3 jóvenes dormían plácidamente en sus suaves y calentitas camas. Solo hasta que los rayos de sol entraron por la ventana, provocando el caos absoluto.
-¡Que alguien apague la maldita luz!- uno de los jóvenes se despertó muy molesto. Era alto, musculoso, de piel morena, sus ojos se abrieron perezosamente, dejando ese color tan vivo a la vista: grises; se despeino más el cabello y miro a sus compañeros que seguían durmiendo, cada uno de forma diferente.
Un chico moreno de ojos avellana despertó por la suave brisa de la mañana que entraba por la ventana abierta.
-¿Sirius?- pregunto frotándose los ojos.
-¿Qué?- le responde este.
-Apaga la luz y cierra la ventana, tengo frió- le respondió.
-James, James, James, creo que el que esta más cerca de la ventana eres tu- le dijo el moreno de ojos grises.
-Ya lo se Sirius, pero es que me da pereza- le dijo James bostezando.
-Y que…
-Pues que lo hagas tu- James se acurruco otra vez en la cama, tapándose hasta las orejas con las mantas.
-¡Ah no! Yo no me levanto de la cama- dijo Sirius cruzándose de brazos.
-Pues yo tampoco…
-¡Callaos de una maldita vez!- grito el 3 joven: era castaño y de ojos miel. Se había despertado por el jaleo que hacían los otros dos (normal).
-Si Remus- respondieron cada uno a la vez.
-Así me gusta- Remus se levanto de un salto y se acerco a la ventana abierta, respirando el puro aire de las mañanas.
-Que bonito día…
-Otra vez no…- dijo James colocando la almohada en su cabeza.
-Ya viene la misma historia de siempre- dijo Sirius poniéndose unas orejeras.
-Este día es mi día, encontrare mi chocolate… mi chocolate de 2 metros…
-¡Oh vamos!- le dijeron los dos merodeadores tirándole almohadas.
-Soy de lo peor, ¿nunca habéis estado enamorados o que?- le dijo enfadado.
-Yo lo estoy, pero no me paso todo las mañanas hablando de mi pelirroja- dijo James levantándose.
-No ni poco- dijeron sarcásticamente los otros dos.
-¡Callaos! Voy a apagar la maldita luz de una vez, así podré dormir tranquilamente- James se acerco a la ventana con una piedra- Ya veras que le doy.
Remus negó con la cabeza. Mas idiota no podría ser ¿o si?
James la tira y cae al vació.
-Pues va a ser que no…
-Apártate y deja pasar al maestro- dijo Sirius con aires de superioridad, coge una piedra y la lanza lo más lejos posible, pero no le da a la luz, si no a la cabeza de Lucius Malfoy que paseaba tranquilamente por los terrenos de Hogwarts, este se froto la cabeza adolorido y se volteo mirando a su alrededor, mirando quien era el culpable, elevo la mirada hacía las torres y vio a los culpables, que le saludaban con la mano. Malfoy comenzó a instarles.
-Parece un gorila mosqueado- dijeron los merodeadores a la vez.
-Has fallado- dijo James burlón.
-Por lo menos le e dado al creído de Malfoy.
Todos se encogieron de hombros. Algo es algo.
-Por cierto, ¿Qué día es hoy?- pregunto Remus.
-Pues hoy es… ¡Mi cumpleaños! ¡Que fuerte, no lo sabía!
Remus y James se miraron con sorpresa, mientras el feliz de Sirius sonreía.
-¿Tienes un regalo, tío?- susurro James a Remus.
-No ¿y tú?
-Nada de nada.
Los dos se miraron y tragaron saliva.
-Mi regalo- dio inocentemente Sirius extendiendo los brazos en señal que quería su regalo ahora.
Los dos respiraban con dificultad.
-Mi regalo…
-¡Lo tiene Dumbledore!- contestaron a la vez.
-¿Dumbledore?- Sirius alzo una ceja, no estaba muy convencido.
-Se ofreció a guardarlo, es que le caes muy bien- dijo Remus.
Sirius no se creía nada.
-¡Ahora volvemos, tu quédate hay!- los dos merodeadores salieron corriendo por las escaleras, pero tuviera que subir otra vez ya que estaban en pijama.
-Que malos son mintiendo, pero como no traigan mi regalo- dijo Sirius mirando la puerta abierta, una sonrisa maléfica cruzo su rostro-lo pagaran muy caro… muajajajajajajaja.
En Hogsmeade:
Dos chicos que corrían las tiendas con desesperación.
-¿Pero que le gusta a Canuto?- gritaron en medio de la calle.
-Lo general es…
-Chicas- acabo James.
-El problema es…
-Que ha salido con todas…
-¡MENOS UNA!- dijo James con los ojos en forma de corazón.
-Podríamos…
-Grrrrrrr ¡Antes muerto! No le daré mi Lily, es mía, mi pelirroja, propiedad por James Potter y nada más.
-De acuerdo ya lo entiendo, ya lo entiendo…entonces que.
Los dos se miraron triunfantes al tener un regalo fenomenal para Canuto.
-¡UNA MOTOCICLETA!
Fuero corriendo a la tienda de motocicletas pero estaba cerrada.
-¡Cerrada!
-Espera Remus, tengo una idea….
-No iremos a España- decidió Remus.
-Pero nos saldrá mas barato…eso creo…
-Vamos a España- dijo Remus sacando su monedero observando su diminuta cartera.
Y los dos merodeadores se desaparecieron. Y se dirigieron a la primera tienda de bicicletas que vieron.
