Capítulo 1: es hora de curar nuestras heridas…

-Voy a devolver la Varita de Saúco al lugar de donde salió –le dijo a Dumbledore, que lo contemplaba con gran cariño y admiración-. Puede quedarse allí. Si muero de muerte natural, como Ignotus, perderá su poder, ¿no? Eso significará su final.

Dumbledore asintió y los dos sonrieron.

-¿Estás seguro de esa decisión? –preguntó Ron mirando la Varita de Saúco con un dejo de nostalgia.

-Creo que Harry tiene razón –opinó Hermione en voz baja.

-Esa varita genera más problemas que beneficios –dijo Harry-. Y sinceramente… -Dio la espalda a los retratos; ya sólo pensaba en la cama con dosel que lo esperaba en la Torre Gryffindor, y se preguntó si Kreacher podría subirle un sándwich. –Ya he cubierto el cupo de problemas que tenía asignado en esta vida.


En el Gran Comedor, todos estaban comiendo. Algunos charlando sobre que ocurriría ahora que la Guerra terminó, otros aún consolándose entre sí por la muerte de sus seres queridos. Pero absolutamente todos, de una forma u otra, estaban sintiendo que todo había terminado. Ya no había algún loco mestizo deseando poder, ni inocentes bajo el maleficio Imperius, ni maniáticos asesinando a sus propios familiares para mantener su familia "pura". Sin embargo, la Guerra podría haber terminado, pero Inglaterra aún no estaba en paz

Kingsley se levantó de su asiento en la Mesa de Ravenclaw y se dirigió a McGonagall, que estaba sentada en la mesa de los profesores, comiendo tranquilamente, pensando, tal vez en la ausencia de su mejor amigo Albus o de su esposo Elphinstone.

-Minerva, ¿Podemos hablar? –preguntó el nuevo Ministro amablemente.

-Por supuesto, Kingsley –La profesora se levantó y ambos se dirigieron al patio destrozado y vacío. -¿Qué ocurre… Nuevo Ministro? –preguntó con cierta burla tranquila. Kingsley rió suavemente

-Verás, se me ha ocurrido que tú me puedes ayudar –aclaró el hombre. Minerva abrió los ojos, sorprendida.

-Ayudarte… ¿Ayudarte en qué? –preguntó curiosa.

-Lo diré de una vez, así es más fácil: Como viste, Voldemort ha sido derrotado por Harry y también lo fueron sus seguidores, pero reparar el daño que él hizo en los dos últimos años será muy difícil –Kingsley empezó a caminar, con Minerva por detrás, que lo estaba observándolo y escuchándolo atentamente -. Quiero (y él lo necesita) darle a Harry un poco de paz y tranquilidad, después de todos los tormentos que ha sufrido toda su vida, así que no quiero que él se involucre demasiado en este proceso de restaurar la Paz Mágica. Así que te necesito a ti. –Kingsley se dio la vuelta para ver a la profesora.

-No podría estar más de acuerdo contigo, Shacklebolt, y estaré encantada de ayudarte. Supongo que al ser el Nuevo Ministro de Magia y la Nueva Directora de Hogwarts, podremos hacer gran cosa. –sonrió la mujer. El Ministro le devolvió la sonrisa, mostrando su agradecimiento.

-Los ayudaremos –Harry, Ron y Hermione salieron del pasillo exterior que conectaba al castillo con el patio. El hombre moreno quiso protestar, pero Harry lo retuvo. –Te escuché, Kingsley, pero tú no puedes pretender que después de todo lo que viví, me aparte del camino como si nada. He tenido que luchar contra Voldemort desde que tuve once años. Pero aún no ha sido derrotado –los cuatro miraron a Harry sorprendidos ¿Cómo iba él a decir que Voldemort aún no había sido derrotado si él mismo lo asesinó? O la Varita de Saúco, daba igual. –Voldemort seguirá en este mundo mientras su legado de destrucción y maldad siga vivo. Y si yo tengo que derrotarlo, en definitiva, debo ayudar a curar las heridas que él provocó.

-Regresaremos a Hogwarts para terminar nuestro año. –declaró Hermione, quien estaba abrazada a Ron. –Y así, con la profesora McGonagall, ayudamos en esto dentro de Hogwarts.-

-Muy bien. –suspiró Kingsley. –Si así lo desean, no lo puedo detener… Gracias, chicos.

-No tiene porqué agradecernos, Ministro –sonrió Ron-Tal como siempre le digo a Harry: No hay porqué hacer todo solo.

-Muy bien. –declaró Kingsley. –Entonces… ¿Estamos juntos?-extendió una mano al centro del grupo.

