Interminabile
Una de las cosas que más odiaba Julieta de los Carabinieri era que mataban sin pensárselo dos veces, algo que estrujaba su corazón amante de la justicia. Estaba a favor del castigo, siempre que no robara al delincuente la posibilidad de rehabilitarse y era eso mismo lo que hacía la muerte.
Así que más de una vez soñó con hacer lo que aparecía en las historietas de Antonio, agarrar una lanza e insertarla en lugares impúdicos de esos malditos, para que dejaran de oprimir al pueblo que merecía su entera devoción.
En cierta forma es gracioso que ahora le den ganas de llorar con tan solo encajarle un golpe de espada bastante serio a uno que venía con toda la intención de cargársela.
Como si fuera ella la equivocada.
Los héroes deben vivir pero con las manos teñidas en escarlata, a ella le cuesta convencerse de que es siquiera tal cosa, digan lo que digan sus amados súbditos. La culpa (y el círculo de traiciones a los demás, a Julieta misma) es interminable.
[Septiembre, 2009]
