Hola! esta es mi nueva historia. Teen Wolf no me pertenece, el dueño es Jeff Davis pero la historia y los personajes que no conozcan son míos. He visto que muchos usan imágenes de artistas o modelos para darle como una cara a un personaje OC, tomaré la idea, para darle un rostro a mi personaje OC principal busquen a la actriz y modelo Génesis Rodríguez. Ella es lo más cercano a como imaginé el personaje, aunque ella tiene los ojos castaños y mi personaje azules. Espero disfruten mi historia, los comentarios y criticas constructivas serán bien recibidos. Gracias y Disfruten!

Capítulo 1: Fiesta de Unión

Estacionó la motocicleta y se retiró el casco, era un nuevo año, continuaría con sus resoluciones, subiría sus notas, no faltaría a clases y, con suerte, no sucedería nada sobrenatural en Beacon Hills. Suspiró. Sí, claro. Siempre pasaba algo sobrenatural en Beacon Hills, aunque los últimos hechos habían sido los peores. Casi perdía a su mejor amigo gracias a un psicótico espíritu malvado con forma de zorro pero no todo era color de rosa, no había perdido a su amigo, cierto, pero si había perdido a alguien que amaba.

A su lado estacionó uno de los gemelos, el sobreviviente, Ethan, ambos se habían convertido en buenos aliados y amigos, ahora solo quedaba uno de ellos. Sin darse cuenta había formado una manada, sus amigos y él, eran una manada, y, tenía que admitir que Peter también era parte, a su pesar. Saludo al gemelo y luego se fue.

¡Scott! –escucho que lo llamaban, volteo y encontró a Stiles trotando hacia él.

Stiles, ¿cómo te encuentras? –preguntó en cuanto el chico llegó a su lado.

Mejor que cuando tenía al Casper drogadicto y con serios problemas psicológicos dentro de mí –respondió rápidamente- y, hablando de eso –hizo una pequeña pausa mientras Scott abría su casillero- vamos a hacer una fiesta.

¿Vamos a hacer una fiesta? ¿Por qué? –cerro su casillero después de sacar los libros.

¿Cómo que por qué?, estoy vivo, tu estas vivo, eres el alfa, todos estamos vivos… menos Allison… y Aiden… pero, a ellos no les gustaría vernos tristes, así que vamos a hacer una fiesta, necesitamos reunirnos todos –explicó Stiles mientras caminaba al lado de Scott y trataba de no chocar con algunas personas.

Está bien y, ¿Cuándo vamos a hacer esta fiesta? –preguntó con resignación Scott.

¿Van a hacer una fiesta? –preguntó de repente Isaac, que llegaba junto con Lydia y Kira.

Sí, Isaac. Scott y yo vamos a hacer una fiesta –habló con orgullo Stiles.

¿Y cuándo va a ser esta dichosa fiesta tuya? –volvió a preguntar Isaac.

Este viernes –respondió con seguridad.

¿¡Este viernes!? –se sorprendió Scott- Stiles, no crees que es algo apresurado hacerla este viernes, faltan dos días para eso.

A mí me parece bien, la pueden hacer en mi casa –ofreció Lydia.

Gracias, Lydia, lo aprecio mucho –agradeció Stiles con una sonrisa.

Bien, Stiles, ya tienes una locación, ahora te faltan los invitados –comentó Isaac con poca confianza.

Pues eso es fácil –sacó su celular del bolsillo y comenzó a escribir, luego lo volvió a guardar. En pocos segundos la mayoría de los celulares a su alrededor comenzaron a sonar junto con los de los jóvenes a su alrededor- problema solucionado.

Sonó la campana y todos comenzaron a ir a los salones para recibir clases. Mientras, en otro lugar, en una tienda de ropa, Derek revisaba entre las camisas colgadas en los ganchos alguna para comprar. Sacó un par para verlas de cerca y una tercera cayó de su lugar al piso, se arrodillo para recogerla pero una mano fina se le adelantó y la recogió del suelo. Cuando tuvo de frente a la persona, descubrió a una joven de piel blanca, ojos de color azul y cabello castaño claro largo y liso hasta la mitad de la espalda. Tenía los ojos delineados con negro y los labios pintados de rojo escarlata, vestida con un vestido corto, negro arriba y de falda beige, un suéter beige tejido y botines negros de tacón de cuña con algo de plataforma, junto con una pequeña cartera al hombro beige.

