¡Hola!
Este par merecen más amor y yo estoy aquí para darselo:u
¡Por cierto! En esta historia ambas tienen 15 años UwU
Las noches con el cielo despejado eran sus favoritas porque podían contemplar el firmamento juntas, además, era el único momento del día en donde podían verse.
Había salido junto a Catboy y Gecko para enfrentarse al Ninja nocturno, pero al volar para dar con su ubicación se percató de que realmente no lo estaba buscando a él.
Su objetivo era esa chica resplandeciente cuyo cabello contaba con los más bonitos brillos que había visto en sus cortos 15 años y es que los brillos no centellaban por la luz que la luna emanaba, ellos resplandecían por el simple hecho de ser Luna su portadora.
Aterrizó cerca del bosque porque normalmente Luna siempre contemplaba el cielo desde ahí pues era un lugar tranquilo y no pasaban personas (bueno, era lógico que no pasara nadie porque la gente normal a esa hora estaba durmiendo) y tal vez ella debería seguir buscando al otro villano, tal vez... Nah, Gecko y Catboy bien podían encargarse de él.
Caminó con paso lento hasta que escuchó una voz.
— Basta polillas, esta noche si vendrá, tal vez ayer tuvo un contratiempo y por eso no pudo venir —murmuró Luna.
Un sentimiento entre la vergüenza y la culpa se apoderó de ella. La noche anterior no se habían visto ya que después del combate con Romeo se sintió tan agotada que ni tiempo le dio de decirle a Luna que esa noche no podía ver el cielo con ella. Negó repetidamente con la cabeza intentando quitarse esa sensación.
— ¿Esperas a alguien? —sonrió al notar un leve rubor en las mejillas de la albina. Sus miradas se cruzaron y sin esperar respuesta se acercó a ella.— Porque si es así podría irme y dejar que sigas esperando, ya sabes, no creo que a ¿Romeo? ¿Ninja nocturno? le guste verme por aquí.
— Sabes muy bien que no espero a ninguno de ellos dos —se cruzó de brazos y miró el cielo.— Te esperaba a ti... Vamos, siéntate, esta noche es perfecta.
Sin replicar hizo lo que la villana dijo y esta a su vez les ordenó a sus polillas que fueran por la manta que ambas habían dejado en el bosque, por si en algún punto de la noche les daba frío.
– ¿Verdad que las estrellas son bonitas? –la albina no podía despegar la mirada de ese manto nocturno que tanto le encantaba; mejor dicho, no quería dejar de verlo. – Twinkle, twinkle, little star, how I wonder what you are –susurró.
– Up above the world so high, like a diamond in the sky. Twinkle, twinkle little moon, how I wonder what you are... Las estrellas son bonitas, pero ¿sabes qué es más bonito? –cuestionó la chica búho y acomodó sobre sus hombros la manta.
– ¿Qué? –Por unos breves segundos dirigió su amatista mirada a los orbes rubíes de su "enemiga"
– La luna... Es muy bonita. –susurró.
Los ojos de Luna brillaron con intensidad al observar el satélite que se encontraba justo por encima de ellas. – No, "bonita" es poco, la Luna se ve hermosa...
Y podía jurar que los suyos brillaban de igual o mayor intensidad al ver a la chica que estaba distraída junto a ella.
