Título: Della mia (De mi)

Pareja: SPAMANO~ ¡aiyaa! ¡Hasta que se me ocurrió! Con algo otras parejitas -w-

Capítulos: 6 capítulos, si aumento o reduzco capítulos les aviso òwo

Música: utilizaré algunas canciones como acompañamiento, las pondré al final del capítulo

Disclaimer: Hetalia no me pertence :I

Dedicado a mi Veneziana-onee-chan, Vicky

By Ray Helena Kirkland

DELLA MIA

CAPÍTULO 1 – SECRETOS Y PLANES SORPRESA

(Domingo 11:20 AM)

Romano estaba desaparecido desde la mañana y nadie sabía nada de él, salvo; según los empleados; que había salido de la gran casa por la puerta trasera. Todos salieron a buscarlo en el jardín, en el huerto, en el invernadero...pero no había rastros de él. Y con la intensa lluvia que comenzó a caer sorpresivamente la búsqueda se dificultó todavía más. España no paraba de dar vueltas en la sala sin saber que hacer...tenía que encontrarlo... era su culpa que haya desaparecido de esa manera.

"no queda de otra que buscar adentrándonos en el bosque" –dijo Alemania.

"Si...no podría haber ido por otra parte...la casa esta rodeada por el bosque" –dijo Francia.

"¿Y-y que tan profundo es el bosque?" –preguntó Canadá.

"Veamos...por la parte trasera de la casa, a unas cuantas millas más hay un lago y por ambos costados es bosque por completo, en la parte frontera, esta el camino que lleva a la ciudad, rodeado por árboles"

"Bueno, Romano salió por la puerta trasera, de haber dado la vuelta completa a la casa para irse por el frente, alguno de los empleados lo habría visto..." –dijo Inglaterra.

"en ese caso, le habrían quedado el huerto que está en el lado derecho de la casa, el invernadero por la izquierda y los jardines en la parte trasera. Pero ya hemos buscado en ellos y no hay rastro de él" –dijo USA.

"Entonces debió adentrarse en el bosque...ya sea en una de las tres direcciones" –dijo Alemania.

"Será mejor que nos apresuremos...esta tormenta no me agrada mucho" –dijo Japón

"Si...vamos –dijo España decidido a encontrarlo- espérame Romano...enseguida iréa por ti"

Mientras en algún lugar del bosque se encontraba una figura cabizbaja apoyada contra un tronco, era Romano. Estaba empapado por la copiosa lluvia, miraba el piso, estaba vestido con solo una camisa y unos pantalones, descalzo. Dio unos cuentos pasos con intención de alejarse más del lugar de donde venía, pero apenas avanzó un poco se tropezó con una raíz, y cayó de bruces... se quedó ahí tendido...no quería volver, pero quería volver...no quería verlo de nuevo...pero si quería...en la cabeza de Romano se desataba una pelea interna...y él no sabía cual parte ganaría...

"...como debo hacer para...sacarte...de mi..." –murmuró antes de que las lágrimas comenzaran a salir, confundiéndose con la lluvia, que continuaba mojándolo.

(Tres días antes, JUEVES 20:00)

(París, Aeropuerto)

"¡Ah~ por fin llegamos!" –dijo Italia eufórico mientras recogían su equipaje.

"...me duele la cabeza...no dormí bien en el avión" –dijo su hermano mayor agarrando su pesada maleta.

"¡Oh vamos anímate nii-chan! Francia-nii-chan nos invitó después de todo a pasar el fin de semana en su casa de campo" –dijo emocionado.

"Ah...Francia... –dijo algo desanimado y con algo de miedo- y por cierto ¿Quiénes más vienen?" –preguntó.

"Ve~ todos los del G-8...menos Rusia y China, porque China tenía trabajo pendiente y Rusia dijo que sino iba China no vendría, después Japón creo que invitó a Grecia y Francia-nii-chan invitó a España" –dijo emocionado a ver que iban a ser muchos y por ende iba a ser divertido. Pero cuando Romano escuchó el nombre de España se quedo tieso. Entonces Italia alcanzó a ver a los demás esperándolos –"Mira nii-chan son los demás" –le avisó con alegría.

"Q-que...no... ¡No iré!" –dijo dando media vuelta, Italia lo agarró rápidamente y lo jaló en dirección contraria.

"No hagas eso... ¡nii-chan! ¿Qué tiene de malo?" –decía el menor jalándolo.

"¡No! ¡Simplemente no!" –gritaba Romano.

"¡nii-chan!"

"¿qué sucede? Italia" –se escuchó la voz de Alemania, y en efecto; ahí estaba el alemán mirando con algo de confusión la escena.

"¡Alemania! –Italia dejó a su hermano, que cayó al piso al no estar el otro agarrándolo, Italia abrazó efusivamente al alemán- ¡Alemania! ¡Te extrañé!"

