Aviso: "Mensajes del Futuro" es una historia original de mi autoría, aunque los personajes y el contexto en donde se desarrolla son creaciones de la excepcional J.K Rowling.


Mensajes del Futuro

Capítulo 1: Escapando

Extraños fenómenos estaban ocurriendo y era imposible predecir lo que sucedería.

La guerra estaba en pleno auge y lamentablemente la balanza no estaba a su favor.

Lord Voldemort, manipulaba como a títeres al mundo mágico y no mágico. El Ministerio de Magia ahora solo era una simple construcción sin significado alguno. Ni siquiera existía un Ministro que los representara… y el mundo no mágico no era muy diferente a eso.

Los países se culpaban entre ellos por los raros acontecimientos que pasaban, por lo que los pueblos no solo se veían aterrorizados por los ataques entre naciones sino por los propios golpes de Estado y continuos saqueos que ocurrían en las ciudades.

Incluso el mismo ambiente había cambiado. Desde hacía meses el cielo de Londres y alrededores estaba cubierto por una extraña nebulosa de colores producida por los incontables hechizos que se llevaban a cabo sin parar. Más aun, sobre la tierra una pesada bruma producida por los dementores recorría las calles a sus anchas.

La gente vivía aterrorizada, ningún meteorólogo había podido averiguar que era y sumado a las continuas desapariciones y muertes que ocurría día tras día, el mundo era un caos… Adicionalmente una ola de suicidios en masa se había puesto de moda, ya que muchos no encontraban otra salida a semejante situación.

Su familia, amigos y todos a quienes conocía eran atentados por los continuos ataques de mortifagos mientras ella se encontraba viajando con Harry y Ron en busca de los horrocruxes.

Ron hacia un mes que había enfermado por causa de un hechizo recibido por un grupo de carroñeros encontrados en el camino y no mostraba buenos síntomas, habían tenido que hacer más lento el viaje, por lo que la esperanza de conseguir las piezas que faltaban para destruir a Voldemort eran cada vez menos.

-Creo que deberíamos resguardarnos aquí, está oscureciendo-

-Ok, pondré los escudos. Encárgate de armar la tienda así Ron puede descansar-

-No te preocupes, también encenderé una fogata para calentarnos… Este frio me está matando.-

Harry veía como su amiga levantaba los escudos alrededor de ellos. Le dolía en el alma verla así. Ella estaba arriesgando todo para ayudarlo y él no podía asegurarle nada. Ni siquiera podía brindar la protección que ella y Ron necesitaban.

Notaba como día a día su amiga, su hermana, su compañera de ruta iba muriéndose por dentro lentamente. Y no era producto por los golpes, los vendajes o las cicatrices que habían ganado a lo largo de ese viaje… No, ella había sido una gran luchadora, nunca se había quejado ni por el frio, ni por el hambre ni por ninguna de las malas decisiones que él había tomado y que ella había acatado sin discutir… veía que poco a poco se estaba dando por vencida, estaba perdiendo la fe.

-Ven Mione, ponte cerca del fuego, la semana pasada has estado enferma y no quiero que empeores-

-Tranquilo Harry, estoy bien, solo un poco cansada. Iré a ver si Ron necesita algo y a recostarme antes de hacer la guardia. Hace días que no duermes, no puedes seguir así.

-No Herm, deja que yo…- Pero Hermione lo interrumpió y no dejó que siguiera. –Harry, hazme caso, necesitas estar fuerte, ésta noche la guardia la hago yo.

Llegada la medianoche por fin Harry pudo dormir y Ron dejó de tener pesadillas a causa de la fiebre. Hermione veía como sus amigos estaban perdidos en el mundo de Morfeo, y le tranquilizaba saber que por lo menos allí estaban tranquilos y en paz.

Mirando el cielo nocturno con esa extraña nebulosa parecida a una aurora boreal, tomó su pluma de su bolso, tinta y empezó a escribir en su diario mientras hacía guardia en la entrada de la tienda. Ésta era una costumbre que ya se le había hecho familiar desde hacía años. Explayaba todos sus pensamientos y miedos en aquel diario luego de su 4to año en Hogwarts cuando se dio cuenta que una nueva era de terror se avecinaría. Quería registrar cada detalle en ese diario para que ninguna información se le escapara de las manos…

Querido diario,

Ya me estoy sintiendo bien, la semana pasada atravesé un resfriado muy fuerte y la fiebre no me dejaba escribir. El pobre Harry nos ha cuidado a Ron y a mí y eso me hace sentir fatal, saber que somos una carga para él en lugar de ser el apoyo que necesita.

