Los personajes son obra y gracia de Stephenie Meyer. La trama es de mi completa imaginación

Como ya lo había comentado en la nota (ilegal por cierto), la historia la comenzaré de nuevo. La trama será la misma, pero he de cambiar uno que otro detallito.

Gracias a Danika por betear este cap! eres un sol!


Prologo

"Lo más grande que te puede suceder, es amar y ser correspondido" (1)

Esas palabras resonaban en la mente de Isabella Swan, más conocida como Bella por su familia, amigos y todo aquel que la conocía, mientras miraba como las gotas de lluvia caían por la ventana en el pequeño poblado de Forks en el frío estado de Washington.

Ella era una chica de 21 años. Estatura media, cabello marrón con tonalidades rojizas que se apreciaban si estaba en presencia del sol. Pero podríamos decir que en su pueblo nadie lo había notado ya que muy pocas veces salía el sol. Sus ojos eran idénticos a los de su padre, de un extraño color marrón semejante al chocolate según comentaba su madre cada vez que la veía.

La chica era sumamente hermosa, pero no era capaz de apreciarse tal cual era, sabía (o más bien creía) que jamás en su vida encontraría a aquella persona que le hiciera sentirse especial, amada por ser simplemente ella, con sus pequeños e incomodos defectos y sus muchas virtudes.

Mientras miraba por la ventana, un pequeño suspiro salió de sus labios mientras las lágrimas comenzaban a agolparse en sus ojos. Días como aquel, le hacían sentirse más sola que nunca sintiendo la tristeza y el vacío que sentía en su interior.

Cuando era más pequeña, ella y su padre salían a caminar bajo la lluvia, tomados de la mano, con una sonrisa eterna en sus labios, pensando que la vida no podía ser mejor de lo que ya era. Cualquier persona del pueblo que viese al respetable Jefe de policía Swan, aquel hombre duro y con sed de justicia, pasear tiernamente con su hija diría que era el mejor de los padres, y así lo fue, hasta que Bella cumplió trece años.

Era un día común y corriente en el pequeño poblado, donde llovía más intensamente de lo normal, pero Bella no le tomó importancia y continuó su día como cualquier otro. Pasaron las horas y Charlie no llegaba, lo que le parecía terriblemente extraño.

Alrededor de las seis de la tarde Bella tuvo un mal presentimiento, una opresión en el pecho que le decía que algo malo estaba ocurriendo, se lo comentó a su madre, esta simplemente la ignoró para no preocuparla más y que se olvidara lo antes posible del tema. Mientras esperaba como siempre a su padre para charlar después de su trabajo, una llamada logró que el mundo de Bella se cayera en mil pedazos.

Su padre, el hombre que más amaba en el mundo había tenido un accidente alrededor de las seis de la tarde mientras viajaba de vuelta a casa, debido a la intensa lluvia de aquel día, el auto resbalo por la calzada lo que hizo que Charlie perdiera el control y cayera en un barranco; los médicos hicieron todo lo que pudieron pero no lograron salvarle la vida.

En ese preciso momento se marcó un antes y un después en la pequeña familia Swan, el pilar de ambas mujeres ya no estaba y en el fondo de sus corazones sabían que las cosas jamás volverían a ser las mismas.

Desde aquel fatídico día Bella no volvió a ser la misma, no sonreía con naturalidad, no volvió a caminar bajo la lluvia como tanto le gustaba hacerlo, los domingos sagradamente iba al cementerio a ver a su padre y contarle como estuvo su semana. Dejo de lado a todos sus amigos pero solo para protegerse, no quería volver a querer a nadie más por el miedo a que la abandonaran tal como lo hizo Charlie.

Cuando Bella cumplió los dieciocho años, su madre conoció a un buen tipo, Phil. Quien, con el tiempo y con mucho cariño y dedicación logro que Renée volviera a sonreír y a ver la vida con un poquito más de color. En el fondo Bella sentía envidia porque todo el mundo a su alrededor amaba y era correspondido.

Era una mujer realmente soñadora, amaba sus libros de clásicas novelas románticas dónde si existía ese felices para siempre al lado de hombres realmente perfectos. Quienes hacían de todo por conseguir la felicidad de su amor. Soñaba que algún día su príncipe soñado llegara a rescatarla se la infelicidad que sentía, la llenara de amor y jamás la dejara; aunque a pesar de todo era una chica realista… los sueños jamás se cumplen.