"Pero si nos vimos anteayer" –dijo Alemania.

"si pero fue mucho tiempo igual" –dijo sin soltarlo.

"bien, bien... ¿Y? ¿Qué sucede?" –preguntó mirando al mayor en el piso.

"Es que nii-chan súbitamente dijo que no quiere venir" –dijo Italia.

"¡No molestes! –dijo Romano parándose.

"¿Y por qué no quieres venir?" –preguntó Alemania.

"¡t-tu no te metas! ¡Macho patatas!" –dijo enojándose.

"No tienes porque enojarte..." –dijo Alemania manteniendo la calma.

"¿qué sucede?" –preguntó Japón acercándose.

"¡Japón!" –exclamó Italia.

"buenas noches ¿Cómo has estado Italia-kun?" –preguntó cortésmente.

"¡bien! Ve~ Muy emocionado" –dijo alegremente.

"si, esperemos que la pasemos bien todos" –dijo el japonés.

"¿Ya están todos?"

"Así es, estábamos esperándolos para irnos ya" –dijo Alemania algo molesto.

"Ve~ lo siento... ¡Vamos nii-chan!" –dijo volviéndolo a jalar.

"¡Q-que no!" –replicó el otro jalando en dirección contraria.

"¡Apresúrense de una vez!" –gritó el alemán, asustando a ambos. Los dos hermanos siguieron a Alemania y a Japón, hacia donde los demás los esperaban. Italia contento y sonriendo, en cambio Romano nervioso y molesto.

"Ya era hora" –dijo Inglaterra con los brazos cruzados.

"Italia-chan, Romano por fin llegaron" –dijo Francia al lado del inglés.

"¡Lo sentimos ve~! Ya podemos ir ve~" –dijo Italia con una sonrisa.

"N-no está..." –pensó Romano al no ver la presencia del español, pero...

"¡Ya llegaron!" –dijo la efusiva voz de España, que venía junto a Grecia, que habían ido a dar un paseo.

"Si ve~ ¡Hola a todos!" –les saludo con alegría el italiano.

"Ita-chan siempre tan lindo como siempre" –le dijo España.

"Ugh...idiota..." –murmuró Romano.

"¡Romano! –dijo España acercándose a saludarlo, alegre de verlo. Romano desvió la mirada al piso con un ligero sonrojo.

"Ah...hola..." –apenas saludó. España notó que algo extraño tenía el sureño.

"¿Estás...enfermo?" –preguntó algo preocupado.

"N-no, estoy bien" –respondió con sequedad.

"Ah...solo está de mal humor...seguro es por el viaje" –pensó conociéndolo bien.

"bueno ya que estamos todos...vamos. América y Canadá nos están esperando en los autos" –dijo Francia.

"si vamos, nuestro equipaje ya está allá" –dijo Alemania cargando la maleta de Italia.

"Grazzie" –le dijo Italia caminando a su lado. Romano sintió algo de envidia y luego sacudió la cabeza retractándose. Miró como se dirigían en parejas, Grecia con Japón, y Francia con Inglaterra. España se acercó a él.

"¿Te ayudo?" –se ofreció con una sonrisa. Romano lo consideró unos instantes, pero de inmediato lo reconsideró.

"N-no estoy bien" –dijo arrastrando su maleta caminando a paso veloz, dejando atrás al confundido España, que recordó el mal humor de Romano y sonrió, para ir tras él.

Salieron del aeropuerto y se dirigieron al estacionamiento, donde encontraron a los dos hermanos, América y Canadá, al lado de dos autos, uno era un auto lujoso pero algo pequeño, mientras el otro era un gran jeep. Cuando los hermanos vieron a los demás, dejaron de hablar bruscamente, seguramente hablaban de algo secreto.

"disculpen la tardanza" –dijo Francia, al lado de Inglaterra que comenzaba a calentarse las manos con su aliento, Francia se apegó más a él, para 'darle calor'. Lo cual molestó de cierta forma al americano.

"N-no, esta bien. Hola" –dijo Canadá saludando a los hermanos.

"¿ya vamos?" –preguntó impaciente el americano sin siquiera saludar a los recién llegados.

"¡si, si!" –dijo Italia emocionado.

"Pongamos su equipaje en el maletero" –le dijo Canadá a América.

"bien..." –dijo dirigiéndose a la parte trasera el jeep, y abriendo el gran maletero; Alemania le alcanzó la maleta de Italia y le ayudó a Romano a subir la suya, al ver que el otro no tenía fuerzas suficientes.

"g-gracias" –balbuceó.

"no hay de que... ¿te encuentras bien?" –la pregunta del alemán le cayó como balde frío a Romano, y no paso por alto de España.

"S-si..." –dijo algo nervioso.