Ron está mejorando lentamente, estuve tentada de llevarlo a San Mungo puesto que nosotros no tenemos la medicina ni los conocimientos necesarios para curarlo como se debe, pero el muy testarudo nos convenció de no hacerlo ya que desconocemos con certeza cuál es la situación en la ciudad… por suerte poco a poco está mostrando mejoras y volviendo a ser el mismo de siempre.

Los tres hemos estado viajando sin rumbo en estos últimos días huyendo de un grupo de carroñeros que creemos fueron los mismos que nos atacaron la última vez. Aumentamos nuestros escudos alrededor de nuestro campamento y tratamos de cambiar de locación bastante seguido, pero con el estado de Ron no nos es muy fácil.

Aun no tenemos noticias de nuestros conocidos, y como si fuera poco por la radio hemos escuchado solo informes desalentadores. El mundo es un desconcierto, Voldemort cada vez es más fuerte y como si fuera poco, con Harry no sabemos cómo continuar. Creemos saber que los horrocruxes que faltan son la copa de Helga Hufflepuff, la diadema de Ravenclaw y la propia Nagini. Sin embargo no tenemos idea de donde pueden estar.

El tiempo se está acabando, y la profecía se cumplirá en cuanto menos lo esperemos.

Tengo miedo, pero sé que debemos seguir. Harry lleva un gran peso sobre sus hombros y yo no lo abandonaré cueste lo que me cueste.

Espero que la próxima vez que te escriba, tenga mejores noticias…

Se despide.

Hermione J. Granger.

Una lágrima caía por su suave mejilla mezclándose con los restos de tierra y sangre reseca producto de los golpes cotidianos.

A lo lejos se empezaban a distinguir los primeros rayos del alba. Se disponía a entrar a la tienda de acampar cuando unos ruidos cercanos la estremecieron.

-BOMBARDA!-

No llegó a darse vuelta cuando varias explosiones empezaron a sonar a metros de ellos.

-Oh, no… Harry, Ron! Rapido! Nos encontraron!

Harry salió cargando a Ron apresuradamente pero ya era tarde… un grupo de mortifagos los estaban acorralando.

Docenas de hechizos empezaron a volar alrededor.

-Avada Kedavra!

-NOO! Ron!- El pelirrojo había caído sin vida de los brazos de Harry…

-CORRE HERMIONE! NO HAY TIEMPO!

Hermione estaba paralizada, uno de sus mejores amigos había sido asesinado por uno de los encapuchados. No entendía lo que estaba sucediendo, solo sabía que en una mano aun llevaba su diario y su bolso y que en la otra tenia la mano de Harry que la arrastraba por el bosque mientras los perseguían.

-Vamos Mione, corre, tenemos que huir, por el amor a Merlín, reacciona!-

Corría como podían, el camino estaba muy enlodado y era inevitable no tropezarse… Las rodillas le sangraban por cada caída y sus caras estaban llenas de arañazos pero no les importaban, escapar de allí era la meta sin importar que.

-Ha… Harry, ya… ya no puedo más. Mataron a Ron, Harry. No quiero… no quiero seguir- decía entre llantos Hermione

-No digas eso Herm, por favor, tenemos que salir de…

-Ustedes no saldrán de ningún lado, DETENGANLOS! Vociferó uno de los mortifagos que los había alcanzado

-TENEMOS A POTTER! LLAMEN AL SEÑOR TENEBROSO!

-Harry… tengo miedo-Susurró Hermione viendo que no tenían escapatoria

-Yo también Mione, pero saldremos de aquí de alguna forma-

-No lo creo Potter- Una nube negra se formó delante de ellos dando lugar a una figura esquelética… Lord Voldemort había hecho acto de presencia en el lugar –No necesito a tu amiguita sangre sucia… con vida-

- Noo, por favor, te lo ruego. Mátame a mí, a ella no

-Muévete mocoso! Ya llegará tu turno

-TE LO RUEGO! A ELLA NO!

-AVADA KEDAVRA! Y un rayo verde fue lo último que sus ojos color miel vieron

-NOOO, HERMIONEEEE- Harry trató de interponerse, pero fue demasiado tarde… El rayo golpeo en el diario de Hermione haciendo que explotara en miles de partículas brillantes que paradójicamente hacían un maravilloso efecto al contraste de la nebulosa que cubría el cielo de Londres…

Al instante siguiente el diario había desaparecido… y Hermione también.


Esta historia continuará…


Muchas gracias a todos por leer mi historia, me encantaría saber que les ha parecido.

Hasta dentro de poco!

Saludos.

Sher-Black