-¡Bella cariño! – volvió de sus pensamientos mientras se secaba las lágrimas y escuchaba a su madre llamarla desde el primer piso.

-¿Qué pasa mami? – Trato de que su madre no viera la tristeza que sentía, pero sus ojos era muy transparentes, tal como un pequeño libro abierto y a una madre jamás se le puede mentir-

-¿Qué tienes corazón? – Renée la invitó a sentarse a su lado mientras se servia una taza de café.

-No es nada – Suspiro mientras se encogía de hombros.

-¿Lo extrañas cierto?

Renée sabía que vivir en Forks era muy difícil para su pequeña, cada lugar de la casa, del pueblo le hacían recordar a Charlie, y sabía que a su hija le hacia daño, aunque tratara de ocultarlo con esa sonrisa que nunca alcanzaba a sus ojos.

-Muchísimo mamá, pero que le vamos a hacer – suspiro mientras se apoyaba en su madre – tengo que superarlo algún día.

-Pero aquí no lo vas a conseguir – murmuró Renée

-¿Qué quieres decir con eso? – la miro extrañada sospechando lo que su madre quería decir

-Isabella, ¿no has pensado irte un tiempo de aquí?, no lo sé… irte por fin a la universidad, pasar las vacaciones con Heather o simplemente irte a vivir lejos de aquí – Para aquella mujer le era muy difícil decirle esas palabras, pues su hija era lo único que tenía, el único recuerdo de Charlie… ese hombre que tanto amo. Tenía a Phil, y lo quería, pero nunca volvió a sentir esa pasión enloquecedora que sentía por el padre de su hija.

-¡Mamá! – Chilló Bella – No quiero irme de aquí, sería como abandonar a Charlie

-Lo sé, pero necesitas cambiar de aire

-NO!

-Solo piénsalo Bella – Suspiró desesperada Renée – Piénsalo, no digas si hoy o mañana, pero a Charlie no le hubiese gustado que malgastaras tu vida de esa forma.

Las palabras de su madre siguieron resonando todo el día en la cabeza de Bella, pues en cierta forma tenía razón, a su padre le hubiese gustado que ella fuera una gran profesional, que cumpliera sus metas y sus miles de sueños. No le hubiera gustado ver como se quedaba viendo como la vida pasaba a su lado como si nada, como si fuese agua que se le escapare entre los dedos.

Después de pensarlo mucho, decidió que ya era tiempo de buscar nuevos horizontes, comenzar de nuevo, redescubrir a la Bella antigua a la que ella misma había extinguido hace años, así que decidió entrar a la universidad.

Ya hacia un par de años había comenzado a trabajar para poder pagar parte de los cursos y tenía dinero suficiente para poder pagarse un hogar temporal mientras buscaba un nuevo empleo.

Con energías renovadas, comenzó a ver universidades sin que su madre sospechara, ya que quería comunicar la noticia cuando ya estuviera a días de partir a su nuevo destino.

Pasaron los meses y decidió que su destino sería Oregón, la universidad estatal de Oregón y allí estudiaría ciencias ambientales para que el día que volviera a Forks lo hiciera para aportar su granito de arena con el cuidado de los bosques y todo el entorno.

Los meses pasaron y con ello la fecha de su marcha se acercaba. En el hogar de Bella, su madre y su padrastro lograron ver un real cambio de ánimo en la chica. La verían entusiasmada y su sonrisa era casi natural lo cual tenía llena de dicha a la madre, le hacía pensar que después de todo, podría dejar su pequeña obsesión de lado…

Cuando Bella tenía apenas diecinueve años, conoció al que hasta el día de hoy proclama como "el amor de su vida", el súper popular y sexy actor de moda Edward Cullen. El enamoramiento surgió un día cuando Ángela, la única amiga de Bella, obligo a la chica a distraerse y para conseguirlo, la invitó al cine en Port Ángeles, donde estaban estrenando una comedia romántica con el nuevo Tom Cruise como lo había catalogado la prensa. Cuando comenzó la película, la chica castaña se sintió prácticamente en el cielo, frente a ella en una pantalla gigante estaba el ángel más hermoso que había visto en su vida.

