Digimon Frontier:
The Legendary Knights
Capítulo 1: "El comienzo y el fin: En búsqueda de los nuevos héroes"
"La leyenda de los diez guerreros, que salvaron el digimundo hace mucho tiempo… ha desaparecido para siempre"
Dos grandes siluetas están corriendo por el bosque, mientras sus cuerpos se ven heridos y se escuchan muy cansados. Una de ellas es un caballero de gran tamaño. Su armadura era de color blanco con partes rojas. En su mano derecha llevaba una lanza muy maltratada y en su mano izquierda un escudo con varias partes destruida; la otra silueta lleva una armadura color amarillo dorado que cubren una gran parte de su cuerpo color azul, como si fuera un reptil humanoide. Ambos llegaron a un claro del bosque y más al frente se apreciaban las ruinas de un viejo templo.
— Al fin llegamos – hablo el guerrero de armadura dorada – aun no puedo creer que seamos los últimos. Esto es…
— No pierdas la esperanza Magnamon – hablo el segundo caballero – debemos mantenernos firmes. Nuestros compañeros y los dioses confiaron en nosotros
— Aun no puedo creer que ellos… - un potente rugido y varias explosiones interrumpieron la conversación - ¡Maldición! Nos encontraron
— … Magnamon vete. Yo los detendré un poco – el imponente digimon miro hacia el origen del ruido
— ¡No digas tonterías Gallatmon! Hay que irnos…
— Si ellos encuentran el templo, lo destruirán. Además, solo necesitan de tu poder para activarse
— Pero…
— Piensa en el sacrificio de nuestros compañeros, el de los guerreros de los Digi-spirits, el de los ángeles, el de… Ophanimon
— … de acuerdo. Ten cuidado amigo
— No lo olvides… ¡Guerreros Legendarios, Unidos!
— ¡Guerreros Legendarios, Unidos!
Magnamon empezó a correr hacia el templo con todas sus fuerzas. Gallatmon dirigió la mirada hacia el bosque. Levanto su lanza, cuando vio dos grandes ojos rojos que provenían del bosque y después aprecio como una gran hilera de colmillos se abría delante de él, mientras se escuchaba el sonido de una motocicleta llegar a su lado.
— Debí saber que vendrías tú, Beelzemon – Gallatmon dirigió su vista hacia un lado suyo
Una motocicleta llego, de la cual bajo un ser con aspecto de motociclista, pero llevaba una máscara que dejaba ver tres ojos rojos. En su cinturón llevaba dos escopetas pequeñas y tenía un listón rojo atado en su brazo izquierdo y uno rosa en su lado derecho. Mostraba una sonrisa de satisfacción.
— Que patético te vez Gallatmon – el digimon camino mientras lo rodeaba – un imponente caballero de la realeza, degradado a este estado tan deplorable…
— ¡¿Ya me lo puedo comer?! – una imponente voz salió de la hilera del bosque
— Tranquilo Leviamon, al menos disfrutemos de sus últimos momentos de vida…
— ¿Te sientes orgulloso Beelzemon? – hablo el caballero sin desviar la vista del frente – de como traicionaste la confianza de Ophanimon y la mataste, aun cuando te ofreció su amistad. Ella y su hija…
— Hice lo que debía hacer – Beelzemon saco sus armas y las apunto al caballero – después de todo, soy uno de los "Siete Grandes Señores Demonio" y eso no cambiara…
— Ella vio más allá de eso. Y cuando llegue el momento, veras que cometiste un gran error…
— El único error que estoy cometiendo, es dejarte vivo, cuando debería buscar a Magnamon. ¿Dónde está?
— No sé de quién hablas
— Como quieras. Es todo tuyo Leviamon…
— ¡Al fin! – el imponente digimon abrió su gran boca
— ¡No caeré sin antes pelear…!
Magnamon llego a la entrada del templo muy cansado. Cuando se disponía a entrar, escucho una potente explosión y vio como un pilar de luz salía del bosque, seguido de un digi-huevo. Magnamon apretó los puños con dolor y después volvió a retomar su rumbo. Al entrar al templo, contemplo un mural donde se veían las imágenes de sus compañeros, de los Caballeros de la Realeza, los Ángeles digimon, las cuatro bestias sagradas y después, cinco siluetas. El digimon de dorada armadura se acercó a un altar donde se encontraban cinco brazaletes totalmente oscuros y sucios. Magnamon tomo el del centro y lo miro con detenimiento.