"bueno...entonces...mmm...en mi auto podría llevar a tres personas, una a mi lado y a dos atrás" –dijo Francia mirando su coche lujoso.

"bien, en el mío entrarán los demás" –dijo América alardeando.

"De acuerdo... ¿Quiénes vienen conmigo?" –preguntó el francés. Su mirada se posó dos segundos en Inglaterra que comenzaba a congelarse, y luego miró a Canadá. Japón se dio cuenta de ello y observo a su alrededor, para analizar la situación. Era por seguro que Italia querría ir con Alemania, y por como España miraba a Romano también quería ir a su lado. A demás de que él quería ir con Grecia.

"Propongo que en el auto de Francia vayamos Canadá-san, Grecia-san y yo, y el resto en el jeep de América-san" –dijo calculadamente.

"¡Yes! ¡Estoy de acuerdo!" –exclamó América.

"si, esta bien..." –dijo Canadá algo nervioso.

"yo quiero ir con Japón" –dijo lentamente Grecia.

"¡ve~ iré con Alemania!" –dijo Italia.

"Me parece bien" –dijo Alemania.

"o-oigan..." –iba a replicar Romano.

"concuerdo" –dijo España.

"como sea...me estoy congelando, ya entremos" –reclamó Inglaterra. Con todos ya de acuerdo, Romano no pudo contradecir nada.

"Bien...a ver como le hago para ir en el asiento del copiloto al lado del tonto ese de América" –pensó, pero América ya le estaba abriendo la puerta el copiloto a Inglaterra, para que entrara de una vez.

"G-gracias" –dijo el inglés al ver la extraña amabilidad del americano.

"¡No!" –pensó devastado.

"nosotros iremos atrás" –dijo Japón entrando a la parte de atrás junto con Grecia.

"Esta bien... entonces Canadá...me harás compañía en el viaje" –dijo Francia mirando al canadiense.

"Ah...si..." –solo dijo metiéndose en el auto.

"Ve~ que bien" –dijo Italia entrando primero a la parte de atrás, seguido de Alemania, que se sentó a su lado, después entró España y al final Romano, que dudo unos instantes antes de subir...le tocaba sentarse a lado de la ventana y del otro lado...España...lo cual le causo un nudo en el estómago, pero al final subió y cerró la puerta con brusquedad. Procuró no ver a su derecha, respirar hondo, y clavó los ojos fuera de la ventana. El jeep no resultó ser tan espacioso como pensaban, puesto que los cuatro atrás estaban algo apretados, no mucho; pero lo suficiente para que Italia se apoyara en Alemania para no sentirse muy incómodo, lo cual puso al alemán un poco nervioso. España no pudo evitar apegarse un poco al sureño, que de los nervios comenzó a acalorarse y abrió un poco la ventana.

"¿Romano...en serio estás bien?" –le preguntó España al ver su extraña actitud.

"Y-ya te dije que si...idiota" –dijo malhumorado.

El primero en salir fue Francia, él tenía que mostrar el camino, y América debía seguirlo, lo cual no le agradaba mucho. Primero pasarían por la ciudad, y luego saldrían hacia los bosques, y de ahí cruzarlos hasta llegar a la casa de campo.

"¿Cuánto durará el viaje?" –preguntó Inglaterra.

"Francia dijo que como es de noche, hay que tener cuidado al menos en el bosque y con el tráfico... Serán unas tres horas máximo...aunque podría hacerlo en menos tiempo...pero no conozco el camino" –dijo América conduciendo detrás del auto lujoso con molestia.

"nos quieres matar ¿o qué?" –le dijo Inglaterra.

"¡Tres horas!No soportaré tres horas en está situación" –pensó alborotadamente Romano, en seguida volvió a respirar hondo pegado a la ventana.

Primero pasaron por las bellas calles de París. Iluminadas, llenas de vitalidad y lujos. Por la ventana vio edificios lujosos, y también edificios antiguos. Las calles llenas de personas, y tiendas, una vista nada mal. Se centró en la vista y olvido por unos instantes donde estaba y con quienes estaba.

Por otra parte en el auto de Francia, habían puesto la radio, Grecia se asomaba por la ventana al igual que Japón.

"Los meteorólogos han anunciado que habrán fuertes tormentas por París y sus alrededores este fin de semana, aunque aun no es del todo seguro, dependerá de..." –decían en la radio.

"Mmm...Vienen lluvias eh...espero que no llueva a donde vamos" –dijo Francia cambiando de estación de radio.

"Esperemos un buen clima" –dijo Japón.

"S-seguramente lloverá aquí, pero no allá..." –dijo Canadá tratando de subir el animo.

"si seguramente" –concordó Francia. Canadá lo miró, lo más disimuladamente posible, se veía concentrado mientras conducía, con la vista al frente, atento. No recodaba haberlo visto así antes. Francia sintió los ojos de su acompañante clavados en él y sonrió sin apartar la mirada de la calle.