-Ni se pregunta –confirmó Minerva, y acto seguido puso su mano sobre la de Kingsley. Le siguieron Harry, Ron y Hermione.

-Pero antes de regresar a Hogwarts para el ciclo lectivo, habrán tres meses. –masculló Ron -¿Qué es lo que haremos?

-Primero lo primero –suspiró tristemente el Ministro.


Harry no podía sentir nada más que una espina clavándose en su corazón. No sentía la lluvia que lo empampaba. No sentía como Ginny le tomaba la mano suavemente. Solo podía sentir derrumbarse al ver cómo los ataúdes de Fred, Remus, Tonks, Colin y otras cincuenta personas se hundían en la tierra. Acto seguido, empezaron a surgir las lápidas, todos mostrando los nombres de aquellos defensores de Hogwarts que habían sucumbido a la Muerte, encarnada en forma del Innombrable y sus seguidores.

Después de veinte minutos de silencio total (solo interrumpido por el sonido de las gotas de lluvia), la gente comenzó a retirarse, sollozando, lamentando y secretamente maldiciendo a aquellos "humanos" sin alma.

Kingsley y la Profesora McGonagall fueron los últimos en retirarse, y en aquel cementerio, solo quedaron Harry, Hermione, los Weasley y Andrómeda con el pequeño Teddy en sus brazos, todos enfrente de las lápidas de Fred Weasley, Remus Lupin y Nymphadora Tonks.

-No se merecían esto. –sollozó la señora Weasley. –Ni ellos, ni nadie se merecía nada de esto.

Harry no decía nada. Solo podía sentir como la espina que había en su corazón se clavaba cada vez más. Era una sensación de dolor peor que el Maleficio Cruciatus.

-¿Podemos irnos? –pidió en sollozos Hermione. –No aguanto más esto. –y empezó a llorar más en los brazos de Ron.

-Por supuesto, Herm. –suspiró el señor Weasley. Tenía el rostro y sus anteojos surcados de lágrimas. –Vámonos. Tendremos oportunidad de visitarlos en otro momento.

Ginny notó que su novio seguía parado en la misma posición. Tampoco Andrómeda se había movido. La pelirroja decidió darles su propio espacio.

-¿Cómo lo hace, Andrómeda? –preguntó en un susurro el pelinegro.

-¿Cómo hago para aguantar esto? –respondió con una pregunta la señora mientras miraba la lápida de su hija, su yerno y su esposo. Harry asintió, mientras él observaba la lápida de Fred. –No es fácil, Harry. Tengo que creer que aún tengo algo por lo que vivir… Y ese "algo" por el que vivo ahora es Teddy. –Andrómeda observó cariñosamente a su nieto, con lágrimas en los ojos. El bebé dormía profunda y tranquilamente, con el pelo de color verde. Andrómeda giró para observar a Potter, que tenía la mirada perdida en el niño. –Harry, no recuerdo que hayas tenido a tu propio ahijado en tus brazos. –La mujer tomó suavemente al bebé y lo puso en los brazos del chico. Acto seguido, se retiró del lugar. Al llegar a la puerta, la señora Tonks miró al adolescente. Él lo entendería algún día.

Harry no pudo hacer nada más que mirar al pequeño Teddy que empezó a despertarse. El nene se frotó los ojos azules con sus deditos pequeños y observó a su padrino, mientras que se le dibujaba una sonrisa. Harry le devolvió la sonrisa y empezó a alejarse del nuevo cementerio. Era hora. No podía quedarse triste por siempre. Había llegado el momento de aceptar y aprovechar el sacrificio que todas aquellas personas hicieron. Una vez que traspasó las puertas, estas se cerraron, y en el lugar de la cerradura, apareció un cartel

"Cementerio de los Héroes de Hogwarts"

Este cementerio fue fundado el 4 de Mayo de 1998, en honor a los caídos en La Primera y Segunda Guerra Mágica. Este lugar (ubicado en el Valle de Godric) es solo visible para los magos. Es el símbolo y la prueba de lo terrible que puede resultar el Mal y la Ambición del Poder, y de lo poderoso que puede resultar el Amor y la Bondad…


Bueno, aquí está, el primer episodio de mi historia :3 Espero que les haya gustado. Deben entender que soy nuevo en esto, así que aceptaré críticas constructivas. Espero que les haya gustado mi humilde homenaje a los fallecidos de Las Guerras.

Disculpen si le di a Harry poco protagonismo, pero es que quiero ir de a poco en cómo va cambiando Harry en este proceso Post-Voldemort.

Sin más que decir, se despide su humilde y nuevo escritor de FanFiction ;)

Nacho Potter.