— Así que, en este lugar nací…
— ¡Quieto ahí! – el sonido de unas armas cargadas se escuchó detrás del digimon – es una lástima que llegaras tan lejos y solo para encontrar unas simples piedras…
— ¡Beelzemon, también me lo voy a comer! – Leviamon asomaba su inmensa boca por la entrada del templo
— Tranquilo grandulón, primero quiero dispararle, así como al tonto de Gallatmon…
— Esta será… – Magnamon tomo el brazalete del centro y presiono un código del objeto – la última vez que nos veamos. Por la promesa que le hice a Angewomon, la justica caerá sobre ti…
Un pilar de luz dorado salió del brazalete en manos de Magnamon, mientras que de los otros cuatro salieron otros pilares color negro, rosa, rojo y violeta. Antes de que Beelzemon y Leviamon pudieran reaccionar, Magnamon se colocó en frente de ellos.
— ¡Los Caballeros legendarios volverán! – el guerrero dorado coloco sus brazos al lado de su cintura y empezó a brillar - ¡Jihat Extremo!
— ¡Maldición!
Beelzemon y Leviamon salieron a toda prisa del templo, mientras un inmenso domo dorado destruía todo a su paso. Al terminar la técnica, solo quedaron las ruinas de lo que fue un gran templo. En el centro de la explosión, solo había un collar que tenía un dije con unas alas. Beelzemon se acercó al lugar con una mirada de enojo.
— Que idiota – Beelzemon tomo el pequeño collar en sus manos y lo guardo – prefirió quitarse la vida…
— ¡Yo quería comérmelo! – Leviamon empezó a protestar
— Te comiste el digi-code de Gallatmon, deja de quejarte…
— Al menos ha sido más efectivo que tu Beelzemon – una voz ronca se escuchó detrás de los dos digimon's
— Nadie pidió tu opinión, Barbamon
Desde el cielo, un digimon con una gran barba y cabellera blanca y un poncho de colores rojos y oscuros, descendió frente a los otros digimon's. Usaba un antifaz de nariz puntiaguda y color amarillo y en sus manos tenía un bastón de madera con un orbe rojo protegido por un cráneo con colmillos.
— ¿No encontraron algo valioso? – pregunto el digimon mientras acariciaba su barba con cuidado
— Para ti solo hay tesoros y ya – dijo Beelzemon – Magnamon murió. El último de los caballeros de la realeza…
— Si es así, ¿Dónde está su digi-huevo – dijo Barbamon viendo al cielo
— Yo no me lo comí – dijo Leviamon dentro del bosque buscando que comer
— Lo bueno es – Barbamon extendió su mano para mostrar un brazalete color rojo – que yo si obtuve algo, aunque solo es una pequeña parte de su poder
— ¿Y ahora qué? – dijo Beelzemon – ya no hay nadie que nos desafié
— Las bestias sagradas están atrapadas en la zona sagrada. Solo nos queda buscar los elementos necesarios para revivir a Lucemon. Y entonces, el digimundo y el mundo de los humanos será nuestro
La ciudad de Tokio. Las personas van y vienen, dentro de sus propios asuntos. La vida parece ser la misma de todos los días, tan monótona y llena de sus altas y bajas. El atardecer se hacía presente sin nada fuera de lo común, hasta que un pequeño estruendo se sintió en todas partes. En el cielo, aparecieron cinco pilares de luz, seguidos de la silueta de una criatura de armadura dorada, lanzando una onda expansiva muy poderosa. Pero lo más raro, es que nadie pudo ver esto, a excepción de una persona. Oziel se encontraba caminando hacia su departamento después de sus clases de idioma. Él era un muchacho de altura promedio, cabello chino color negro y tez morena aperlada. Tenía 22 años. Llevaba un pequeño maletín donde tenía unos cuadernos y su laptop. Al ver esas extrañas luces, se sorprendió, pues esa silueta se le hizo conocida de alguna parte. De repente, una luz de color amarilla dorada se acercó a él y antes de hacer algo, se vio rodeado y tuvo una visión de ese extraño ser de armadura dorada muriendo en esa explosión. Cuando la luz desapareció, vio que estaba en el mismo lugar camino a casa.