"Miren..." –dijo Grecia mirando por la ventana.

"Ah...tan bella como siempre" –dijo Francia mirando la Torre Eiffel. Toda iluminada y esplendorosa. Francia aprovechó el tráfico para apreciarla, y mirar a Canadá que tenia ambos ojos en la gran estructura con asombro. Sonrió y volvió a prestar atención a la calle.

"Es increíble..." –dijo Japón sacando una fugaz foto con su cámara.

"No sabía...que era tan grande...y linda..." –dijo Grecia.

"Ya la había visto antes, pero no de noche" –dijo Japón tomando otra foto.

"Japón...te gusta tomar fotos... ¿verdad?"

"Ah se dio cuenta...bueno si..." –dijo algo apenado.

"Es una de las cosas que...me gustan de Japón" –dijo sin titubear.

"A-ah...e-eh...g-gracias..." –dijo Japón algo sonrojado y nervioso.

"Mm..." –Francia escuchó y sonrió al igual que Canadá. Entonces el francés decidió añadir un dato interesante, que según él, iba con la situación.

"¿Sabían que es muy común, ver de noche al pié de la Torre a parejas comprometiéndose?" –dijo como si nada.

"¡¿E-en serio?" –exclamó el japonés.

"si, es bastante común" –dijo el francés, lanzando una fugaz mirada a su acompañante que miro por la ventana nervioso. Después miró por el espejo a los dos de atrás; Japón miraba la Torre con algo de desconcierto, y Grecia tenía ambos ojos en él.

Mientras en el otro auto, América conducía despreocupadamente comiendo hamburguesas y mirando a veces por la ventana. Lo cual comenzó a incomodar a Inglaterra.

"Oye...podrías poner más atención mientras conduces ¿no?"

"Pero si estoy prestando atención, a demás me estoy muriendo de hambre" –dijo devorando otra hamburguesa.

"Creo que debería haber ido con Francia" –balbuceó el inglés.

"Ya somos dos..." –pensó Romano que había llegado a escuchar al otro y ya había logrado calmarse mirando por la ventana, y distrayéndose con cualquier cosa por ahí.

"¡¿Qué dijiste?" –replicó América con repentina rabia, asustando a los dos.

"N-nada... –dijo el inglés mirando por la ventana, pero América no dejo de mirarlo sospechosamente, poniendo nervioso al pobre Inglaterra- ...o-oye...pon atención"

"¡Hm!" –América molesto dejó de mirarlo para clavar la vista al frente.

"¿T-te enojaste?" –preguntó el inglés...no hubo respuesta.

"Jejeje...que graciosos" –murmuró España al ver semejante escena.

"Yo diría tontos" –dijo Romano.

"no digas eso Romano" –le dijo España.

"Pero es la verdad" –le replicó de vuelta.

"Solo se gustan" –murmuró con una sonrisa.

"¡¿EH?" –Romano dejo de murmurar y subió el tono de voz.

"¿sucede algo nii-chan?" –preguntó Italia.

"N-nada Venez... ¿AH?" –Romano se quedo shokeado con la pose en que estaban esos dos. Italia estaba felizmente abrazando a Alemania y un poco más y se sentaba en sus piernas, el alemán estaba algo sonrojado y trataba de no pensar en ello. España miró a los dos y sonrió divertido- "Ustedes...que...por... ¿Por qué están...?" –balbuceó.

"Oh vamos Romano no tiene nada de malo...igual se gustan" –dijo con tranquilidad el español, dejando más sorprendido al sureño.

"¿qué dijiste España-nii-chan?" –preguntó Italia curioso de saber que le había dicho a su hermano para dejarlo tan conmocionado.

"Le decía a Romano que ustedes se gustan" –dijo como si nada dejando a Romano doblemente sorprendido por lo directo que fue.

"¡¿E-EH!" –exclamó Alemania.

"Ve~ ¡Es cierto!" –dijo Italia.

"¡Oye Italia!" –replicó Alemania.

"Pero es la verdad... ¿O me odias?" –y de ahí a la discusión de siempre...

"Oye ¿Cómo puedes decir eso?" –le preguntó Romano.

"Es fácil...uno puede darse cuenta de que dos personas se gustan, por como actúan frente a diferentes situaciones y por como actúan cuando están juntas" –explicó España.

"Mm... –Romano vio a su hermano que había logrado hacerle decir a Alemania que lo quería, y sonreía feliz abrazándose a él, mientras el otro estaba algo rojo y con una expresión incómoda- pero si a él le desagrada la situación" –dijo Romano.

"Ah –España miró a Alemania- no es que le desagrade, solo está avergonzado...es fácil darse cuenta" –dijo el español con tranquilidad.

"Ah..."

"¡La Torre Eiffel! –exclamó Italia- que linda se ve..."

