Todos los personajes de Naruto le pertenecen a Masashi Kishimoto
Capitulo 1 – ¡Odio Suna!
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—De todos los sitos a los que podían habernos mandado, ¿¡Por qué precisamente tenían que enviarnos a la ciudad más árida y seca de todo el mundo?!
La voz de Ino retumbó fuerte y sonora en medio del desierto, rompiendo instantáneamente la paz y tranquilidad que hasta hacía pocos segundos los rodeaba, y provocando no solo la incomodidad de sus compañeros de equipo, sino también la de todos los miembros de la delegación de Konoha que viajaban con ellos, por novena vez ese día.
Y la jornada apenas acababa de comenzar…
—Ino, ¿Podrías dejar de quejarte tanto? Estás molestando a todos…
La voz de Shikamaru se oyó más pausada que la de su compañera, con su toque característico entre desgano y fastidio, mientras intentaba hacer desistir a Ino de continuar quejándose, sobre todo luego de notar la irritación que la rubia estaba provocando en los otros viajeros y en sus superiores. En realidad, el castaño odiaba tener que meterse en líos de mujeres histéricas, y más aún cuando éstos tenían que ver con Ino, pero tampoco quería arriesgarse a que su amiga recibir una reprimenda. Eso hubiera sido demasiado problemático.
Ambos shinobi se encontraban en esos momentos viajando en medio del desierto, formando parte de la imponente delegación enviada desde Konoha hacia la nación de Suna, con motivo de los festejos por el asenso del nuevo Kazekage de la región. Dicha delegación, que contaba con la cantidad nada despreciable de ciento veinte miembros, estaba compuesta por diversas personalidades seleccionadas por la mismísima Hokage, entre los cuales había shinobis de todos los rangos y todas las élites, altos diligentes, y representantes de los clanes más poderosos de la aldea de la Hoja. Y detro de aquel grupo, se había incluído al equipo 10 como representantes de la nueva generación de chunnins de Konoha.
Para la mayoría de los viajeros, haber sido seleccionados a asistir a un evento tan importante como el ascenso de un Kazekage, representaba el más alto de los honores. Una oportunidad única en sus vidas. Y a pesar de lo duro de las condiciones del clima y lo árido del desierto, todos estaban yendo a su destino con muchas ilusiones y esperanzas, dispuestos a afianzar la alianza que se había establecido años atrás con aquella nación, y listos para presenciar un evento al que solo unos privilegiados podían asistir.
Sin embargo, no todos tomaban aquella oportunidad de la misma manera…
—Este calor es insoportable, a este paso moriré deshidratada…
El viaje había comenzado hacía poco más de dos días, y en esos momentos, se encontraban iniciando el tercer día de jornada. Dos días que habían transcurrido sin mayor inconveniente, a demás de los gritos de una chiquilla quejosa que no dejaba de criticar todo a su paso. Y al parecer, el tercer día iba a ser igual que los anteriores, o tal vez peor…
—No seas exagerada, Ino. — continuó el castaño en su intento por hacerla cambiar de ánimos. —Ni que hiciera tanto… calor…
El castaño terminó de hablar para luego secarse las gotas de sudor del rostro, y agitar las ropas que ya comenzaban a pegársele al cuerpo, producto del sudor.
Si claro, como si 38 grados centígrados no significaban nada de calor…
—¿¡Qué no hace mucho calor!? — Preguntó irónica la rubia—Entonces explícame cómo es que estás todo empapado de sudor y hasta Chouji está tomando agua— al instante, observó a su otro compañero de equipo, y casi se le desorbitan los ojos. — No puede ser… ¡¿Chouji está tomando... Agua pura!?
Al escuchar a la rubia, Shikamaru giró inmediatamente hacia su mejor amigo, para quedarse con la boca abierta, mientras lo veía tomando agua pura y cristalina de una de las botellas de reserva. Chouji ingiriendo algo saludable era algo que nunca imaginó ver en su vida.
—Bueno, tienes razón, hace calor. — el castaño tuvo que ceder ante lo evidente. — pero nadie se muere por un poquito de calor, Ino.
—Pero es que no es solo el calor, Shikamaru… — volvió a tomar la palabra la rubia, olvidando el detalle anterior. —¿Acaso tienes idea de lo que este clima le va a causar a mi piel? Mis labios se van a cuartear, mi piel se va resecar, y mi cabello…. ¡Mi cabello!... ¡O por Dios, mira mi pobre cabello!
Al instante, la florista soltó el lazo que sujetaba su larga melena dorada, para luego batirla contra el viento, dejando caer pequeños granos de arena de entre sus hermosas y sedosas hebras doradas, los cuales flotaron suavemente hasta desvanecerse con el aire.
