Maki había abierto su puerta y no pudo dar un paso antes de quedarse totalmente anonadada. Frente a ella sentada apenas si cubierta por una manta se encontraba una pequeña pelinegra de ojos carmín y se le hacía demasiado conocida, es más estaba totalmente segura de que era su irritante superior con la cual discutía cada 10 minutos,pero por supuesto que lo era,casi podría jurarlo.

Pero había algo raro en su tamaño...era pequeña, realmente pequeña, que vale Nico jamás había sido alta ni de broma!,pero la pelinegra frente a ella no solo era pequeña en estatura, su rostro era de facciones profundamente infantiles, tenía un lindo gesto de sueño y aferraba una de las esquinas de la manta en la que estaba sentada.

Claramente la niña frente a ella rondaría lo años no podía ser Nico ¿verdad?. Seguro que era la hija de algún nuevo vecino y había llegado a su casa por accidente, una explicación perfectamente lógica!.

La pelirroja puso un gesto derrotista después de un segundo,obviamente era la peor explicación que se le podría haber ocurrido, inconscientemente llevo uno de sus dedos hasta una punta de su cabello para comenzar a jugar con el mientras no retiraba la vista de la pequeña frente a ella quien parecía comenzar a estar más despierta, se giró para ver a Maki y la peliroja se sonrojo intensamente debido a que la enana pelinegra le estaba sonriendo y vaya si tenía una sonrisa demasiado encantadora.

-Ma-ma...-la pequeña comenzaba a "balbucear" mientras cuidadosamente se ponía de pie y Maki involuntariamente daba medio paso hacia atrás mientras hacía lo que le parecía un colosal esfuerzo por hablar.

-N-no yo no soy tu mama- decía con tono de voz tembloroso mientras la pequeña terminaba por acercarse a ella con los brazos extendidos y esa enorme sonrisa, Maki sentía la inexplicable necesidad de huir, su instinto le advertía que si se dejaba alcanzar por esa pequeña pelinegra terminaría envuelta en un montón de situaciones complicadas y sumamente molestas, estaba totalmente convencida que eran muchos problemas en un empaque pequeño y adorable,lo máximo que logró fue dejar caer su maletín por un lado mientras intentaba poner una barrera con su brazos y cerraba fuertemente lo ojos ante la inevitable carrera de la niña frente a ella.

La de ojos rubí se acercó apresuradamente hasta la más alta y se aferró a su pierna,antes de gritar efusivamente.
-Maki!- escucho la infantil voz gritar su nombre mientras sentía como se aferraba a su pierna,entre abrió los ojos para observar cómo la pequeña frotaba su mejilla en ella para después levantar la mirada y quedarsele mirando fijamente,la de ojos violeta bajó los brazos recuperando la compostura.

-No tienes intención de soltarme verdad?- le hablaba con tono cansado y en respuesta la niña Nico negaba con la cabeza mientras no quitaba su enorme sonrisa y ni mencionar que no aflojaba ni un poco el agarre en su pierna.

-Y ahora...que se supone are contigo?.-dijo mientras preveía la avalancha de problemas que se vendría sobre ella pero aun así, sonrió ligeramente.

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En una parte completamente diferente de la ciudad una joven pelinaranja se encontraba corriendo alegremente a la casa de su mejor amiga como cada mañana para ir juntas al instituto, cuando giro en una esquina apenas si alcanzó a reaccionar al ver a una personita en medio de su camino,intentó frenar para evitar golpear al infante que estaba en medio de su camino y en el proceso terminó cayendo sobre sus rodillas,pero suspiro de alivio al ver al pequeñin a su lado intacto.

-me alegra que estés bien nya-se dirigió a la personita frente a ella con una sonrisa mientras se ponía de pie y se sacudía el polvo de la falda para después acercarse y ponerse en cuclillas para quedar a la altura del niño...ahora que lo veía de cerca era una niña.

La pequeñita temblaba asustada cubriéndose el rostro con las manos y en sus ojos unas pequeñas lágrimas amenazaban con salir en cualquier momento.

-mi nombre es Rin- le dijo la de cabello naranja mientras le sonreía y extendía su mano para acariciar el cabello de la niña
-lo siento si te asuste nya- Rin se quedó mirando fijamente a la niña, que tenía ojos lila y cabello castaño claro.

-pero si eres igualita a Kayo-chin!- sin pensarlo demasiado tomo a la niña cargándola mientras se ponía de pie y sonreía, la pequeña solo hipo asustada,mientras Rin daba algunos saltitos.
-Te tiene que conocer!- y así sin mayor explicación y obviando el hecho de que prácticamente estaba cometiendo un secuestro,echó a correr con la niña de ojos lila en brazos, mientras la pequeñita aun con los ojos llorosos solo atinaba a aferrarse al suéter de la más alta.

Honoka intentaba acurrucarse, su cama el día de hoy estaba mucho más calientita de lo normal y la seducía a quedarse ahí todo el dia...todo iba perfecto hasta que noto un bulto justo a un lado de ella, al principio lo dejo pasar, estaba demasiado adormilada y después de todo era posible que fuese algún peluche o algo así.
Hasta que empezó a sentir que ese bulto comenzaba a moverse y a acercarse más a ella,amenazando con tocar su estómago y ahí fue cuando el pánico se apoderó de la de ojos azules, arrojó la cobija y salto dramáticamente de la cama aterrizando con un golpe sordo en el piso mientras se quedaba observando su cama, su cobija había caído nuevamente cubriendo el pequeño bulto en su cama que comenzaba a moverse, Honoka se acercaba sigilosamente gateando hacia la cama.
Estando a unos centímetros veía como el bulto se movía aún ligeramente bajo la cobija, algo temblorosa y tragando sonoramente comenzó a estirar su mano hacia ella,la tomo muy cuidadosamente apartandola lentamente hasta levantarla suficiente para poder ver una pequeña melena castaña totalmente desordenada y un par de ojos verdes que la miraban con gesto travieso.
-EH?...- fue lo único que le salió a Honoka hasta que escucho el estruendo de su puerta abriéndose con salvajismo y su hermana menor irrumpió gritando.