Antes de leer esto, tienen que enterares que, para mi la muerte de Snape aparte de ser bastante desagradable y humillante para semejante personaje del cuál es uno de mis favoritos, nunca llegué a asimilar después de terminar todo lo que era películas y libros que eso había pasado con él así que en este fanfic aparte de crearle quizá, una vida algo más amorosa con un OC a Severus voy a imaginar que nada de aquello pasó...

Renuncia: Los personajes no me pertenencen, sé que son de Rowling pero aun así mi amor por Severus nunca cambiara desde la primera vez que supe de él...


Después de que Nagini lo dejo mal herido y a punto de morir, Severus Snape decidió ir a casa para descansar tanto física como mentalmente luego de todo lo ocurrido trás la Batalla de Howgarts. Tomó sus cosas y se dirigió al Expreso para viajar a La Hilandera.

Caminó con dificultad por los pasillos del tren y al llegar a su vagón correspondiente se sentó apoyando su cabeza en el respaldo del sillón, éste se quedó dormido inmediatamente. No quería encontrarse con nadie, absolutamente, sobre todo con Potter.

Al sentir que el tren se detuvo, Snape deseprtó cansado y empapado de su propio sudor, lo secó con su manga derecha sin darle mayor importancia y luego se levantó del sillón y tomó sus cosas para luego redirigirse a su hogar con tremendas ansías, sobre todo de descansar sin que nadie lo fastidiara. Los recuerdos se acercaban y alejaban de su mente mientras caminaba a casa; la muerte de Dumbledore, Voldemort, El Colegio, Los Malfoy, Nagini y sobre todo Potter y sus amigos, eran recuerdos que por el momento quería dejar un segundo atrás por salud mental ya que, aún no sabía como iba a lidiar con aquello el resto de su vida. Diviso su hogar y su vista comenzó a nublarse, su respiración a agitarse y sus fuerzas a alejarse de él...lo último que sintió fue como su cuerpo chocó con el suelo.

Al despetar con algo de dificultad, se encontró con que ya estaba recostado en su cama, se medio levanto y apoyó su espalda en el respaldo de la cama con extrañeza ya que sintió ruidos provinientes de la cocina y se preguntó el quién podría ser, pensó en Potter pero le parecía risorio, luego pensó en Minerva pero también era algo ilógico hasta que una medio tímida chica apareció por el umbral de la puerta de su habitación quén le preguntó:

̶ ¿Se encuentra bien, señor?

La primera reacción de Severus fue fruncir su ceño y observarla con recelo, no la conocía, no sabía si era del mundo mágico o del mundo muggle, tampoco sabía cómo había entrado a su casa y cómo era que se había atrevido a, pero antes de que pudiera decir algo ella lo interrumpió.

̶ Se desmayó al llegar a pocos centímetros de su casa y lo ayudé a entrar a ella, la puerta estaba abierta...mi nombre es Charlie...

La muchacha era de piel morena, sus ojos color miel y su cabello largo, lacio y negro le llegaba hasta la cintura, vestía unos pantalones azul marino y una chaqueta de cuero negro, sus zapatos eran del mismo color que lo último nombrado. Parecía de unos veinti algo años de edad o un poco mas joven según las primeras impresiones de Snape al observarla.

̶ Si gusta me puedo retirar...dejé algo de comer en la cocina y vivo en la casa de en frente...por si necesita algo...

Snape seguía sin decir nada, sólo observaba la situación que lo enrollaba en esos momentos.

̶ Tambíen me tomé la libertad de curar sus heridas...soy paramédico... ̶ Sonrió.

̶ Gracias.

̶ No fue nada...pero ahora prefiero irme, seguro mañana vendré para seguir curando esas heridas tan profundas que tiene...

Snape esbozó un quejido demostrando algo de disgusto en aquello.