Él tenía sólo 14 años cuando la primera sombra apareció. Pero contrario a la lógica humana, la vida oscura que llevaba junto a su maestro y su madre se iluminó con ello... Una fuerte guerrera saiyayin llegó a su vida para cambiarla por completo.

Trunks luchó durante varios años para vencer las dificultades de su presente, y envolverse en las sombras que llenarían de brillo su vida, conociendo así el amor... hasta que la oscuridad lo tomó por completo.

Por eso decidió volver al pasado, para evitar el sufrimiento de su presente, y para sentir nuevamente la sombra del amor que vio morir a causa de sus propias manos...

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UNO

La batalla era dura. Gohan peleaba sin descanso contra los androides C-17 y C-18, que perfectamente sincronizados, lo atacaban a la vez. El joyen saiyayin esperaba que su alumno apareciera para ayudarlo, pero éste no llegaba. "De prisa, Trunks, no podré resistir mucho tiempo peleando a este nivel…"

Minutos después —que a él le parecieron horas— Gohan escuchó la voz de su discípulo, quien volaba a toda velocidad hacia su dirección.

— ¡Ya voy, maestro! ¡Aguante! — gritó Trunks, quien de inmediato atacó a C-17 y comenzó a luchar contra él.

Un agotado Gohan mantuvo arriba la guardia ante C-18. Ya no estaba sólo, aunque sí muy débil. De repente, una energía liberada por la androide hirió de gravedad al saiyayin quien no pudo mantenerse en el aire y en caída libre se estrelló contra el suelo lleno de escombros. Trunks, al ver a su maestro herido, dejó el combate y voló a su auxilio.

— ¿Es todo, inútiles? - exclamó C-18 para luego soltar una risa burlona, sarcástica, grosera…

Justo cuando Trunks estaba por llegar hacia el malherido Gohan, C-17 apareció detrás de él y lo sujetó fuertemente por la espalda. El joven saiya intentó safarse con todas sus fuerzas, pero sus poderes no se comparaban al del androide.

— ¿Qué te pasa, niño? - río C-17 - Creo que ya les llegó la hora a ambos — sentenció.

— Primero, mataré a Gohan — susurró C-18, que bajó hacia a donde estaba el hijo de Gokú, y poniéndole un pie en el cuello, hacía más cruel su agonía.

— ¡Vamos, si nos van a matar, háganlo de una vez! — susurró Gohan con las pocas fuerzas que le quedaban.

Al tiempo que C-18 se reía y apretaba más su pie contra el cuello de Gohan, C-17 enviaba a Trunks a los escombros, para dejarlo inmóvil con un fuerte puñetazo en el estómago. El chico de cabello lila no pudo más que gemir de dolor mientras veía como el androide preparaba un energy-ha para terminar con él.

— ¿Qué tal si primero matamos a Trunks? — cuestionó C-17.

— ¡Dije que a Gohan! — respondió C-18 enfadada.

— A Trunks y se acabó — volvió a replicar C-17 mientras la energía crecía en su mano.

Trunks, de sólo 14 años, cerró los ojos y pensó en lo sufrida que había sido su vida durante todo el tiempo que había vivido… Sólo, con Bulma, su madre, y Gohan su maestro; recordó lo mucho que disfrutaba cuando ella le hablaba de Vegeta, su padre, el orgulloso Príncipe de los Saiyayin, y de lo valiente que eran sus amigos; lo fuerte que fue el señor Gokú… Pero los latidos angustiados de su corazón lo sacaron de sus dulces pensamientos, y entonces sintió la punzada en el pecho… Si moría, ¿Qué sería de Bulma?

La energía de C-17 explotó, Trunks cerró los ojos y no supo más…

— ¡Vete al infierno! — gritó el androide mientras descargaba el poder en el joven saiyayin… pero fue más su asombro cuando vio que otra fuerza desvió su energy-ha enviándolo hacia un edificio que, aun en ruinas, lograba la hazaña de mantenerse en pie.

— ¿Qué diablos fue eso? — gritó C-17 molesto.

Con la mirada, Gohan buscó al autor del ataque entre los escombros de los edificios. Los androides hicieron lo mismo y Trunks, desmayado, yacía en el suelo. Exasperado, C-17 comenzó a llamar al autor del ataque. ¿Quién había sido? ¿Cómo se había atrevido a intervenir en la pelea? Fuera quien fuera pagaría muy caro su atrevimiento… Pero los cuestionamientos del androide no obtuvieron respuesta. El autor de esta técnica que le salvó la vida a Trunks, no respondía.

