Notas de la Autora:
Antes que nada deben saber que este fic es un AU (Universo Alterno) en el cual ninguno de los protagonistas es shaman aunque van a aparecer espectros, pero no los habituales. Eso quiere decir que nadie va a andar por ahí haciendo posesiones de objetos y nada por el estilo. Sólo quería hacer una historia y salió esto. Otra cosa, aquí todos los personajes tienen 17 años.
Mi Anormal Propuesta de Matrimonio
Parte I: El Libidinoso de Yoh Asakura
La mayoría de los hombres, luego de llegar a una determinada edad, tienen la tendencia a disfrutar de los domesticados, silenciosos y femeninos quehaceres que realizan las mujeres para ellos. Los hombres quieren que ellas cocinen, hagan arreglos florales, limpien, decoren la sala… y todo el tipo de cosas que desea un hombre promedio japonés.
Sin embargo, yo no. No señor. Yo, Asakura Yoh, tengo gustos más exóticos.
Prefiero el tipo fuerte e independiente. Tal vez no sepan cocinar, y no puedan hacer un arreglo florar para salvar sus vidas, pero si que saben pegar o realizar secciones espiritistas…
¡Claro que si! Cada vez que Anna realiza una sección no hago más que mirarla embobado. Ella las hace para entrenarse y cada día mejorar, cosa que apoyó al cien por ciento y trato de ayudarla… pero digamos que más bien lo hago por propio deseo.
Pónganlo de esta manera, la única contribución que he hecho para ayudarla en su entrenamiento han sido las siguientes palabras, "Hazlo de nuevo," que sólo ayudaba a mi constructivo deseo incontrolable.
No se que es lo que me pasa. Tres meses atrás, cuando por fin le dije a Anna que la amaba, estaba perfectamente contento en sólo acariciarla y abrazarla sin propasarme. Fue así por un mes y medio, ganándome las numerosas cargadas por parte de Horo Horo y alejando a Jun y Ren Tao de vuelta a su país natal, pero después de ese período de bendición absoluta, mis sentimientos comenzaron a… digamos, madurar.
La verdad es que no tendría que estar sorprendido. Digo, enfrentémoslo. Tarde o temprano iba a pasar. Sólo unos minutos antes de que mi deseo por la excepcional mente de Anna y excepcionales dulces caricias pasaran a su excepcional voluptuoso… físico. Es el entrenamiento. La fina forma y curvas. Buen Dios. Ni siquiera estoy diciendo que tan bien sabe besar.
La amo, pero el amor viene en muchas formas. Cada vez que me siento deseándola demasiado, encuentro la forma de contenerme en sus inocentes y tiernos ojos. El problema es que, la última vez que… entrenamos, sus ojos no eran tan inocentes, y tampoco eran tan tiernos. No había nada de pureza en ellos. Sólo piletas de un negro hambriento. Te digo, mi 'espada' paso un momento difícil.
Hubiese empezado a hiper-ventilarme si Horo Horo no hubiese pasado y gritado "¡Consíganse una habitación!"
Tendría que haberlo golpeado, pero Anna estaba tan avergonzada que dijo que tendríamos que irnos a dormir. Yo estaba más inclinado a pensar que necesitaba tirarme encima un balde de agua fría.
Francamente, no se cuanto más podré resistir.
No importa si mis sentimientos eran pervertidos o no, supongo que estaba hacienda algo mal, porque alguien aparentemente decidió visitarme.
La noche era oscura. En realidad, siempre lo es, pero bueno¡estoy siendo misterioso!
Si fuera mejor con las metáforas¡estaría sosteniendo una pluma, no una espada! Aunque muchos discutirían que la pluma es más fuerte que la… ¡bueno¿Dónde estaba?
Oh si, la noche oscura.
Llovía también, una rara llovizna de primavera, viciosamente golpeando contra el techo de la pensión, completa con destellos de relámpagos y fuertes sonidos de truenos.
Yo estaba despierto en la cama, preguntándome que haría si Anna empezaba a gritar en miedo. Siempre le había tenido miedo a los truenos, a lo cual desconozco el porque. Aunque ahora yo tengo más miedo que ella, de lo que un novio loco por las hormonas sería capaz de hacer.
Esperando sus gritos con algo de incertidumbre, me asusté completamente cuando escuche algo caminar sobre el piso de afuera.
Me paré, ajustando mis oídos a los ruidos de la tormenta.
Sonaba como a… alguien arrastrando una espada de madera…
¿Ryu?
Escuché pasos. Suaves y lentos. Ese no es Ryu.
Agarrando mi espada, salí de mi cuarto.
Los pasos se mezclaron con los aullidos del viento. No sé lo que es, pero si que paro los pelos de mi espalda en atención.
¿Quién demonios es, caminando por la casa a estás horas?
Mis ojos atraparon algo doblando en la esquina. Algo en blanco.
Lo mire fijamente. Lo seguí silenciosamente.
Cuando doble en la esquina, no vi a nadie.
Otra rara sensación paso por mi espalda. Debe ser el frío.