Su cabello rubio con una tonalidad cobriza, sus ojos verdes como las más hermosas esmeraldas, que si te miraban fijamente eran capaces de desnudarte el alma, su sonrisa torcida que provocaba que el más duro corazón se volviera esponjoso como el algodón. Y para que decir de su cuerpo, fuerte, en su justa medida. Simplemente era el hombre perfecto para ella, así que comenzó a buscar más de su vida, saber donde vive, quienes son sus padres, cuantas películas ha filmado, quería saber todo de él.

Su madre siempre preocupada por ella, pensaba que su hija tal vez por esa obsesión que sentía con el chico, no era capaz de conocer a alguien más alcanzable, alguien a quien de verdad lograra conocer y la respuesta de Bella era siempre la misma.

-Él jamás me hará daño, porque nunca sabrá que existo.

Con el pasar del tiempo, Bella seguía fielmente cada aparición publica de Edward a través de la televisión, lo que la llevó a aprender mucho sobre su comportamiento a través de sus gestos. Conoció a una persona de alma muy pura, sus ojos no mentían, pero que si se sentía cansado no sonreía con verdadera felicidad, así como ella. Jamás se le conoció una novia, pero siempre estaba vinculado con alguna hermosa actriz o con alguna despampanante modelo, su última nueva conquista había sido Tanya la modelo Zorra que había estado con más de la mitad de los actores de Holywood. Eso en realidad la llenaba de celos, pero se decía a si misma que era estúpido sentirlos, él no era nada suyo y jamás lo sería.

La fecha más esperada por Bella había llegado y en unas pocas semanas más se marcharía a la universidad, la matricula ya estaba pagada y su nuevo departamento esperándola para comenzar nuevamente a vivir. Citó en su casa a su madre, su padrastro y su mejor amiga, para darles la noticia de que se iba de casa.

-Mamá, Phil, Angie, tengo algo importante que decirles, pero quiero que primero me escuchen sin interrumpir ¿de acuerdo? – Los tres asintieron – Hace algunos meses, mamá me comentó la idea de irme un tiempo fuera de la ciudad, para tomar aire y porque no decirlo, sanar un poco las heridas y volver a ser la Bella que era antes de que… Charlie se fuera – Esas palabras le estaban costando mucho trabajo y su amiga lo sintió, para darle su apoyo tomó su mano para que supiera que no estaba sola – Así que decidí que ya es tiempo de seguir con mi vida, darles espacio a ustedes – Refiriéndose a su madre y a Phil – Y dedicarme a cumplir parte de mis sueños. Por eso los cite a todos, para decirles que en una semana me voy a Oregón, con el dinero que tenía pague la matricula de la universidad. Ya encontré un departamento cerca de donde estudiare y tengo dinero suficiente para poder vivir mientras encuentro un nuevo trabajo. No quise decirles esto antes, porque necesitaba convencerme que esto es lo mejor para mi, y para ustedes.

-Esto es tan rápido – Murmuró su madre aun con el shock de la sorpresa.

-Lo sé – Secundo Phil.

-Te voy a extrañar tanto – Sollozo Ángela mientras abrazaba a su amiga de infancia.

-Hey! No estés triste, nosotras seguiremos en contacto – Dijo Bella tratando de sonar un poco feliz – No te libraras tan fácilmente de mí, además podrás viajar a verme algún día y tendré una excusa para salir allí

-Bella ¿Por qué te vas tan lejos? – Susurró una muy triste Renée, jamás pensó que su hija tomaría tan enserio su consejo.

-Porque necesito alejarme de los recuerdos mamá, además siempre quise conocer más allá de Seattle y la universidad de Oregón tiene el mejor plan de estudio en el área que más me interesa, además no es tan lejos, estoy al otro lado de la frontera y no es como si cruzara el país mamá – Rió aunque en el fondo estaba llena de miedos e inseguridades.

-Es necesario – Dijo Phil mientras abrazaba a su esposa – Bella sabe lo que es mejor para ella, y si alejarse un poco le ayuda, nosotros solo debemos apoyarla cariño.

Con todo el dolor de su alma, Renée tenía que reconocer que su marido tenía razón, pero no por ello, dolía despréndese de su pedacito de vida.

La última semana de Bella en Forks paso sin darse cuenta, comenzó a empacar sus cosas para enviarlas por encargo a su pequeño departamento, Ángela la invitó a su casa para tener su última sesión de películas –Todas de Edward Cullen - En quizás cuantos meses, conversó con su madre para que se quedara tranquila, ella estaría bien, sin importar lo que le sucediera. Y finalmente tenía que despedirse de una persona, la más especial en el mundo.