—A este paso, mi cabello terminará quedándose con toda la arena del desierto. — cruzó de brazos e hizo un puchero, molesta.
—Vamos Ino, intenta ser razonable. — continuó en su intento de suavizar las cosas el castaño. — tú no eres la única que está sufriendo con esto del viaje a Suna. — Comentó señalando a los demás que viajaban con ellos — pero eres la que más se ha estado quejado desde que salimos de Konoha.
—Eso es porque soy la única con el coraje de hacerlo.
Ante las palabras de la rubia, Shikamaru respiró sonoramente y negó con la cabeza, cansado de discutir. No tenía sentido intentar hacer cambiar de parecer a Ino, era una batalla sin sentido. Si Ino estaba molesta con el viaje, nada le iba a hacer cambiar de opinión; si ella insistía en quejarse, lo iba a hacer hasta que recibiera una reprimenda de sus superiores, o incluso luego de ello; y si ella insistía en que odiaba Suna, la iba a odiar el resto de su vida.
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Ino resopló fuertemente ante la inclemencia del calor, y luego continuó listando todos y cada uno de los inconvenientes que le causaban tener que viajar a Suna, como el hecho de tener que separarse de sus seres queridos, de sus amigos, y de sus amadas flores, entre otros. La lista continuó creciendo conforme pasaban los minutos, y sus argumentos cada vez se hicieron más fuertes, sobre todo al verse obligada de tener que luchar contra los argumentos en contra que le daba el Nara ante cada una de sus quejas, en su intento por convencerla de que el viaje no sería tan malo.
De pronto, paró en seco y observó curiosa a su compañero. La situación ya comenzaba a ser demasiado sospechosa. Para lo vago y quejoso que solía ser Shikamaru, sobre todo si era obligado a realizar tanta actividad física como la que habían hecho hasta el momento durante el viaje, se le veía bastante animado. Es más, ni siquiera se había quejado de lo problemático del viaje.
—Oye, ¿Y por qué tú no te estás quejando del viaje?
—¿Yo? — pregunto el castaño, intentando sonar sorprendido. — Yo no tengo nada de qué quejarme.
Aquello último despertó rápidamente la sospecha en Ino: Shikamaru sin nada de qué quejarse era demasiado bueno para ser real. Es más, que no hubiera mencionado la palabra problemático en más de una hora de conversación, tampoco era algo que podía dejar pasar por alto.
¿Pero… qué puede haber en Suna que haga que Shikamaru deje de actuar como el vago que es? Se preguntó confundida, para pronto encontrar la respuesta a sus dudas. Claro, de seguro que se trataba de cierta kunoichi de ojos verde esmeralda, cabellos dorados amarrados en cuatro coletas, y mucha pero mucha energía.
—Ahora que lo pienso… — el cambio en el tono de voz de Ino hizo reaccionar a Shikamaru. —Este viaje te cae como anillo al dedo, ¿O acaso me equivoco?
El castaño palideció.
—A… e… ¿A qué te refieres? — preguntó, visiblemente nervioso.
—No te hagas, que hasta Chouji sabe a lo que me refiero. ¿No es cierto Chouji?
Al instante ambos voltearon hacia el aludido, quien hasta ese momento se había sabido mantener, prudentemente, al margen de la discusión. Y así pensaba continuar…
—Ehhh ¿Me estaban hablando a mí? — preguntó distraído, para luego sacar una bolsa de papitas de su bolsillo, y comenzarla a comer.
—Chouji, ¿Qué acaso no se supone que comer papitas te da más sed? — preguntó Shikamaru, intentando desviar el tema de conversación.
—Si, pero tomar mucha agua me dio hambre.
—Ah, bueno, si tú lo dices….
Al ver como la discusión cambiaba de rumbo, Ino apretó los puños y gruñó molesta.
—¿¡Acaso me están ignorando!?
Antes de que pudieran continuar discutiendo, una sombra tenebrosa tras Ino les hizo enmudecer.
En menos de un segundo, y sin que ninguno de los tres pudiera siquiera darse cuenta, una figura apareció justo detrás de Ino. Se trataba de un alto shinobi alto, de mirada dura y aspecto temible, que cargaba una guadaña en la espalda y lucía con orgullo dos enormes cicatrices en su bíceps derecho. Su nombre: Araki Rikuto, uno de los ninjas más reconocidos y temidos de la aldea de la Hoja; y su misión: ser uno de los siete capitanes al mando del grupo visitante.
