Nota de Autora: ¡Hooola, mis preciosuras~! Hoy les traigo un pequeño one lemmon de una de mis parejas favoritas, ¡MadaSaku time, señores~! Una nueva locura, si, pero esta vez no puedo excusarme en el alcohol(?

Disclamer: los personajes son propiedad de Kishimoto-san.

A leer~


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Titulo: Del verbo joder y sus variantes

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Resumen: Sobre el día en que Madara reclamo lo que era legítimamente suyo. Y de cómo Sakura aprendió los diferentes significados del verbo 'joder'.

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Advertencias: Sexo gráfico, lenguaje vulgar, posible Occ.

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Pareja: Uchiha MadaraxHaruno Sakura.

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Sakura gimió, (caliente), con la palabra deleite escrita en el rostro, con la piel sudorosa, con el cuerpo retorciéndose en busca de más caricias y su vagina húmeda, (palpitante).

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Y por un instante, (por un egoísta y ruin momento) se olvidó de la Guerra que se avecinaba, de Naruto-baka, de Sasuke-kun y de Kakashi-sensei. Se olvidó de Konoha, de Tsunade-shishou, de Ino-cerda y Shizune-nee-san. De sus responsabilidades, de su orgullo, de su moral, de su educación, de su integridad como Kunoichi y como mujer y de que se supone que la primera vez debe ser con alguien que amas, alguien especial, (tal vez no Sasuke-kun). Se olvidó de quien es ella y de quien (podría) ser él.

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Porque Sakura era egoísta por naturaleza, (siempre lo había sido) y sólo le importaba ella y sus deseos, (o eso era lo que su madre siempre decía). Y ahora lo que deseaba, (lo único que importaba), era aquel hombre desconocido, de manos enguantadas, palabras sucias y boca avariciosa.

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Entonces sus manos, (grandes, callosas, sin guantes), estrujan los tiernos pechos, se burlan de sus pezones y los pellizcan, (duele un poco pero le gusta). Sus dientes se clavan en su clavícula, y se aseguran de dejar marcas amoratadas en la pálida piel.

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Suya, suya. Ella de alguna extraña manera es suya, (y lo sabe, lo presiente), aunque prefiera negarlo, (porque ella solo puede amar a Sasuke-kun y Naruto-baka).

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Muerde, lame y besa cada pedazo de piel disponible, (deja marcas de fuego, roba pedazo a pedazo su inocencia). Araña con los dientes su pezón (color de la canela, igual de afrodisiaco), y la hace gimotear, como gata en celo, sollozando por más. Y es ahí donde lo odia, por hacerla rogar, (por no follarla duramente), y odia aún más las cuerdas, (malditas cuerdas llenas de chakra), que restringen su movimiento. Tal vez, si no estuviera atada... ¿qué? (¿qué harías de verdad si no tuvieras las manos atadas, Haruno Sakura?) ¿Huiría o se quedaría?

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Un nuevo mordisco, (más salvaje), y otro juramento entre dientes.

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-Deja de joderme, imbécil.- maldice, y se retuerce por (más) caricias.

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Su risa (ronca, oscura, netamente sexual) es como una oleada de ondas de caliente placer directas a su coño. Y ella, Sakura, gime (ansiosa) de nuevo.

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-Apenas he empezado a joderte, Sa-ku-ra.-

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Y Sakura echa la cabeza hacia atrás, cierra los ojos (aunque no hace falta, porque están vendados), y alza sus caderas en busca de su erección. Se frota contra él, buscando su pene (grande, grueso, duro) y gime, (jadea) como gata en celo (deseosa). Y es donde ella espera (anhela) que él diga su nombre, de esa manera (cadenciosa) que solo él sabe cómo pronunciar. Separando cada silaba, paladeando cada letra, una descarga de placer oscuro (casi líquido) acalambra los nervios de su cuerpo.

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-Vamos a jugar, Sakura-chan.- y en su voz hay un tono infantil, (que no le suena) y una nota de arrogancia familiar (de alguien que conoce pero no puede recordar).