"Es cierto...se ve sorprendente de noche" –dijo Alemania.

"¿Huh?... ¡whoa!" –América también se sorprendió al verla tan iluminada y llamativa.

"Ah...si se ve mejor de noche" –concordó Inglaterra.

"Al menos de noche, es una de las atracciones más conocidas por las parejas" –dijo España.

"¿Parejas?" –preguntó América que escuchó lo que el otro había dicho.

"Si, al menos de noche...casi todos ofrecen matrimonio a los pies de la Torre cuando esta así de iluminada" –comentó España. El comentario cayó como bomba a todos los del auto, Italia se miró sorprendido la estructura y Alemania lo miró con un ligero sonrojo. Inglaterra se quedo callado pero el comentario lo había puesto algo nervioso, América casi se atraganta con la hamburguesa que comía y no pudo evitar mirar a Inglaterra.

"¿Q-que-e?" –preguntó Inglaterra al sentir como lo miraba América.

"¡Nothing!" –exclamó poniendo atención a la calle con un sonrojo.

"¿Ves?" –dijo España a Romano señalando a los dos. Romano se había quedado congelado ante el comentario de España.

"Ah...si..." –Romano pareció sufrir nauseas o algo así, se tapó la boca con su mano y volteó a mirar por la ventana para que España no lo viera.

"¿Romano?...acaso... dime la verdad... ¿Estás enfermo o algo? –preguntó el español al ver el súbito cambio- creíquesoloestabademalhumor"

"Ahora que lo mencionas, nii-chan últimamente no has estado durmiendo bien, y tienes mareos, perdida de apetito..." –comenzó a decir el italiano.

"¿Eh?...eso es cierto" –preguntó el español mirando al sureño que intentaba hacer pasar las malditas nauseas.

"tonto hermano...tenías que abrir tu boca" –pensaba enojado.

"¡Romano!" –España lo agarró por los hombros obligándolo a mirarle. Romano sufrió un colapso nervioso al tener a España tan cerca, y todo comenzó a darle vueltas.

"Mmm... es gracioso –dijo Italia- si te pones a pensarlo, pareciera como si nii-chan estuviera embarazado" –rió Italia. Ese pequeño y 'gracioso' comentario, dejo tiesos a ambos, Romano y España. España por su parte, claramente se sonrojó y miró a Romano confundido. El sureño por otra parte; se quedo tieso, y después de unos segundos, se alteró e intento saltar encima de su hermano para golpearlo.

"¡¿PERO QUE DICES IDIOTA?"

"¡Ahhh! ¡No me golpees!" –exclamó Italia tratando de esconderse con Alemania.

"¿Qué pasa ahí atrás?" –preguntó América.

"¡YA VER...!" –Romano se mareó y España lo sostuvo cuando casi se desploma.

"¡Romano!"

"¡Nii-chan!"

"¿Q-qué le paso?" –preguntó Inglaterra dándose la vuelta.

"Estoy bien así que...no griten..." –dijo Romano, la cabeza volvía a dolerle.

"Ha que llevarte a un doctor..."

"¡N-no!...estoy bien...con unas pastillas bastará"

"América, no crees que podamos detenernos en una farmacia o algo, Romano no se siente bien" –avisó España preocupado.

"Eh...ah...bien... ¿Inglaterra podrías llamar a Francia?"

"Bien"

"Beep-beep-beep" –el celular del francés se encontraba en su bolsillo.

"Eh...mmm... ¿Canadá?"

"¿si?"

"¿Podrías sacar mi celular y contestar?"

"Ah...está bien" –Canadá se acercó con algo de nerviosismo a él, y con cuidado metió la mano en el bolsillo de su abrigo y sacó el celular, y contesto- "¿h-hello?"

"Ah...¿Canadá?"

"Inglaterra-san ¿Qué sucedió?"

"Oigan creen que podamos detenernos en una farmacia, Romano no se siente bien, así que dile a Francia porfavor"

"¿Eh? Esta bien"

"Nos vemos entonces"

"Si...bye, al parecer Romano no se siente bien, y dicen si podemos detenernos por una farmacia" –aviso Canadá devolviendo el celular al bolsillo de Francia.

"Ou espero no sea nada grave, bien..." –dieron algunas vueltas por las calles y encontraron una farmacia, y se estacionaron al frente. Los que se encontraban en el auto de Francia bajaron y se dirigieron hacia el jeep de América para ver a Romano.

"Menos mal no es muy grave" –dijo Japón aliviado.

"Si, al parecer es un poco de mareo...probablemente por no haber dormido bien" –dijo Inglaterra.

"Mmm...creo que ya se que le hará bien" –dijo Canadá.

"Entonces podrías ir a la farmacia a comprarlo" –le pidió Canadá.

"Iré contigo" –dijo Inglaterra.