—¡Se me callan ahora mismo! — habló el mayor con voz imponente, para luego agacharse hasta la altura del oído de la rubia, y hablarle en tono amenazante. — Y si vuelvo a escuchar sus voces… ¡Les arranco las lenguas!
Tras las palabras del mayor, los varones palidecieron y asintieron en el acto, pero quien se llevó el susto de su vida fue Ino. Y no era para menos. Saber que uno de los hombres más peligrosos del mundo ninja se encontraba parado a escasos centímetros tras ella, era más de lo que su delicada persona podía soportar; sobre todo considerando que perder la lengua era lo más sano que podían esperar de alguien como Rikuto.
La rubia aun se encontraban en estado de shock, cuando de pronto una voz la hizo reaccionar.
—Entendido, Rikuto-san.
La voz suave pero segura de Shikamaru rompió con la tensión del momento, y ayudó a relajar a los presentes.
Rikuto volvió a erguirse derecho y cruzar los brazos, para luego dirigir una mirada incisiva a los menores y terminar desapareciendo de la misma manera en la que había aparecido, silenciosamente y sin dejar rastro.
A Ino le tomó cerca de cinco minutos recobrar el aliento y el color en las mejillas, tiempo que sus compañeros esperaron pacientemente a su lado. Apenas la vieron con ánimos de moverse, la cogieron de ambos brazos y la guiaron hacia la dirección indicada.
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Apenas pudo recobrar el uso del habla, solo dijo una última frase:
—Odio Suna.
El sol se encontraba en lo más alto del cielo cuando de pronto pudieron divisar justo frente a ellos las imponentes murallas que protegían la ciudad de Suna, un enorme muro de ladrillos que se presentaba ante ellos en toda su extensión en el horizonte, hasta perderse en la inmensidad del desierto, con altas torres de vigilancia cortando su continuidad a cada veinte metros de distancia, y una enorme puerta de madera de a dos piezas que se levantaba justo en medio de la misma, que daba acceso al interior de la ciudad.
Una enorme construcción totalmente cubierta de arena y sequedad.
Los enormes ojos azul cielo de Ino se abrieron de par en par ante la visión desoladora que se presentaba ante ella. Lo que se supone debía ser una región habitada y llena de vida, más le daba la impresión de ser una ciudadela abandonada en medio del desierto.
Una ciudad toda cubierta de polvo.
Una ciudad gris.
Totalmente gris.
Totalmente seca, y completamente gris.
Ino aún se estaba con la boca abierta, observando el panorama desolador que le aguardaba durante las próximas cuatro semanas, cuando de pronto el sonido de unas trompetas le hizo saltar del susto.
De pronto, las enormes piezas de madera frente a ellos comenzaron a abrirse lentamente, provocando una fuerte ventisca de polvo que alcanzó rápidamente los tres metros de altura, y casi cubrió en su totalidad a la delegación visitante. Al instante, los shinobis de la aldea de la Hoja y demás miembros de la delegación se cubrieron el rostro y ojos en un intento por protegerse del polvo, y prácticamente se "perdieron" en medio de la enorme nube de polvo que tardó un buen tiempo en disiparse.
Para cuando la arena se asentó, los viajeros estaban más enterrados en arena de lo que habían estado cuando llegaron a la ciudad; y en cuanto a Ino, terminó viéndose tan gris que ya estaba a juego perfecto con la ciudad.
—En serio, odio Suna.
Shikamaru y Chouji resoplaron hondo e hicieron caso omiso a las palabras de su compañera, para luego cargar con el equipaje de ésta y "prácticamente" obligarla a avanzar.
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Lo que ella no sabía, es que en Suna le aguardaba más de una sorpresa…
Fin del capítulo primero.
Bueno, aquí les traigo otro fic de esta pareja que tanto me gusta: GaaIno. Este fic intentará simular una historia de romance entre ellos comenzando desde cero, con un poco de celos y también aparición de otros personajes durante la historia.
Para los que están leyendo "El verdadero significado del Kanji amor", este fic podría tratarse como una presecuela, como la historia en la que ambos se conocieron y que había prometido desarrollar, pero lo más probable es que termine con un final diferente. Ojo, no voy a decir que necesitan leer un el otro fic para entender este, o viceversa. Son libres de leer a su gusto y en el orden que deseen estos fic, o de dejarlos si no es de su agrado. Aunque me harían muy feliz si se leen los dos.
La idea es que este fic sea un poco más ligero, aunque no descarto accion en el futuro (que es lo q más me gusta escribir).
Como siempre, espero poder contar con su apoyo. Comentarios, críticas y otros, ya saben como hacerlas...
Saludos.
