Hola, espero que estén muy bien, he vuelto con otra historia que me he sacado de la manga, basada libremente en la pelicula Invicto 3 (les recomiendo verla), espero que sea de su agrado, pero antes aclarare... la personalidad de Po no será cómo en las peliculas y la serie, aquí será serio, algo bromista pero muy poco, será sardónico, para que no les vaya a extrañar su actitud, bueno, sin más preámbulos, comencemos...
Capítulo 1: Bienvenidos
El pasillo era largo, sólo alumbrado con cinco lámparas, el ambiente era tétrico y frío, algunos murmullos salían de las diferentes paredes, incluso uno que otro grito de dolor, lo estaban llevando contra su voluntad, tenía las patas amarradas detrás de su cintura, lo tenían sujetado con su grandes brazos, eran dos gorilas los encargados de transportarlo.
-Déjenme ir bastardos –gritaba eufórico, pero nada podía hacer, no logró evitar que lo capturaran.
-¡Cállate pedazo de mierda! –ordenó el que estaba a su derecha.
La gran puerta cuadrada se vislumbraba, estaban a un metro de llegar. Abrieron la puerta y lo aventaron cual caja de vegetales, saliendo y cerrando con llave, se levantó furioso, pero aún atado, golpeó la puerta con su hombro izquierdo.
Brazos fornidos, un poco delgado con un abdomen cuadrado, piernas muy marcadas y una cicatriz en diagonal en todo el torso.
-Le recomiendo que no lo haga Guerrero Dragón –dijo una voz a sus espaldas, giró ligeramente la cabeza para observar al sujeto que hablaba. Tenía puesto una gran armadura de acero, no sabía con exactitud de dónde provenía, medía a lo mucho dos metros, era un lobo –se puede hacer más daño.
Lo miró indiferente, algo en él le resultaba familiar, pero no sabía porque, él le indicó que se acercara a la línea marcada, lo dudó durante unos segundos, pero finalmente se formó.
-Los demás entren –a lado derecho otra puerta se abrió, entrando seis animales, todos amarrados de las patas cómo él, de razas muy extrañas y vestimentas muy llamativas o poco conocidas, no parecían ser de China, se formaron a su lado en fila india. Algunos eran felinos y otros parecían lobos, pero seguía sin identificarlos.
Miraban al frente, parecía ser que era el único que no dejaba de observarlos, los estaba analizando, buscando algo.
-Ahora se presentaran de izquierda a derecha –indicó.
-Mi nombre es "Garra de Sangre" –habló el felino de pelaje amarillento cálido con manchas cafés oscuras, al principio se le figuró un leopardo del norte de china, pero este medía un metro con ochenta y tres centímetros, estaba bastante fornido, su cabeza parecía ser más grande que la de un tigre y su mandíbula aún más, sus ojos de color amarillo oro le daban un toque exótico y sus orejas relativamente pequeñas y redondeadas. Sólo vestía un rectángulo de tela color café amarrado alrededor de su cintura que lo único que alcanzaba a cubrir eran sus genitales y llegaba hasta sus rodillas, tenía mercas de quemaduras en su torso que representaban dibujos y unas cuantas piedras incrustadas en su nariz, orejas y hocico, y una cicatriz vertical en su mejilla derecha –, vengo del lugar de tunas sobre piedras.
Po estaba impresionado, efectivamente eran de lugares muy extraños, que posiblemente no estuvieran a su alcance.
-Yo soy Andriago Crowder –continuó el que estaba al lado izquierdo de Garra, un metro con cincuenta y siete centímetros de estatura contando la cola, pelaje de color anaranjado rojizo, más largo en la región del cuello, marcas negras en el hocico, el vientre claro hasta su cola, color de ojos café oscuro, su cabeza era un poco más pequeña a comparación del cuerpo y su orejas grandes y pintiagudas, era parecido a un zorro, pero era un poco más grande –, vengo de la Sociedad Matriarcal –sólo tenía un pantalón que le llegaba hasta las rodillas de color crema.
-Yo me llamo Diego Torres –dos metros de estatura, color de pelaje marrón oscuro, era un oso cómo Po, pero se veía más peligroso, su mandíbula superaba por mucho a la del panda y su cabeza medía lo que dos cráneos de leopardo de las nieves, sus garras eran muy largas, a lo mucho medían medio metro –, soy originario de la Isla Verde –vestía una especie de prenda redonda con caída a la izquierda con una colita en medio, una chaqueta corta y al parecer rígida con hombreras, de color azul cielo, abierta por sisas, para de alguna manera permitir el movimiento de los brazos, adornada con piedras de oro. Debajo de la chaquetilla una camisa blanca, chaleco del mismo color de la chaqueta, una tela roja alrededor del cuello y una faja amarrada al lado izquierdo.
Un pantalón muy ceñido, desde la cintura hasta debajo de la rodilla, unas medias blancas y una especie de zapatos negros.
Po estaba impresionado por su vestimenta, pues parecía muy elegante.
-Yo soy Channarong –un metro con diez centímetros, pelo de color oliváceo con manchas negras en forma de rayas longitudinales, era un felino, para ser pequeño tenía unos músculos bien desarrollados vestía una toga naranja que se amarraba del lado derecho y tenía vendadas las manos hasta cubrir los antebrazos –, pertenezco a la Tierra de los Thai.