-Buenos días, queríamos la mejor motocicleta que tenga- dijeron firmemente.
El vendedor los miro sin entender (recordad que los merodeadores hablan Ingles)
-¿Qué? ¿No so entiendo? ¿Soy ingleses?
Ahora eran los merodeadores los que no entendían nada de nada.
-Mo- to- ci- cle- ta- dijeron señalando una.
-Ahh… motocicleta ¿Queréis una? Venid, Venid- izo una seña para que los merodeadores le siguieran- esta vale 10000 euros- dijo señalando la mejor motocicleta que tenia, una negra con llamas dibujadas.
-James dijiste que eran baratas- dijo Remus contando su dinero.
-Pensé que lo eran, no dije que lo fueran- dijo James dándole el dinero al vendedor.
-Pero nos quedamos sin pasta- dio Remus mirando su dinero- me quedare un mes sin chocolate…
-¿Y?
-Que son mis chocolates- dijo Remus injusto.
-¿Y?
-Comprémosle esa maldita motocicleta- dijo dándole el dinero al vendedor, que les sonrió complacido.
Unas cuantas horas después….
-Ufff llegamos- dijeron los dos merodeadores en su cuarto.
-Por fin… ya no siento los brazos.
-Da igual- James.
-Hola chicos- los dos merodeadores se giraron y vieron a Sirius de pie en la puerta.
-Hola Canuto…
-Mi regalo- extendió loa brazos.
Remus le tendió una motocicleta de 6 milímetros.
-Como piensas que voy a caber hay- dijo Sirius mirando la mini motocicleta.
-Jaajajaja te lo as creído- los dos merodeadores se miraron traviesos- este tu regalo.
Y delante del pobre Sirius apareció la hermosa motocicleta.
-Es…es… hermosa…- dijo Sirius con la boza hasta el suelo- te llamare Clariss preciosa, ¿te gusta? Claro que si, claro que si.
Una gotita anime cruzo el rostro de los otros merodeadores.
-Ya tienes dos motocicletas Sirius.
-¿Dos?- dijo confundido, entonces lo entendió, miro la mini motocicleta y después a Clariss, después otra vez a la mini motocicleta y así durante 10 minutos-¡Clariss me as puesto los CUERNOS!
-¡Que no me llames Cuernos!- grito James ofendido.
-Clariss me as puesto los Cuernos, los cuernos… porque…-Sirius cae de rodillas mientras mira a la mini motocicleta.
-¡Que dejes de llamarme Cuernos, Canuto!- grito James molesto.
-¡Cállate Cuernos! ¡No ves que estoy roto por dentro, Clariss me a puesto los Cuernos!- grito Sirius llorando.
James estuvo a punto de abalanzarse sobre el pobre Sirius, pero Remus se lo impidió.
-¡Suéltame Remus, lo mato, lo mato!- rugió James.
-¿Quien es el padre, Clariss? ¡¿Quién!- Sirius estaba muy dolido.
Entonces por la puerta aparece una pelirroja bastante enfadada.
-¡Me as puesto los Cuernos con Evans!- lloro Sirius.
-¡Te mato Canuto, muajajaja!- James se retorcía en los brazos de Remus como un loco.
Lily se quedo muda por la escena que los merodeadores daban.
-James, Lily en la puerta.
Enseguida James se separo de Remus y se arreglo.
-Hola mi dulce pelirroja- dijo James mostrando la mejor sonrisa que tenia.
Lily aun seguía muda por la escenita.
-¡Porque Clariss, porque con Evans!
-Lily nunca haría eso Sirius- intento convencer a Sirius.
-Ufff ¡¿Entonces quien es?- grito otra vez Sirius.
Lily retrocedió hacía la puerta, y cerro la puerta tras de si.
James volvió a intentar matar a Sirius, pero Remus se lo impedía.
-¡Te mato!
-¡¿Clariss quien es?
Entonces entra Regulus en el cuarto bastante molesto.
-¡Con mi hermano! ¿Clariss que tiene el que no tenga yo?
-Cariñito ¿Qué te han hecho?- dijo Regulus bastante desesperado.
-Buaaaaaaa- Sirius lloro más fuerte.
Regulus se acerco a la pared, donde colgaba una foto de el con bigote, cuernos y algunos agujeros.
-Tranquilo yo te protegeré- y salió de la habitación.
-¡Sirius no es tu hermano!- grito Remus enfadado.
-Que alivio… ¡¿Pero sigo sin saber quien es el padre?
-Soy yo- la mirada de los merodeadores se dirijo a la muerta, donde entro una motocicleta negra- soy el padre.
Sirius se quedo mudo, James se desmayo encima del pobre Remus, que intento quitárselo de encima.
-¿Tu?- logro articular Sirius.
-Si, y como no cuides a mi hijo como es debido te mato- dijo la motocicleta amenazante mente mientras se acercándose a Clariss- adiós hermosa, nos vemos- y desapareció.
-Es… es…- Sirius miro a Clariss- ¡PORQUE EL Y NO YO!
Mientras Remus intentaba quitarse de encima a James.
-Pelirroja- murmuro entre sueños.
-Ni pelirroja ni leches ¡Soy Remus! ¡Sirius ayúdame!
Pero Sirius estaba en las nubes, unas nubes muy lejanas.
-Te amo pelirroja de mi corazón- y se abrazo a Remus.
-Por qué a mi- lloro Remus.
Mientras la pequeña motocicleta rodaba por la habitación.
