Amores separados

Diclaimer: No soy rubia, mi imaginación no hace maravillas y no estoy nadando en un mar de dinero. En síntesis, no soy Rowling. Esto no lo hago con animo de lucro, solo lo hago por diversión y por un review .

Capitulo piloto: Papá, mamá, no me mientan mas

Acostada en su cama, sin poder dormirse, escuchaba los gritos de sus padres. Era injusto... estaban tan bien. Ahora, solo por la veinteañera secretaria de su padre, las cosas se iban a pique. Ninguno de los dos admitía que su matrimonio se estaba hundiendo, ambos decían, incluso enfrente de sus hijas, que eran una pareja perfecta, ¡Por Dios, ¿Acaso no se daban cuenta que ya tenia 13 años?. No era tonta, era una Malfoy y una Granger, lo que menos podía llegar a ser era tonta.

Se levanto y fue a ver a Virginia, su hermana menor, de tan solo 7 años. Bajo de su cama, se calzo sus pantuflas de algodón naranjas, y también, su bata. Salió de su habitación y fue hacia la derecha. Abrió una puerta de madera, con una hada, vestida de color lila. Abrió silenciosamente la puerta, pero encontró a su hermana sentada en su cama leyendo un libro de hadas, su tema preferido. La habitación era de un tamaño normal, de color lila. Tenia un escritorio y un placard, junto con un baúl, lleno de muñecas y una pequeña biblioteca, repleta de diversos libros de hadas. Todo era de roble. La cama, también de madera, era "vestida" con sabanas blancas, con hadas, y un acolchado lila, combinado con las paredes. Sonrío, le gustaba ver que su hermana había sacado ese amor a los libros que tenían todos en su familia.

-¿Cómo estas, Sabri?- Pregunto Virginia, la pequeña rubia de ojos miel, quitándose sus anteojos de lectura.

-Bien, mi pequeña hadita.- Dijo dulcemente, haciendo que se acostara, acariciándole tiernamente el pelo, mientras la arropaba, tal como había visto hacer a su madre con ella, y su hermana.

-¿Tampoco podes dormir?- Pregunto la menor de los Malfoy, a su hermana mayor.

-Con esos gritos, es imposible hacerlo linda. ¿Pero, no te preocupes eh?- Dijo viendo que los ojos de su hermana, se llenaban de lagrimas. Odiaba ver a su hermana llorar, y odiaba a todo aquel que la haga sufrir. -Limpiáte los ojitos, se ven más lindos cuando no lloran si, Yo ya vengo. Esperáme.-

Salió de la habitación y bajo corriendo, hacia la planta baja. Fue hacia la derecha y cruzo un pasillo, donde, al final de este, había una puerta, que era de donde provenían los gritos. Tocó la puerta, y, antes de que nadie responda, entró. Papeles tirados, y cosas rotas, era lo que había en aquel lugar. Sus padres, aun vestidos con la ropa de trabajo, discutían a grito limpio. Su madre, colorada por los gritos y su padre, respiraba rápidamente por la agitación de todos los gritos que probablemente había lanzado hacia su actual esposa.

Pueden para un poco? Les recuerdo que tienen una hija de casi catorce años y otra de siete que los aman y odian escucharlos discutir. Virginia esta llorando escaleras arriba por culpa suya, pero ahora pareciera que lo único que les importa son ustedes, que ni sus hijas son importantes en sus vidas. ¿Qué les pasa? ¡Ya no los reconozco! ¡Antes no eran así! ¿Por qué cambiaron? ¿Por la imbécil de Susanna, la secretaria de papa? ¡Mamá, por Dios! ¡Sabes que papa te ama a vos nada mas! Té lo demostró mas de una vez enfrentando a mis abuelos y sabes perfectamente que enfrentar a un Malfoy, en especial a Lucius no es cosa fácil.

Sabrina Giselle Malfoy, esto no es algo que una niña nos pueda decir como arreglar.- Draco Malfoy, sabia como imponerle respeto a cualquier persona, en especial a sus hijas. Pero la joven blonda, no se iba a dejar superar tan fácil y rápidamente.