¿Quién es el lobo aquí?
El lobo es una criatura feroz, astuta y cautelosa. Sopesa su presa durante el tiempo que sea necesario, enseñando los dientes para cohibir al otro.
Es una bestia nocturna y carnívora.
Remus Lupin es un chico frágil y tierno, amigable, simpático y empollón.
Ni él ni sus amigos pueden entender cómo alguien tan manso puede tener una naturaleza tan terrible.
Sirius bromea. Sirius tontea inocentemente, mientras James se ríe y Peter aplaude. Pero Remus traga saliva al sonar la alarma de su cabeza.
Sirius está demasiado cerca.
¡Que viene el lobo! Suena en su cabeza.
Falsa alarma.
Sirius le acaricia la cabeza, sonriendo, y se va.
Remus vuelve a respirar.
Esos acercamientos demasiado poco inocentes de Sirius empiezan a alarmarle. Le aceleran el corazón y los colores empiezan a subirle a la cabeza.
No es la primera vez, Sirius acostumbra a ser demasiado cercano con él. Le abraza por la espalda dándole u achuchón momentáneo.
¡Que viene el lobo! Grita una voz de nuevo.
Sirius lo suelta con una sonrisa y los ojos brillantes, dejando a Remus hecho un flan y estúpido como un borrego enamorado.
Demasiados sobresaltos.
Se siente como una presa al acecho del depredador. Con esa sensación de muerte asegurada, pero con larga agonía.
Remus está cansado tras un día agotador. Dormita en un diván con un libro olvidado en las piernas. El color de las llamas de la chimenea lo distraen
Alguien se sienta a su lado, sobresaltándolo. Sabe quien es. Nadie más puede dejarse caer en un espacio tan pequeño sin chocar contra él.
Las alarmas se han dormido, y nada suena ahora, cuando Sirius lo abraza contra él.
Abre los ojos para observar al otro, y sabe que es demasiado tarde cuando lo ve inclinarse sobre él para besarlo mientras toma su rostro con una mano.
La sentencia de muerte sobre la presa. Ahora, Remus no podrá abandonar el ataque del feroz animal.
–¿Quién es aquí el lobo, Moony? –pregunta Sirius, con una sonrisa traviesa en los ojos.
FIN
