Hora Cero

Aproximadamente a las siete de la tarde de su vigésimo octavo cumpleaños, durante una noche de viernes, Asami Sato se encontró con el par más perfecto de pechos femeninos desnudos que ella había visto alguna vez. Considerando que su exposición verídica a pechos desnudos, hasta aquel momento, había sido limitada con el vistazo raro en el vestuario en el gimnasio y cuando ella tenía doce años, un vislumbre, bastante incomodo de su abuela vistiéndose en su dormitorio con la puerta entornada, esto no decía quizás mucho. Los pechos antes mencionados venían unidos a una strippers media desnuda que aterrizo en su regazo y comenzó a girar al compás de una espantosa baja y pesada música que salía desde un iPod ahora posada en su escritorio. No se podía mover con el peso de la mujer sobre sus muslos, sin saber qué hacer con sus manos, Asami solo podía sentarse y mirar los pechos erectos de color chocolate que se balanceaban delante de su cara. Eran perfectos y durante un momento loco ella olvido la oferta que supuestamente redactaba consideró alcanzarlos con sus manos pero Asami no era del tipo irresponsable y ciertamente no era el tipo de mujer que se acercaba a tantear a una strippers. Humillada por su impulso, ella sintió que el calor de la cólera se levantaba de su cuerpo. Creía que su oferta era mucho más importante que cualquier emoción barata que esta mujer le ofrecía.

-¿Qué diablos estás haciendo? Asami espeto – Ponte de pie y apaga esa música. Ahora

La strippers de cabello castallo sonrió, balanceándose contra su cuerpo– soy tu regalo de cumpleaños– Ella se agacho y tomo la mano de Asami para ponerla a descansar en uno de sus pechos perfectos. –Disfruta de mi – susurro ella con pasión en su oreja.

Los dedos de Asami se rizaron automáticamente con la sensación de empuje del pezón erguido en el centro de su palma. Exhalando por su nariz ella repitió –Apaga la música. No me hagas repetirlo otra vez–

La strippers la contemplo, todavía sentada a horcajadas sobre sus muslos. Ella levanto una ceja elegantemente–No pareces totalmente desinteresada–Asami aparto su cara para no enrojecer de vergüenza.

–Solo quítate de mí regazo y ponte tu camisa por dios–Su tono fue más áspero de lo ella había querido. Estar tan cerca de tanta piel desnuda la hizo preocuparse y ella estaba decidida a mantener el control. Alguien fue el responsable, algún idiota compañero de trabajo que iba a vivir para lamentar esta maniobra.

Afortunadamente la strippers parecía entender que no estaba bromeando. Se puso de pie y se apartó de la silla. Al inclinarse para pescar su camiseta de la mochila que ella había dejado caer al suelo, Asami trató de no dejar a su mirada fija extraviarse al trasero de la mujer. Ella fallo miserablemente. La strippers sonrió abiertamente sobre su hombro cuando ella se enderezó.

– ¿Ves algo que te gusta?

–Me pregunto cómo entraste aquí, sin ser arrestada por colarte–disparó de nuevo Asami a su visitante no deseado vestida con una ajustada camiseta y jeans rasgados.

–Por supuesto lo pareces. ¿Es el traje de pacotilla una cosa de strippers o simplemente tu propia preferencia personal?

En verdad la joven se veía preciosa. La más mínima insinuación de ropa interior negro se elevó por encima de la cintura de sus pantalones vaqueros. En su mano tenía el sujetador negro de encaje que ella había dejado de lado cuando ella cayó en el regazo de Asami. Sus pezones se marcaban contra el algodón de su camiseta.

–Bolin estaba en lo correcto–dijo–"Ella realmente debe soltarse"

Y de repente todo tenía sentido. –Bolin hizo esto–Dijo Asami sin humor –Por supuesto

–Por su puesto pero él no me advirtió que serias tal perra ¿Cuál es tu problema? ¿Tienes miedo de las mujeres desnudas o algo así?

Asami observo a la mujer con frialdad–Tal vez tengo miedo de lo que pueda coger contigo retorciéndote en mi regazo

–Jodete. Me marcho. Feliz cumpleaños, vete al infierno –Ella agarró rápidamente su iPad del escritorio, llevó al hombro su mochila y a mitad del camino dio vuelta para salir con paso majestuoso de la oficina.

Asami se levantó y la agarro por el codo–Te voy a acompañar a la salida.

Ella no iba a dejar que un extraño, un intruso estuviera en sus dominios vagando por los pasillos solitarios. Después iba a llamar a Bolin le reclamaría haber arruinado una noche absolutamente productiva con su estúpida broma.

La mujer se alejó, con los ojos furiosos. –No te molestes. He encontrado mi camino, así que estoy segura de que puedo llegar a encontrar la salida

–No es una oferta – dijo Asami – Te acompaño abajo. No sé cómo lograste entrar en el edificio fuera de horario, pero no deberías estar aquí.

Cuando ella llevo a la strippers a través del cuarto la mujer se quejó: –Eres muy divertida ¿Qué te tiene tan tensa? Espera déjame adivinar. No has tenido relaciones en unos cinco años

Asami no se reveló al hostigamiento, a pasos agigantados hacia al ascensor por el pasillo de su oficina las luces estaban atenuadas en el vestíbulo, un testimonio de su soledad en el edificio. Todos los demás se habían marchado mucho antes para comenzar sus fines de semana en casa. Para Asami, su casa era intolerablemente aburrida, comparada a trabajar. No había ningún lugar que preferiría estar que aquí en Industrias Futuro, entregándose a sí misma en su pasión.