"Nosotros también" –dijo Japón acompañado de Grecia.

"Entonces nosotros vamos a ese minisuper" –dijo Francia señalando un minisuper que había en la otra esquina.

"¡Yo también voy! Ojalá hayan hamburguesas" –dijo América.

"Alemania vayamos también" –dijo Italia saliendo por la puerta del otro extremo para no molestar a Romano.

"E-esta bien"

"A ver si compramos pizza o pasta ve~" –dijo contento.

"Ah...aunque no creo que hayan..." –murmuró Alemania.

"no te preocupes nii-chan, de seguro te pones mejor –dijo el italiano tratando de subirle los ánimos- ¿quieres que te traiga algo?"

"...tomate..." –murmuró Romano.

"¡Esta bien! ¡Vamos!" –dijo emocionado.

"No te angusties Romano, de seguro te pones mejor...tal vez dormir en el viaje te hará bien" –dijo Francia.

"si seguramente eso lo pondrá mejor" –dijo Japón.

"Si...gracias...ahora váyanse...no me gusta ser el centro de atención"

"Yo me quedaré con él en el auto" –dijo España.

"... ¿EH?"

"bien entonces, nos vemos aquí en...10 minutos...cuida bien de él" –dijo Francia, y todos se fueron, dejándolos a los dos solos.

Ambos se quedaron en silencio un buen tiempo. Romano se tranquilizó poco a poco, el mareo se le pasó lentamente y logró recuperarse casi por completo, solo que después de haberse agitado por le comentario hilarante de su hermano, estaba algo agotado. España también se tranquilizó al darse cuenta de que el otro se ponía mejor.

"¿qué tal las nauseas?" –le preguntó después de unos instantes de silencio.

"Mn... ya se pasaron" –dijo el otro con voz calmada.

"¿Te sientes mejor?"

"Si...ya estoy bien... No tenías que avisarle a todos...idiota...fue vergonzoso maldición" –dijo con algo de molestia.

"lo siento –dijo España con una sonrisa algo apenada- es que me preocupaste" –dijo con toda sinceridad.

"...ugh...no es para tanto..." –dijo fingiendo molestia cuando ese comentario le había producido una sensación cálida y agradable.

"No es cierto...pero menos mal se está pasando, mañana seguro te sentirás mejor...ahora aprovecha el viaje para descanar un poco"

"Si...si consigo dormir...en el avión no pude" –dijo sin entender como no habría podido conciliar el suelo en un cómodo asiento reclinable acolchonado de primera clase.

"Estoy seguro, te empezaran a dar ganas de dormir cuando dejemos la ciudad, ya que en el bosque no hay mucho que mirar por la ventana"

"si...puede ser" –dijo considerando la posibilidad.

"Ah...y...Romano" –comenzó a decir con una sonrisa.

"Uh... ¿Qué cosa?" –preguntó con el ceño fruncido.

"Me alegra de que estemos juntos en este viaje"

"Ah...e...si...a mi también" –solo dijo tratando de ocultar su rostro en el hombro de España para que no vea el sonrojo...un momento... ¿Romano estaba apoyado en España? Y para aumentar ¡¿España estaba abrazando a Romano?... cuando el sureño se percató de ello, solo pudo separarse para mirar a España con una cara de completa sorpresa, confundiendo al español.

"¿R-romano?" –preguntó España. Los dos se miraban fijamente y...

Toc-toc-toc...alguien toco la ventana de la puerta. Los dos no se movieron a la primera continuaron mirándose, como si no hubieran escuchado nada. Tocaron de nuevo.

"¿España-san?" –se oyó la voz de Canadá.

"A... ¡Ah! Lo siento" –España se estiró sin dejar de abrazar a Romano para abrirles la puerta, ahí estaban los 4 que habían ido a la farmacia. Canadá cargaba una pequeña bolsa de papel. Sacó unas pastillas y se las entregó a España, puesto que Romano se veía tan cómodo y a gusto en los brazos de España, que parecía no querer moverse. La verdad es que...si era eso...estaba a gusto así...pero no lo admitiría, más bien demostraría que no quería moverse por flojera.

"Son para los dolores de cabeza y estas... –dijo sacando otras pastillas- son para los mareos –dijo con un ligero sonrojo, esas eran pastillas que generalmente recetaban a las embarazadas o eso había dicho el dueño de la farmacia, pero mejor no dar aquel dato- son muy efectivas"

"Después de todo son para..." –iba a decir Grecia, pero Japón le ganó.

"T-tómese una de cada una y se pondrá mejor, y asegúrese de descansar en el trayecto" –dijo nerviosos de que Grecia intentará reiterar lo que iba a decir.

"bien...gracias" –balbuceó Romano.

"¡Muchas gracias muchachos!" –exclamó alegre el español.

