Título: Vacío. Capítulo 1

Tipo: Drama. Swanqueen (más adelante).

Disclaimer: Situado después del primer capítulo de la 4ª temporada, omitiremos tema de Frozen y de Hook. Pero lo que se respeta es todo el asunto del Granni's y de que Robin eligió a Marian, y Regina se quedó destrozada.

Resumen: Algo ha pasado para que Regina haya decidido dejar Storybrooke, sus sentimientos y los últimos hechos la van a llevar a otro lugar, donde quizás su vida corra peligro.

Vacío

Tras la ruptura con Robin Hood Regina se ha aislado en su mansión, han pasado varios días y nadie sabe nada de ella, no ha salido a desayunar, no ha ido a la alcaldía, ni abierto la puerta a los que han querido visitarla, su teléfono ya ha dejado de sonar después de una avalancha de llamadas.

Emma se encontraba desayunando con Henry en el Granni's más tarde de lo normal pues era sábado y Henry no tenía colegio.

El niño insistió a Emma en ir a ver a Regina

-No quiere verme Henry

Ruby trajo un bizcocho y un zumo para Henry, y una tostada junto un café para Emma, la cafetería estaba llena.

-Pues tendrá que hacerlo, no podemos dejar que siga así, quiero verla, es mi madre también.

Emma suspiró.

-¿Y qué puedo hacer Henry?, si no coge mis llamadas ni me abre a la puerta, ¿qué quieres qué me cuele en su casa?

El niño pareció pensativo y dio un sorbo a su zumo

-Uhmm, tú eres la sheriff, y como sheriff tu deber es preocuparte por el bienestar de los habitantes de Storybrooke.

-Es decir, insinúas que me cuele- dio un mordisco a su tostada.

-Que nos colemos- enfatizó en la palabra "nos" y miró a su madre suplicante.

Emma le devolvió la mirada y suspiró mirando por la ventana.

Mansión de la alcaldesa

Emma y Henry se encontraban frente a la puerta de Regina, Henry se separó para asomarse por las ventanas del primer piso.

-Esto no está bien- dijo Emma entre dientes con un destornillador en la boca y sus dos manos sujetando unas varas metálicas que removía dentro de la cerradura. Henry se acercó –No veo a Regina, al menos no está por abajo, ¿cómo va eso?

-Estoy casi… - un chirrido hizo saltar la cerradura y Emma abrió la puerta lentamente

-¡bien Emma!- le agradeció el niño. Ésta lo miró avergonzada.

Tras registrar con cautela la planta baja decidieron subir, la casa tenia signos de no haber sido habitada recientemente, todo estaba impoluto, pero con una fina capa de polvo en su superficie. -¿Regina?-preguntó alzando la vista hacia las escaleras. Hizo un gesto a Henry para que la siguiera.

Peldaño a peldaño una extraña y fea sensación se apoderó de Emma, sentía que algo iba mal.

La habitación de Regina estaba algo revuelta, su cama deshecha, su armario abierto, algo de ropa esparcida en su cama, el baño de al lado presentaba algo similar.

-¿Qué ha pasado aquí?- Emma miraba la estancia sorprendida, Regina, la reina del orden y la perfección dejando este desorden, no le cuadraba.

Henry llamó a su madre, al seguir su voz se percató de que estaba en el despacho.

–Henry ¿qué hay ahí?- preguntó Emma deseando ver a Regina sana y salva.

-Nada… mamá no está, Regina no está aquí.

Emma miró a su hijo que presentaba una mirada entre temor y dolor, observó el despacho y vio un espejo que no estaba ahí antes, un espejo que no cuadraba con el entorno, de decoración clásica y marcos dorados envejecidos, sin embargo el espejo era lo único que estaba limpio.

Emma se acercó y lo observó de cerca, giró su rostro para mirar a Henry y la tez de éste se volvió de sorpresa -¡mamá!-señaló el espejo.

Emma giró el rostro con miedo en dirección al espejo, y cual fue su sorpresa al ver a Sidney en su interior, tenía gesto adormecido, abrió los ojos lentamente y se sorprendió.

-¿Qué estáis haciendo aquí?

-Hemos venido a buscar a mi madre- dijo Henry escondiéndose un poco tras Emma.

Sydney esbozó una sonrisa que más que felicidad representaba tristeza.

-No la vais a encontrar

-¿Dónde ha ido?- inquirió Emma acercándose más al cristal.

-A un lugar que está muuuy lejos señorita.