"Asakura…" llego el tétrico susurro, ¡justo al lado de mi oreja! Incluso sentí algún tipo de respiro...
¡Demonios¿Quién era ese? Me di vuelta y escuche el ruido de una puerta abriéndose.
¡Dios¡Alguien me las va a pagar si está cerca de la habitación de Anna!
Corriendo a través de los cuartos, note que la puerta que estaba abierta era la de Horo Horo.
Entré al cuarto de Horo, desvainando mi espada y listo para atacar al invasor.
Luego hubo silencio absoluto.
Horo Horo me miraba con ojos perplejos, preparándose para taparse con las cobijas.
Miré a los alrededores en busca del intruso.
"¡Mierda Yoh¿Qué nunca tocas?" Horo Horo demandó de repente, frunciendo el ceño.
Mi mirada volvió a él. "¿Dónde está?"
"¿Eh¿Dónde está quién?" me preguntó, irritación y perplejidad aparentes en su voz. "¿No puede una persona ir al baño sin ser atacada?"
Ouch. ¿Baño? Suspiré, todavía tenso por el susto. "Lo siento, Horo, pero--"
"Asakura…"
Di un salto, cambiando mi mirada abruptamente del cuarto de Horo Horo hacia el pasillo.
"¿Escuchaste eso?" le pregunté a Horo Horo de una manera un poco aterradora.
El joven de pelo azul se quejó. "Sabía que habías perdido la cordura el momento en que te enamoraste de la reina de las nieves," murmuró, metiéndose en la cama nuevamente. "¿Cierra la puerta, quieres? Estás dejando entrar todo el frío."
Un súper fuerte ruido de trueno descendió de los cielos, asustando a Horo Horo y a mí en el proceso. Justo fue ese preciso momento en que el grito de miedo de Anna se escuchó.
Horo Horo maldijo y saltó de la cama.
Corrí hacia el cuarto de Anna seguido por Horo Horo y entramos ruidosamente, yo esperando ver al extraño encima de ella.
No vimos nada más que una temblorosa forma en el medio del futon, tapada con las cobijas.
Suspiré aliviado mientras Horo Horo se quejaba.
"¡Genial! La reina de las nieves me asustó sin motivo y me hizo salir de la cama, y encima tengo que volver a tratar de dormirme," Horo Horo continuó. "¿Qué demonios debe hacer una persona para conseguir unas zzzs decentes aquí?"
"Mi amor," le dije, acercándome a ella y sentándome al lado de su futon. "¿Pasa algo malo?" le pregunté, acariciando su espalda.
Horo Horo giró sus ojos. "Buenas noches. Me voy a dormir," murmuró, cerrando la puerta al salir.
"Anna¿es por el trueno?" le pregunté abrazándola.
Ella asintió con la cabeza recibiendo mi abrazo. "Siento haberte asustado, Yoh," me dijo, su voz medio apagada por mi yukata. "Es solo que… la primera noche que estuve sola de verdad… cuando mi padre murió… había una tormenta…"
Después de unos momentos, Anna se separó un poco de mi, sonriendo. "Gracias, Yoh. Ya me siento mejor. Creo que ya podré--"
Sus oraciones fueron cortadas rápidamente por otro trueno, y se volvió a ocultar bajo mi abrazo.
"Está bien…" le susurré al oído.
"Y-Yoh… ¿puedes… quedarte aquí…?"
Está bieeen. ¿A quién me voy hacer?
¡Digo…¡¿QUÉ voy hacer?!
Oh Dios. ¡Ya estoy teniendo malos pensamientos!
¡Yaaaarrrrgh¡No puedo hacer esto!
"¿Por favor?" me rogó.
Será el infierno, 'pequeño Yoh'.
"Está bien, Annita," respondí, tratando de mantener una cara tranquila. "Yo me quedaré aquí y te protegeré de los truenos."
Anna se rió y se preparó para meterse bajo las sabanas.
No está ayudando para NADA el hecho de que su yukata se este aflojando en la parte del frente.
Si solo pudiera cerrarla, esto no sería tan difícil.
Una vez acostada, se corrió un poco al costado y palpó el lado del futon al cual me debía meter.
Acostado a su lado, acomodó las sabanas para que estén más seguras arriba nuestro.
Anna se acurrucó contra mí, apoyando su cabeza sobre uno de mis brazos y respirando contra mi pecho. Puedo sentir su calido respirar y las formas de sus curvas.
No puedo ni siquiera contarles lo bien que se sentía eso.
Puse mi otro brazo sobre su cintura. Esta cercanía está bien.
Si, no debería estar hacienda eso si quiero mantenerme en control. Pero… ¡matéenme¡No me pueden culpar por disfrutarlo!
"¿Estás cómodo, Yoh?" Anna preguntó.
"S-Si," contesté. Esta será una larga noche.
Ella sonrió y luego hizo lo impensable. Ella ronroneó, cerrando los ojos y todo lo demás.
El amor y la lujuria combinados, es mortal¡se los digo¡Mortal!