"¿América y el resto?" –preguntó Inglaterra.

"Eh...no han llegado" –dijo España.

"Esos tontos...iré a traerlos, de paso algo para beber y puedas tomarlas" –dijo Inglaterra.

"si gracias" –dijo España, como Romano no era bueno dando las gracias, mejor lo hacia España.

Justo cuando Inglaterra entraba, salieron Alemania e Italia con algunas bolsas con comida. Le dijeron que los otros dos estaban aun adentro comprando.

"¿Y cuantas piensas comprar?" –le preguntó Francia a América al ver como agarraba cuantas bolsas de comida chatarra podía cargar.

"No hay hamburguesas –dijo haciendo un puchero- así que no me queda otra más que esto" –dijo por fin dejando de agarrar bolsas.

"Aja..."

"Ahora iré por unas gaseosas" –dijo con una sonrisa.

"bien, nos vemos en la caja entonces; iré por el pasillo de alimentos naturales..." –dijo Francia dándose la vuelta. América se dirigió hacia el sector de bebidas, en el camino se topó accidentalmente con una feliz pareja, la chica veía con una enorme sonrisa el anillo que llebava puesto y su novio sonreia al ver verla tan feliz. América sintió como si sus ánimos se rompieran. Llegó al sector y mientras escogía en el mostrador, recordó lo que había dicho España.

"...ofrecer matrimonio..." –se le escapó.

"¿Uh?" –cuando América se dio al vuelta, Inglaterra estaba ahí mirándolo alzando una ceja, le había escuchado. América se puso rojo en un instante y tieso.

"Ingl..."

"Tu...piensas acaso... ¿casarte?" –preguntó el inglés.

"Q-que...no...¿Qué haces aquí?" –preguntó molesto.

"Vine a avisarles que se apuraran, y a comprar una bebida caliente, para que Romano tomara sus pastillas" –dijo molesto por su pregunta, es que no lo quería ahí o que. Le pidió de mala gana a la empleada del mostrador una bebida caliente, y le explicó que era para tomar unas pastillas, la encargada le dio entonces un té caliente, y después le entregó una ficha para pagar en caja. Inglaterra se adelantó dejando a América mientras pedía su gaseosa...y algo más.

Después se encontraron en la caja con Francia, y pagaron todo. Francia había comprado dos empanadas calientes y le ofreció una a Inglaterra recordando que le había estado haciendo frío. América gruñó y los siguió de mala gana.

Se reunieron en e jeep de América, Inglaterra le dio el té caliente a Romano que se tomó las pastillas rápidamente y comenzó a tomar su té para así comer la pizza calentada que su hermano le había traído del minisuper. Cada uno volvió al auto en el que iba, cuando se dieron cuenta de que Romano estaba mucho mejor que antes.

Francia, antes de volver a conducir le dio la otra empanada caliente a Canadá como premio, por haber sido un 'buen chico' y haber comprado las pastillas de Romano. Canadá se ruborizó y la aceptó balbuceando un 'gracias'. Japón y Grecia comenzaron a charlar sobre gatos, Japón le preguntaba diferentes consejos para su gato, y como Grecia tenía muchos...pero Grecia le dijo con toda tranquilidad que solo les dejaba comida y a su libertad y así estaban bien, para la gran sorpresa del japonés.

América esperó a que Francia partiera, y antes de encender el motor le pasó a Inglaterra un té caliente similar al de Romano. Inglaterra lo miró confundido.

"Tómalo" –dijo América

"...Uh..."

"Te hace frío ¿no?...tómalo" –dijo de mala gana, Inglaterra de ruborizó un poco y lo acepto agradeciéndole. América comenzó a conducir, de mejor humor y con una sonrisa. Inglaterra comenzó a tomar su té con una ligera sonrisa, calentándose. Una vez Romano terminó su té, se sintió mejor, pero no se sentiría tranquilo hasta comer su trozo de pizza.

"Ah...oye Inglaterra" –dijo de mala gana.

"¿Uh?"

"Gracias por el té" –dijo antes de comenzar a devorar el pedazo de pizza.

"Ah de nada..."

Después de haber tomado las pastillas, y haber comido y bebido algo; Romano se sintió mejor, pero aun estaba algo cansado, tal vez si era hora de echarle una siesta... pero... España ya no lo estaba abrazando como antes, se habían separado para poder comer cada uno sin incomodarse. Y ahora España hablaba con Italia y Alemania acerca de la comida, ya no podría dormirse en los brazos de España como habría querido. Algo desilusionado, y con ninguna intención de demostrarlo, se apoyó contra la ventana para así poder apreciar el poco paisaje citadino que quedaba antes de entrar a los bosques. No volvieron a hablar, el resto del camino por la ciudad Romano no dirigió ni una mirada a sus acompañantes, era como si estuviera solo. Entonces se hizo evidente de que se acercaban al bosque, pasaron por menos casas y los árboles altos y oscuros comenzaron a abundar. Romano atisbó las últimas luces de la ciudad cuando pasaron por una curva desde la cual pudo ver una gran panorámica de la ciudad, y luego se adentraron al profundo y oscuro bosque.

