N/A: Amo esta pareja y estoy convencida de que tienen algoxD. Aquí me reporto con mi granito de arena, bastante chico en realidad tiene como 1.000 words. Mi primer one-shot de esta pareja. Espero con todo el corazón que les guste.
Y quería estar ahí sinceramente, pues ya se había acostumbrado a esperarlo después de cada entrenamiento, y cuando él se lo permitía ir a buscarlo al trabajo.
El peliazul miraba el cielo impaciente, mientras permanecía de pie mirando la puerta, más expectante de lo que admitiría.
A pesar de que tuvo la oportunidad de quedarse en el calefaccionado camarín, no quería causar algún tipo de molestia. Solo le bastaba ir a buscarlo para irse juntos a casa.
Su ropa era sencilla, un pollerón color azul marino y un buzo de color negro, con una bufanda del mismo color, y zapatillas blancas. Incluso en ropa deportiva era enormemente atractivo, pues la tela marcaba su envidiable figura.
El rechinar de la puerta, hizo que su atención se centrara en la salida trasera de ese gran lugar.
La silueta alta y bien formada, digna de un modelo de cabellera rubia, caminaba rápidamente hacía él.
-Hey, ¿qué pasa?- preguntó el moreno mientras sentía como el rubio le jalaba de la mano para alejarse de allí.
-Blondy! Come on!- escuchó detrás de Kise.
Aomine no dudó en levantar la mirada y buscar al tío de acento americano.
Un rubio de ojos azules, delgado de piel clara, y complexión media. Se acercaba demasiado amistoso para su gusto hacia ellos.
Sintió el ligero apretón en su mano por parte de su rubio.
-He is my boyfriend! So let me alone, you don't interest me /Él es mi novio! Así que déjame en paz, no me interesas – repitió Kise levemente irritado.
El ojiazul se detuvo en seco por unos instantes al escuchar tal declaración, no obstante avanzó despacio hacia el modelo japonés ignorando completamente al moreno que le acompañaba.
Tiró del saco marrón con mediana fuerza, empujando al rubio hacía él y lo besó atrevidamente.
Kise lo empujó violentamente, y con el dorso de su mano limpió sus labios de aquel beso robado.
Arrugó su frente enojado como podía ser tan descarado. Si bien se le había negado varias veces, pensó que con su explicación sería suficiente.
Antes de poder decir algo, vio en cámara lenta como el moreno soltó su mano y se abalanzó hacia el ojiazul.
-Daichi! Detente! –gritó cuando miró al extranjero en el suelo.
El rubio le agarró las manos con fuerza, parando el ataque.
Observó a Aomine agitado, furioso y cabreado. Incluso en un momento como ese no dejaba de ser sexy sus ojos azules brillaban con maldad, sus labios se abrían por segundos para recuperar el aire lo más pronto posible.
-Fuck you! - Le gritó al sujeto en el suelo mirándolo con odio.
Finalmente cedió a las súplicas de Kise y se alejaron de allí.
Caminaron en silencio, hasta que el mismo decidió romperlo.
-Debiste decírmelo antes- bufó conteniendo su enfado.
- No quería molestarte- respondió cortante el ojidorado.
La respuesta de Ryota lo dejó atónito, ¿Realmente él pensaba que lo estaría molestando? Detuvo sus pasos, tratando de procesar cuidadosamente lo que le había dicho su novio.
Por lo que podía apreciar, no le había explicado al rubio que tan seria era su relación.
Pues se lo explicaría de tal forma que no quedará duda de que por su cuenta, no permitiría que alguien más le ponga los ojos encima.
Respiro profundamente, eligiendo las palabras adecuadas para explicarse, más la situación de que un maldito estuviera fastidiando a Kise y quizás desde hace cuanto tiempo le tocaba los huevos.
Su expresión se tornó dura al recordar esto.
-Kise… dijo serio y neutral.
-Daichi!…gomen…- soltó en un gemido ahogado y rompió en llanto.
No quería seguir viendo a Aomine tan enojado. La cara cabreada del peliazul, le agobiada de sobremanera, más al saber que él mismo era el responsable.
Las facciones del moreno cambiaron brutalmente, su mente se volvió un caos. Tal vez se había acostumbrado a los lloriqueos infantiles del rubio, pero jamás aprendió a soportar sus lágrimas.
Una puntada de tristeza le atravesó el pecho, de repente se sintió el peor hombre en el mundo. La persona que él amaba lloraba por su culpa.
Instintivamente pasó sus brazos alrededor del rubio, envolviéndolo en un gran abrazo.
Lo apretó suavemente hacia él, pegando sus cuerpos.
El rubio se estremeció sorprendido y sus lágrimas se detuvieron de la impresión, por primera vez el peliazul mostraba una muestra de cariño en público. Siempre era muy discreto en la calle. Y nunca pensó que sería de otra forma.
Pero ahora sentir su calor, estar entre sus brazos le tranquilizaba de sobremanera.
-Tranquilo- le susurraba bajito el más alto, relajando al chico de pelo claro.
Se separó un poco, y lo miró a los ojos, tomó entre sus manos el rostro más blanco que el suyo y lo beso despacio, tentando sutilmente los labios del otro separándolos sugerentemente para sumergirse en la boca del rubio y revolverse con su lengua, finalmente fusionándose en un beso apasionado.
Al sentir como el rubio respondía activamente, una pequeña descarga eléctrica le recorrió la espina dorsal.
Seguían disfrutando del beso, hasta que la falta de aire lo hizo separase. Examinó el rostro de Kise y con sus dedos limpió el resto de las lágrimas.
Le tomó de la mano y le jaló con cuidado apresurando el paso de ambos.
El rubio sabía de la urgencia que sufría el cuerpo de su novio, y se reía al respecto, es que no todos los días puedes ver al serio y destacado jugador de baloncesto, desesperado por llegar a casa. Le causo tanta gracia que frenó aposta para poder contemplar la cara del moreno.
Este lo encaró sin entender nada.
Su ceño estaba levemente fruncido reflejando lo impaciente que estaba, su boca hacía un mohín acompañado de sus ojos profundamente azules que lo miraban incrédulo buscando una respuesta.
Sin poder evitarlo más, se echó a reír.
- a veces eres adorable - confesó sin vergüenza a su novio.
Las mejillas del moreno se iluminaron con un suave rosa, delatando lo avergonzado que sentía en ese momento.
-estúpido Ryota – masculló azorado.
Sin querer exponerse más a las burlas, metió sus manos en sus bolsillos y siguió caminando.
El aludido sonrió una vez más, amaba a ese peliazul.
-Daichii! – le llamó alegre corriendo detrás de él.
Y unos pasos más allá lo esperaba su compañero del incansable uno a uno, su engreído senpai del balocesto, su querido novio.
N/A:
Me muero de sueño ojala les haya gustado. Lamento el OOC de Aomine. Intente lo más posible atenerme a su personalidad, pero me es difícil. No me quedo como quería, perdonen las faltas ortográficas mañana lo revisaré bien.
Ojalá les guste.
PD: Sus review me animan y me llenan de emoción, si te gusto o no házmelo saber, please! (Ahí donde sale: Review)