El leopardo que estaba a su lado dio un paso al frente, camino al frente de ellos, con presunción de por medio: un metro con setenta y cinco centímetros, su pelaje color crema con manchas negras era muy llamativo, estaba marcado de todo el torso y brazos –mi nombre es Bon-Hwa –vestía un pantalón de seda blanco con una faja de color verde hoja amarrada al lado derecho –, mi hogar es el Pueblo de los Han.
-Sigues tú –indicó al que estaba al lado de Bon: un metro con ochenta centímetros, cabeza mucho más grande que la de Diego, pequeños cuernos curvos, pelaje marrón oscuro, perecía un buey, pero era mucho más grande. Vestía un pantalón de… ¿piel?, si eso era, entonces este tipo mataba, llevaba en la cabeza cómo un tipo de corona hacia atrás que llegaba hasta los tobillos, estaba hecha de plumas, tenía pintada la cara con tres líneas rojas en las mejillas -, ¿estás sordo? –volvió a hablar el lobo, él abrió los ojos y rio sarcásticamente.
-¿Qué te causa tanta risa?
-Que eres un imbécil adorable –todos voltearon a verlo al pronunciar esas palabras.
-Más respeto señor –pidió el lobo de forma pacífica.
-Que divertido, se enojó el soldado –se burló de la situación, al lobo se le estaba acabando la paciencia, la actitud rebelde no la toleraría de nadie.
-¡Di tu maldito nombre ahora! –gritó furioso, él extraño buey se calmó y procedió a decirlo.
-Pisada Estruendosa, ese es mi nombre, provengo de la Ciudad Reina.
-Bien, y por último usted Guerrero Dragón.
-Mi nombre es Xiao Po, El Valle de la Paz es mi hogar, antes de que los malditos de tu ejército me capturaran.
-Muy bien, ahora que están todos, le diré en qué consistirá su encierro aquí…
-Mi general –habló un gorila que entró por la puerta derecha.
-¿Qué se te ofrece?
-Capturamos a otro rebelde.
-Muy bien, tráelo.
El gorila que estaba detrás aventó al prisionero, llevaba puesta una tela en su cabeza, todos se quedaron viendo, por su pelaje se distinguía que era un tigre, se levantó, sus curvas bien definidas, su brazos un poco marcados, era una hembra.
-Malditos –se quitó la tela, sus ojos ambarinos eran hipnóticos, era hermosa, realmente hermosa.
-Maestra Tigresa fórmese en la línea –ella volteó y alcanzó a distinguir a Po, pero no iba a obedecerlo.
–Tú no eres nadie para decirme que hacer –saltó con la intención de conectarle una patada voladora, el lobo giró ligeramente hacia la derecha, y con la mano izquierda agarró el tobillo de Tigresa y la impulsó hacia adelante proyectándola contra el suelo. Todos estaban impresionados, pero no iban a permitir que se pasara de listo con una hembra.
-Oye tú, no le hagas eso a una dama –dijo Diego, acercándose a él.
-Más vale que no hagas nada estúpido o te haré lo mismo que a la tigresa –Diego utilizó la prudencia y se volvió a formar.
Tigresa se levantó y se formó justo al lado izquierdo de Po.
-Bien, ustedes al parecer son guerreros fuertes, entonces nosotros, hemos decidido hacer un torneo de lucha, sólo puede vencer uno, el premio del ganador será su libertad, y los perdedores serán transportados a otras áreas donde estarán encerrados para siempre.
-¿Nosotros? –preguntó Garra.
-Habló de las personas que apostaran por ustedes, pero los conocerán mañana, por ahora los llevaremos a sus respectivas habitaciones.
Entraron dos gorilas dándoles ropa que utilizarían mientras estuvieran encerrados.
-Síganme –dijo el gorila de enfrente, comenzaron a caminar, los pasillos eran largos, se sentía un ambiente de soledad y martirio, llegaron al centro de la prisión.
Encerrado por barrotes de acero, estaba la arena de combate, con un montón de bancos de madera volteados al revés.
-Aquí pelearan –les explicó el gorila de atrás –, y allá entrenaran –señaló hacia arriba, exactamente la segunda planta; en ella había muñecos de madera, distintos tipos de armas, y uno que otro costal de arena. Caminaron hacia el quinto pasillo.
-Bien, ahí están sus habitaciones–sólo había siete: se sentía el clima frio, eran de metal puro, las camas estaban hechas de concreto y no tenía nada que les cubriese más que la ropa que les habían dado. –Guerrero Dragón y maestra Tigresa, compartirán habitación.
Todos voltearon a verlos sorprendidos, pero Po no dejaba de mirar al vacío atrapado en sus pensamientos. Todos entraron en sus habitaciones para poder dormir.
-Ven Po, vamos.
-Está bien –y juntos entraron a la habitación para poder conciliar el sueño.
Espero que les haya gustado, con este escrito les quiero desear una muy Feliz Navidad, no sin antes invitarlos a que dejen sus reviews que me alientan a seguir escribiendo, que se la pasen muy bien en compañia de sus seres queridos... hasta la próxima se despide su amigo y escritor:
CARPINTERO IMPERIAL