No creo que esta sea tu talla –comentó la joven mientras volteaba y volvía a colgar la camisa- y me parece que la verde es más tu color –señaló la camisa verde oscuro en su mano izquierda, luego camino a un lado de él esquivándolo.

Gracias –dijo Derek al salir de su pequeño shock y dirigió su mirada a la camisa en su mano izquierda.

De nada –respondió la muchacha volteando rápidamente.

Se quedó por un momento más observándola. Ella veía la ropa de la sección masculina y él se preguntaba por qué, obviamente no era su estilo. Escuchó que algo sonaba dentro de la cartera de ella, la muchacha se apresuró a contestar, pero no notó que un pequeño papel salió de su cartera en el proceso. "¿Es muy tarde para echarme para atrás y no comprarle ropa como regalo?", la escucho preguntar a su interlocutor. Hablaba con otra chica, al parecer más joven que ella, tal vez sobre su novio. "Cierto, sería malo regalarle una camisa un adolescente, aunque por otro lado, así dejaría de molestarme", probablemente no hablaba sobre un novio. "Está bien, le comprare el videojuego y lo enviaré mañana para puede llegar a Praga a tiempo", no, definitivamente no era un novio.

Se despidió y guardó el celular en su cartera, después se dirigió a la salida de la tienda no sin antes despedirse de Derek al pasar a su lado. Cuando la vio salir, camino a donde estaba ella antes y tomó el papel del piso. Descubrió que era una tarjeta de presentación. Alice Blackwood, fotógrafa, seguido de un número local, un número de celular y una página web. Pagó la camisa y se marchó de la tienda, con la tarjeta de presentación en su bolsillo.

¿Ustedes dos?, ¿en serio?, ¿ustedes dos van a hacer una fiesta? –pregunto incrédulo Derek desde la escalera en caracol del loft.

Dios, ¿por qué es tan difícil creer que vamos a hacer una fiesta? –interrogó con desgano Stiles tirándose al sofá.

Porque ambos siguen siendo unos perdedores –respondió Isaac desde la mesa con los brazos cruzados.

¡Oye, soy el capitán del equipo de lacrosse! –expresó Scott indignado.

Co-capitán –rectificó Stiles.

¿De qué parte estas tú? –cuestionó Scott.

Cambiando de tema, necesitamos un fotógrafo, alguien que capture el comienzo de este nuevo año –avisó Stiles- ¿Alguna idea de quién pueda?

Yo sé de uno –Derek se levantó y la entrego la tarjeta a Stiles- La quiero de regreso.

Alice Blackwood –leyó y vio la tarjeta- ¿Seguro que no es otra asesina en serie? –le preguntó mirándolo con la ceja alzada.

Sí, no queremos pasar por lo mismo –avisó Isaac con su tono de burla.

No es una asesina en serie, es solo una chica común y corriente –subió la voz severamente Derek.

La discusión terminó y Stiles llamó desde su celular a Alice, al tercer tono contesto, los tres hombres lobos presentes afinaron el oído.

Tiene bonita voz –comentó Isaac provocando que Scott, Derek y Stiles voltearan a verle- ¿Qué? –preguntó inocente, Scott y Derek voltearon a ver a Stiles.

Estará en casa de Lydia a las 8:30 pm –informó Stiles mientras escribía un mensaje con la dirección de la casa de Lydia.

En casa de Lydia ya se encontraban Isaac, Scott, Stiles, Ethan, Aiden Kira y Malia, algunos terminando de arreglar, dígase Scott y Stiles con poca ayuda de Malia, Lydia ponía al tanto a Kira de cuando iría a cambiar su vestido y los gemelos e Isaac solo estaban esperando a que llegaran más personas. Sonó el timbre de la casa.

Seguro es la fotógrafa –comentó Stiles antes de abrir la puerta- ¿¡Qué!? ¿¡Qué haces tú aquí!?

Vine como chaperón –explicó Derek con fastidio- y a cuidar a Malia.

No tenemos 12 años y no soy una niña –dijo Malia con enojo.

Yo creo que él solo está aquí por la fotógrafa –señaló Isaac con una sonrisa burlona, Derek lo miro enojado, estaban a punto de volver a burlarse cuando el timbre sonó por segunda vez y Stiles abrió.

