Error.

Ciertamente, el peor error del ser humano es la ignorancia. Permitir que la razón cubra al corazón con una armadura, que incluso el soldado más acorazado envidiaría, negándole la felicidad de amar, incapacitándolo, evitando que sea feliz. Y la increíble habilidad que tenemos para ignorar ese acto, es un error. El peor de todos.

Cada vez que me acerco veo como la coraza se hace más y más gruesa. Rígida. Puedo sentir la calidez que sutilmente emana el amor llega a mí. Sentirlo es embriagador y tan hipnotizador; suave y cálido; delicado y perfecto.

De un solo golpe vuelvo a la realidad. Me alejo, no quiero hacerlo pero debo, desde la distancia, observo un pequeño hueco, me acerco un poco más y encuentro una cerradura pequeña, con una forma extraña y desconocida para mí.

"¿Dónde está la llave?" es lo primero que pienso, "¿Quién la tiene? ¿Quién la esconde?".

Buscando con la mirada, la encuentro. Está en el fondo de la coraza de hierro, al lado del amor, él la tiene. Sin embargo, cuando me acerco a tomarla, la razón crea una coraza más gruesa empujándome lejos. La razón protege con esmero al amor que esconde entre esas fuertes placas de hierro. El corazón que irradia cada vez menos amor, se va a pagando quedando prisionero; no se atreve a salir, aun cuando la llave está a su lado.

"¡Deja de sufrir, mi corazón!, ¿¡Que no vez que nos lastimas!? Me duele verte así" Le grito, aunque no me escuche, cada vez irradia menos su calor "No temas, no temas" Susurro sin fuerza, "¡No te quedes hay por mi culpa! Se libre… vive y ama como solo tú sabes hacerlo"

Sé que fue por mi culpa que ese corazón herido recurrió a esconderse, esta partido y dejo de dar oportunidades. ¿Cómo iba a saberlo? Ahora con la culpa en la garganta me alejo, yo ya no tengo la llave. Pero alguien debe tenerla, y quizás, esa persona cure tus heridas que duelen al cicatrizar, te arrulle y cuide como yo no pude hacerlo.

Solo, sueño con que vuelvas amar, corazón, aunque no sea a mí. Fui ignorante al crearte tanto dolor, fue un error dejarte sufrir. El peor que he cometido, y el que más lamento.

-Yamcha-

-Dedicado a Chispita-