— ¿Qué fue esa luz…? – el muchacho se sorprendió hasta que escucho una voz en su cabeza
— Tu eres el elegido – la voz parecía vieja y cansada
El muchacho miro a todos lados buscando el origen de esa voz, pero al no encontrar nada, retomo su camino a casa. Llego a su departamento donde solo había cosas sencillas, como una pequeña sala unida al comedor y una cocina pequeña y sencilla. Al fondo había un balcón donde había una lavadora y un tendedero para la ropa. Había un pasillo que conectaba a la sala y había tres puertas, una del cuarto de baño, otra era el dormitorio y un tercero era una habitación para huéspedes. Después de cenar y ver las noticias locales, se dirigió a su habitación a realizar sus pendientes en su computadora. Oziel era un estudiante transferido desde el otro lado del mundo para aprender más del mundo. Aunque por su actitud tranquila e inocente, no destacaba mucho en el ambiente. Era un poco tarde cuando se disponía a dormir, cuando recibió una video llamada de su familia.
— Hola hermano, o debo decirte ¿Oni-chan? – dijo una chica junto a un pequeño niño
— No me digas así, es raro – dijo el muchacho aun escribiendo - ¿Cómo están todos?
— Estamos bien, te extrañamos…
— Oziel, tráeme una sorpresa de allá – dijo el pequeño
— Descuida hermanito, veré que te compro. Debo dormir, nos vemos
— ¡Adiós Oziel! – la video llamada termino
— Al menos están bien y felices…
Cuando Oziel se disponía a cerrar su laptop, una luz muy intensa cegó al muchacho. Al abrir los ojos, se encontraba en un extraño templo color blanco. Empezó a caminar y vio varias pinturas murales en todo el lugar, con imágenes de extrañas criaturas y guerreros con extrañas armaduras. Llego a una gran puerta, pensando que se trataba de un sueño. Al llegar a una gran puerta, esta se abrió y de ella salieron cuatro siluetas cubiertas por unas capuchas de varios colores: Roja, Azul, Plateado y Verde.
— Esto es un error Qinglonmon – dijo la silueta de rojo – no podemos depender de un humano
— No tenemos otra opción – hablo la silueta plateada – en el pasado, los humanos nos ayudaron, es momento de pedir de nuevo su ayuda
— Concuerdo con Naihumon – hablo la silueta de verde – además que Qinglonmon ya ha elegido a los jóvenes más puros y capaces
— De acuerdo – hablo la silueta de rojo – pero sigo pensando que es un error.
— Eh, disculpen – el pobre muchacho se sintió fuera de lugar - ¿Dónde estoy…?
— ¡Silencio Humano! – grito la silueta de rojo - ¡Hablaras cuando lo digamos y…!
— ¡Suficiente Zhuqiamon! – hablo la silueta de azul – no tenemos tiempo
La silueta de azul camino hacia el muchacho y le extendió su mano y después le indico un camino mientras miraba el muro con varias figuras.