Hola, siento la tardanza –frente a la entrada estaba Alice, con un jean carmín, tank top blanco, chaqueta negra y tacones pumps negros, en un hombro su cartera y en la mano su bolso para la cámara.

Woow –susurró Stiles mientras la veía de arriba abajo.

Llegas diez minutos tarde –sermoneó Lydia quitando a Stiles del camino y dejándola pasar.

Sí, lo siento, no tengo excusa, comenzare de inmediato –entro viendo a Lydia y al darse la quedo frente a Derek- ¡oh! Eres el chico de la tienda –lo detallo por un momento- ves, te dije que el verde era mejor –le sonrió y vio a los demás- ¿ustedes son todos los que vendrán?

¿Qué?, no, no –habló Isaac caminando hacia ella, paso su brazo por el cuello de Alice y la guío al patio- hemos invitado a mucha gente, por cierto, mi nombre es Isaac –la soltó y besó su mano muy galante.

Yo soy Stiles, el que te llamó –este sacó del camino a Isaac y la saludo con una sonrisa.

¿Acaso se bañó en feromonas para llamar la atención de ellos? –comentó Lydia.

No me cae bien, los tiene a todos babeando por ella –Malia miro con molestia a la muchacha que era rodeada por los chicos.

A mí me parece bastante bonita –opinó Kira provocando que las dos chicas la vieran con una expresión de interrogación.

Eventualmente las personas fueron llegando. Alice caminaba tomando fotos del todo el lugar y de quien se lo pidiese, mientras rechazaba propuestas de uno que otro adolescente que se le acercaba. Eran casi las doce de la noche cuando decidió tomar un pequeño descanso, busco algún lugar y vio a lo lejos al chico con el que habló en la tienda.

¿Por qué tan solo? –preguntó cuándo estuvo frente a Derek- no pensé que te encontraría en una fiesta de adolescentes.

Vine como chaperón –respondió seriamente mientras tomaba un poco de su bebida.

¿Estos chicos no tienen como 16, 17 años, tal vez 18? –volteo a ver a todos los adolescentes de la fiesta y luego volteo hacia Derek.

Sí, pero también vine para cuidar a Malia –dijo tratando de encontrar una salida.

¿No es la que se está besando con Stiles? –preguntó Alice señalando a la pareja con el pulgar, vio la cara de enojo de Derek- ¿es tu hermanita o algo así?

Es como… ¿una prima? –dijo, no tan seguro.

Claro, de todos modos, no te preocupes, digas lo que digas no hará caso –aconsejo Alice y se colocó al lado de Derek- tengo dos primos que son como mis hermanitos, el mayor tiene 18 y la menor 15. Los adoro pero son una pesadilla.

¿Viven contigo? –pregunto viéndola, observo como subía la cámara para tomar una foto y luego la bajaba.

No, con su abuela en Praga pero lejos o cerca, igual son una pesadilla –y ahí estaba la respuesta al porque estaba en la tienda el otro día- ¡mira la hora!, ya me tengo que ir –vio la hora en su reloj y se alejó un poco, estando otra vez frente a Derek.

Yo también me voy, te acompaño –ofreció Derek. Caminó detrás de ella hasta la salida y luego la acompañó hasta su auto.

Gracias –dijo Alice, siguió hasta la puerta del conductor, antes de abrir dirigió la mirada a Derek- me pase de olvidadiza, nunca me presente formalmente –extendió su mano hacia Derek- Alice Blackwood.

Derek Hale –le correspondió el apretón, le sonrió y la miró a los ojos quedando prendado por un momento.

Un placer –respondió casi en un susurro al verlo a los ojos. Sonrió, caminó al auto y entro en él.

La despidió alzando la mano y luego fue hacia su auto para irse a casa. El lunes se hablaba por los pasillos de la fiesta. El sábado la llamó después de pensarlo por mucho tiempo, ahora estaba sentado en su auto con Alice en el puesto de copiloto. Con ella sentía un vínculo que no sabía cómo explicar, como si la conociera desde el momento en que nació. Estacionó cerca de un restaurant italiano, la ayudó a bajar y entraron al local, les asignaron la mesa y ordenaron la comida.

Tu pronunciación es perfecta –dijo sorprendido Derek.

