta de que ahora lo estaba mirando a él y le sonreía a él. A nadie más. Estaba junto a él y no vió la mirada distraída en sus ojos, ahora le prestaba atención.
-Mika-lo llamó suavemente Krul-Acércate.
Él hizo lo que le pidió. La reina se levantó de su trono y caminó hasta estar frente a él, Mika se dió cuenta de que escondía algo tras su espalda pero no hizo preguntas. Cuando estuvieron sólo a centímetros, la sonrisa de ella se ensanchó un poco y mostró lo que ocultaba.
-¡Felíz San Valentín, Mika!
El chico se quedó sin habla, Krul le extendía una cajita roja atada con un simple lazo dorado que le iba de maravillas. No entendía nada, había hasta llegado a creer que ella había perdido su interés en él y ahora le hacía un regalo, y nada más y nada menos que de San Valentín ¡Había olvidado por completo que era hoy!
-E-Eh..ah..eh..¿que?-balbuceó Mika sorprendido con la boca abierta, pasando su mirada de Krul a la caja y de la caja a Krul.
Ella rió un poco por su reacción y deshizo la cinta lentamente y abrió la caja. Tomó uno de los chocolates y se lo enseñó. Como aún no parecía recuperarse de su shock, Krul empujó un poco con su dedo índice al chocolate dentro de la boca de él.
Mika abrió más los ojos y se sonrojó.
-El chocolate es para comerse-le dijo ella.
Krul rió suavemente y empujó el chocolate aún más en la boca de él. Dejó su dedo unos segundos en la boca de él y lo luego lo retiró lentamente, deleitándose con el fino hilo de saliva que conectaba su dedo con la boca de él.
-¿Sabe bien?-le preguntó juguetonamente.
Mika no respondió; solamente apartó la mirada y se quedó parado masticando el chocolate junto con el color rojo que no abandonaba su cara.
-S-sí. Esta delicioso-contestó finalmente mirándola a la cara, y después de vacilar un rato.-Gracias, Krul.
Ella le sonrió dulcemente,cosa que sólo logró intensificar el sonrojo de él y hacer que nuevamente aparte la mirada.
-¿N-Necesitas algo más?
-Que frío...-se burló ella-Es todo, solamente quería darte este obsequio. Lo hice yo misma, aunque no lo creas.
-Te creo-respondió más tranquilo con su cara vuelta a la normalidad-Entonces me iré, llamame si necesitas algo más.
A pesar de su tranquilidad, Krul se dió cuenta que lo que más quería hacer él en ese momento era huir del lugar y se rehusaba a mirarla a los ojos. Divertida, ella tomó su rostro entre sus manos y le respondió.
-Seguro te llamaré.
-S-sí.
Se separó de él y este se alejó, definitivamente calmado y con una mano en el pecho. Ella lo acompañó hasta la puerta, él la abrió y cuando dió unos pasos hacia afuera, Krul aprovochó para burlarse alegremente.
-¡Espero tu regalo del White Day~!
Mika giró desencajado a verla, con un gran sonrojo nuevamente en su cara. No tuvo tiempo a contestar, ya que ella cerró la puerta y lo último que escuchó fue su risa. Resignado, caminó hasta su habitación, con la cabeza gacha, deseando con todo su ser que su cara recupere su temperatura normal antes de toparse con alguien, no quería ni pensar en la cantidad de burlas que Ferid le haría si lo encontraba así. Inconscientemente, recordó la última frase que ella le había dicho: "¡Espero tu regalo del White Day~!", trató de desterrar ese pensamiento de su mente pero le fue imposible.
Quien sabe...a lo mejor si le regalaba algo en el White Day.
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*llorando acalambrada* ¡AAAAAAAH! *R.I.P a mis dedos*. ¡DIOS MIO! ¡AL FIN! Aunque no lo crean estuve TODO el día escribiendo esto, desde el comienzo al fin, me duele TODO. Y eso que arranqué con una idea que no estaba muy bien pensada...igual que con todos los capítulos que escribo pero por razones mágicas del universo logro darles un cierre que ni yo conozco. Siento (y lo más probable es que sea así) que hice a Mika y a Krul MUY ocs, pero bueno, ninguno de los dos es romántico, Mika es algo parco y Krul es más bien algo...seductora o juguetona como le quieran decir. Fue difícil pero AL FIN terminé. ¡GRACIAS DIOS!
Dentro de poco y después de una operación a mis dedos, haré el siguiente capítulo de "4 Meses". Y ví que el link que mandé sobre el vestido de Meritsa no salió, asi que mejor pongan en Google: Kaizin Rumble Tamayo. La niña-neko sonriendo con vestido azúl loli, es la vestimenta que lleva Meri.
Les pido de rodillas, casi con mis dedos deshechos que por favor comenten, acabo de dejar la vida sentada frente a esta computadora desde el mediodía.
