Summary:
Kuroko Tetsuya ha sufrido un accidente y este le ha traído graves consecuencias, al enterarse Aomine se decide a ayudarlo, ¿podrá su amor hacer que se recuperé?
¿O será su nueva sombra, Kagami, quien se interponga en el camino de Aomine?

Espero les guste, es el primer fic que hago de esta pareja.

Disclaimer: Kuroko no Basket no me perteneces ni sus personajes.

Advertencias: irán cambiando.


-PRÓLOGO-
El peli azul se secó el sudor con una pequeña toalla casi tan clara como su piel, el entrenamiento recién había terminado, se sentía cansado y le dolían las piernas, pero el dolor lo valía, tenía que hacerse más fuerte, tenía que seguir entrenando, dar lo mejor de sí, para de ese modo derrotar a la generación de los milagros. Porque no podía evitarlo, el basketball era su vida.

Se despidió del equipo, la entrenadora quería hablar con su luz, por lo que se fue solo casa, acompañado de Número 2, bajo el, brazo llevaba su maleta con su ropa y algo de dinero, con el balón todavía en mano se dirigió al súper mercado que estaba de camino a su casa; dentro el aire fresco le lamió la cara, y le alboroto el cabello, camino por los pasillos repletos de comida, si encontrar nada que pudiera gustarle, abrió los refrigeradores, no había nada más que refrescos y alcohol, nada más. Así que cuando llegó a la caja registradora, compró goma de mascar, dio las gracias y se sentó a la orilla de la banqueta, no lo sabía con certeza, pero estaba esperando algo, alguien, no lo sabía.

El dulce azul se suavizaba conforme lo masticaba...azul...azul como Aomine, el moreno invadió la mente del jugador fantasma, le dolía admitir que en verdad lo extrañaba, que añoraba su manos cálidas, su olor fresco y varonil, le hacía falta ver sus ojos que a pesar de ser azules, eran casi tan oscuros como la noche. Número 2 salió de la bolsa de Tetsuya, frotándose en la pierna, como si supiera que el peli azul estaba nostálgico. Una mariposa al otro lado de la acera paso fugazmente, captando la atención de la mascota.

-¡Hey! Número 2, vuelve, es peligroso que corras así- gritó Kuroko mientras corría detrás de el...


Aomine estaba en la cocina cuando su telefono celular vibró en su bolsillo trasero, se limpió las manos en el pantalón de mezclilla negro y vio el número en la pantalla no le era familiar.

-¿Es usted Aomine Daiki-kun?-la voz de una mujer sonó al otro lado de la línea.

-Sí. Y mire si me llama para venderme alg…- la voz femenina lo interrumpió.

-¿Usted conoce a…Kuroko Tetsuya?- cuestiono la mujer.

-De la escuela, ¿hay algún problema?- y cuando ella respondió, supo que no debió haber hecho tal pregunta.

-El acaba de sufrir un accidente, su número de telefono fue el único que pudimos encontrar entre sus pertenencias, le pedimos que venga de inmediato para avisar a sus parientes.

Aomine sintió como su corazón se detenía con cada palabra que la mujer pronunciaba. ¿Por qué Kuroko? Mierda…él no. Una lágrima rebelde se escapó hasta el suelo, no lo dudó más, y salió corriendo, aún con algo de comida en la boca, hacía el hospital. A penas eran las 10 de la noche, pero podía sentir el aire frío pegarse en su garganta, dificultándole la respiración, la chamarra roja que traía encima no ayudaba mucho, por lo que se la ató a la cintura y siguió corriendo.

Treinta minutos y varios coches esquivados después, el moreno se encontraba en la recepción del hospital.

-D-Disculpe, señorita-se apoyó en sus piernas, tomando aire- vine, una tal Rei, acaba de atenderme por telefono, me dijo que Kuroko Tetsuya se encontraba aquí.

La mujer de cabello negro, tecleo el nombre de la antigua sombra de Aomine, indicándole a una enfermera que lo condujera hacía la habitación donde el jugador fantasma de la generación de los milagros se encontraba, y para que el especialista le informara sobre el accidente.

Los pasillos blancos por los que caminaron durante algunos minutos eternos, eran tan pálidos, tan incoloros, como la piel de un muerto…no, el no debía pensar en eso, de seguro Kuroko solo se había roto una pierna, o un brazo, nada tan grave.

Daiki lucho por no gritar cuando llegados al cuarto, se dio cuenta de lo mal que estaba su amigo.

Tenía muchas vendas, sobre todo en la cabeza, también en el brazo izquierdo, en su mejilla derecha había algo de sangre seca, y a pesar de eso,el lucía como si estuviera dormido; al parecer la enfermera se dio cuenta de la mirada lastimera que el chico le estaba dando a su paciente, por lo que decidió intervenir.

-Casi parece que estuviera dormido, ¿No es asi?-pregunto la enfermera de nombre Makoto.

-¿Esta Tetsu-kun bien?-pregunto Aomine algo serio.

-Sí, solo es el efecto de la anestesia-le dijo sacando a Aomine fuera de la habitación, privándolo de su sombra.

Se había sentado en uno de los sillones frente a la recepción, ya había dado el telefono de los padres de Kuroko a uno de los policías que atendió el accidente, casi eran los 11:30 de la noche, decidió que esperaría a la familia de Tetsu-kun.

El ladrido de un perro interrumpió sus pensamientos, eran Número 2, detrás del que un apresurado Kagami venía tomando aire. Cuando este llego al lugar donde estaba Aomine.

-¿Oye, porque estamos aquí? Yo solo seguí el perro hasta aquí…- dijo despreocupado.

-¡Maldita sea Kagami!¿Porque tienes que ser tan ignorante…mira, a Kuroko lo han atropellado, tiene algunos golpes, pero el mayor daño es a nivel cerebral y el hecho de que…KUROKO HA PERDIDO LA MEMORIA.

Un enome silenció se acento sobre ellos.


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