Gracias –le agradeció sonriendo Alice- viví un tiempo en Roma, fue allá donde estudié fotografía. ¿Qué te hizo vivir en Beacon Hills?

Nací aquí, ¿y tú? –respondió sin mucho detalle.

También nací aquí pero me mudé cuando era pequeña y regresé por la muerte de mi abuela –bajó un poco la cabeza.

Siento tu perdida –colocó su mano en la mesa con la palma hacia arriba y ella se la tomó y le sonrió, él le sonrió de regreso- ¿planeas quedarte mucho tiempo?

Aun no lo sé, pero puedo encontrar una buena razón para quedarme –sintió que Derek acariciaba su mano- por cierto, ¿Cuántos años tienes?

Veintitrés (23), ¿tú? –soltó la mano de Alice para darle al mesero que traía la comida- gracias

Gracias. Tengo veintidós (22), cumpliré los veintitrés este año –dijo con algo de orgullo.

Buen provecho. ¿Cuándo? –preguntó antes de comenzar a comer.

Igual. Adivina –rió un poco, pensando que no lograría adivinar.

Bien. La piedra en tu anillo es turmalina, si no me equivoco, esa es la piedra de los nacidos en octubre, solo me faltaría el dia –habló Derek.

Estoy impresionada, casi nadie sabe eso –dijo con sorpresa- a ver… ¿Te suena Samhain?

¿Tu cumpleaños es el treintaiuno (31) de octubre? –preguntó incrédulo.

¿Tu cuando cumples años? –preguntó ignorando la pregunta él.

El siete de noviembre –dijo Derek.

Me pudiste haber hecho adivinar –comió un poco Alice.

No creo que pudieras adivinar –molestó Derek a lo que Alice solo rió.

Terminaron de comer y salieron a caminar antes de volver a sus casas. Derek y Alice iban tomados de la mano mientras charlaban animadamente.

¿Sabes de algún lugar donde le pueda tomar una foto panorámica a la cuidad? –preguntó Alice.

Sí, hay un mirador en la reserva natural –le dijo y volteó a verla- si quieres te puedo llevar otro día.

¿Me estas invitando a una segunda cita? –sonrió Alice.

Tal vez, claro, si no te da miedo ir a un bosque oscuro con un hombre que acabas de conocer, que podría ser un asesino o violador –comentó Derek a lo que Alice rió- ¿te da risa?

Yo creo que eres una persona en la que se puede confiar –habló tranquilamente Alice mientras lo veía a la cara.

¿Cómo estás tan segura? –cuestionó con seriedad. Alice se detuvo y se colocó frente a él y lo vio a los ojos.

Si no me equivoco, eres protector de las personas que quieres, algo paternalista, actúas rápido, eres impulsivo. No sé si eres optimista o alegre, porque me pareces

algo amargado –hizo una pequeña pausa- pero eres apasionado y vehemente, aunque fallas en ser delicado con los sentimientos de los demás.

¿Cómo… cómo sabes eso? –preguntó sorprendido Derek. Vio que Alice alzaba su mano junto con la de él.

Tu mano. Es rojiza, caliente y algo húmeda –dijo sonriente.

Sabes leer las manos, ¿también lees el futuro? –preguntó con escepticismo.

No me gusta leer el futuro, puede hacer que alguien decida cambiarlo y crear un gran desastre –le explicó.

¿Dónde aprendiste todo eso? –le cuestionó, algo no estaba bien, parecía saber más del mundo sobrenatural de lo que hacía ver.

Una amiga en Roma me enseñó –dijo con tranquilidad.

Suspiró, tal vez se estaba equivocando, ella era una humana común y corriente, pero no se había equivocado en la lectura, él era protector de los que quería y ahora él la protegería de los males de Beacon Hills y de él mismo, si era necesario. Terminaron de pasear y fueron hacia la camioneta de Derek y luego él la llevó hasta su casa. Al llegar, Alice lo beso en la mejilla y se bajó del auto, Derek por un momento se quedó sorprendido, sonrió de lado y se fue.

Tocaba la hora de almuerzo y estaban Kira, Lydia, Ethan, Scott, Malia e Isaac sentados en una mesa del comedor hablando sobre la fiesta y otros temas, entre esos, la sorpresa que se llevaron al ver a Derek, el lobo amargado, tomado de la mano con Alice, la fotógrafa y lo más parecido a caperucita roja. De un momento a otro vieron a Stiles corriendo hacia ellos y deteniéndose frente a ellos para luego arrimar a Scott y sentarse a su lado.