¡Ooooh¡Asakura¡C-Contrólate¡No mires sus labios!
Pero no puedo evitarlo… es tan hermoso…
Ella… se mojó los labios con su lengua.
¡Oh dulce Señor¡Al Diablo con esto¡Estoy acostado al lado de la mujer que amo en un futon y tengo mis brazos a su alrededor¿Qué es lo que espera el resto de Japón que haga, celibato?
Labios, suyos, míos.
La besé. ¡Eso es¡La besé¡Así que matéenme¡Tírenme piedras hasta matarme! Sólo… sólo déjenme terminar lo que empecé¿si?
¿Y quién soy yo para detenerlo cuando ella está respondiendo el beso?
Sólo soy un pobre joven. Nada más. Pobre de mí. Pobre, pobre.
Especialmente cuando mi pobre pequeña lengua comenzó a acariciar la de ella.
Anna envolvió sus brazos alrededor de mi cuello y me obligó a ponerme sobre ella.
"Asaaakuraaaaa…"
¿Pero qué—otra vez?
Separé mis labios de los de ella, mi respiración se había vuelto agitada. Miré hacia arriba y sobre su hombro. "¿Es-Escuchaste eso?"
"No," ella contestó, amarrándome del cuello de mi yukata reclamando mis labios nuevamente.
Si ella dice no escuchar nada, entonces yo no escuché nada. ¿No hay necesidad de discutir, no?
Puedo sentir sus manos dentro de mi yukata.
¡No, no, no¡No debemos¡No debo¡No estamos… casados todavía!
Está bien, la voz de la razón está tratando de ganarle al deseo.
"A-Anna," dije, tratando de hablar entre besos. "¿Estás segura de…?"
"Yoh… ¡CALLATE!" jadeó, casi sonando frustrada.
Bueno, yo traté. Nadie puede decir que no intenté. Déjenme poner en claro que yo…
"Asaaaaaakuraaaa…"
No lo escuchó. Es solo mi imaginación. Delirando en esta bendita locura…
Pasos… de nuevo…
No de Horo Horo.
Acercándose a este cuarto en lentos y deliberados saltos.
Están rompiendo la atmósfera. Oh ¡pero esos pasos¿Anna no los puede escuchar?
"Anna…" Traté de decir, mi sentido común peleando el sentido de mi cuerpo mientras la besaba y mi mano testarudamente se negaba a soltar su yukata. "Sólo tengo que… ver…"
"Entonces ve," respiró, colocando besos tentativos en mi cuello.
Puedo decir que ella se refería a algo distinto a lo que pensaba.
No podía ser culpada por ello. Estaba tratando de abrirle la yukata cuando le dije lo de recién. ¿Qué puede suponer ella?
"No, quiero decir… afuera…"
"No hay nada afuera, Yoh," dijo, sacándome parte de la yukata de sobre mis hombros.
A este punto, no había que hacer mucho para convencerme, por eso cerré los ojos, llevando mi mano a acariciar su cuello para luego besarlo.
Anna quedó boquiabierta, congelándose de repente.
Creo que se dio cuenta de lo que estábamos haciendo y se asustó con sólo pensarlo.
Oh hombre, claro que pararé. Por ella, puedo parar cuando quiera, pero ¡Dios¡Va a doler!
"Anna, si no quieres, está bien," dije, jadeando. Luego la miré a la cara.
Un gesto de sorpresa y terror vestía toda su cara.
Bueno, creo que eso ya es un poco extremo…
"¡Asakura¿Qué demonios crees que estás haciendo?" Ladró una voz no familiar.
Sin siquiera ver quien es, agarré mi espada, me paré y me interpuse entre Anna y la fuente de la voz. Era un hombre. Más alto que yo pero no por mucho. Tenía largo pelo castaño claro, agarrado no muy ajustado con una colita. Estaba calmado, con compostura, para nada aterrado con mi amenazante mirada. En realidad, parecía muy enojado. Extremadamente enojado.
"¡¿Quién es usted?!" demandé, levantándolo por su camisa. Estaba vestido todo de blanco. Si, posiblemente el destello blanco que vi en el pasillo antes.
Estaba a punto de hablarme cuando su mirada se dirigió a Anna quien se había parado en el futon, la expresión de sorpresa aún en su rostro. Preocupadamente el hombre frunció el ceño.
Anna cerró su boca, sus ojos se agrandaron, y volvió a abrirla.
"¿Me-Me puedes ver?" Le preguntó a Anna dudosamente.
"O…" Anna empezó. "O..tou-san…?"
¡¿¡¿Recién lo acaba de llamar Padre?!?! P-Pero… ¡ÉL ESTÁ MUERTO!
El hombre suspiró y sacudió su cabeza. "Oh no… alguien hizo algo mal…"
Los ojos de Anna inesperadamente giraron y se desmayó.
Notas de la Autora 2:
Nuevamente volvía a inventar el pasado de Anna (y muchas otras cosas…) pero hay que pensar que si no el fic no tendría gracia.
De todas maneras espero que les guste y manden reviews.
