A través De Los Ojos Del Lobo
Prologo
La Tierra…Un planeta pequeño, el tercero desde el sol, el único en el que podemos observar un cielo azul adornado por esponjosas nubes blancas, el único donde podemos contemplar majestuosas montañas y perdernos en amplios bosques inundados de silencio y calma. La Tierra es el único planeta donde podemos presenciar como el sol pinta todo lo que nos rodea de dorado en el crepúsculo. Solo aquí podemos mirar como el sol se pierde en las profundidades del océano y se tiñen los cielos hasta que el velo azul oscuro de la noche lo cubre todo, entonces podemos leer las historias que nos cuentan estrellas cuando estas danzan junto a la luna.
Solo en este pequeño planeta sus habitantes convierten sus vidas en leyendas, los elementos en magia y los árboles en sabios ancestrales…
Solo aquí…Solo en este planeta único que llamamos Tierra…Madre.
Madre Tierra.
Esta es la historia que es pasada de generación en generación a través de cierta tribu indígena, al comienzo del solsticio de verano. Cuando la noche cae y todos buscan un lugar cerca de la hoguera para poder escuchar con atención los maravillosos y mágicos relatos de la anciana; la mas sabia de la tribu. Es en este momento cuando los animales del bosque se reúnen, ocultos en las sombras, detrás de los árboles o sobre ellos, pues estos también disfrutaban de las historias humanas donde hablan sobre ellos y sobre la Tierra misma.
Es aquí donde comienza nuestra historia. Detrás de los arbustos una jauría de lobos; los lideres del bosque, escuchaban con atención sin darse cuenta de que se les había perdido algo o mas bien alguien…
Escondiéndose entre unas sabanas tejidas se encontraba Argos; el cachorro mas pequeño de la jauría. Argos atraído por el encanto hipnótico del fuego se fue escurriendo más y más hasta la hoguera.
-Es una interesante historia ¿no Argos? Pregunto su madre.
Al no recibir respuesta alguna repitió la pregunta, fue entonces cuando se dio cuenta de la ausencia de su hijo. Alterada comenzó a buscarle por todas partes, pero no lo encontraba. Argos…Argos…Repetía en voz baja para no interrumpir a los otros. ¿Donde se habrá metido?
El pequeño escuchaba con atención las fabulosas historias, mientras estas se dibujaban en las llamas, las cuales danzaban alegremente al compás de los cantos nocturnos del bosque. Argos estaba completamente inmerso en una fantasía, cuando escucho el llamado de su madre. Este volteo para verla recibiendo en el proceso una mirada represora, Argos entonces bajo sus pequeñas orejas en ademán de tristeza y regreso al lado de su madre caminando con su cola entre las patas.
-Debes tener mas cuidado. Le reprendió severamente su madre. ¿Acaso no sabes lo peligrosos que pueden llegar a ser lo humanos si nos ven? Especialmente si eres un lobo.