— Bienvenido Oziel D. Mario – hablo el sujeto – mi nombre es Qinglonmon. Soy una de las cuatro bestias sagradas protectoras del digimundo
— ¿El digimundo es real? – muchacho lo vio un poco extrañado – creí que usted era una especie de dragón gigante con cadenas…
— Por el momento, mi poder y el de mis compañeros está siendo suprimido – hablo el sabio digimon – te hemos traído aquí, porque necesitamos tu ayuda
— ¿Mi ayuda…? – Oziel se detuvo al ver un gran mural frente a él, con un guerrero al frente – yo lo he visto antes
— Él es Magnamon – Qinglonmon se detuvo y señalo el mural – antes de todo, el digimundo se vio dividido en dos elementos clave que poco a poco empezaron a dividirse más y más: arriba-abajo, vida-muerte, luz-oscuridad, bien-mal
— Hasta este momento – la silueta roja se acercó – todo era caos. Nosotros fuimos creados con el propósito de mantener el equilibrio del digimundo, pero poco a poco, los digimon's crearon sus propios criterios y a escoger su propio bando
— Fue así que se crearon a aquellos que se encargaran de mantener el equilibrio y mantener el poder y la serenidad que los dioses no somos capaces de hacer – hablo la silueta de verde
— Pero de vez en cuando, estas mismas se desafían o buscan romper el equilibrio – continuo la silueta plateada – fue así que creamos normas, leyes y quienes se encargaran de hacerlas cumplir…
— Los tren ángeles del digimundo – hablo el muchacho
— ¿Cómo lo sabes? – hablo Zhuqiamon asombrado
— Sonara raro y ofensivo, pero en nuestro mundo, los digimon's y el digimundo es algo como un juego, por eso conozco algo sobre ustedes…
— ¡Los humanos no nos respetan…! – Zhuqiamon se enojó ante este comentario
— Fuimos creados a base de los humanos Zhuqiamon, no te sientas así – dijo Ebonwumon, la silueta verde
— Entonces, ya conoces sobre el orden de poder del digimundo – dijo Qinglonmon
— Si, los ángeles digimon, los caballeros de la realeza y los guerreros de los Digi-spirits – dijo el muchacho hasta ver unas siluetas desconocidas – pero estos no los conozco
— Antes de los caballeros legendarios, existieron otros cinco guerreros que se crearon a base de las insignias legendarias – hablo el digimon de rojo – estas daban poder a los digimon's que eran dignos de portarlos
— Fueron los primeros defensores del digimundo – hablo Naihumon – antes de los caballeros de la realeza
— Magnamon era el líder de este primer grupo, pero dejo el cargo cuando se unió a los caballeros de la realeza – hablo Qinglonmon – aquí es donde se central nuestro actual problema
El poderoso digimon mostro una imagen del digimundo donde se apreciaban grandes zonas destruidas y alteradas. Qinglonmon explico que hace diez años, unos niños elegidos salvaron al digimundo de la amenaza del malvado de Lucemon. Este fue destruido, pero la verdad es que él es uno de los Siete Grandes Señores Demonios. Cada uno despertó al ver muerto a su compañero y empezaron a atacar el digimundo. Los Digi-spirits, los ángeles guardianes, incluso los caballeros de la realeza perecieron ante estos seis despiadados digimon's. Su plan es resucitar a su compañero caído y traer un mal diez veces peor. El último de los caballeros, Magnamon sacrifico su vida para traer de vuelta a sus compañeros guerreros y mantener la última esperanza al digimundo y el mundo real.
— En total, son cinco caballeros legendarios – continuo Qinglonmon – y cada uno lleva una insignia legendaria: Justicia, Bondad, Amor, Paz y Respeto
— Tu eres el elegido de la insignia de la justicia – dijo Zhuqiamon – necesitamos tu ayuda, ¿aceptaras?
— Yo… no estoy seguro – el muchacho dudo de sí mismo – puedo ser justo y esas cosas, pero no tengo la fuerza…
— Claro que la tienes – hablo Naihumon – Magnamon te escogió por una razón. El digimundo y nosotros te necesitamos
— Si el digimundo desaparece, pronto encontraran el poder que uso Lucemon para tratar de entrar en su mundo – continuo Qinglonmon
— De acuerdo – Oziel miro la imagen de Magnamon y puso su mano en el muro – lo hare, por el sacrificio que hizo y por mi familia
— Bien, ya puedes pasar – Ebonwumon hablo hacia otra puerta
De la puerta salieron un pequeño gato blanco con guantes amarillos y un pequeño con alas en la cabeza y color naranja de la parte superior de su cuerpo.