-Quiero verla- dijo decidida.

-Como usted desee, pero antes debe de saber que esto quizás no vaya a gustarle- Emma se mostró confusa.

-Mi Reina.. Es decir, su amiga, dejó un mensaje mágico en el espejo, un mensaje que me pidió que mostrara si alguien venía haciendo preguntas, en especial… -Sidney sonrió recordando –….en especial si era rubia y llevaba una chaqueta roja de cuero

-Sabía que vendría- se dijo a sí misma Emma.

-Da igual lo que sea, quiero escucharlo.

El espejo comenzó a ponerse turbio y entre la neblina se pudo distinguir los ojos de Regina, la neblina iba disipándose y ahí estaba ella, sentada en su cama, con sus manos aprisionadas entre sus rodillas, su rostro emocionado, sus ojos no brillaban. Cabizbaja empezó a decir con voz pausada.

"Bueno, … no sé por donde empezar.. quizás no tenga que hacerlo, seguramente veas esto cuando ya me haya ido (levantó la mirada), ha pasado algo en el otro mundo, y debo irme, …, quizás de este modo todo acabe (se emocionó), me siento vacía Emma, siento que poco me queda, y que nadie me va a echar de menos…, en fin (se secó las lágrimas del rostro), a los monstruos se les odia y luego se les olvida (apoyó su codo sobre su rodilla y apoyando su barbilla en su mano continúo más serena) no tengo mucho tiempo (miró hacia una luz resplandeciente que afloraba por un lateral, no se veía su procedencia), espero que tú, Henry, tus padres, y los demás seáis muy felices y encontréis el final que os merecéis. No os rindáis como he hecho yo (se detuvo y miró hacia en frente unos segundos y sonrió tristemente) Henry, te quiero, no lo olvides".

-¡Noo!- Henry abrazó a Emma llorando –mi mamá..

La imagen se disipó en neblina y Sidney volvió a aparecer. Emma estaba emocionada, sus ojos brillaban por las futuras lágrimas que se ahorró por Henry, con voz insegura y temblorosa le preguntó

-¿Qué ha pasado? ¿dónde ha ido?

–Sheriff, no va a poder pararla

-¿Qué no voy a poder parar? ¿qué va a hacer Regina?

-Señora Swan, saque al niño de aquí si quiere que hablemos

Emma se giró y le pidió a Henry que saliera –sal de aquí Henry, tengo que hablar con este señor a solas- el chico cabizbajo pero comprensivo salió del despacho, Emma cerró la puerta tras de sí. Se acercó lentamente al espejo temerosa de lo que pudiera decirle, respiró hondo y colocó sus manos sobre su cintura.

-La Evil queen, la malvada reina de los cuentos, ha muerto.

Emma puso gesto de sorpresa y a la vez terror.

-¿Có.. có.. cómo?- hizo un gesto de pausa con su mano -¿Qué Regina..

-No, Regina no, la Reina, te recuerdo que Regina, así como sus padres, y todo este pueblo, proviene de un mundo encantado, ese mundo es paralelo al nuestro, no se ha detenido, siguen surgiendo historias. Henry, el padre de mi Reina trató de comunicarse a través de mí para darle la noticia. Pero hay algo más.

Emma andaba por la habitación de un lado hacia otro nerviosa.

-¿Algo más? ¿qué más?- empezó a respirar agitadamente, estaba descolocada.

-Regina ha ido a suplantar a la Reina, a hacerse pasar por ella misma

-¿Por qué?- se detuvo y lo miró a los ojos.

-Porque el pueblo no debe saber de su muerte

-Pero eso es lo que traería la paz

-Todo lo contrario, es más, la Reina debía de morir a manos de Blancanieves

-¿A manos de mi…?, no entiendo nada- se colocó sus manos en la cabeza como intentando aclararse.

-Lo entenderás cuando llegue su momento, y ahora si me permite, debo vigilar a mi Reina

Emma reflejó un atisbo de lucidez y esperanza un segundo -¿Puedes hablar con ella?- pero su pequeña sonrisa cesó al ver el espejo vacío.

Henry llamó a la puerta con cautela y entró al ver el espejo vacío, Emma estaba de espaldas, observándolo, y en su reflejo miró al pequeño

-¿Qué ha pasado Emma?- el niño mostraba los ojos llorosos.

-¿Está bien mi mamá?- Emma no contestó y evitando su mirada se giró hacia él y lo abrazó.

Continuará