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Comprende, (como cuando se descubre una verdad universal), que ella realmente quiere que (él, y sólo él) la joda, porque se siente bien, (caliente y húmedo), sobre todo cuando hunde su lengua en su ombligo y le da un pequeño adelanto de lo que está a punto de pasar más abajo. Pero Sakura no es paciente, y pide, (exige, ordena, suplica, solloza).

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Y él suelta una risa, y sus vellos se erizan. Entonces suelta un nombre:

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-Madara.- y Sakura sabe que es el nombre que gemirá el resto de la noche.

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Ese es el momento donde hace caso a sus ruegos, hunde su cabeza entre sus piernas, (aprieta los muslos blancos con fuerza), y se dedica a escarbar en su entrepierna con su lengua. Sakura chilla, alza las caderas y jadea por mas, (Madara, Madara, Madara), y él la recompensa, succiona su clítoris, y muerde, suave y electrizante, (porque a él le gusta morder y a ella ser mordida). Los dedos de él se cuelan entre los apretados pliegues, juegan con la humedad, se ríen de los músculos palpitantes con movimientos lentos y medidos, y Sakura sabe que no va a aguantar más.

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-Madara, hazlo ya.-

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Una lamida. Otro jadeo.

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-¿Qué quieres que haga, Sakura-chan?-

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Una nota burlona. Un movimiento circular de su dedo en la estrecha (ya no tan virginal) cavidad.

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-Fóllame.-

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Un dedo escurriéndose (peligrosamente) cerca de su ano.

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-Debes pedir las cosas correctamente, Sakura-chan.-

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Un mordisco en su mandíbula. Un pellizco en su pezón. Duro, salvaje.

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-Jódeme, Madara-kun.-

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Y el (último y frágil) hilo de su cordura rompiéndose.

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-Voy a joderte, Sa-ku-ra. Y lo haré de verdad.-

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Los dedos (habilidosos) fueron reemplazados por su polla (demasiado grande, demasiado gruesa) que luchaba por hacerse espacio entre las estrechas paredes (húmedas). Sakura gimoteo (de dolor) y las lágrimas empaparon la venda (negra) que cubría sus ojos. Porque dolía, dolía muy adentro, y quemaba (porque Madara era fuego puro) pero cesaba rápido (porque el hombre era placer oscuro).

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Movimientos rápidos y profundos (que se carbonizaban su inocencia, pedazo por pedazo), sus caderas alzadas, sus lenguas enredadas, sus pechos aplastados bajo su torso (musculoso), las manos de hombre amasando sus muslos, pellizcando sus nalgas, palabras sucias, promesas de goce infinito, su olor (a almizcle, a cuero viejo) intoxicaba sus sentidos. Gemidos asfixiados (de ella) y gruñidos salvajes (de él). Cada vez más duro, cada vez más hondo. Cada vez más cerca.

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Sakura arquea la espalda, suspirando (suplicas cadenciosas) cerca de su oído, como un canto (parecido a su nombre). Muerde el labio del hombre (demasiado fuerte, piensa) y él ruge (Sakura), mientras entierra los dientes en la suave carne de su hombro, la toma de sus caderas y la penetración se vuelve errática, primitiva, ansiosa. Él la quiere toda para él. Solo para él. Y Sakura quiere ser de él (toda de él) porque se siente bien. Perversamente bien.

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El placer y el dolor (de una mordida que seguro dejara cicatrices) se entremezclan, y Sakura capta el delicioso instante en el que la polla (de Madara) parece crecer en su interior, y siente como todo a su alrededor estalla. Siente fuegos artificiales, un terremoto, un huracán, un tsunami. Siente (tantas) cosas que deja de sentir y todo son deliciosas pulsaciones en su coño que se extienden en todo su cuerpo.

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Le arranca la venda de los ojos, y ve (sin ver realmente) las aspas del Sharingan girando, y justo cuando él estalla en su interior (embarrándola con su semilla), y es capaz de procesar su último pensamiento coherente antes de que la inconsciencia reclamara por ella.

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Él había cumplido su promesa de joderla. En todo el (amplio) sentido de la palabra.

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Y ella, ella era un persona egoísta.

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Joder.

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Recuerden, pequeños míos, la autoestima de las autoras dependen de sus rewiers, así que no se sientan penosos y escriban con confianza n.n

Oh, había pensado en hacer una continuación, pero eso dependera de ustedes