NA: Buenas! Aquí vengo, que como ahora tengo demasiado tiempo libre he pensado en escribir historias cortitas y sin relación entre sí. (Aclarar debo que esto es cosa mía, no es fict compartido como Sin ton ni son, escribo sola) ¿Por qué? Pues porque me aburro, ya lo he dicho xD. Y aquí va la primera, que se me ocurrió ayer noche mientras no hacía nada en especial. Espero que os guste ^^
Neville, mago.
-Voy a contar hasta tres, Neville, ¿listo?-¿Listo? ¿Le preguntaba que si estaba listo? Que colgase él del balcón de un octavo piso boca abajo, a ver si él estaría listo.
-S-sí.-Se obligó a decir. No, no, no, no y no.
En realidad Algie Longbottom nunca tuvo la intención de soltarlo. Si había que culpar a alguien se debía culpar a Enid. Por supuesto. Sus pastelitos de crema no podían ser normales, con esa textura, ese sabor ese…
Y ya estaba hecho. En menos de lo que se tarda en decir quidditch, Neville "se le resbaló" de las manos. A partir de ahí todos lo vieron como a cámara lenta.
Algie soltó el pastelito de crema y se aferró al alfeizar de la ventana con la cara desencajada.
Enid soltó la bandeja de pastelitos de crema y se aferró al alfeizar de la ventana con la cara desencajada.
Augusta… Augusta soltó el buitre que estaba disecando (quedaría de muerte en su sombrero nuevo), corrió a la ventana, se aferró al alfeizar…
Y así, los tres hermanos Longbottom, vieron cómo el último descendiente de su apellido, hijo del grandísimo Frank y que no había demostrado signo alguno de ser un mago; ése del cual su abuela ya hablaba de enviarlo a las minas de México, por squib, caía rebotando en todos los toldos de todos los balcones que se encontró a su paso, llegaba al suelo, se palpaba el cuerpo en busca de heridas, miraba hacia arriba y les enseñaba el dedo medio de su mano derecha con expresión de desdén. En realidad esto último lo pensó el crío para sus adentros. Levantarle el dedo a su abuela habría sido lo último que habría hecho en vida, de modo que hizo lo primero que el cuerpo le pidió: Llorar.
-Milagro.-Dijo Enid.
-Al fin.-Dijo Algie. Haber pasado años torturando al pobre chaval no era una cosa de la que estuviera él orgulloso pero…
-Como no salga como Frank, lo mato.-Dijo Augusta.
Al llegar abajo todos lloraban. Lloraba Augusta cuando cogió a su nieto en brazos. Lloraba Enid cuando le dio un pastelito de crema a Neville para que no llorase. Lloraba Algie cuando no se le ocurría qué regalarle a su sobrinieto y tuvo que comprarle finalmente una tortuga…
Lloraba Neville al no ocurrírsele ningún otro nombre para el bicho que "Trevor"…
La alegría de una familia, lo normal.
Post data de la autora: Me gustaría que alguien me diera retos para escribir, que tengo ganas de probar mi capacidad imaginativa, así que si queréis que escriba algo en concreto, por rocambolesco que sea, dejadmelo en un coment y a ver qué me sale ^^