Se detuvo delante del ascensor y pinchó en el botón de llamada. Increíblemente la strippers no había renunciado. Dándole un golpe a Asami con su hombro juguetón ella dijo –Si te doy un polvo por compasión, crees que podrías darme una sonrisa

–Echar un polvo no es una prioridad tan alta para mí ya que al parecer si es para ti – dijo Asami –Lo que me hace feliz es tener un gran trabajo. Ya sabes, como el que me interrumpiste esta noche

–Sí, parecía fascinante –Asami hizo caso omiso de la respuesta sarcástica y se quedó mirando la pantalla ¿Cuánto tiempo toma para que el ascensor suba desde vestíbulo al piso 29? Fue increíblemente lento esta noche ¿o estaba increíblemente enojada? Complaciéndose a sí misma en algún ojo por ojo comento

–Yo no esperaría que una muchacha que se quita su ropa por dinero entienda el placer que proporciona tener éxito

–Y yo no esperaría que una perra fría comprenda lo que es realmente importante en la vida

Asami dio un resoplido

– ¿Qué? ¿Tener alguna alguna strippers barata sacudiendo sus tetas en mi cara?

Las puertas del ascensor se deslizaron a tiempo para evitar una conversación adicional. Asami entro, arrastrando a la mujer con ella, y apretó el botón del vestíbulo. Cuando las puertas se deslizaron cerrándose delante de ellas, la strippers refunfuñó

–Pareció que disfrutabas de mis tetas hasta que recordaste que podías ser despojada de tu título de "Reina de Hielo"

Asami hizo girar la cabeza de otro lado, una negación de sus labios, cuando las luces parpadearon y tras el parpadeo se apagó y el ascensor se estremeció con su contenido. El movimiento repentino lanzó a ambas dando un paso y Asami llevó su brazo alrededor de la otra mujer por instinto, impidiéndole asi caer al suelo. Por un momento, el ascensor estaba completamente a oscuras, como boca de lobo entonces las débiles luces de emergencia se activaron e inundó la cabina de una luz suave después de un latido, ambas miraron la puerta del ascensor y las filas de botones a lado de ellas. La mujer en los brazos de Asami miró arriba de ella con amplios ojos azules.

–De ninguna manera –susurró

Sorprendida por la acción Asami la soltó y dio un paso hacia la puerta. Ella sacudió la cabeza.

–Todo está bien. Vamos a presionar el botón de emergencia –Ella examino los controles, en busca del botón que las sacaría de su prisión

– ¿Estamos atrapadas en… aquí? –Asami movió la cabeza –No. No hay forma de que me quede en un ascensor con una maldita strippers cuando estoy en medio de mi maldita propuesta.

– ¿Tu propuesta? –La strippers miro con incredulidad –Estas atrapada en un ascensor en tu cumpleaños, el viernes por la noche, y ¿estas preocupada por una propuesta?

Asami se mordió el labio, empujando cada botón en el panel consecutivamente. Ninguno se ilumino, y ninguno parecía a prueba de fallos para dar la alarma. –Es una propuesta importante

–Oh hombre. Atrapada en un ascensor y tiene que ser con la persona más aburrida

Después de haber probado el último botón Asami estrello el talón de su mano contra la puerta del ascensor. – ¡Mierda! En realidad no podemos estar atrapadas en esta cosa.

–Alguien nos notará ¿verdad? ¿No? Nos van a sacar de aquí

–Con el tiempo. Pero todo el mundo ya se había ido el fin de semana–Asami no podía creer que ella se marchó de su escritorio sin su celular. Ellas probablemente iban a estar encerradas aquí hasta que Tenzin el guardia de seguridad llegara a las siete u ocho de la mañana por la mañana.

– ¿con el tiempo? –La strippers chilló–De ninguna maldita manera me voy a sentar aquí todo la noche contigo.

Asami se estremecio ante la estridente forma de desprecio. –¿ Crees que estoy feliz? Esto nunca habría sucedido si no me hubieras molestado con tu estúpido baile erótico

–Hey, yo solo estaba haciendo mi trabajo–replico la muchacha–sabes si con alguien debes estar enojada con tu amigo el que me contrato.

Ella se movió tan lejos de Asami como pudo, a la parte de atrás de la cabina del ascensor y cruzando los brazos sobre el pecho. –Aunque entiendo por qué él creía que lo necesitabas. No eres más que una amargada.

–Simplemente fantástico –susurro Asami a sí misma –Que regalo de cumpleaños perfecto. Mi propia pequeña strippers maldiciente para toda la noche. No sé cómo voy a pagar a Bolin por esto. La castración era su primer pensamiento, pero estaba abierta a castigos más elaborados.

–Maravilloso –murmuro su compañera enojada –Malita sea

–Exactamente mi pensamiento–dijo Asami

Se miraron ambas por un momento, en perfecto acuerdo. Asami asumió que sería uno de los muy pocos momentos que estarían de acuerdo.