— Ellos son Patamon y Gatomon – señalo Ebonwumon – son los hijos de Seraphimon y Ophanimon respectivamente. Te ayudaran y apoyaran mientras estés en el digimundo
— Hola, es un placer – señalo Patamon un poco animado
— Hola – dijo Gatomon sin muchos ánimos
— ¿Pasa algo malo? – pregunto el muchacho un poco preocupado
— Uno de los enemigos fue el culpable del asesinato de … - Qinglonmon explicaba cuando fue interrumpido
— ¡No lo diga, por favor! – dijo la pequeña digimon enojada – no es necesario que lo sepa, yo me encargare de el
— No dejes que la venganza te consuma pequeña – continuo el digimon de azul
— Eso la mantiene adelante – interrumpió el digimon de rojo – ahora toma esto
Un brillo dorado apareció en frente del humano y este vio como en su brazo derecho apareció un brazalete color dorado con la insignia de la justicia. En su mano izquierda apareció una tarjeta color transparente, con una espada grabada. También apareció un collar en su cuello con la misma insignia que en su brazalete.
— El brazalete es tu digivice – dijo el digimon azul – usando la tarjeta de acceso, podrás digievolucionar
— Además, es tu llave para entrar y salir al digimundo, usando cualquier computadora – continuo el digimon verde – siempre que entres, llegaras a este templo y de aquí, al digimundo…
De repente, un estruendo sacudió el lugar. Qinglonmon hizo aparecer una pantalla y apareció una horda de varios digimon's atacando una zona poblada digimon.
— Están atacando – el digimon plateado dio la orden – vallan y detengan el ataque
— Esperen… - Oziel se puso nervioso – aun no estoy listo. Ni siquiera se pelear bien…
— Entonces no vengas – Gatomon salió corriendo junto a Patamon
— Confía en ti Oziel – dijo el digimon azul
— Lo intentare
Oziel entro en el portal y llego al pueblo de los digimon's. Varios de ellos corrían asustados mientras el fuego cubría varias de las casas. El muchacho corrió y vio a varios digimon's oscuros atacando el pueblo y buscando algo entre las ruinas. En eso, vio una silueta más grande que estaba parada sobre una de las casas.
— ¡Destruyan todo el pueblo! – grito el digimon de la torre - ¡Busquen la llave del digi code!
— ¡Golpe de Fe! – un haz de luz golpeo al digimon tirándolo al suelo - ¡Oziel, nosotros nos encargaremos de el! ¡Ayuda a los demás a evacuar!
— De- de acuerdo – el muchacho corrió al pueblo cuando su brazalete empezó a emitir un extraño ruido - ¿pero qué…?
— Oziel, tu brazalete te permite saber los datos de los digimon's para conocer sus puntos débiles – Qinglonmon hablo con el humano
— Veamos…
Data book Digimon
Devidramon
Nivel: Adulto
Tipo: Virus
Descripción: Este Digimon de temible apariencia es capaz de intimidar a todos a su alrededor con sus ojos de color rojo sangre. Su técnica especial es: "Garras Carmesí"
— Bien, esos digimon's son fáciles para Angemon – dijo el muchacho cuando el mismo digimon de la torre apareció en el cielo – ese si es más poderoso…
Data book Digimon
SkullSatamon
Nivel: Perfección
Descripción: Este Digimon de apariencia despiadada perteneció a la clase de Ángel Caído. Se alimenta del poder de la Zona de la Oscuridad. Con su técnica: "Hueso de Clavo", paraliza a sus enemigos y es capaz de causarles daños de gravedad
— ¿Quién es tan fuerte que puede manipular a SkullSatamon? – Oziel vio como el enemigo esquivaba unas flechas de luz – esa es… Angewomon
— ¡Flecha Celestial! – la digimon ángel disparo una flecha alejando a su enemigo y luego vio al muchacho que la veía – si no vas a ayudar ¡Vete de aquí!
— Eso lo confirma – el muchacho siguió corriendo hacia el pueblo – por alguna extraña razón me odia
Mientras la batalla seguía en el cielo, el humano empezó a ayudar a los digimon's del pueblo. Cuando vio a una pareja de Jijimon y Babamon que se reusaban a salir de la casa, pues eran los guardianes de la llave del Digi code. Entonces, un Devidramon cayó cerca de la cabaña y Oziel tuvo que sacar a los viejos digimon's del lugar. SkullSatamon llego y empezó a caminar hacia la cabaña destruida para absorber el digi code.