Aquel domingo por la mañana, extrañamente salio el sol mientras Bella caminaba tranquilamente entre las lapidas del cementerio hasta llegar a su destino. Su vuelo salía en unas cuantas horas, pero necesitaba despedirse primero de su padre, su compañero desde donde quiera que estuviera.

-Hola papá – dijo mientras se sentaba en el pasto y dejaba un ramo de margaritas a su lado – Como ya debes saber, he venido a despedirme. Me voy un tiempo del pueblo, después de todo mamá tenía razón, necesito un cambio de aire, desprenderme de estas emociones que he cargado conmigo desde que te fuiste. Sabes que no te reprocho nada, seguramente tu tiempo en este mundo se acabo antes que el mío o el de mamá – Inconscientemente las lágrimas comenzaron a caer por sus pálidas mejillas – Se que tu hubieses querido esto para mi, pero tenía que esforzarme por lograrlo, juntar mi propio dinero, ya sabes como soy cuando me regalan algo – Rió sin ganas - En fin, Te quiero mucho papá – Susurró con la voz quebrada cuando la fría brisa acaricio su rostro – Solo cuida a mamá mientras no esté.

Y muy silenciosamente rehizo su camino hasta su camioneta.

Una vez en casa, encontró a gran parte de sus compañeros de trabajo quienes fueron a despedirse de ella, recordándole falsamente que debería volver ya que todos la iban a extrañar. "Dios! Creen que soy idiota, ninguno de ellos me conoce" pensó mientras agradecía a cada uno de ellos esa visita.

Alrededor de las cuatro de la tarde, Bella, su madre y Phil, junto a Ángela y su novio Ben se encontraban en el aeropuerto esperando junto a Bella la llamada a embarque.

Ángela quien estaba sentada junto a Bella, sentía que iba a perder en cierta forma a su mejor amiga, aunque en el fondo quería que ella fuera feliz nuevamente. Renée comenzaba a sentir un gran sentimiento de perdida, muy similar al que sintió cuando cuándo Charlie murió, pero sabía que esto era distinto, Bella volvería de vacaciones o podría visitarla cuando tuviera un poco de tiempo, no es que se fuera a vivir a un país lejano, o fuera de este planeta.

-Ben, por favor cuida a Ángela no dejes que se sienta sola – Susurró Bella una vez que llamaron a abordar su vuelo – Ya sabes lo sensible que es.

-Lo se Bells, tú también cuídate mucho y no olvides llamar.

-Angie, no llores amiga – Las amigas se abrazaron fuertemente mientras que los ojos de Bella se llenaban de lágrimas.

-Es que qué voy a extrañar tanto.

-Yo también, pero prométeme que estarás bien y que cuando puedas hablaremos aunque sea por e-mail.

-Lo prometo – Dijo Ángela antes de terminar el abrazo.

-Phil – Susurró Bella.

-Cuídate mucho pequeña, sabes que siempre tendrás mi apoyo y que cualquier cosa que necesites no dudes en pedirla.

-Está bien – Dijo abrazándolo – Cuida a mamá, se sentirá sola en casa, la conozco mejor que nadie. Y hazla muy feliz, no quiero oír quejas de su parte – Murmuro con una sonrisa.

-Palabra de hombre.

Y un poco más alejado del resto estaba Renée, viendo como su pequeña había crecido y ya estaba comenzando a buscar su camino, formando su propia vida.

-Mamá, no llores, no es que me valla al otro extremo del mundo, solo estaré a unas cuantas horas de aquí – Dijo abrazándola.

-Lo sé corazón, pero es que nunca hemos estado separadas ni por tanto tiempo.

-Es cierto, pero veras que el tiempo pasa muy rápido y ya me tendrás en casa para la navidad, lo prometo.

Se dieron un emotivo abrazo, en el cual Bella sintió que comenzaba a desprender parte de su vida, parte de su propia historia, dejando un nuevo sentimiento de libertad que no sentía hacia años.

Con esa nueva sensación en su interior comenzó este nuevo viaje en su vida, donde conocerá personas maravillosas que le harán sonreír de nuevo.


(1) Frase que sale al inicio de la película "Moulin Rouge" o por lo menos así sale cuando la vi xD


Bueno mi gente linda...

Un nuevo para esta historia... mil gracias por esperarme todo este tiempo. Son unos soles!

Miles de besos