Disclaimer. Gotham y sus personajes no me pertenecen. Yo sólo trato de arreglar mi ship aquí.


CORAZONES ROTOS

Por Saori-Luna


-¿Lo hiciste?

Selina miró a la pequeña a su lado. Afortunadamente la enfermedad ya la había abandonado, y en su mirada sólo estaba ese habitual vacío y desinterés.

Y sin embargo si lo había preguntado era porque le interesaba. Intentó sin éxito ver tras la máscara de Ivy Pepper, antes de rendirse finalmente y contestarle:

-Sí, lo hice.

Un brillo fugaz iluminó la mirada de la pequeña, por sólo un segundo antes de volver a su apatía normal.

-Bien – dijo ella.

Y sin embargo, ese sólo segundo fue suficiente para que Selina se preguntara de dónde había sacado Ivy tanto interés en Bruce.

Mordió su labio inferior, dudando de lo que acababa de hacer. ¿Acaso había cometido el mayor error de su vida?


En la mansión Wayne...

El joven heredero miraba con rabia los trozos de vidrio en el recogedor. Ya había pasado algún tiempo desde que había terminado de barrer. Su vista periférica había registrado levemente a Alfred dejando la habitación, pero él no podía hacer otra cosa que seguir observando el pequeño pueblo ahora destrozado.

Aún no lo entendía. Primero él había visto la alegría en su mirada al darle el regalo, el mismo que había terminado vuelto pedazos. Y luego, la verdad. La terrible verdad.

Ella había mentido desde el principio. En una forma increíble una parte de él podía perdonarle la mentira sobre el asesino de sus padres. Selina simplemente intentaba salvar su vida.

Pero, ¿y todo lo demás?

Él lo había dicho de todo corazón. En el poco tiempo que habían pasado juntos, Bruce había llegado a considerar a Selina como su amiga. Era la primera persona de su edad que no se había acercado a él por su dinero, de hecho, parecía molestarle enormemente todo lo que tenía que ver con su fortuna.

Y luego, el beso...

¿Por qué lo había hecho? ¿Acaso tenía sentido?

Desde su punto de vista, no. Y sentía rabia por haberse permitido creerle de ese modo.

Y sentía aún más rabia porque en el fondo de su corazón deseaba que todo tuviera alguna explicación razonable.


Se estaba involucrando demasiado...

Selina lo sabía, y por eso había decidido mandar a volar su incipiente relación con el joven heredero. Él había estado a punto de convencerla de lo contrario al darle ese regalo.

A Selina no le gustaba la nieve. Era demasiado fría. Pero el pueblo se veía hermoso. Un pueblo en Suiza. Por supuesto. Bruce Wayne no podía simplemente a algún lugar en el país. Tenía que irse a esconder en el otro lado del mundo.

Y ella lo había extrañado. Y había estado preocupada. Y había pasado, sólo por casualidad por la mansión, para ver si había regresado.

Y se había alegrado de no verlo, porque significaba que estaba a salvo.

Pero a una parte de ella le había dolido.

La misma que se había alegrado de saber que él la estaba buscando.

Y la misma que le estaba reprochando lo que le había hecho.

En realidad, no había tenido que romperle el corazón, ¿verdad?

Pero él no habría parado de buscarla si no lo hubiera hecho.

El chico estaba loco, ella nunca podría considerar la mansión Wayne su hogar.

-Oh por Dios, estoy pensando demasiado.

-¿Acaso pensando en otra forma de engañarnos?

Selina dio un pequeño brinco al ver a Jim Gordon en la puerta de, bueno, sí, era su casa, pero ella había empezado a pensar que había abandonado la propiedad. Se había confiado demasiado. Maldito Bruce Wayne.

-¿De qué hablas?

El detective se veía seriamente enojado, y por un momento Selina tuvo miedo, más cuando el hombre se le acercó y la tomó fuertemente del brazo.

-ASÍ QUE ME MENTISTE CON RESPECTO A LOS WAYNE, ¿NO?

Ahora lo entendía. Gordon había hablado con Bruce.

-No es lo que estás pensando.

-Ah no? Entonces dime por qué acabo de pasar la última media hora escuchando los reclamos de Bruce y Alfred por meter en su casa una testigo falsa?

Selina se zafó y miró fijamente al detective, antes de decirle:

-Debes prometerme que no le dirás nada a él.

Gordon levantó una ceja interrogante.

-Por favor, no puedo volver a esa casa.


VETE DE MI CASA!

Eso era lo primero que él le había dicho al verla. La ira ardiendo en su mirada.

Ella debería haberlo tomado como una indicación para marcharse. Pero no había podido. Sabía que él la veía aún como una mentirosa, como una chica de la calle que le había mentido sobre lo más importante en su vida. Y sin embargo, ella no podía seguir viendo como el chico arriesgaba su vida noche tras noche.

-Por favor, Bruce, tienes que parar con esta locura. No vas a lograr encontrar al asesino de tus padres en las calles. Sólo vas a encontrar tu propia muerte, y eso no es lo que ellos habrían querido.

Bruce la miró fijamente. Su corazón rompiéndose nuevamente al recordar la última vez que habían estado juntos.

Y que ella tenía razón.

-Mañana me iré de Gotham.

Selina le miró fijamente, pero no le dijo nada. Y en su mirada, la última que le dio antes de salir por su ventana, él supo que ella estaba sintiendo lo mismo.


-Estaremos en casa en unos minutos, Amo Bruce.

Bruce asintió. 12 años habían pasado desde la última vez que había estado en su hogar. Muchas cosas habían cambiado en Gotham.

También en él.

Pero había algo que seguía siendo igual.

-¿La han encontrado Alfred?

-Aún no señor, pero el detective Gordon ha confirmado ciertos rumores sobre una ladrona, ágil como un gato.

Bruce sonrió. Finalmente estaba preparado para ayudar a Gotham.

Y para enfrentarse a ella.

-Bien Alfred, esta noche haremos la primera prueba con el traje.

-Sí señor.

La Mansión Wayne apareció entonces en su vista. La última vez que había estado allí él era un niño con el corazón roto.

Ahora era un adulto con toda la intención de remendarlo.


¿FIN?


Nota de la Autora: El capítulo de esta semana de Gotham ha roto mi corazón. Pero para eso está el fanfiction, ¿no? Ciertamente no me gustan los finales abiertos, por lo que muy seguramente haré una segunda parte, pero por el momento, espero que hayan disfrutado la historia. Hasta la próxima!