CAPITULO UNO

INTRODUCIENDO A INOUE ORIHIME

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"… No te refieras a mí como lo harías con un humano. Llámame Ulquiorra."

Las palabras se repetían una y otra vez en la cabeza de Inoue. Su expresión reflejaba la tristeza que sentía, no por que estuviese en esa habitación fría y oscura, sino porque todo a su alrededor parecía de esa manera, desolador. Todo estaba en penumbras, la vida social entre ellos era distante y completamente formal. La habían tratado como una invitada, asegurándose que todas sus necesidades estuviesen cubiertas, pero no por ello ella se sentía más cómoda en ese lugar.

Al menos, alrededor de sus amigos estaba en confianza y podía actuar como una boba. Ellos la querían por cómo era, no porque en algún momento la pudiesen usar.

Nunca quise a molestarlo, pero lo hice de cualquier forma. También me molestaría un poco si alguien me despertara, después de todo… él estaba durmiendo… o debería decir "eso estaba durmiendo"… no le gusta que piense en él como si fuera una persona…

Sus parpados cayeron decaídos en una mirada de tristeza. Lo que más extrañaba del mundo real dentro de esa lujosa celda, era hablar y sonreír. Habría dado cualquier cosa para hablarle a alguien en aquella horrible oscuridad, incluso si se tratase de Ulquiorra o ese terrible Grimmjow. Pero, esa era la forma en que se trataba a una captiva, aislándola de cualquier persona o cosa a su alrededor.

No, no soy una captiva ni su prisionera. Yo elegí esto. Estoy aquí por mi propia voluntad.

Voy a entrar. – No sucedió nada por algunos segundos. Siempre hacía eso, anunciándose como si ella pudiese haber estado desnuda o algo por el estilo. Al menos, era educado.

Sus ojos se agrandaron en sorpresa, pensando que podría quere él de ella ahora. Sus manos comenzaron a temblar e intentó de todas las formas posibles poder controlarse. Pensó lo mucho que había estado deseando por horas ya la compaía de alguien para poder conversar y ahora que de hecho había otro ser ahí, sólo deseaba que se fuera…

¿Será otra prueba? ¿Otra humillación? ¿Tal vez me toque un baño? ¿Comida? ¿Aizen me necesitará? ¿Estarán mis amigos bien? ¿Los estarán atacando de nuevo?

Pero aparte del sonido de la puerta abriéndose, ninguno de los dos arrancar le dirigió si quiera una palabra. Ulquiorra permanecía en silencio en el borde de la puerta mirando todo con indiferencia. Lo seguía el mismo hollow empujando un pequeño carrito de comida con una bandeja plateada sobre él. Inoue se preguntó a si misma como tenían ese tipo de cosa en un lugar donde no se cosechaba ni creaba nada más que arena y desolación.

Tu cena. – Dijo Ulquiorra, sus manos estaban dentro de sus bolsillos sin mirarla realmente. – Come.

Gracias, Ulquiorra-k...Oh no casí le digo Ulquiorra-Kun nuevamente… Trató de dirigirse a él en el tono más formal que pudo. Siempre había sido educado con ella, sin importar la crueldad de su indiferencia. Podría haber sido mucho peor, como por ejemplo, si Grimmjoy hubiese sido designado para su cuidado.

Se sentó en el sofa mirando la bandeja. Sobre ella había un plato de uvas, manzanas y frutillas junto con lo que podría haber sido leche dentro de un vaso. Una cena suave era justo lo que necesitaba, pero deseó de alguna manera que la leche hubiese estado tibia, de esa forma habría podido dormir más fácilmente.

Tomó una sola frutilla y le dio un mordisco mientras Ulquiorra se aseguraba que de hecho estuviese comiendo.

-¿Es de tu agrado, mujer? – Le preguntó Ulquiorra, sin expresión alguna como siempre. ¿Te importaría si dijera que no?

Sí. – Su voz parecía tan desolada pero aún así, sonrió agachando un poco su cabeza ante él en un signo de agradecimiento. – Agradécele al Señor Aizen por mí, por favor. No merezco tanta amabilidad de su parte.

En ello estamos de acuerdo. – Dijo Ulquiorra mientras se retiraba de la habitación caminando hacia la puerta. Inoue lo miró hacerlo, se veía siempre tan calmado y suave en su proceder, pero era también un sujeto muy cruel. De pronto, se dio la vuelta justo bajo el marco de la puerta. - ¿A quién sirves, mujer?

A Lord Aizen. – Lo respondió sin si quiera dudarlo un momento, preguntándose a sí misma si realmente lo creía así o lo había dicho porque pensase que era verdad.

No lo olvides. – Ulquiorra la miró con algo de severidad. – Tu cuerpo y alma le pertenecen a Lord Aizen ahora. – Pero su voz era tranquilizadora y pausada, no como si le estuviese dando una orden sino un consejo o requerimiento. – Será más fácil para ti si realmente crees en lo que estás diciendo, mujer.

Soy la humilde sirviente de Lord Aizen. No lo olvidaré. – Inoue miró hacia abajo. Era difícil para ella poder mantenerle la mirada a Ulquiorra después de lo que había ocurrido el día anterior.

Ulquiorra se retiró de la habitación sin mirarla dos veces seguido del otro hollow sin rostro. Una vez mas, estaba completamente sola en ese lugar consumiéndose, solo esperando. El tiempo la estaba matando.

Kurosaki-Kun… Sado-Kun… Ichida-Kun… Tatsuki-san… Kuchiki-san… Abarai-Kun … Mientras ustedes esten a salvo no me importa estar en este lugar.

Bajó su mirada al plato de comida. Realmente no sentía nada de hambre.

Kurosaki-Kun… Sintió un horrible dolor en su pecho al pensar en él.

Pronto, las hermosas uvas estuvieron cubiertas en lágrimas.