América decidió poner la radio y busca una estación de música. Encontró un por donde justo pasaban una canción que le gustaba. Comenzó con unos violines y luego comenzó una canción no muy movida y agradable. (1)

I need another story

Something to get off my chest

My life gets kind of boring

Need something that I can confess

Romano pensó que sería mejor apoyarse contra el asiento y esperara a que conciliara el sueño, sino mañana estaría andando como sonámbulo. Pero cuando se apoyó contra el espaldar, había un ligero bulto, era el brazo de España, que lo había estado esperando. Antes de que Romano pudiera decir o replicar algo, España lo atrajo hacia el con delicadeza, como si Romano fuera de porcelana o algo muy delicado, y los envolvió en sus brazos para que pudiera dormir apoyándose en él. Romano estaba tan sorprendido que se quedo tieso sin poder decir nada.

This time

Don't need another perfect lie

Don't care if critics ever jump in line

I'm Gonna give all my secrets away

Romano trataba de recordar como articular algo, pero España lo callo con un ligero susurró.

"Solo intenta dormir..." –dijo con dulzura y acariciándole la cabeza con cariño. Romano estaba realmente tan conmocionado por esa muestra de afecto que se quedo quieto, y por unos instantes...le pareció que estaba a pelos de soltar aquello que guardaba, aquel secreto que escondía con tanto ahínco. Romano guardaba un secreto que para él, era de suma importancia esconderlo, sin importar qué. Un secreto en lo referente a lo que sentía hacia esa persona a la que se sentía tan atraído, tan apegado... esa persona que lo trataba con tanto cariño; como si el sentimiento fuera mutuo. Para guardarlo tenía que recurrir a tantas mentiras, engaños, ser insincero, ocultar sus sentimientos con otros diferentes, actuar distante o agresivo...todo contad de ocultarlo, pero Romano ya comenzaba a hartarse de eso...y no solo él...todos los que iban a ese viaje tenían un secreto que ocultaban, y ya estaban harto de mantenerlo oculto. Algunos estaban dispuestos, como él, a llevarlo a la tumba, pero otros más valientes, estaban decididos a deshacerse y revelarlo a es apersona especial...y habían planeado como hacerlo. Tenía preparado un plan sorpresa dispuesto a cumplirlo.

Tell me what you want to hear

Something that were like those years

I'm sick of all the insincere

So I'm gonna give all my secrets away...

Romano se tragó lo que estaba apunto de soltar y se limitó a abrazarse a España para poder dormirse. Apoyó su cuerpo contra él, y descansó su cabeza en su hombro, y cerró los ojos, a gusto en los brazos se España, y este otro apoyó su mejilla en la cabeza de Romano y lo estrechó para que nada lo agitara y pudiera dormir con tranquilidad.

All my secrets away...

Las últimas notas de la canción fueron lo último que Romano escuchó antes de caer dormido, con la clara idea de que no revelaría ese secreto...no lo haría para no salir lastimado...solo disfrutaría de esos momentos que pasaría junto a esa persona...nada más...

Mientras todos ignoraban lo que se avecinaba, ignoraban que sus secretos saldrían a flote ese fin de semana. Todos ignoraban como cambiaría sus vidas ese simple viaje de tres días...

Continuará...

(1) 'Secrets' – OneRepublic :3

Notas de la Autora:

Nass~ vuelvo con un tercer fic de Hetalia o3o

Yeah! Llevaba mucho tiempo esperando por una idea para un Spamano y nunca venia...y finalmente vino! Como muchas otras más ideas xD Espero les haya gustado ;D

En este solo usé una canción, pero en los otros cap usaré más. Como ven solo usaré fragmentos para darle un toquecito al momento -3- El fic en sí vino gracias a una canción que escuché por ahí de casualidad, y que increíblemente me gusto (puesto que ese tipo de música no es muy de mi agrado que digamos) la escuché unas miles de veces y la idea vino~ En agradecimiento la puse de título al fic, pero en italiano...no se muy bien porque n_nU

Que puedo decir...será un fic con situaciones graciosas, románticas y los clásicos malentendidos... (muajajaja) habrá algo de drama y sufrimiento...

Bueno! He de decir que estoy contenta, la publicó a tiempo por fin, sin retrasos =D

Realmente espero que les haya gustado, y dejen un review comentando que tal les pareció.

Nos vemos! Debo ir a dormir...esta vez me quede hasta tarde para acabarlo w todo por el Spamano! Y por mi onee-chan veneziana 3

Adieu!

Ray H. Kirkland.