— Esto es muy fácil – hablo el digimon hasta que recibió el golpe de una flecha en su espalda – parece que la hija de Ophanimon no sabe cuándo rendirse
— ¡Voy a acabar contigo! – la chica ángel bajo a gran velocidad para atacar, pero recibió un golpe de un Devidramon
— ¡Ahora acabare contigo! ¡Hueso de Clavo…! – SkullSatamon detuvo su ataque cuando alguien le aventó algo en la cabeza
— ¡Aléjate de ella! – Oziel tenía unas piedras en la mano
— ¿Un humano? Esto se pone mejor…
— ¡Atmosfera Celestial! – Angewomon activo una onda de energía pura que empujo a SkullSatamon a otra cabaña sola – yo no pedí tu ayuda…
— ¡No me importa! – el muchacho dejo sorprendida a la chica digimon – dijiste que me fuera si no planeaba ayudar, pero lo voy a hacer…
— ¡Hueso de Clavo! – una luz azoto a Angewomon – lástima que ya no hay a quien ayudar
— ¡No dejare que la lastimes!
Una luz dorada envolvió a Oziel. Levanto su brazo derecho y saco la tarjeta transparente.
— Pase legendario: Acceso – Oziel paso la tarjeta frente a su brazalete y ambos objetos brillaron con gran intensidad – Digi-insignia – Digimon a:
La luz empezó a cubrir al chico. Pronto su cuerpo fue cubierto por una armadura dorada en su totalidad. En su pecho estaba el símbolo de una espada con su punta hacia arriba y en su mano derecha, apareció una espada con su filo totalmente dorado.
— Magnamon – La luz de la justicia
Frente a todos estaba el nuevo caballero legendario. Su mirada era serena y todo su cuerpo estaba cubierto por completo de la armadura dorada, similar a la del primer Magnamon.
— ¿Ese es…? – SkullSatamon palideció al momento
— ¿Magnamon? – Angewomon y Angemon quedaron sorprendidos ante el nuevo guerrero
— ¡No se queden ahí! – el digimon maligno grito de nuevo - ¡Acaben con el!
Los Devidramon empezaron a atacar al guerrero dorado, pero este esquivaba fácilmente los ataques y detenía otros con su espada. Uno a uno, eran derribados por los golpes y caían todos juntos y amontonados.
— ¡Misiles de plasma! – Magnamon lanzo unos potentes misiles y el digi code de los Devidramon apareció - ¡Digi code, Captura!
— Venciste a los Devidramon – SkullSatamon se puso frente al guerrero – pero no me impresionas ¡Hueso de Clavo!
— ¡Barrera de oro! – una pared de cristal brillante se colocó frente al caballero y bloqueo el ataque
— ¡Imposible!
— Ahora me toca – Oziel saco su espada y la tomo con sus dos manos - ¡Estocada de plasma! – una luz muy intensa salió de la espada y atravesó al maligno enemigo
— Im-imposible… él es… ¡Aaagghhhh! – el digimon fue atravesado por varias luces hasta que apareció su digi code
— Alma que fuiste manipulada por la maldad – Magnamon levanto su brazo derecho – deja que la luz de la Justicia purifique tu alma ¡Digi code, Captura!
El digi code de SkullSatamon fue absorbido por el brazalete del caballero y después, un digihuevo salió volando para después desaparecer. Los Devidramon que aún quedaban en el lugar se asustaron y más cuando Magnamon los miro con enojo.
— Díganle a sus amos, que Magnamon y los Caballeros legendarios han regresado – Magnamon levanto su espada hacia ellos - ¡Yo traeré justicia al digimundo!
Los digimon malignos se fueron volando a toda prisa. Cuando ya no había peligro, Magnamon desapareció en un brillo y volvió a aparecer Oziel, pero se veía un poco acabado. Angewomon y Angemon llegaron a su lado. El digimon ángel ayudo al chico a sentarse y lo felicitaba por su increíble actuación.
— ¡Estuviste increíble! – Angemon celebraba con emoción – no cabe duda que eres el elegido de Magnamon, ¿No crees Angewomon?