—¿Es necesario que grites tanto, maldita basura inorgánica? — expresó ella mientras salía de atrás de un edificio destruido.

— ¿Una chica? — se cuestionó C-17.

Gohan volteó de inmediato a donde ella se encontraba, tenía que haber perdido completamente la memoria para no reconocer ese rostro... Pero, ¿Cómo era posible? ¿No estaba muerta? Hace 14 años ella había desaparecido y lo más probable es que estuviera muerta como todos, pero no era así, hoy ella apareció y lo mejor de todo, luchando por la misma causa que él.

— Aquí estoy, chatarra. Demuéstrame tu poder — sentenció la "intrusa".

— No sé quien diablos eres… Ni me interesa, pero si tú lo pides…

La batalla se reanudó. El androide comenzó a atacar con rápidos golpes a la mujer que sólo esquivaba las embestidas de su rival mientras ambos se elevaban por el aire… En un descuido de ella, C-17 pudo conectar un golpe en el rostro de la chica que, como una flecha, se estrelló contra los escombros. Gohan gritó de desesperación al ver cómo su última esperanza se había diluído mientras C-18 se burlaba de la rápida derrota de la "chica altanera"… Parecía que nuevamente los androides había ganado, hasta que ella se levantó y y su cabellera negra se tornó en rubia y avivó sus ojos azules tras convertirse en Súper Saiyayin.

A C-17 no le dio tiempo de reaccionar, porque cuando se dio cuenta, ella ya lo estaba tundiendo a golpes, mientras la esperanza volvía al corazón de Gohan. La capacidad de reacción del androide estaba anulada, y un poderoso Masenko de la chica, lo dejó sin capacidad de respuesta ante la aguerrida rival. Con maldiciones, C-17 se dio cuenta que esta última batalla había agotado su reserva de energía y le ordenó a C-18 que se marcharan de ahí. Molesta, la androide de cabello rubio sólo alcanzó a darle un último pisotón a Gohan y partió junto con su hermano.

— Esto no se quedará así, maldita saiyayin — dijo C-17 — Ya nos volveremos a ver, y esta vez no te escaparás.

— Cuando quieras, basura inorgánica. Los estaré esperando — respondió ella mientras les dedicaba una seña obsena con los dedos. Los androides se perdieron en el cielo azul que comenzaba a tornarse rosado.

Entonces ella suspiró y se tumbó al suelo para revisar sus heridas, y Gohan, con las pocas fuerzas que le quedaban, corrió a ver el estado del inconsciente Trunks. Con sus dedos en el cuello del muchacho comprobó que seguía con vida y entonces lo levantó y colocó en su espalda para llevarlo a Capsule Corp donde se sería atendido. Entonces, su mirada se cruzó con la de la chica, y la llamó por su nombre…

— Shadow.

Ella ignoró su llamado y dándole la espalda, se dispuso a retirarse.

— Shadow, espera. No te vayas — la llamó Gohan. La mujer se detuvo, pero no volteó.

— ¿Por qué?

— ¿Me preguntas por qué? ¿No me recuerdas?

— ¿Por qué tendría que hacerlo? - Porque tu fuiste parte de nuestro grupo de guerreros, porque como tú, soy un saiyayin…

— ¡Tú no eres un saiyayin! - Lo interrumpió ella - Tu padre lo era, tú no. Tienes la sangre sucia, con mezclas humanas…

— Si tú lo dices, así será… Pero no puedes aparecer así e irte como si nada… Ven con nosotros, pelearemos juntos contra esos malditos androides.

— ¿Quieres ayuda? ¡Ja! Veo que aún eres ese niño cobarde y miedoso. Qué decepción, Gohan - sentenció ella mientras emprendió un rápido vuelo para desaparecer también.

Gohan ya no intentó llamarla de nuevo.

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¡Hola amigos! Esta historia surgió por allá de 2002, cuando vi Dragon Ball Z completa por primera vez. Lo comencé y publiqué sus tres primeros capítulos hace varios años, pero la dejé sin terminar. Esta vez la he rehecho, tratando de mejorarla y darle a Trunks una pareja su altura, ya que a nuestro querido Toriyama no le dio tiempo de trabajar en ello. Un saludo y que lo disfruten. Espero sus comentarios, críticas y de más. Gracias por leerme.

¿Cómo es Shadow? Aquí les dejo un dibujo de ella - /p/1CyVhEPhxT/