¿Ahora que, Stiles? –preguntó con fastidio Ethan.

Mi papá quiere que lo ayudemos en el caso de los niños desaparecidos –respondió con entusiasmo- Nos dará algo que tenga el olor del último niño desaparecido.

Espera, ¿otro niño desapareció?, ¿no es ya el quinto niño en dos semanas? –comentó Malia con preocupación.

¿Lydia, tú no has sentido nada? –le pregunto Scott directamente-

No, pero eso es algo bueno, al menos sabemos que están vivos, ¿no? –los miro a todos tratando de buscar seguridad en lo que decía.

Eso es algo, pero estamos en invierno y podrían enfermarse gravemente –habló Scott.

¿Le diremos a Derek? –preguntó Issac.

Si, también a Peter, necesitamos las suficientes narices para rastrearlos –respondió Scott con la seguridad de un líder.

¿Por dónde comenzamos? –interrogó Kira- ¿el bosque?

Sí, hay muchos lugares para mantenerlos en cautiverio –contestó Ethan.

Entonces… ¿esta noche? –interrogó Stiles sonriéndoles a todos.

Cayó la noche y todos se encontraban en el bosque. Después de oler una camisa del último niño desaparecido se encaminaron a la búsqueda. Por cortos ratos se separaban y luego se volvían a encontrar.

¿Algo? –preguntó Derek cuándo todos lograron reunirse.

Muy triste pero está comenzando a descender la temperatura, estoy seguro que podrán aguantar una noche más –hablo Peter de forma egocéntrica.

¡No!, no, no podemos dejarlos –exclamo firmemente Scott. De repente se escuchó una pequeña explosión a lo lejos.

Corrieron a la dirección donde se escuchó la explosión. Cuándo estuvieron cerca pudieron observar una gran luz, comenzaron a caminar con cuidado y al estar cerca se escondieron tras los árboles. Frente a ellos estaban tres mujeres jóvenes, una rubia y la otra pelinegra, una al lado de la otra de un lado de la fogata, frente a ellas y dándole a espalda a la manada una de cabello castaño. Las tres vestidas de negro, al parecer discutían la rubia y la pelinegra con la castaña.

Ubi sunt filii? –decía la castaña, recibiendo como respuesta risas de las otras dos.

¿Qué están diciendo? –cuestionó Scott a Stiles, que estaba detrás de él.

Están hablando en latín –respondió Lydia- no les entiendo mucho por su forma de hablar.

¿Sabes de que hablan? –preguntó Derek.

Esperen –ordenó Lydia, peino su cabello detrás de la oreja y se concentró en lo que hablaban.

Non quaeram, unde filii hominum? –volvió a hablar la castaña.

Quod non ad te pertinent –respondió la rubia.

¡Hablan de los niños! –exclamo en un susurro Lydia.

Comienza la fiesta –se burló Peter, sus ojos brillaron en azul y rápidamente comenzaron a brillar los demás en azules, amarillos y un único rojo, mientras salían de sus escondites.

¡Lobos! –gritó como aviso la pelinegra. La joven castaña volteó su rostro hacia ellos.

Alice –dijo con sorpresa Derek.

La rubia y la pelinegra alzaron sus brazos mientras Malia, Isaac e Ethan iban hacia ellas y dos bolas de fuego salieron de la fogata hacia los jóvenes licántropos, que tuvieron que evitar. En el primer momento que tuvo, Alice salió corriendo lejos de la batalla, las dos jóvenes restantes al ver como escapa dieron dos pasos atrás y desaparecieron en la oscuridad. Se abocaron en seguir a Alice, corrieron tras ella. Cuándo tuvo la oportunidad, Alice se colocó en posición de lanzamiento a la vez que hacia aparecer un arco y la disparó una flecha al lobo más cercano a ella, Scott. Seguidamente hizo aparecer más flechas y las disparó contra ellos, hiriendo a cada uno pero no de gravedad. Así, mientras ellos eran retrasados por sus heridas, huyó. Llegó al estacionamiento y entró a su auto lo más rápido posible, lo encendió y salió del lugar, viendo por el retrovisor como los lobos llegaban al estacionamiento mientras ella huía.

Continuara