— Solo porque pudo digievolucionar, no signifique que esté listo… pero gracias – Angewomon se fue volando del lugar sin decir mas
— Creo que no le agrado – Oziel lanzo una risa nerviosa
— No es eso – Angemon se puso serio – ella la tuvo difícil por la muerte de la señorita Ophanimon. Por eso esta dolida
— Ya veo, espero que podamos llevarnos bien
Después de eso, regresaron al templo de las bestias sagradas, las cuales felicitaron al guerrero por su victoria. También le explicaron que los digimon's malignos buscaban robar el digi code de varias zonas del digimundo como lo hizo Lucemon, pero esta vez planeaban corromperlo. La misión de Oziel, seria proteger el digimundo y sobre todo, buscar a sus compañeros en el mundo real. Además que le avisarían cuando el digimundo estuviera bajo ataque o simplemente podría entrar y salir a su gusto. Oziel les prometió que daría todo de él y no se rendiría. Después de un rato, regreso a su apartamento y se dispuso a descansar, pero al acostarse en su cama, su laptop volvió a brillar y de la pantalla salieron Patamon y Gatomon.
— ¿Qué paso? – pregunto el chico muy confundido
— No te hagas una idea equivocada – dijo Gatomon viendo la habitación como si no fuera muy impresionante
— Las bestias sagradas quieren que te brindemos protección en el mundo real por si acaso – explico Patamon – no sabemos si los Señores Demoniacos puedan entrar a tu mundo, así que será mejor estar prevenidos
— De acuerdo – el chico soltó un amplio bostezo – pueden dormir en la cama de arriba, yo dormiré en la de abajo
— Gracias – Gatomon se recostó mientras Patamon le seguía
Pero cuando Oziel empezaba a cerrar sus ojos, una alarma sonó. Oziel tomo su despertador y vio que eran las 6:30 a.m.
— ¡¿Qué?! – Oziel se levantó alarmado - ¡¿Estuve en el digimundo toda la noche?!
— El tiempo se mueve diferente en tu mundo y en el nuestro – dijo Gatomon viéndolo con burla
— ¡Maldición! ¡Voy a llegar tarde a mis clases! – el pobre muchacho salió rápido de la habitación para arreglarse
— Gatomon – Patamon veía a su compañera que fingía estar dormida – mientras yo hablaba con el cambiaste su alarma, ¿Por qué?
— Tú lo dijiste – dijo la pequeña digimon con una risa – debo recuperar mi antiguo buen humor. Tal vez con el me divierta
— Eres muy mala
Y mientras los dos digimon's dormían, el pobre chico aún estaba tratando de vestirse y desayunar a las 2 de la mañana. Si, esa sería su nueva vida como un héroe. Pero mientras él se estresaba, en la Zona Oscura los seis digimon´s demoniacos discutían en una gran zona llena de sombras.
— Los Devidramon lo confirmaron – hablo Barbamon – Magnamon ha vuelto a la vida
— Y al parecer, los hijos de los Ángeles, junto a las bestias sagradas están apoyándolo – dijo Leviamon con enojo
— Aun así, no será un problema encargarnos de ellos – hablo Beelzemon con arrogancia – será divertido acabar con ellos…
— Suenas muy confiado "Beelzi" – una voz femenina se escuchó en el lugar – ¿Seguro que serás capaz de acabar con Angewomon?
— Mejor cállate Lilithmon – hablo Beelzemon con furia - ¡Me encargare de…!
— No grites escandaloso – hablo un ser con una voz profunda – si alguno de ustedes despierta a Belphemon, se encargara de volver a dormirlo
— Ese es tu trabajo Daemon – hablo Barbamon acariciando su barba – pero descuiden. Ustedes sigan buscando las llaves del Digi code. Pronto Lucemon volverá a la vida y así, nuestro objetivo final se cumplirá
El Digimundo y el mundo real, estará en nuestras manos…
Continuara…
Nota del autor:
Hola queridos amigos. aqui tienen el inicio de un nuevo proyecto el cual ya me tenia totalmente agobiado. Lo interesante de esta historia es que los personajes principales sere yo y otros amigos mios que le daremos nuestro propio toque a la historia. Espero que les guste, dejen un review y compartan con los fans de digimon. Tambien los invito a leer mis otras historias y compartan con sus amigos. Sin mas, les doy las gracias por su tiempo y que tengan un buen dia.
Atte.
Emperor92
